volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 15 Parte III
La clase obrera y los explotados que hoy enfrentan al gobierno de Tantawi y la junta militar continuadora de Mubarak, salen a las calles a recuperar lo que les robaron y les pertenece: la revolución.
¡Que vivan las masas egipcias y su revolución!
¡Abajo el gobierno de Tantawi y los generales asesinos, agente del imperialismo yanqui y sostenedor del estado sionista fascista de Israel!
¡No abandonamos la plaza! ¡No delegamos el poder que conquistamos en las calles!
¡Por un gobierno provisional revolucionario de las organizaciones obreras,
los comités de soldados y los organismos de las masas en lucha!
Días atrás, cientos de miles de obreros y jóvenes han salido a las calles en El Cairo, Alejandría, Suez y las principales ciudades de Egipto para exigir que se vaya el gobierno militar, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) y su jefe Tantawi. Asistimos, siguiendo las lecciones históricas y el calendario de la revolución rusa de 1917, a una “Jornada de Abril”, es decir, una jornada suplementaria revolucionaria que impuso la renuncia de dos Primer Ministros, Safar y luego a su reemplazante, Ganzour; dejando más débil al régimen y al estado burgués.
Volviendo a ganar la Plaza Tahrir, la clase obrera y el pueblo egipcio retoman el combate que iniciaran en febrero, cuando derrocaron al gobierno de Mubarak, luchando por conquistar el pan, el trabajo y la independencia nacional. Ganan las calles con el método de la revolución: semi-insurrecciones y huelgas revolucionarias locales, con tomas de fábricas, con combates en barrios y plazas contra la soldadesca, es decir, en lucha política de masas. Las masas, muy lejos de la teoría reformista de “revolución democrática”, vienen a por lo que les pertenece y les han robado por algunos meses: su revolución.
Los explotados de Egipto, arremetiendo con su lucha contra el poder de los generales continuadores de Mubarak y agentes del imperialismo, suben un nuevo peldaño en el camino de la lucha por la revolución obrera y socialista. Para seguir avanzando en ese sentido, hay que luchar como las heroicas masas explotadas de Libia, destruyendo la casta de oficiales del ejército a cuenta del imperialismo que saquea el petróleo y las riquezas de Egipto. Porque cuanto más lejos lleguen las masas en partir al ejército y armarse, más van a fortalecer sus organismos de autodeterminación y democracia directa, es decir los soviets, más quedará demolida la maquinaria del estado burgués y más cerca estarán las masas de derrotar a la burguesía de todo Egipto.
El momento actual de la revolución en Egipto podría definirse en el siguiente concepto que León Trotsky planteo en su trabajo sobre “La Historia de la Revolución Rusa”: “Un alzamiento revolucionario que dura varios días sólo se puede imponer y triunfar con tal de elevarse progresivamente de peldaño en peldaño, registrando todos los días nuevos éxitos. Una tregua en el desarrollo de los éxitos es peligrosa. Si el movimiento se detiene y patina, puede ser el fracaso. Pero tampoco los éxitos de por sí bastan; es menester que la masa se entere de ellos a su debido tiempo y aprecie antes de que sea tarde su importancia para no dejar pasar de largo el triunfo en momentos en que le bastaría alargar la mano para cogerle. En la historia se han dado casos de estos”.
En la Plaza Tahrir, el corazón de la lucha de masas, están las fuerzas para conquistar el poder de los explotados, el único verdaderamente democrático que le podrá garantizar el pan, el trabajo y la libertad a las masas. Allí están representados el 99% de las clases explotadas y desposeídas de la nación, que se han vuelta a sublevar contra ese 1% que encarnan a los imperialistas y los capitalistas, que son la casta de oficiales del ejército y los partidos patronales que conspiran contra las masas.
