volver al índice del OOI Nº 18

La contraofensiva imperialista le tira toda su crisis a las masas del mundo y con la colaboración de las direcciones traidoras del proletariado, desincroniza y desvía sus procesos revolucionarios

El capital financiero internacional le declaró una brutal y despiadada guerra a las masas del mundo

La clase obrera mundial no se rinde y presenta duros combates

Los trabajadores y los campesinos se sublevan en Perú y Bolivia.
Los obreros y estudiantes chilenos contra los “pacos de rojo” buscan abrir su revolución.
La resistencia siria combate en Homs y Damasco

Las direcciones social-imperialistas y la burocracia de los sindicatos no pudieron impedir la

IRRUPCIÓN DE LOS MINEROS DE ASTURIAS
VANGUARDIA DE LA CLASE OBRERA EUROPEA

Su grito de lucha es el de toda la clase obrera mundial:

¡Si esto no se arregla; GUERRA, GUERRA, GUERRA!

 

Presentación

Presentamos la primera parte de esta nueva edición del Organizador Obrero internacional.

La cuestión de Grecia es seguida con suma atención por los sectores más avanzados de la clase obrera mundial. Presentamos aquí una declaración de la FLTI. En ella afirmamos que una “santa alianza” de burócratas sindicales y direcciones reformistas, salvaron por ahora a los banqueros y capitalistas de las embestidas revolucionarias de las masas. La “unidad de izquierda” de Syriza prometía “parar el ataque” con un triunfo electoral… ello sólo ha servido para que se mantenga el régimen de la Troika en Grecia, se profundice el ataque a la clase obrera y se ponga en pie la cachiporra, el cuchillo y el revolver de los fascista sobre la cabeza de los trabajadores.

Alemania y EE.UU., los vencedores de la crisis económica del Maastricht imperialista, como los “peces grandes” de los jefes de las pandillas imperialistas, “se comen al pez chico”. Hasta se han quedado con el Banco de España y hecho negocios juntos con sus nuevos gerentes, los Borbones y Rajoy, que aceptan gustosos, puesto que todos quieren hacerle pagar su crisis a la clase obrera del estado Español.

LA CHISPA DE ATENAS NO SE PUEDE APAGAR.
¡HAY QUE INCENDIAR EUROPA Y APLASTAR AL MAASTRICHT DE LAS POTENCIAS IMPERIALISTAS!

Había y hay leña seca en Europa. Las aristocracias y burocracias obreras y sus partidos social-imperialistas, euro-comunistas y renegados del trotskismo, se han dedicado a tirar agua al fuego y mojar la leña, y a someter a la clase obrera país por país a su propia burguesía imperialista para salvarla a ésta de su crisis. ¡Basta ya!
¡El enemigo está en casa! Los enemigos de la clase obrera alemana no son los trabajadores inmigrantes, ni españoles, ni griegos, ni de Europa del este, a quienes las transnacionales los han encerrado en maquilas, les han expropiado el gas y el petróleo, como sucede en Rusia de la mano del carnicero Putin, y los han expoliado con el FMI con deudas externas incobrables. ¡El enemigo de la clase obrera alemana es la Merkel, la “baronesa” de la industria pesada, que con su látigo le ha arrancado sus conquistas al proletariado alemán!

En Francia, Hollande se ha maquillado de “gobierno anti-austeridad”, cuando lo primero que hizo fue reducirles el salario a los empleados públicos y autorizar suspensiones, despidos y flexibilización laboral contra la clase obrera francesa. ¡Él es el principal enemigo del proletariado francés! ¡Hay que aplastar a la V Republica francesa, a su gobierno y a sus carniceros imperialistas que saquean el mundo!

Mientras tanto, en Grecia, España y toda Europa, hay 20 millones de obreros desocupados. Maastricht está en ruinas y se la están arrojando sobre la espalda a los trabajadores. ¡Que se muera el Maastricht imperialista y que viva la revolución socialista!

