volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 15 Parte II TÚNEZ La trampa de las elecciones del 23 de octubre ¡La Asamblea Constituyente es una estafa contra las masas revolucionarias tunecinas! ¡ABAJO EL FRAUDE Y EL ENGAÑO ELECTORAL! ¡Fuera las asambleas constituyentes de la OTAN, Obama, Sarkozy y demás carniceros imperialistas! ¡Por un congreso nacional de delegados de los comités de fábrica, los comités de desocupados, los comités de soldados rasos y los sindicatos arrancados de las manos de la burocracia! ¡Abajo la burocracia de la UGTT! El domingo 23 de octubre se realizaron las elecciones para la Asamblea constituyente. Más de 100 partidos políticos participaron de los comicios. 11.000 candidatos en 1.600 listas se disputaron las 217 bancadas parlamentarias. Se trató de una instancia antidemocrática donde además de la enorme cantidad de partidos (la mayoría recién creados y que nadie conoce, y de los cuales gran parte de las masas explotadas opina que “no los representan ni reflejan sus aspiraciones”) se presentaron todos los esbirros del antiguo régimen, los miembros del RDC disfrazados en diferentes listas.
Un fraude electoral de la burguesía al desnudo El conjunto de burguesía ha salido a dar demasiada e improbable información sobre las elecciones, para montar una gran farsa sobre su verdadero desarrollo. Con el régimen de Ben Alí los fraudes eran moneda corriente, y hoy no sería de extrañar que un escandaloso fraude se haya llevado adelante, ya que la gran mayoría de los políticos patronales que se presentaron a estas elecciones fueron los que sostuvieron y se beneficiaron con la sangrienta dictadura que gobernó esta nación norafricana por más de 24 años.
La clase obrera y los explotados siempre estuvieron a 180 grados de las elecciones constituyentes Este escandaloso fraude es un vil engaño contra las heroicas masas tunecinas que no sólo demolieron la autocracia de Ben Alí, sino que dos meses después también tumbaban al “gobierno de transición” de Gannouchi, el primero de los CNTs que el imperialismo y sus lacayos montaban para expropiar la revolución que había comenzado en toda la región. Con sabiduría la clase obrera y el pueblo pobre del Túnez revolucionario afirman: “Alí Baba se ha ido, pero no los 40 ladrones”. Estas elecciones para la Asamblea Constituyente estaban anunciadas para julio; pero las incesantes embestidas revolucionarias, las huelgas, los piquetes, los comités de fábricas, los comités de trabajadores desocupados, las cientos de movilizaciones y enfrentamientos con la basura policial y las miles de acciones revolucionarias que regaban al Túnez insurrecto, obligaron a la burguesía a posponerla para octubre. En agosto, los explotados arremetían nuevamente contra el gobierno. La burocracia de la UGTT se vio obligada a salir de sus cómodos sillones y despachos -desde donde conspiraba junto al gobierno contra el proletariado revolucionario- para ponerse a la cabeza de las nuevas movilizaciones para contenerlas y desviarlas hacia la trampa electoral.
Un sindicalista de la UGTT que se dice independiente, señalaba que "la población de las regiones del sur y del interior, siguen estando muy deprimidas, no ven ninguna mejoría y sus jóvenes siguen desesperados por lo que no se puede descartar que en cualquier momento exploten nuevos disturbios sociales antes de las elecciones a la asamblea constituyente del próximo 23 de octubre". “Queremos una revolución, no viejos políticos”, decían a la prensa, ya en los días previos a las elecciones de octubre, unos líderes universitarios. Los periodistas daban como respuesta a este sentimiento la siguiente conclusión: “Saben que las cosas en Túnez nunca se decidieron por el voto. Y que continúa sin ninguna modificación el desempleo, la corrupción y la exclusión social”. Las enormes acciones de las masas tunecinas demuestran que la vanguardia de los trabajadores y de la juventud obrera no están dispuestos a entregar la gloriosa revolución que iniciaron por el pan, por trabajo y por la independencia nacional, a cambio de votos en las urnas de la burguesía, más aún cuando todos los políticos del régimen asesino de Ben Alí continúan en el poder. El rol de las direcciones traidoras y su llamado a la Asamblea Constituyente Pero toda esa potencialidad revolucionaria debía ser detenida. El imperialismo no puede terminar de controlar la revolución en la región. El desvío parlamentario es parte de las trampas que necesita imponer a las masas revolucionarias del Norte de África y Medio Oriente, para salvar la propiedad privada de los monopolios imperialistas y la burguesía nativa. Pero eso no fue todo. El PTT (partido fundado en abril por dirigentes de la UGTT), el maoísta PCOT y el “Frente 14 de enero” fueron los que encabezaron la ofensiva