Ese poder de los explotados, que late y vive en la Plaza Tahrir, armándose y destruyendo a la casta de oficiales, formando un gobierno provisional revolucionario basado en las organizaciones de las masas, es el único que podrá llevar adelante la resolución de las tareas democráticas estructurales de la independencia nacional y el problema de la tierra, expulsando a las transnacionales. Ese poder, el de los explotados victoriosos, será un millón de veces más democrático que la más democrática de las repúblicas burguesas.
Por eso no hay que repetir el pasado. Por dejar la plaza, en febrero cuando hicimos rodar la cabeza de Mubarak, perdimos una gran oportunidad de tomar el poder en nuestras manos. Por eso mismo, no podemos permitir que nos expropien nuevamente nuestra revolución. ¡No abandonemos la plaza! ¡El poder es nuestro! ¡Somos los verdaderos representantes de todos los desposeídos de Egipto!
Las masas tienen que tomar el poder ahora o su revolución correrá el grave riesgo de ser expropiada nuevamente. Si esto sucede, podrá venir un período de reacción, de desgaste y agotamiento de las fuerzas de la revolución, para que luego pegue la asonada bonapartista o fascista.
Así sucedió en Bolivia, con la burocracia de la COB, sostenida por el POR, entregándole el poder a Morales, inclusive poniéndole ministros obreros en el gabinete burgués. Cuando éste, el gobierno de “frente popular” de Morales, adormeció lo suficiente a las masas, vino la asonada fascista de la Media Luna y la instauración de un régimen del pacto de “unidad nacional” y su constituyente, apoyado por la OEA y todas las petroleras imperialistas, que profundizó el saqueo de Bolivia.
Las masas con su lucha enfrentan al pilar fundamental del estado: el ejército asesino de Mubarak, agente del imperialismo
Cuando a los explotados de Egipto en febrero pasado les expropiaron su revolución, lo que surgió fue un gobierno de una casta de oficiales paga y mercenaria bajo el mando del pentágono y el ejército yanqui. La paradoja fue que, justamente, los que no pusieron ni un muerto, ni llamaron a ninguna acción revolucionaria, ni estuvieron en los combates en la plaza de la liberación, ni en las huelgas, ni soportaron los padecimientos inauditos, ni incendiaron las comisarías, ni se tomaron los grandes supermercados para comer: expropiaron la heroica lucha de las masas y hoy están en el poder. Éste, el poder que los explotados tenían al alcance de la mano, fue arrebatado por los generales bonapartistas, gurkas de EE.UU., que con sus tanques en las calles impidieron que las masas lleguen aún más lejos en la demolición del régimen autocrático de Mubarak.
Este gobierno de los oficiales asesinos comandado por Tantawi reprimió salvajemente cada lucha de la clase obrera, atacando a los sindicatos y a los estudiantes que se levantaban por sus demandas ya sea de trabajo, salario o una mejor educación. Estos generales lo único que le han dado a las masas egipcias es más carestía de la vida, desocupación y una brutal represión y persecución a todos los trabajadores y explotados. Tan es así que, desde febrero pasado en que asumiera esta Junta Militar, hay 12.000 juicios militares contra las masas y miles de presos políticos, más que en los 30 años de la dictadura de Mubarak. Este gobierno militar ha salido a reprimir brutalmente a las masas que nuevamente ganaron la Plaza Tahrir masacrando a 41 explotados y dejando más de 5.000 luchadores heridos.
Esta casta de oficiales asesina del ejército financiada con 1.300 millones de dólares al año por el imperialismo yanqui, constituye un dispositivo de control contrarrevolucionario del imperialismo en toda la región. El ejército de Egipto es el corazón de un estado que sostiene, como viga fundamental en Medio Oriente, al estado sionista fascista de Israel desde 1979 con los acuerdos de Camp David que firmaron los generales junto con Sadat (presidente de Egipto en aquel entonces). Un pacto del sionismo, el imperialismo y de la burguesía egipcia, con el que, junto a todas las clases dominantes de Medio Oriente, vinieron a imponer y garantizar el control de las masas palestinas y a asentar el estado de Israel. Este pacto fue la base de las masacres de decenas de miles de obreros palestinos en los campamentos de Sabra y Shatila a principios de los años ´80.