La chispa en Atenas aún está viva y ya incendió Asturias. Los mineros del carbón del Estado Español y sus mujeres han salido a las calles demostrando cómo se pelea. Esta vez, las calles españolas no las ocupan los burócratas sindicales cobardes de la direcciones de la UGT y las CC.OO., lacayos de la monarquías, para cercar y traicionar las luchas obreras. Es que esta vez, ocupan las calles la vanguardia de la clase obrera europea, los mineros que ayer enfrentaron a Franco y hoy toman la avanzada, junto a la juventud del movimiento de los Indignados, de la lucha contra la monarquía, contra el hambre y el desempleo que padece la clase obrera española. ¡Los enemigos de la clase obrera española son la monarquía de los Borbones y el pirata Rajoy!

Entró al combate la clase obrera que Franco no pudo derrotar. Sus mujeres afirman con enorme instinto de clase revolucionario: “¡Si nuestros hijos pasan hambre, los vuestros verterán sangre!” Los mineros llegaron a Madrid rodeados por el movimiento juvenil de los Indignados, al grito de: “¡Si esto no se arregla; guerra, guerra, guerra!” ¡Así, sí! ¡Así se lucha!

Ante la contraofensiva imperialista, sectores del proletariado mundial no se rinden y presentan batalla.
¡Las que se han rendido ya hace rato son sus direcciones sirvientes del capital!

En las calles de Madrid, con el combate de los mineros y sus heroicas mujeres, se rompen los dientes las direcciones traidoras, esos sinvergüenzas vendidos a la burguesía, que en nombre de la clase obrera sólo rondan como “gatitos mimosos” los faldones del gran capital en crisis. Ellos son los que aislaron la lucha revolucionaria de la clase obrera y la juventud de Grecia, para dejarla sometida a la cadena de dominio imperialista.
Es más, fueron estas direcciones las que cercaron una a una las heroicas revoluciones obreras por el pan que se desarrollaron y cruzaron a todo el Norte de África y Medio Oriente.
El Foro Social Mundial, los partidos social-imperialistas de Europa y todos los renegados del trotskismo, devenidos en nuevos lacayos del imperialismo, para desviar las luchas revolucionarias de las masas pregonaban “elecciones”, “Asambleas Constituyentes”, “Parlamentos” y “revoluciones democráticas”. ¿El resultado? Avances en los intentos de estrangular los procesos revolucionarios con las Asambleas Constituyentes y las elecciones tuteladas por los sables de los generales de Mubarak en Egipto; y sostenidas por los burócratas traidores de la UGTT en Túnez. ¡Ahí están vuestras “revoluciones democráticas”!
Ahí está Libia, donde las masas armadas, aisladas por la calumnia del reformismo mundial, cercadas por todas las direcciones traidoras y sin una dirección revolucionaria, fueron llevadas provisoriamente a un desvío electoral con el cual se intenta legitimar al khadafismo sin Khadafy para desarmar a los heroicos explotados libios.
Mientras tanto, en el Mediterráneo mueren como perros miles de obreros esclavos africanos que huyen en barcazas a la deriva de la miseria, la mortandad infantil, el SIDA y la desnutrición, embarcándose en la zona del mar más custodiada por todas las marinas de todos los países imperialistas del mundo, que controlan cada centímetro y milímetro cuadrado del Mediterráneo. Ellos los dejan morir y si llegan a Italia, los ponen en cárceles como en Lampedusa.

A pesar y en contra de todas las direcciones traidoras que cercaron su combate revolucionario, la resistencia siria no se doblega

Las martirizadas masas de Siria no se rinden y ya combaten en Damasco. Por ello, los que ayer eran socios de Mubarak, esa burguesía rastrera de los Hermanos Musulmanes, han aceptado rápidamente la disolución del Parlamento por parte de los generales y establecer con ellos un régimen compartido para expropiar la revolución en Egipto.
Ni una sola organización obrera europea ha hecho ni una sola acción de masas por los explotados del Norte de África y Medio Oriente, de donde sus transnacionales sacan superganancias y tienen súper-esclavos para explotar en esos países y al interior de la Europa imperialista.

Pero Siria no se ha rendido. El marxismo revolucionario pondrá todas sus fuerzas, como las pone lo más perspicaz del proletariado mundial, para romper el cerco de las masas sirias.
Por eso presentamos aquí el llamamiento realizado para esta vez, luego de distintas acciones realizadas a nivel mundial a favor de los explotados de Siria, poner en pie un Comité de coordinación, centralización y combate a nivel internacional para romper el cerco a las masas sirias.
De Venezuela a Tokio, de EE.UU. a América Latina, estas fuerzas comienzan a ponerse de pie. Centenares y centenares de jóvenes y obreros de Medio Oriente ya combaten junto a sus hermanos de Siria. Su lucha es nuestra lucha.

