volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 15
El ala izquierda de la V Internacional y el Foro Social Mundial concentran fuerzas en Chile
El populismo y su “lucha a largo aliento”
Mientras el Partido Comunista hace de las suyas desde la dirección de la CONFECH, la CONES, el Colegio de Profesores y la CUT, las organizaciones populistas llaman a hacer la lucha “desde las poblaciones”, con mucha “acción directa”, para así “presionar” mejor al gobierno, para que nos de –el gobierno antiobrero y asesino de Piñera- la educación gratuita. Sin embargo, se abstienen criminalmente de la lucha por expulsar de las organizaciones de masas a las direcciones traidoras que, como el PC, le atan las manos a las masas para dar pasos decisivos en esta histórica lucha.
Cuando las condiciones, desde que comenzara el proceso revolucionario en mayo pasado, han planteando con claridad y urgencia una acción centralizada de los explotados, la huelga general revolucionaria para echar abajo a Piñera, organizaciones como el FPRM, el FEL, MIR, los colectivos populares, etc., plantean que estamos en un proceso de “largo aliento” y que este es el comienzo de una “acumulación de fuerzas” y creación del “poder popular”. Sin embargo, ninguno de estas organizaciones plantea que para conquistar nuestras demandas, que –como lo plantea el movimiento estudiantil- son urgentes, es necesario atacar directamente la propiedad de los capitalistas, con la clase obrera a la cabeza, puesto que la burguesía, como ha demostrado la experiencia histórica, sólo dará algo si es que ve toda su propiedad y dominio amenazados por el proletariado.
Ante esto, dicen que aún “no hay condiciones”. ¡Como si las más de 39 movilizaciones nacionales con combates callejeros, las cientos de tomas de colegios y universidades, como si las poderosas huelgas mineras, las huelgas bancarias, portuarias, los combates de Dichato, el combate del campesinado pobre en el sur y el apoyo incondicional de las familias obreras a sus hijos en la lucha no fueran las mejores condiciones para derrotar al gobierno de Piñera y conquistar las demandas de los explotados!
Así, el populismo, con su “acumulación de poder popular a largo plazo”, con los “pobladores” como sujeto social de la revolución –y no la clase obrera más concentrada, el proletariado minero que tiene en sus manos la llave de la expropiación del imperialismo- terminan sosteniendo, por izquierda, al gobierno asesino y salvando del odio probado de las masas al régimen pinochetista. Es que justamente es el proletariado minero quien tiene en sus manos la llave para conseguir nuestras demandas renacionalizando el cobre bajo control obrero, tal cual planteara la vanguardia estudiantil y el mismo movimiento minero cuando comenzaba este proceso revolucionario.
Para ellos, hoy se puede conseguir la educación gratuita y el salario digno, “acumulando fuerzas”, es decir, pacíficamente, -por más “métodos radicales y acción directa” que proclamen- tal cual hiciera el stalinismo en los ’70 con la “vía pacífica al socialismo”. Es decir, para el populismo se puede conquistar la educación gratuita sin expropiar el cobre, y sin poner en cuestión la propiedad y dominio del imperialismo.
El programa mínimo de los renegados del trotskismo
El grupo chileno del PTS argentino, el PTR (ex Clase contra Clase) llama a “ninguna mesa sin la educación gratuita como piso mínimo”, es decir, una mesa “más democrática”. Esta corriente nos muestra así como “nueva” receta la vieja política estalinista de “revolución por etapas” (primero leyes para la educación gratuita, luego para el matrimonio homosexual, luego para el aborto, luego para prohibir los despidos, etc., y después, muy después, el combate por “una República de los Trabajadores”). De esta forma, terminan diciendo que el estado burgués es “presionable”, que sólo hace falta ejercer más presión sobre él, con la “educación gratuita como piso mínimo”, para que éste, presionado por el movimiento estudiantil, promulgue por ley la educación gratuita. Esta corriente demuestra nuevamente haber roto definitivamente con el trotskismo y la teoría programa de la revolución permanente, que plantea que las tareas democráticas inconclusas en los países coloniales y semicoloniales (como la educación gratuita) , en la época imperialista, sólo pueden ser resueltas como subproducto de la lucha revolucionaria de las masas explotadas, con la clase obrera como caudillo de toda la nación, en lucha a muerte contra la “burguesía liberal-nacional”, es decir, los gobiernos “bolivarianos”, “progresistas”, etc.
Es que, más aún hoy, en medio de la crisis económica mundial, con el imperialismo siendo reacción en toda la línea, los gobiernos y regímenes burgueses no darán nada a las masas, más que ataques, miseria y privatizaciones. Pero el PTR plantea que no es necesario pelear por que se abra la revolución proletaria para conquistar, incluso, la demanda democrática de educación gratuita. Muestran así ser enemigos del apotegma marxista que plantea que sólo luchando, todos los días, por todo con los métodos de la revolución proletaria, en ese camino, incluso, la burguesía puede ceder demandas parciales, ante la amenaza inminente de perder su dominio y propiedad (conquistas que luego intentará quitarle a la clase obrera, si esta no toma el poder). Para el PTR, en cambio, hay que luchar todos los días por demandas parciales, y así, paso a paso, conquistaremos en un futuro lejano el socialismo.