Contra este poder que hoy constituyen las Fuerzas Armadas en Egipto, las masas arremeten nuevamente y suben, como dijimos, un nuevo peldaño en su revolución. Es que la clase obrera sacó la conclusión de que sus sindicatos, sus comités de huelga, sus comités de desocupados, sus comités de lucha del movimiento estudiantil, no podían conseguir ni la más mínima de las demandas si no preparaban una nueva embestida de lucha política para derrocar a todos los generales de Mubarak, a su régimen infame y sus políticos cómplices. ¡Para conquistar el pan, el trabajo y la libertad hay que aplastar a los generales asesinos de Mubarak, agentes del imperialismo y expropiadores de la revolución de febrero!
Este combate de las masas egipcias es la punta de lanza para que las masas libias enfrenten al CNT de la OTAN, los generales khadafistas y el imperialismo; para que las masas tunecinas rompan con la Asamblea Constituyente de Obama, Sarkozy y demás carniceros imperialistas, para que las masas Sirias terminen de barrer al régimen de Al-Assad y para que se vuelvan a poner de pie las masas palestinas contra el pacto de Hamas y Al-Fatah que quieren imponer la política de “dos estados” para sostener al estado sionista fascista de Israel.
¡Todos a la Plaza Tahrir para poner en pie allí el poder de los explotados: el único y legítimo poder que garantizará el pan, el trabajo, la independencia nacional y todas las demandas de las masas egipcias expropiando a la burguesía y el imperialismo!
Las plazas de Egipto llenas de obreros, estudiantes, desocupados y de sectores explotados del campo y la ciudad es de hecho un doble poder, irreconciliable con el poder de la casta de oficiales del ejército asesino continuador de Mubarak. Pero esta situación debe definirse. En 1917 Lenin alertaba de esta cuestión en plena Revolución Rusa en “Las tesis de abril”: “Este doble poder se manifiesta en la existencia de dos gobiernos: uno es el gobierno principal, el verdadero, el real gobierno de la burguesía, «el gobierno provisional» de Lvov y Cía., que tiene en sus manos todos los resortes del poder; el otro es un gobierno suplementario y paralelo, un gobierno de «control» encarnado por el Soviet de diputados obreros y de soldados de Petrogrado, que no tiene en sus manos ningún resorte del poder, pero que descansa directamente en el apoyo de la mayoría indiscutible y absoluta del pueblo, en los obreros y soldados armados (…) No cabe duda de que tal «entrelazamiento» no puede durar mucho. En un mismo estado no pueden existir dos poderes. Uno de ellos está destinado a desaparecer, y toda la burguesía rusa está ya, en todas partes, haciendo todos los esfuerzos posibles por eliminar y debilitar a los soviets, por reducirlos a la nada y por establecer el poder exclusivo de la burguesía”.
Sin embargo el doble poder que se alza en la Plaza Tahrir es aún imperfecto. Necesita organizarse y centralizarse con delegados con mandato de todas las plazas, barrios obreros, las fábricas, colegios y universidades de todo Egipto. Para fortalecerse, en primer lugar, debe armarse la milicia, en base a los que encabezaron los combates estos días con molotovs y piedras en todas las plazas de Egipto.
La clase obrera y los explotados egipcios deben seguir el camino de sus hermanos de clase de Libia y romper el ejército. Los soldados rasos se unirán con las masas si, desde la Plaza Tahrir, los explotados los llaman a darse vuelta, destruyendo a la casta de oficiales asesina y a venir con sus armas para defender al verdadero poder de los explotados egipcios.
Así, las masas pondrán en pie en la Plaza Tahrir el legítimo poder de los explotados: un verdadero congreso obrero, de estudiantes revolucionarios, de las masas explotadas, de desocupados y de comités de fábrica y de soldados rasos que deberá tomar en sus propias manos la resolución de las demandas del conjunto de los explotados que sólo podrán ser garantizadas tomando las riendas del poder, expropiando a las transnacionales y rompiendo con el imperialismo.