América Latina: terreno de un feroz saqueo imperialista, garantizado por los gobiernos bolivarianos y del TLC.

Pese a sus direcciones, los explotados del Cono Sur protagonizan duros combates

Las direcciones traidoras han desincronizado las luchas de la clase obrera, y aquí y allá intentan dislocar su cadena de revoluciones.
Junto al imperialismo, sosteniendo a Obama, el jefe de todos ellos, y con la AFL-CIO, intentan desde adentro desalojar al movimiento “Occupy Wall Street”, mientras en América Latina sostienen a esas pérfidas y cínicas burguesías nativas-bolivarianas, que hoy se desnudan como lo que son: lacayas del imperialismo, represoras y asesinas de obreros y campesinos, y gerenciadoras de los negocios de las transnacionales y sus directorios, que son los regímenes burgueses que ellos administran.

Lugo yéndose sin chistar de la casa de gobierno de Paraguay, sacado de la oreja en un golpe palaciego tal cual el directorio de una empresa echa a su gerente que no cumplió bien su función de terminar de aplastar a los campesinos, demuestra toda la cobardía de esa burguesía lacaya del imperialismo, incapaz de enfrentar aunque sea un milímetro a los partidos de la oligarquía y las transnacionales, de los cuales él y sus curas con sotana de la “teología de la liberación”, no son más que un apéndice.
Ellos saben que si llaman a las masas a las calles y si éstas se arman, no solo atacarían la propiedad privada de los banqueros y las transnacionales, sino también la propiedad de los capitalistas nativos, socios menores del imperialismo.

Humala, el milico represor bolivariano, amigo de Chávez, Morales y los hermanos Castro, no se ha cansado aún de matar obreros y campesinos, y de entregarle todas las riquezas y minerales de Perú a las transnacionales que saquean esa nación en los Andes, en los valles y en las ciudades.
La Kirchner en Argentina sólo entrega hambre, represión, inflación y garrotazos a los trabajadores.
En Venezuela, no se aguanta más la carestía de la vida, y mientras Chávez se abraza con el fascista Santos de Colombia, sus seguidores en Chile intentan montar una gran muralla de contención a la ofensiva revolucionaria de los obreros y estudiantes que pugnan por derrotar en las calles al odiado régimen cívico-militar y a su gobierno. Pese a ello, enormes acciones de masas expresan que la situación revolucionaria abierta allí sigue viva. Cada vez más, pese a los frenos y los límites que imponen las direcciones, por abajo obreros y estudiantes revolucionarios se unen y coordinan en cada combate. Es que, como en todo América Latina, a los obreros no los dejan comer y no les permiten trabajar; a los estudiantes no los dejan estudiar; a los campesinos pobres no les permiten sembrar; los pequeños pescadores ni siquiera pueden sacar sus pequeñas lanchas al mar. Las transnacionales han copado todo.

Mientras, Morales le entrega el gas y la minería a las transnacionales usando el verso de las “nacionalizaciones truchas”, con las cuales lo único que hace es poner al estado para que haga la inversión, tercerizando la producción, que se la vende regalada a las transnacionales para que éstas se la apropien por monedas, la exporten y se la lleven de Bolivia.
Ese Morales es un asesino y represor del movimiento obrero y de los campesinos pobres, a quienes les arrebata su tierra, como lo hace el gobierno contrarrevolucionario de Santos con los campesinos de los llanos y los territorios ocupados por los paramilitares fascistas de Uribe en Colombia, a quienes les ha dado 6 millones de hectáreas para que Cargill y Monsanto se lleven la fortuna de la producción de soja, junto a las petroleras imperialistas que saquean Colombia.