Para sostener su política reformista, han viajado incluso delegaciones de dirigentes de Zanon, militantes del PTS. Buscan generar la ilusión de que este es un “estado neutro” que puede ser “democrático” si lo presionamos, pues con leyes, como la de “la expropiación de Zanon en Argentina”, dará las demandas a los explotados. Pero en Zanon, conquista histórica de la revolución del 2001 de la clase obrera argentina que los trotskistas defendemos a muerte, la ley burguesa incluyó el pago de 23 millones de pesos argentinos al estado provincial de Neuquén, quien le termina pagando esta suma a la patronal de Zanon. La mejor manera de defender a Zanon, no son leyes burguesas que obligan a los obreros a pagarle indemnizaciones millonarias a sus patrones, sino el llamado a la expropiación del imperialismo en todo Argentina y el llamado a volver a poner en pie la revolución del 2001, avanzada de la revolución latinoamericana, al grito de “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”.
El PTR niega que el combate del proletariado y la juventud chilena plantea a la clase obrera argentina y a los obreros de Zanon, justamente, que para conseguir trabajos y salarios dignos, educación y salud gratuita, hay que expropiar, sin pago y bajo control de los trabajadores, el cobre saqueado por las transnacionales. Y cuando las masas chilenas plantean esto, el PTR dice que “hay que hacer como en Zanon”, es decir, por leyes emanadas de los nauseabundos parlamentos burgueses que “favorezcan a la clase obrera y la juventud”. El PTR oculta así que la lucha de Zanon comenzó por el control obrero y la nacionalización de toda fábrica que cerraba, suspendía o despedía, lucha que el PTS traicionó, junto a toda la izquierda reformista, sometiendo a los obreros como esclavos en las cooperativas para pagar las deudas de los patrones.
Así mismo actúa en hoy, donde su Frente de Izquierda y los Trabajadores llama a conseguir la jornada laboral de 8 horas votándolos a ellos para que, desde el parlamento, peleen por eso. ¡Pero la jornada laboral de ocho horas se conquistó, en todo el mundo, con huelgas generales revolucionarias, es decir, con lucha extraparlamentaria de masas, y no la dio ningún parlamento burgués! Llaman a lucha en Argentina por la nacionalización de la economía…también desde el parlamento, negando el apotegma trotskista que plantea que : “La diferencia entre estas reivindicaciones y la consigna reformista demasiado vieja de “nacionalización” consiste en que: 1) Nosotros rechazamos la indemnización; 2) Prevenimos a las masas contra los charlatanes del Frente Popular que, mientras proponen la nacionalización en palabras, siguen siendo, en los hechos, los agentes del capital; 3) Aconsejamos a las masas a contar solamente con su fuerza revolucionaria; 4) ligamos el problema de la expropiación a la cuestión del poder obrero y campesino.
La necesidad de lanzar la consigna de la expropiación en la agitación cotidiana, por consecuencia, de una manera fraccionada, y no solamente desde un punto de vista de propaganda, bajo su forma general, es provocada porque las diversas ramas de la industria se encuentran en un distinto nivel de desarrollo, ocupan lugares diferentes en la vida de la sociedad y pasan por diferentes etapas de la lucha de clases. Sólo el ascenso revolucionario general del proletariado puede poner la expropiación general de la burguesía en el orden del día. El objeto de las reivindicaciones transitorias es el de preparar al proletariado a la resolución de esta tarea”. (Programa de Transición).
Esa es la forma en que esta corriente termina como última rueda del carro del régimen burgués, con un programa reformista, subordinándose a la política del PC y la burocracia que sostienen al gobierno de Piñera, al cual no habría que derrocar, sino “presionarlo” para que nos dé leyes favorables, reeditando a su vez la vieja política stalinista de la “vía pacífica”, esta vez a la educación gratuita.
Para triunfar:
¡Por un Comité por la Refundación de la IV Internacional!
Los trotskistas de la FLTI, llamamos a las fuerzas revolucionarias a centralizar nuestras fuerzas para enfrentar al Foro Social Mundial, la V Internacional y su “ala izquierda”, principales obstáculos de la clase obrera y los explotados para avanzar en su combate contra los parásitos imperialistas, en Chile y todo el mundo.
Por eso, es necesario poner en pie, ya mismo, para centralizar las fuerzas de los revolucionarios y dispersar las del reformismo, una Conferencia Internacional del trotskismo principista y las organizaciones obreras revolucionarias, que ponga en pie un Comité por la Refundación de la IV Internacional, con su programa de 1938, para dotar así a la clase obrera mundial de la dirección que se merece y necesita para triunfar. En este camino, es necesario poner en pie, en Chile, un Partido Obrero Internacionalista, como parte de un partido trotskista único en el continente, que permita que todo el movimiento obrero americano actúe como un nervio tan sensible, que cada combate dado por nuestra clase repercuta inmediatamente en cualquier lugar, desde Alaska a Tierra del Fuego.