¡Desconocimiento inmediato del gobierno de los militares, continuadores de Mubarak! ¡Fuera los Hermanos Musulmanes que sostuvieron durante años al régimen asesino de Mubarak, dándole diputados y hoy sostienen a la casta de oficiales de Tantawi y el CSFA!
¡No abandonamos la plaza! ¡El poder es nuestro! ¡Somos los representantes de todas las clases explotadas y desposeídas de Egipto! ¡Con la Huelga General Revolucionaria hay que rodear los cuarteles para llamar a los soldados, hijos de los obreros, los desocupados, las mujeres explotadas y los campesinos a que vengan con sus armas, constituyendo en cada cuartel comités de soldados que envíen sus delegados a la Plaza Tahrir para poner en pie junto a los comités de autodefensa, el brazo armado de este poder!
¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a toda la oficialidad del ejército asesino de Mubarak y la burguesía nativa, lacayos del imperialismo y sostenedoras del sionismo!
Deben instalarse en todas las ciudades de Egipto los comités de soldados y la milicia obrera, destruyendo, demoliendo y expulsando a toda la policía secreta y pública de Mubarak, apropiándose de sus armas.
¡Inmediata e incondicional libertad a todos los presos políticos!
¡Fuera de todos los ministerios e instituciones públicas los generales contrarrevolucionarios! Llamamos a los trabajadores organizados y los comités de soldados a nombrar comités de acción en todos los ministerios y municipios que emanen del único poder legítimo de Egipto: el de los trabajadores y las masas empobrecidas.
Todos los periódicos y organismos de difusión, como la TV, pasan bajo control de este poder de los obreros y los explotados que los organizarán de forma democrática, para que todas las corrientes políticas, sindicales, estudiantiles, artísticas, científicas puedan tener por fin acceso a dar información, a luchar por su ideología y por sus posiciones, siempre y cuando reconozcan a este poder como el único poder legítimo y democrático de Egipto.
La revolución es por el pan y hay que buscarlo donde está: ¡Expropiación inmediata sin pago de todos los bancos, de todas las transnacionales y de toda la gran burguesía, cuyos bienes se ponen en funcionamiento bajo control de los trabajadores y de este organismo de poder, impuesto por todas las masas de Egipto!
¡Expropiación sin pago de todas las propiedades y los bienes de los militares asesinos de Mubarak y la burguesía nativa que mantiene negocios con el Estado sionista de Israel, masacrador de las masas palestinas!
¡Expropiación sin pago de todas las tierras fértiles del Nilo y reparto para quienes la trabajen con sus propias manos sin explotar trabajadores! ¡Créditos baratos para los pequeños productores y condonación de todas sus deudas!
Los trabajadores desocupados junto a los ocupados, deben conquistar su unidad en la lucha, en sus demandas, si realmente quieren defender su salario, conquistar el pan y tener organismos comunes de lucha. Por eso hay que levantar primero la demanda de ¡Trabajo para todos! ¡Escala móvil de salarios y horas de trabajo! Que se abra un registro para distribuir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles en todas las fábricas, establecimientos y empresas de Egipto con un salario acorde a la canasta familiar.
Desde febrero la clase obrera ha luchado por poner en pie nuevos sindicatos para luchar contra los patrones, junto a ellos deben funcionar los comités populares que están integrados por los trabajadores desocupados -en su mayoría jóvenes- para terminar con el flagelo de la desocupación y la carestía de la vida.
No solo hay que impulsar la lucha contra la desocupación, sino la lucha por ¡Abajo la carestía de la vida! ¡Aumento de salario ya! ¡Comités de abastecimiento y control de precios para organizar, junto a los comités de desocupados, los comités de empresa, fábrica y los sindicatos, a las amplias masas hambrientas del campo y la ciudad!
¡Nacionalización sin pago y bajo control obrero del canal de Suez! ¡Nacionalización del comercio exterior para terminar con el saqueo imperialista! Allí, junto a la expropiación de las transnacionales y los banqueros están los fondos para que haya leche, pan y alimentos de primera necesidad gratuitos para toda la población.