Una guerra civil por el despojo de la tierra por parte de las transnacionales cerealeras, se desarrolla en el campo, mientras la clase obrera es sometida por las burocracias sindicales y las direcciones reformistas a la burguesía, impidiéndole por ahora acaudillar al campesinado pobre y devenir en caudillo de la nación oprimida, expulsando al imperialismo e imponiendo su propio poder.
Pero a pesar y en contra de este rol de las direcciones del proletariado, no sólo en Chile los obreros, estudiantes y explotados pugnan por abrir su revolución. En Perú, la enorme sublevación de obreros y campesinos se ha profundizado con la entrada en escena del poderoso proletariado minero de Cajamarca, donde se enfrenta abiertamente a las transnacionales imperialistas y al gobierno lacayo de Humala, a la vez que en Bolivia, los campesinos pobres del TIPNIS y del sur de Potosí enfrentan a las transnacionales, y la base obrera y estudiantil pugna por la unidad para luchar contra el gobierno de Morales.

Presentamos a nuestros lectores, artículos y declaraciones sobre los combates y los últimos acontecimientos de Perú, Bolivia y Paraguay.

El capitalismo se sostiene con desarrollo de fuerzas destructivas, nichos de saqueo, parasitismo, falsificación de sus balances, destrucción de fuerzas productivas y un brutal ataque a la clase obrera

La bancarrota del sistema capitalista será arrojada cada vez más sobre la espalda de las masas. La recesión mundial ya está aquí. Salvo en la industria de guerra (que es la rama de producción que más ha crecido junto a los préstamos usureros, la falsificación de balances de los súper-bancos y al negocio a futuro de valores de los commodities), el gran capital no encuentra una recomposición de su tasa de ganancia, porque no logra hacerle producir a la clase obrera los bienes reales con una ganancia acorde a su inversión, que compense y equipare con bienes producidos los valores ficticios de bonos sin valor, de hipotecas ya vencidas y de valores a futuro que no expresan los valores actuales producidos por el trabajo humano. El capitalismo ya desde hace rato se ha comido los beneficios que el trabajo humano aún no ha creado. La burguesía quiere controlar los balances de los bancos, cuyos valores están sobrevalorados, ¡cuando todo el balance de la economía capitalista de conjunto es un gran fraude y una gran falsificación que no expresa los bienes reales!

20 millones de desocupados en Europa es tan sólo una muestra de la parálisis, decadencia y traba absoluta en el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo en decadencia. ¡Miles de millones de horas de trabajo al año sin producir en la Europa imperialista, con la tecnología y la maquinaria más avanzada! Millones de hambrientos en el planeta, ¡y la fuerza de trabajo más capacitada del mundo paralizada en un 20 ó 30 % en los países imperialistas!
Y aún quedan imbéciles revisionistas del marxismo -por no decir caraduras agentes de la burguesía-, que osan hablar del “avance de las fuerzas productivas” cuando se refieren a los nichos de expansión que no son más que terreno de saqueo por parte del imperialismo, como los “países emergentes” como Rusia, China, el Mercosur, etc.

EE.UU. ha acaparado los dólares del planeta para sostener su súper-déficit. Ha salvado a sus bancos con una súper-emisión de dólares sin respaldo. Con sus comandos militares controla el mercado mundial de forma cada vez más agresiva, arrojándole inflación y exigiendo aduanas abiertas a todos los pueblos que oprime y al resto de las potencias imperialistas. Es que EE.UU. ahora exige ser también el gran exportador del mundo.
EE.UU. va a Europa a cobrar los intereses de los créditos usureros que prestó para que en Maastricht se equiparen las potencias imperialistas menores con la gran productividad y el marco alemán. Respeta al eje franco-alemán, en tanto y en cuanto éste le garantice cobrarle sus acreencias a todas las potencias imperialistas europeas, inclusive a ellos.
Y todavía se escucha el silencio atronador de todos los charlatanes seguidores de pseudo-cientistas aduladores del capitalismo que pregonaban la “decadencia norteamericana”, cuando EE.UU., como potencia dominante, no hace más que hacerle sentir todo el peso de su crisis al mundo entero. Hablen señores, basta de silencio. Digan la verdad: LO QUE ESTÁ EN DECADENCIA Y EN CRAC ES MAASTRICHT. LO QUE ESTÁ EN BANCARROTA SON LAS POTENCIAS IMPERIALISTAS EUROPEAS.

