volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 14

Inglaterra

6/8/2011: Levantamiento y sublevación de los inmigrantes y la juventud obrera en Inglaterra

QUEMAMOS TOTTENHAM, PERO PARA TRIUNFAR HAY QUE INCENDIAR EL PALACIO DE BUCKINGHAM Y EXPROPIAR SIN PAGO LA CITY DE LONDRES, LAS TRANSNACIONALES Y A TODOS LOS BANQUEROS

Los únicos vándalos son los piratas del imperialismo inglés y sus socios, los carniceros imperialistas yanquis

Ver Recuadros:

- MOTÍN Y REVUELTA A LA LUZ DEL COMBATE DE LA JUVENTUD OBRERA INGLESA

- El programa del trotskismo para independizar a las organizaciones obreras del Partido Laborista sirviente de la Corona imperialista

La revuelta y el motín de los explotados de Tottenham, como los combates de Chile, están encima de la nueva ola del tsunami de la crisis capitalista, extensión y profundización del crac del 2008.

El 6 de agosto estalló una enorme revuelta de la juventud obrera y de desocupados de Tottenham tras el asesinato por parte de la policía del joven Mark Duggan. Rápidamente se extendió como un reguero de pólvora por las barriadas obreras de Londres, Liverpool y demás ciudades de toda Inglaterra. La juventud obrera estalló espontáneamente arrasando todo a su paso, haciendo arder edificios públicos, locales comerciales, cadenas de marcados, patrullas de policía, y hasta depósitos de algunas transnacionales como la Sony.
Durante 4 días y 4 noches, se desarrolló una fenomenal revuelta de la juventud obrera e inmigrante en Inglaterra que concentró la atención de toda la burguesía y los explotados del mundo.

El “ajuste”, la “reducción de gastos” y la “sangre, sudor y lágrimas”, que prometieron para la clase obrera los tories y laboristas, demostraron no ser otra cosa que la destrucción de las jubilaciones, el empleo, la salud, la educación, el seguro de desempleo, etc.
Los que llamaron a que la clase obrera pague la crisis con “sangre, sudor y lágrimas” hoy se lamentan horrorizados, ante el motín de la juventud explotada.
El 30 de junio enormes marchas pacíficas impulsadas por los sindicatos, y apoyados por toda la izquierda inglesa, peticionaban “parar el ajuste y el ataque”, y que éste sea con “menos sangre” y “menos lágrimas”.
Los capitalistas, los banqueros y los parásitos de la City de Londres hablan de guerra contra la clase obrera inglesa. Las direcciones reformistas de los sindicatos ingleses sólo claman que se morigere el ataque.

Los herederos del Pirata Morgan, los parásitos de la banca inglesa y sus partidos, Cameron y sus secuaces, y demás pajes y bufones de la Reina y las transnacionales inglesas, saquean el cobre de Chile, el estaño, níquel, litio y los hidrocarburos de Bolivia y de todo el planeta, el oro y las piedras preciosas de África, el cacao y demás fuentes de materias primas, todo para sus transnacionales; dieron golpes contrarrevolucionarios; rociaron con napalm y fósforo a pueblos enteros. ¡Y luego hablan de “paz y orden”, mientras dan “castigos ejemplares contra los sublevados”!
Hoy, ante la clase obrera inglesa, aplican los mismos ataques, ajustes y liquidación de conquistas que impulsan en todo el mundo colonial y semicolonial, al que oprimen asociados a las distintas potencias imperialistas.

