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Corresponsalías desde Libia
Reporte 4: La vida cotidiana en la Libia post-Khadafy
Después de la guerra la ya miserable infraestructura del país quedó semi-destruida o destruida totalmente. No hay servicios. El agua se corta todo el tiempo y sólo de a ratos hay electricidad.
En muchos barrios no hay cloacas (porque nunca las hubo) y en otros, éstas están totalmente colapsadas como sucede en la mayoría de los barrios obreros de Trípoli.
Lo más acuciante es el estado de los hospitales. En el oeste la mayoría fueron bombardeados por Khadafy. Al día de hoy se encuentran totalmente colapsados por la enorme cantidad de heridos y enfermos que hay. La desesperación es porque hay un total desabastecimiento de medicamentos y hay muy pocos médicos.
Hoy los hospitales están funcionando gracias a los brigadistas voluntarios. Lo mismo sucede en cuanto a la educación, seguridad y limpieza urbana: son las mismas masas que en gran ejemplo de fraternidad toman en sus manos las tareas de forma voluntaria. Hay desde maestros voluntarios hasta guardias urbanas hechas por los milicianos.
Incluso, uno puede leer distintas prensas por internet –siempre y cuando sea posible conectarse, cuestión que es muy difícil y a veces imposible-, donde los voceros del imperialismo alertan que desde la caída de ese asesino de Khadafy, son las milicias revolucionarias las que hacen la ley en el país y las que garantizan gran parte de las tareas de mantenimiento del orden. Esto es así.
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El cadáver de Khadafy ajusticiado por las masas libias |
En Trípoli muchas milicias se instalaron en edificios oficiales del antiguo régimen khadafista y también en las residencias y granjas que pertenecían a los seguidores de Khadafy; mientras que se han bloqueado distintos puntos estratégicos de la capital.
Milicias de Misarrata, Bengasi y Sirte ahora controlan la mayoría de los barrios de Trípoli. Todos los días hay escaramuzas y tiroteos con muertos contra los generales del CNT, mientras éstos también intentan comprar a sectores de las mismas milicias.
Mientras, los milicianos montaron un operativo para desactivar las minas que el ejército había esparcido a los alrededor de la ciudad de Brega, cuestión que era un peligro porque mucha gente quedó lisiada cuando se trasladaba cuando dichas minas detonaban. Varias brigadas de voluntarios junto a las milicias limpiaron todas las rutas y caminos.