Mientras tanto, la gran Alemania, cuyo espacio vital es Europa, con la “dama de hierro” y su látigo, actúa como todo acreedor con el deudor capitalista, imponiéndole condiciones leoninas de cobro. Y si encima tiene que darle préstamos al deudor, el capitalista acreedor y el banquero se quedan con la caja de la empresa deudora e inclusive con sus máquinas. Así actúan las pandillas imperialistas vencedoras en la crisis capitalista con las pandillas imperialistas vencidas. Éstas gustosas, siguen asociadas con “los vencedoras”, puesto que la crisis de todos la tienen que pagar las masas. Es que en ninguna crisis, ni de acreedores ni de deudores, los capitalistas pierden plata; sólo pierden los obreros que se quedan sin trabajo o en peores condiciones de esclavitud.

Maastricht ha quebrado. El reformismo, mientras los capitalistas se devoran unos a otros buscando la esclavitud obrera, quiere revivir a ese cadáver maloliente. ¡Pues que muera Maastricht y que el reformismo, el enfermero del capitalismo en bancarrota, se vaya ya de las organizaciones obreras! Todos ellos son enemigos del combate por los Estados Unidos Socialistas de Europa.

Las cacatúas de la burguesía hablan de “desaceleración de la economía de las naciones emergentes”. Los pseudo-marxistas, viejos y nuevos curanderos, discuten los “grados” de esa desaceleración. En frondosos mapas, trazan las coordenadas del ciclo económico.
Digamos la verdad: la desaceleración de China, la India y de las economías de América Latina… ES EL SAQUEO, SEÑORES. Las transnacionales y los bancos se llevan lo suyo. Quieren las minas de oro y diamantes de África y América Latina. La renta agraria de Ucrania, la Pampa Húmeda y de toda zona cultivable del planeta. Soja, cobre, litio, estaño, diamantes, oro… que se escriben con sangre, saqueo y esclavitud de los pueblos oprimidos.
Por eso, cuánto más recesión hay, más billones de dólares se han puesto las transnacionales en el bolsillo. Esos dólares van a la especulación y a generar nuevos ciclos de saqueo. Hay tres billones de dólares en las “cajas chicas” de las transnacionales de Europa, EE.UU. y Japón. Esa es su “caja chica”, mientras tienen superganancias por un 70 u 80 % anual.
Esos dólares no van al circuito productivo, porque en él no logra recuperar la tasa de ganancia que ha perdido el capital, y mucho menos, recuperar –y eso también es tasa de ganancia buscada por toda inversión capitalista- los beneficios que se devoró el sistema capitalista en los ciclos de inversión anteriores sin haber producido los bienes correspondientes. Por eso no estamos ante un ciclo de crisis más del capitalismo, sino ante LA crisis, donde sobran potencias imperialistas y los choques entre las clases son inevitables.
¿El reformismo? Que se mire los pies. Desaparece el piso donde está parado… ahora son ellos los que todos los días deben explicarle sus falacias, sus mentiras y sus traiciones a la clase obrera mundial.

En el mundo colonial y semicolonial las burguesías nativas también quieren su parte del botín. Se ha profundizado el ataque generalizado contra la clase obrera mundial en todos los sectores del planeta.
Los bolivarianos y la burocracia abiertamente restauracionista de los hermanos Castro, se vuelven los Khadafy y los Al-Assad de hoy. Los Hu Jintao y los Putin son socios del saqueo, entregan sus bancos, su gas y su petróleo sin chistar al imperialismo, y se arman porque son parte y socios del imperialismo en el negocio de las armas, bajo su tutela tecnológica. Y esas fuerzas son y serán utilizadas para atacar a su propia clase obrera, como ya lo están haciendo.

El mercado mundial capitalista se achica. Los buitres comienzan a pegarse picotazos por la presa que se achica. Imperialismo menores en decadencia, son expulsados de su zona de influencia, como sucede con el capital financiero de los Borbones en América Latina, con su Repsol y su Telefónica. Se reconcentran las transnacionales en las ramas de producción y las más pequeñas se someten, o desaparecen.
El capitalismo no recompone su tasa de ganancia y si el proletariado no lo impide, como decía Lenin, se desarrollará el factor económico más importante de la época imperialista para sacar a los explotadores de su crisis: la guerra.