Así, mientras 300.000 trabajadores marchaban en Londres, en junio pasado, bajo la dirección de la burocracia de los sindicatos, quedaban por fuera de esa acción los reclamos y las demandas de trabajo, vivienda y salud digna, de las capas más explotadas de la juventud obrera inglesa. Insistimos, con los sindicatos en manos de la burocracia de la TUC, sirviente de la burguesía inglesa al interior de la clase obrera, no tienen lugar en los mismos las franjas cada vez más amplias de la clase obrera, como la juventud obrera, los trabajadores inmigrantes y precarizados, que son atacados por el gobierno tory de Cameron, como ayer lo hizo ayer el laborista Gordon Brown.
Mientras tanto, el SWP y el resto de la izquierda inglesa clamaban, desde una reunión hecha hace semanas atrás con los partidos “anticapitalistas” de toda Europa, que los gobiernos imperialistas debían “tomar medidas keynesianas”. Llamaban a no seguir el “camino de hierro” de la Thatcher de los ’80. Alertaban a la burguesía que sin un plan de obras públicas, inversión estatal en planes sociales, etc., se sublevarían los explotados.
Al levantar el programa de “morigerar el ajuste” y por un “plan keynesiano” buscando el “estado de bienestar” perdido, la izquierda autollamada socialista y “anticapitalista” se coloca, en Inglaterra y en toda Europa, como los continuadores no de Marx sino de Roosevelt y Keyness.
Esta gente no ha comprendido ni le interesa comprender que los estados imperialistas están quebrados, que su programa constituye un chiste de mal gusto, puesto que los estados europeos, como todos los estados imperialistas, ya han sido saqueados por los banqueros y el capital financiero, que se cobró todas sus pérdidas y les arrojó a los estados toda su quiebra para que la paguen las masas.
Hay que ser un verdadero traidor al proletariado para suplicarle clemencia a los explotadores y los banqueros, cuando éstos ya se pusieron en el bolsillo la cobertura de sus pérdidas, y lejos de “obras públicas” sólo pueden, si no quieren perder sus ganancias, redoblar el saqueo a todos los bolsillos de los trabajadores de Inglaterra y toda Europa.

Muchos “señores” de la aristocracia obrera blanca de los socialimperialistas y demás lacayos del imperialismo de todo el mundo dirán que los jóvenes obreros de Tottenham “son vándalos”. De la misma manera trataban a los jóvenes de París en las revueltas de las cités del 2006.
Pues no. Se trata de la juventud obrera y los desocupados, librados a su suerte por las burocracias obreras de las trade unions y de los partidos socialimperialistas.
Lamentablemente para estos lacayos del imperialismo, los explotados quieren comer. Cualquier chispa enciende el fuego. Las ramas están secas, como en Túnez, como en China que se está poblando de revueltas de los explotados. La rebelión de la juventud de Londres enfrenta directamente a las fuerzas de represión y a todo lo que tiene que ver con lo que los esclavos no pueden consumir.
¿De qué se lamentan entonces los señores lacayos de los capitalistas y de la burocracia de los sindicatos? ¿No aplaudían ellos que en el ’89, en Alemania del este, obreros se volcaran, derribando el muro de Berlín, hacia Alemania occidental, para poder consumir lo que las góndolas repletas de los países imperialistas ofrecían ante el desabastecimiento impuesto por la burocracia stalinsita devenida en nueva clase dominante en los ex estados obreros?
¿Y ahora de qué se quejan los socialimperialistas, esbirros de la burguesía y sus fuerzas de choque represivas, cuando la juventud obrera, los inmigrantes y los desocupados en Londres y Liverpool atacan las góndolas que les están negadas?
Ayer fueron los estudiantes los que, en Londres, quemaban el local de los Tories, demostrando cómo se pelea y en qué lenguaje habla la revuelta en Inglaterra cuando aumentaban las cuotas de las universidades. Es como si el fuego de la juventud obrera y estudiantil quisiera incendiar este sistema pestilente imperialista, que está en franca bancarrota.

¡Por un programa para unir las filas obreras, derrotar al régimen tatcherista de los Tories-Laboristas-Liberales, al gobierno de Cameron, la Corona asesina y demás gobiernos contrarrevolucionarios de las potencias imperialistas europeas!