Obama y Clinton, junto a Tantawi, el Consejo Militar y los partidos patronales conspiran contra las masas para salvar al régimen de los generales asesinos.
¡Abajo la estafa de la “constituyente”! ¡Boicot a las elecciones fraudulentas!
Acorralados por las masas que asedian la ciudadela del poder, el imperialismo yanqui, Tantawi y el CSFA, los Hermanos Musulmanes, los partidos patronales liberales y demócratas conspiran para impedir el triunfo de los explotados que llegan a la Plaza Tahrir.
Las masas anhelan tener un “gobierno civil”. Porque para ellas esto significa terminar de demoler al régimen de Mubarak, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y al partido-ejército que es el que ha controlado todos los resortes del estado en los últimos 50 años y que con sus empresas y negocios suma casi el 40% del PBI egipcio. Para las justas aspiraciones de las masas “gobierno civil” es terminar la tarea que comenzaron en febrero pasado tirando a Mubarak, ahora yendo por todos sus socios que hoy están en el poder.
Pero el imperialismo norteamericano con Obama y Hillary Clinton a la cabeza, junto a todos los partidos patronales egipcios buscan salvar a Tantawi y al ejército, preparando un “gobierno civil” con sus agentes para formar un gobierno de “salvación nacional”, que no sería otra cosa que una fachada para continuar con la transición pactada para salvar a la casta de oficiales y continuar con el saqueo de la nación. Para este objetivo, el imperialismo, a través de su agente Tantawi, realiza reuniones a espaldas de las masas con todos los partidos Y políticos patronales como Los Hermanos Musulmanes, El-Baradei, incluso con los profesionales renegados del “movimiento 6 de abril”.
Los Hermanos Musulmanes ya quieren probarse los trajes del poder, después de haber sido uno de los principales sostenes del gobierno pro-imperialista de Mubarak. Ellos han actuado como una verdadera quinta columna boicoteado todas las acciones de las masas y desconociéndolas.
Al mismo tiempo el imperialismo yanqui promueve al liberal El Baradei, premio Nobel de la Paz y ex - presidente de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU. Mientras pasea por la Plaza Tahrir para mostrarse como “amigo” de las masas, se reúne con Tantawi para ver qué pasos dar en la conformación de un “gobierno de salvación nacional” que lo incluya a él, junto a otros representantes de los partidos patronales.
Ninguno de ellos combatió contra Mubarak, ni lo hace hoy contra lo que queda del régimen. Los únicos capaces de salvar a la nación son los explotados que se encuentran en la Plaza Tahrir y ocupando las plazas de las principales ciudades egipcias, el único poder legítimo que deben reconocer los explotados. A ellos, a los explotados, quieren sacarlos de la lucha y meterlos en la trampa de las elecciones fraudulentas y amañadas, donde durante ¡tres meses! en distintas ciudades se irán votando los legisladores a la Asamblea Constituyente que se reunirá ¡a mediados del 2012!
Para intentar llevar adelante este desvío parlamentario, la política del imperialismo yanqui es poner en pie partidos islámicos moderados y partidos liberales democráticos para intentar desviar y contener el justo odio de los explotados. A este siniestro plan, lo sostienen las direcciones del Foro Social Mundial y las corrientes socialimperialistas con su política de “asambleas constituyentes para tener más democracia”.
Desde Obama, Sarkozy y todos los carniceros imperialistas, pasando por la cueva de sirvientes de la Liga Árabe, hasta el Foro social Mundial y su “ala izquierda” de socialimperialistas del SWP inglés, etc., se ha conformado una Santa Alianza para aplicar el plan Túnez: que las masas cambien su lucha revolucionaria por el pan por un voto en las antidemocráticas y reaccionarias asambleas constituyentes de Obama, Sarkozy y demás carniceros imperialistas. Ellos llaman a elecciones para sacar a las masas del combate en las calles, para alejarlas de la toma del poder; intentando así abortar la magnífica y heroica revolución obrera y socialista que ha comenzado.