La contraofensiva imperialista conspira con sus lacayos y agentes para provocarles nuevas derrotas a las masas

En Cuba, los hermanos Castro, sostenidos por toda la izquierda mundial, han iniciado y profundizado ya un proceso de restauración capitalista abierto como ayer en China. Con obreros ganando 18 dólares mensuales, con una doble economía de “nuevos ricos” que son todos ex burócratas y funcionarios, y de nuevos directores de empresas asociados a las transnacionales, restaurando el derecho de herencia, echando y despidiendo a más de 400000 trabajadores a las calles, están avanzando en liquidar rápidamente las bases socialistas de la economía cubana.
Pero no se han quedado allí. Han colocado a Cuba en el ALBA, un mercado de las “boliburguesías” de Venezuela, Ecuador, Bolivia, con pactos preferenciales con Colombia y Nicaragua, donde la nueva burguesía cubana vende como franquicias los servicios de salud y educación, enviando a decenas de miles de alfabetizadores, médicos y enfermeras a gerenciarlas en América Latina. Esa patente y esas franquicias no van a mejorar las condiciones de vida de la clase obrera y el pueblo cubano; van a los bolsillos de los “nuevos ricos”. Las empresas transnacionales y las burguesías nativas ya tienen las puertas abiertas al mercado cubano.
Por ello, en Bolivia en la última huelga de los trabajadores de la salud, de los médicos y los estudiantes de medicina, se gritaba: “¡Fuera los médicos cubanos!”, porque éstos son sus jefes y patrones, los que los quieren hacer trabajar con el látigo por 8, 10 ó 12 horas en los hospitales, con salarios de menos de 80 dólares, mientras ellos viven en los hoteles de lujo de 4 y 5 estrellas en La Paz.
Estos “nuevos ricos” surgidos de las entrañas de la burocracia estalinista, no habrán cumplido su cometido hasta que no aplasten la revolución socialista en el continente americano. Ellos dicen que “una nueva Cuba ya no es posible, ni siquiera en Cuba”. Pero lo que ya no es posible es que esta nueva clase poseedora esté un día más en el poder de la Cuba obrera y campesina. Ellos dicen que “no hay condiciones”, cuando lo que sobran son condiciones y necesidades para la revolución socialista.
¡Por una nueva revolución obrera en Cuba que restaure la base socialista de la economía cubana! No sólo hay que reconstruir, con una revolución, el socialismo en Cuba e imponer el poder de los consejos obreros y de soldados cubanos al servicios de la revolución latinoamericana, sino que lo que necesitamos los explotados es avanzar a la revolución socialista en EE.UU., donde 43 millones de obreros viven con 3 dólares al día del seguro público, sin trabajo ni casa; millones de inmigrantes están en la clandestinidad sin educación y sin salud para sus hijos; y una amplia mayoría de la clase obrera que ha perdido gran parte de sus conquistas.

El reformismo debe ser vencido. Las fuerzas de los renegados del marxismo, su pérfido revisionismo contra la teoría y el programa revolucionarios, son sostenidas y alimentadas por el gran capital, para que ellos los defiendan de la revolución proletaria. Pero pese a tantas traiciones, las masas no han cesado sus heroicos combates.

A pesar y en contra del reformismo, que ha contenido y dislocado por ahora enormes procesos revolucionarios que se han desincronizado, a su izquierda focos revolucionarios, como ya vimos, recorren el planeta. Heroicas masas revolucionarias buscan ya un camino a la revolución, iniciando cada vez más un ángulo de 180 grados con sus direcciones. Jóvenes y obreros perspicaces de todo el mundo están tomando nota de que los que combaten en Libia y Siria no son sus enemigos, sino sus aliados, y que los que les prometían el “socialismo” y “parar el ataque” en Grecia y Europa, son vulgares agentes del capital.

El padecimiento de las masas no cesa. El capitalismo tiene que tirarle a éstas toda su crisis. Lejos de expandir reformas y limosnas, el capital sólo prepara nuevos tormentos y padecimientos para los explotados.