de imponer el momentáneo desvío parlamentario a la revolución. Es más, el PTT y el PCOT (al cual el NPA le daba cobertura de “izquierda” llevándolo a su congreso en París y al de los Anticapitalistas del Mediterráneo en Marsella), enviaban delegaciones de sus candidatos hacia las provincias del interior, el corazón de las masas revolucionarias. No lo hacían para unir y centralizar a los organismos que la clase obrera y las masas pusieron en pie para luchar, sino para disolverlos y someterlos a las elecciones fraudulentas. Estas y el resto de las corrientes que dirigen centrales obreras y sindicales en los países imperialistas se negaron a unificar el combate del Magreb con el de la clase obrera y los explotados de Europa que resisten el ataque que los gobiernos descargan sobre sus hombros para hacerles pagar la quiebra de sus estados. Se negaron a organizar la huelga general europea, a boicotear la maquinaria de guerra del imperialismo, y a poner en pie desde las organizaciones obreras brigadas internacionales para ir a combatir del otro lado del Mediterráneo. Es que la clase obrera de los países centrales tiene la llave para que triunfen definitivamente las revoluciones en curso en los países semicoloniales. Por eso para el imperialismo es central el rol que juegan los ex-trotskistas tanto en Europa como en el escenario mismo de la revolución. Así, con estas acciones y este verdadero cerco, los partidos burgueses, sindicatos y corrientes reformistas montaron el circo de la “Asamblea Constituyente”. Sin embargo, amplios sectores de las masas seguían desconfiando de estas elecciones. “Votando no comemos”, “Nosotros hicimos la revolución y quieren robárnosla con elecciones”, “los políticos son todos ladrones y corruptos”, comentaban los obreros y explotados tunecinos. Por eso la burguesía tuvo que recurrir al fraude y a la militarización del Túnez profundo, para imponer esta trampa. Pero ese triunfo electoral deben imponerlo en el terreno de la lucha de clases en las calles, fábricas y establecimientos, donde las masas revolucionarias han dado sobrada muestra de su combatividad y heroísmo. La misma prensa burguesa advierte: “Si se continúa dejando a la mayor parte de los tunecinos en una precariedad casi medieval, la explosión social será atómica”. Nada está dicho aún. ¡Abajo el fraude de la Asamblea Constituyente! Esta Asamblea Constituyente es un recurso para cercar desde adentro el proceso revolucionario. Porque disuelve los organismos de doble poder y democracia directa de las masas, creándoles la ilusión de que votando resuelven sus problemas para que dejen de confiar en sus propias fuerzas y se desarmen. Ya lo hicieron en Egipto donde sacaron a las masas de la calle al mes y medio de la caída de Mubarak con las elecciones y el verso de la “democracia”. ¡Lo único “democrático”, es que la clase obrera y las masas explotadas tengan pan, trabajo, el verdadero juicio y castigo a los asesinos de obreros y que puedan liberar al Túnez semicolonial del imperialismo! Por eso hay que desconocer esa Asamblea Constituyente antidemocrática y fraudulenta, que demuestra que los explotadores y todos los partidos burgueses, son incapaces de darles a las masas explotadas siquiera una Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana como institución de la democracia burguesa hasta el final, que sea realmente representativa con la elección de un diputado cada 10.000 habitantes tomando todo el país como una única circunscripción, que disuelva la institución presidencial, el parlamento y la justicia burguesa, y los remplace por una cámara única, con funcionarios revocables en cualquier momento que ganen el sueldo de un obrero, que legisle y ejecute e imparta justicia castigando a los políticos y patrones asesinos con los tribunales obreros y populares. No hicimos esta revolución para no tener pan. Los explotados no vamos a cambiar el pan por un voto. ¡Abajo la burocracia de la UGTT! ¡Fuera las direcciones colaboracionistas de las organizaciones de las masas en lucha! Para conquistar el pan, el trabajo y la independencia nacional: ¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero todas las fábricas, bancos y propiedades del imperialismo y la burguesía cipaya! ¡Hay que pelear como en Libia y unir a todos los explotados de la región! ¡Hay que luchar junto a los obreros griegos que pujan por que la revolución entre a Europa, donde se resolverá nuestro combate! ¡Por el triunfo de la revolución obrera y socialista! ¡Por una sola y única revolución a ambos lados del Mediterráneo! ¡Por una Federación de Repúblicas Obreras y Socialistas del Norte de África y Medio Oriente! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa! Julián Juarez y Florencia Barcaz
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