Por eso toda corriente que levanta el llamado a la “Asamblea Constituyente” en momentos que ha comenzado la revolución y que la clave es la lucha por el poder, está por que continúe gobernando la burguesía. Pues entonces, la política de “Asamblea Constituyente” en la revolución egipcia, utilizada principalmente por los ex trotskistas (SWP´s, NPA´s, LIT, etc.), es un dogal en el cuello en la ofensiva de las masas y una verdadera puñalada por la espalda a la revolución obrera y socialista.
Contra estos reformistas y mencheviques del siglo XXI, el bolchevismo en el año 1917 articuló su programa en medio de la revolución rusa alrededor de la lucha por “pan, paz y tierra” y “todo el poder a los soviets”; es decir que para conquistar las demandas motoras que impulsaban a las masas hacia el asalto político contra la burguesía, el poder debía quedar en manos de las instituciones de lucha de la clase obrera, los campesinos y soldados.
Lenin, en ese mismo 1917, planteaba la cuestión de la siguiente manera en “Las Tesis de Abril (Las tareas del proletariado en la actual revolución)”: “Explicar a las masas que los soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario” (…) “Mientras estemos en minoría, realizaremos la tarea de criticar y señalar los errores, propugnando, al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los soviets de diputados obreros” (…) “No una república parlamentaria –volver a ella desde los soviets de diputados obreros sería un paso atrás-, sino una república de los soviets de diputados obreros, peones rurales y campesinos, en todo el país, de abajo hacia arriba”.
Siguiendo estas enseñanzas, los marxistas revolucionarios luchamos junto a las masas egipcias por: ¡Impongamos el boicot a estas elecciones fraudulentas donde vale lo mismo el voto de los funcionarios parásitos que el de la clase obrera que produce todas las riquezas de la nación! ¡Abajo las fraudulentas elecciones de Obama, Tantawi y el CSFA! ¡Abajo la “Asamblea Constituyente” antidemocrática! ¡Abajo la estafa de los gobiernos de “salvación nacional” y “civil” de los conspiradores patronales y el imperialismo! ¡Por un Gobierno Provisional Revolucionario de las organizaciones obreras, los comités de soldados y los organismos de las masas en lucha, que será el único que podrá resolver integra y efectivamente la demanda de los explotados!
El combate en Egipto: un nuevo impulso para la revolución de las masas del Norte de África y Medio Oriente
La situación revolucionaria en Egipto es un eslabón más de una sola y única revolución en todo el norte de África y Medio Oriente. La revolución que comenzara con la “chispa” de Túnez derrotando a Ben Alí, que se ha cobrado las cabezas de Mubarak y Khadafy, hoy enfrenta a los gobiernos fantoches de transición, sirvientes del imperialismo, con las masas egipcias encabezando una fenomenal lucha política revolucionaria de masas. En la Plaza Tahrir están dadas y sobran las condiciones para llevar adelante las tareas que ansían realizar las masas árabes del Norte de África y Medio Oriente.
En la plaza de los mártires de Trípoli las masas que festejaban el ajusticiamiento popular del perro del imperialismo Khadafy gritaban “Por la liberación de Jerusalén, Palestina y toda la nación árabe” y “que triunfe Siria, Yemen y sea liberado el territorio palestino”.