El gran capital no ha reconstituido, conquistado ni producido los beneficios que ya se ha comido y devorado, por lo que los balances de los grandes bancos del mundo y la moneda circulante, no tienen valor cotejado en bienes reales. Esos valores, esas monedas emitidas sin respaldo, son a su vez re-prestadas con tasas usureras a los estados en bancarrota, que a su vez emiten nuevos títulos que jamás podrán pagar. La crisis se desarrolla en espiral. La recesión mundial ya está aquí. De ella el capitalismo saldrá con guerra y fascismo, doblegando la expoliación y el saqueo de los pueblos coloniales y semicoloniales. Por ello la alternativa es o revolución socialista, o barbarie, guerra y fascismo, con los que se sostendrá el capitalismo.

Para unir y centralizar las filas del proletariado mundial
Para preparar y organizar una contraofensiva de masas que derrote el ataque imperialista
Para romper el cerco y las barreras que el reformismo y la izquierda enfermera del capitalismo le imponen a la revolución socialista
Para conquistar las condiciones de la victoria de la clase obrera mundial

¡Hay que poner en pie un reagrupamiento internacionalista y revolucionario del proletariado mundial!
¡Hay que avanzar a la refundación de la IV Internacional!

Las fuerzas de la IV Internacional y su programa tampoco han sido vencidas, pese a años de persecución y aislamiento; y pese a años de revisionismo contra el marxismo.
La emergencia de un movimiento obrero revolucionario real, que combate a pesar y en contra del reformismo, ha creado las condiciones para que las fuerzas internacionalistas del proletariado mundial retornen al corazón de las masas en el próximo período.
La tarea de poner en pie un polo internacional para reagrupar las fuerzas socialistas revolucionarias e internacionalistas de la clase obrera mundial, ya están madurando.

El campo de batalla del programa marxista y las distintas trincheras en los estados mayores del proletariado, ya están claras.

Del lado del reformismo, de los renegados del marxismo, se encuentran los que sostienen la restauración capitalista en Cuba y a las “boliburguesías” lacayas del imperialismo.
En la otra barricada, del lado del marxismo, hemos quedado los socialistas revolucionarios, que llamamos a impulsar una segunda revolución socialista en Cuba que reconstituya su economía socialista como parte del triunfo de la revolución en América Latina y EE.UU.

En Grecia, está el reformismo y  el revisionismo que vendieron la cortina de humo de la “vía pacifica al socialismo” con Syriza, el estalinismo y sus laderos, los renegados del trotskismo, y lo único que han hecho ha sido tenderle un cerco a las masas y llevarlas al callejón sin salida de la colaboración de clases, para que levante cabeza el fascismo.
Del otro lado, en la barricada de la teoría-programa de la revolución socialista internacional, están las fuerzas del trotskismo que llamamos a poner en pie la milicia obrera para aplastar al fascismo y que planteamos que no se puede hablar más en nombre de la clase obrera sin romper con la burguesía y sin llamar a poner en pie los consejos obreros en Grecia y toda Europa.
Somos los que hacemos nuestras las consignas de los mineros de España y de sus mujeres en las calles de Madrid: “Si nuestros hijos no comen, sangrarán los vuestros, oligarcas y banqueros”… “Si ustedes nos declaran la guerra, guerra de clases tendrán”.

El frente de batalla está claro en la lucha por el programa y por un nuevo reagrupamiento de las filas obreras.
De un lado, los que calumniaron a las masas de Libia y los que las cercaron junto al imperialismo para que éstas con las armas en la mano no se hagan del poder; los que sometieron a los fraudes de los desvíos parlamentarios todas las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente, mientras hablan los sables de los generales asesinos en Siria, Yemen, Qatar y ahora de Egipto.
Del otro lado de la barricada, los revolucionarios que combatimos incansablemente por dotar al doble poder armado de los explotados de Libia de una dirección revolucionaria. Los que llamamos a romper el cerco de las masas de Siria y peleamos por: ¡Abajo Al-Assad! ¡Ninguna intervención imperialista! ¡Fuera el CNS y sus generales “democráticos”, todos amigos de Bashar y agentes del imperialismo! ¡TODO EL PODER A LOS COMITÉS DE COORDINACIÓN Y LOS COMITÉS DE SOLDADOS RASOS! Los que en América, África y Asia, y llamando incansablemente a la clase obrera norteamericana y europea, estamos luchando por poner en pie un Comité Internacional para romper el cerco a las masas de Siria. Y los que no solamente hablamos de ello, sino que lo hacemos, como lo hacen los heroicos militantes obreros voluntarios internacionalistas que luchan y dan su vida en las calles de Libia y, lo decimos con orgullo, también de Homs, Deraa y Damasco.