Hoy desde la plaza de El Cairo, está al orden del día darle continuidad al combate de las masas que marcharon a derribar al muro de Rafah (Gaza) y que quemaron la embajada sionista de la capital egipcia. Hay que hacer un llamado a las martirizadas masas palestinas a que en Plaza Tahrir funcione la Asamblea Nacional Palestina con 1 delegado cada 1000 palestinos de Gaza y Cisjordania, y de toda la diáspora (Líbano, Siria, Jordania y Egipto). ¡Abajo el Pacto de Camp David de 1979 de los generales asesinos de Mubarak que sostiene al estado sionista fascista de Israel! ¡Es hora de echar abajo definitivamente al oprobioso muro de Rafah y todos los muros de los campos de concentración que son el infierno de las masas palestinas! ¡Abajo el acuerdo de Hamas y Al Fatah que sostiene el plan de “dos estados” de Obama y el sionismo! ¡Por la destrucción del estado sionista fascista de Israel! ¡Por una Palestina única, libre, laica, democrática y no racista bajo un gobierno de las masas auto-organizadas y armadas! Este es el camino también para que la revolución egipcia no sea aplastada por el ejército sionista que no dudará en hacerlo si esta avanza derrocando a Tantawi y el CSFA.
Las heroicas masas de Siria hoy siguen el camino de sus hermanos de clase de Libia, porque con su lucha está partiendo a la casta de oficiales asesina del régimen de Al Assad, poniendo en pie milicias obreras y populares.
En El Cairo las masas árabes del Norte de África y Medio Oriente pueden organizar las brigadas obreras internacionales que abran un corredor obrero para ir en ayuda de las masas sirias que heroicamente enfrentan al régimen asesino de Al Assad. Este es el camino para volver a poner de pie a las martirizadas masas iraquíes luego de la invasión angloyanqui para que derroten al gobierno títere del imperialismo. Este es el camino para que la clase obrera y los explotados iraníes rompan con los ayatollahs y vuelvan a poner de pie la revolución de los shoras como en el `79. ¡Por los Estados Unidos Socialistas del Norte de África y por una Federación de Repúblicas Obreras y Socialistas de todo Medio Oriente!
¡La acción internacionalista de los obreros de Oakland y los explotados egipcios, uniendo sus combates, marca el camino de cómo hay que luchar! ¡Europa y Estados Unidos deben incendiarse con el fuego de la revolución del Norte de África y Medio Oriente!
El impacto de la revolución en el Norte de África y Medio Oriente ha llenado de energías a los explotados en varios focos calientes del planeta. Estas heroicas acciones, llevadas adelante a pesar y en contra de las direcciones traidoras que las masas tienen a su frente, están rompiendo los cercos y la división país por país y marcan una firme tendencia a la unidad internacionalista para luchar, como la que están conquistando los obreros de Oakland (Estados Unidos) y El Cairo (Egipto).
En Egipto se marchó a la embajada yanqui en repudio a la brutal represión que sufrieran los “indignados” en los Estados Unidos; mientras que al mismo tiempo, desde Norteamérica, la juventud y la clase obrera de Oakland llaman a hacer una sola lucha “desde El Cairo hasta Wall Street”. Este es el camino que hay que seguir profundizando, porque en Egipto se libra una batalla de la guerra de clases que se definirá en las calles de Roma, Madrid, París, Berlín, Londres y Nueva York.
¡No permitamos que salga un solo barco o buque que abastezca al ejército egipcio, títere del imperialismo yanqui y Obama! ¡No permitamos que salga un solo centavo de los 1.300 millones de dólares que los parásitos del capital financiero de Wall Street le entregan por año a Mubarak y compañía, para que aplaste a las masas de Egipto y sostenga al estado sionista-fascista de Israel!
En EE.UU. ya se están tomando los puertos, los trabajadores inmigrantes vuelven al combate, la juventud de los “Indignados” cerca Wall Street: allí se está combatiendo a ese 1% de los parásitos imperialistas y que se apropia del 99% que producen los explotados del mundo. Pero aún hace falta combatir al representante del otro 1%, que es Obama, el comandante en jefe de la contrarrevolución imperialista en el planeta, sostenido por el Tea Party, el partido de los Bush y demás carniceros imperialistas.
Aquí y allá, la revolución del Norte de África y Medio Oriente sube nuevos peldaños. Empuja a la clase obrera y a los explotados de Europa, Estados Unidos y Japón a más y nuevos combates contra sus propias burguesías imperialistas. Las direcciones reformistas hacen lo imposible para que no se haga lo de Egipto en Europa donde hay que pelear por ¡Abajo el régimen bonapartista de la autocracia de la Merkel y Sarkozy! ¡Fuera la OTAN y las tropas imperialistas que saquean y oprimen al planeta entero!
En Europa hay que luchar por ¡Abajo Maastricht! En Estados Unidos por ¡Abajo el régimen de los “Republicratas”! Y en Japón por ¡Abajo el régimen de las corporaciones fascistas!
Estos son los combates que pone al orden del día la marea revolucionario de los hermanos de clase del Norte de África y Medio Oriente. ¡Hay que pelear como en Egipto, Siria y Libia! ¡Eso hay que votar como tarea inmediata en Paris, Berlín, Londres, Tokio y Nueva York!
Como rodaron las cabezas de Ben Alí, Mubarak y Khadafy, tienen que rodar las cabezas de los gerentes de los banqueros de los gobiernos de Grecia e Italia; tienen que rodar las cabezas de Zapatero-Rajoy y de la dinastía de los Borbones. ¡Abajo la Merkel y la Alemania del Bundesbank! ¡Abajo Sarkozy y la V República francesa! ¡Abajo Cameron y la Corona británica! ¡Abajo la reaccionaria Unión Europea! ¡Huelga general continental desde Portugal hasta las estepas rusas para que la crisis la paguen los capitalistas!
Al calor de los combates de las masas en el Norte de África y Medio Oriente hay que refundar la IV Internacional, el estado mayor que la clase obrera y los explotados necesitan para triunfar
Estamos frente a distintos episodios de una misma revolución en el Norte de África y Medio Oriente, que puja por entrar a Europa y EE.UU., donde triunfará y se consolidará. Estamos frente a revoluciones de fuerzas elementales de masas, como llamaba el marxismo a las revoluciones abiertas donde se inician sin un partido revolucionario. Pero a pesar de ello, las masas, como hoy en Egipto, ayer en Libia o en Siria, intentan todos los días que su revolución suba un peldaño más en la escalera por destruir el estado burgués y conseguir el pan.
Los sinvergüenzas del Foro Social Mundial todos los días intentan que las masas se bajen del escalón que tanto les costó subir. Es más, tienen la desfachatez de decirle las masas que “todo lo que hicieron está mal”.
Por eso en cada peldaño que las masas suben en la revolución que han iniciado, o que se esfuerzan por iniciar, deben enfrentar a todas las fuerzas del reformismo reclutadas por el capital imperialista en bancarrota para defenderse de la marea revolucionaria de los explotados.
En estos combates se pone de pie un movimiento revolucionario real, que traza un ángulo de 180° con las direcciones traidoras como lo hacen las masas de Egipto, de Siria, de Libia, de Europa, de Estados Unidos o China que se han puesto de pie y que intentan coordinarse a nivel internacional. Desde Egipto a Oakland y desde Tokio a Chile. Ante cada golpe del empuje revolucionario de las masas que rompen el cerco del reformismo que la somete a la burguesía país por país renace el internacionalismo.
Allí está la carne y la sangre para que surja un estado mayor revolucionario, que lleve a la clase obrera y los explotados al triunfo. De esa fibra revolucionaria nace la juventud y los obreros de las plazas, los comités populares, las tomas de fábricas y de todas las organizaciones de los explotados que se han puesto en pie en El Cairo, Alejandría, Suez y todas las ciudades de Egipto. Como planteaba Trotsky en los ´30 durante la revolución española, en Egipto el proletariado deberá poner en pie su partido revolucionario insurreccionalista, al calor de la revolución misma.
En estos combates de las masas enfrentando todos los días a las direcciones traidoras, mostrándole a cada paso a las masas quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos, entrando de lleno al enorme torrente internacionalista que han abierto capas de la juventud y de la clase obrera mundial, está el camino para conquistar un nuevo reagrupamiento internacional de los explotados para refundar la IV Internacional. El partido mundial de la revolución socialista, la dirección que las masas necesitan y se merecen para triunfar.•