Las fuerzas internacionalistas luchamos por la revolución socialista. Entre ésta y los gobiernos contrarrevolucionarios de la burguesía y el imperialismo, sólo hay una traición al proletariado para expropiarle su revolución.
Los internacionalistas llamamos a reagrupar las fuerzas del movimiento revolucionario real que ya se ha puesto de pie y combate en los cinco continentes. En esta lucha, se crearán y madurarán las condiciones para poner en pie un Comité por la refundación del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV internacional.
Éste es el único partido que reconocemos y que debe ser fundado desde sus cimientos, puesto que oportunistas, revisionistas y ahora laderos del capitalismo, lo han destruido en años de capitulaciones y adaptaciones.

Las fuerzas que le dieron origen a la IV Internacional ya existen y combaten: es el proletariado y la juventud  revolucionaria que no se doblega ante las traiciones del reformismo, ni ante sus cantos de sirena, ni ante el terror del fascismo.
Las fuerzas de la IV Internacional se preparan en los combates actuales. En ellos acumulan experiencia las nuevas generaciones de revolucionarios.
El programa marxista ya ha encontrado continuidad. En durísimas luchas de tendencias, fracciones y de partidos ante las masas, el marxismo vive. En los círculos académicos de pseudo-intelectuales de la burguesía, en los pequeños o grandes aparatos de déspotas neo-estalinistas, el marxismo no puede vivir. Es que el marxismo científico no puede sobrevivir en aparatos reformistas de lacayos de la burguesía y de revisionistas que lo castran de toda su fuerza revolucionaria.
El marxismo vive en la revolución. De ella se nutre de sus mejores elementos, para darle continuidad como socialismo científico, como la fuerza capaz de transformar el mundo, como la teoría, el programa y la organización capaz de dirigir al proletariado a la toma del poder.
Que los revisionistas y los renegados del marxismo no nos pidan silencio sobre sus traiciones cuando a ellos no les ha temblado el pulso para cercar revoluciones, carnerear huelgas, entregar obreros al capital y desorganizar lo que las masas han construido en su combate. Cada vez más los explotados comprenderán, a partir de su propia experiencia, la justeza del programa de los revolucionarios, a condición de que los revolucionarios reagrupemos rápidamente nuestras fuerzas.
Nuevos test ácidos de la lucha de clases separan con claridad reforma de revolución, como los que aquí planteamos.

Podrán nuestros lectores entonces, encontrar en esta primera parte del Organizador Obrero Internacional N° 18: el llamamiento a poner en pie un Comité Internacional de apoyo a las masas martirizadas de Siria, que están siendo masacradas por el chacal Al-Assad, para luchar de forma centralizada por romper decididamente el cerco que han montado sobre los explotados sirios.
En la sección de “La Revolución Libia al Día”, presentamos corresponsalías sobre la lucha de los trabajadores y estudiantes de ese país contra los khadafistas del gobierno del CNT, así como una correspondencia de los valientes estudiantes del Comité en apoyo a las masas sirias de Argentina dirigida a los estudiantes revolucionarios de Bengasi, Libia.
Además en estas páginas, encontrará un artículo con los últimos acontecimientos en Zimbabwe, al sur de África, y una declaración frente a la candente cuestión de Grecia, que hoy separa con claridad a los revolucionarios de los reformistas enfermeros del capitalismo.
Por otro lado, presentamos una declaración frente a los agudos sucesos de los combates en el Perú profundo y también en Bolivia, junto a corresponsalías escritas desde el lugar de los acontecimientos; así como una sección dedicada a la cuestión de la alianza obrera y campesina en América Latina, a cargo de distintos dirigentes del Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI.
Por último, presentamos una declaración frente a Paraguay, dando respuesta a la lucha de los campesinos pobres contra el imperialismo y la respuesta de las transnacionales cerealeras y la burguesía nativa cipaya con su “golpe palaciego” contra Lugo.
 

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