Por supuesto que los revolucionarios hacemos nuestras estas acciones espontaneas y desesperadas de los explotados. Se trata de darles una dirección y un programa certero para triunfar. Se trata de elevar la revuelta y el motín desesperado a insurrección, mostrándole con claridad a los sublevados dónde está el más grande de sus enemigos: los jefes de las transnacionales. Se trata de mostrar que el camino para triunfar no es otro que el de luchar por la derrota de las burocracias de los sindicatos, que impiden la unidad de las filas obreras, las que se han desincronizado. Han quedado por un lado los jóvenes y obreros que hoy y mañana no comen. Por otro lado están los trabajadores estatales, a quienes se les está arrancando todas sus conquistas. Y en la vereda de enfrente a las necesidades de la mayoría de la clase obrera, están los intereses de la aristocracia y la burocracia obrera, que para salvar sus privilegios garantizan que se hundan las capas más explotadas del proletariado.
¡Hay que terminar con los guardiacárceles del proletariado! Ellos son los que han arrinconado a la mayoría de la juventud obrera y los inmigrantes, para que, aislados, sean saqueados por los capitalistas.
Así, el camino para expropiar al banquero y a las transnacionales, para derrotar a sus gobiernos y a la monarquía asesina inglesa, es conquistar la unidad de las filas obreras bajo un programa y una estrategia para triunfar. Eso es lo que necesitan y merecen los heroicos combates actuales.
¡Ha llegado la hora de unir las filas obreras, de unir a los inmigrantes, a los que han sido reducidos en campos de concentración en Londres, en barriadas casi sin agua ni gas, como están en África, América Latina, Asia y Medio Oriente!
¡La hora de la unidad de las filas obreras ha llegado! Ello se logrará sobre la base de expulsar de las organizaciones de lucha de las masas a todas las direcciones colaboracionistas que impiden que luchemos como en Grecia, Egipto, Túnez o Libia.
¡Ha llegado la hora de unir las filas obreras con un programa en base a los intereses de las capas más explotadas! ¡Hay que derrotar, en el movimiento obrero inglés, el programa de “trabajo inglés para los ingleses”, que es el verdadero programa de las aristocracias y burocracias obreras, sirvientes de la City de Londres! Las transnacionales hacen fabulosas fortunas superexplotando y saqueando a la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo. De las monedas que se le caen a los banqueros de sacarle sangre, sudor y lágrimas a los obreros africanos, latinoamericanos y de Asia, es que vive un puñado de traidores de la dirección de los sindicatos que a su vez garantizan que pase el ataque contra la propia clase obrera inglesa.

Esa enorme lucha de la juventud rebelde inglesa merece una dirección y un programa para triunfar:
¡Abajo la burocracia socialimperialista de la TUC, sirviente de los intereses de la reina y los banqueros!
¡La juventud obrera y los inmigrantes no pueden quedar aislados en su lucha!
¿Quieren parar el vandalismo, señores “educados”, que muy almidonados toman el té a las 5 o’clock? Pues debemos superar la lucha de la revuelta y el motín, sobre vuestras cabezas: ¡Huelga general revolucionaria! ¡Abajo la reina, los tories, el partido laborista y sus lacayos de la TUC y todo el régimen thatcherista!
¡A igual trabajo igual salario para todos los trabajadores inmigrantes! ¡Basta de desempleo!
Los banqueros nos han tirado sus pérdidas. La solución está en ir por sus ganancias, que nos han arrebatado a costa del hambre y la miseria de los trabajadores y el pueblo pobre.
¡Hay que expropiar sin pago a los banqueros! ¡Hay que imponer que todas las manos que están prestas a trabajar entren en la producción ya, distribuyendo las horas de trabajo entre todas las manos disponibles! ¡Que la pérdida sea de ellos!
¡La juventud no puede estar ni un día más desocupada y sin escuela! ¡4 horas de estudio y 4 horas de trabajo, para la juventud obrera, pagadas por la patronal y el estado!
¡Aumento del presupuesto de salud y educación en base al quite de presupuesto militar e impuestos progresivos a las superganancias de las transnacionales que saquean el oro, el petróleo y los minerales del mundo!
¡Expropiemos las transnacionales que saquean al mundo colonial y semicolonial!

Cameron y sus socios, los laboristas, han lanzado una brutal represión. Piensan transformar a Londres y Liverpool en una Bagdad ocupada por sus tropas y su ejército asesino.
¡Por la disolución de la policía asesina de los banqueros y las transnacionales! ¡Desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares! ¡Pongamos en pie Comités de desocupados, de la juventud obrera, de inmigrantes, comités de fábrica y empresa, por colegios y facultades! ¡Por comités de autodefensa contra el ataque de la policía asesina y de las bandas fascistas, que ya amenazan con blandir la cachiporra sobre la cabeza y los huesos de los que luchan!
¡Por la disolución y destrucción de la casta de oficiales asesina del ejército de la reina y el principito!
El aliado de la clase obrera inglesa no es el Partido Laborista, tan asesino y hambreador de su propia clase obrera y de la clase obrera mundial como los Tories. El combate por recuperar la TUC y todos los sindicatos ingleses para la clase obrera no sólo debe partir de expulsar a la burocracia de los sindicatos, sino de separar ya definitivamente al partido laborista de los mismos.
¡Fuera de la TUC los políticos de las transnacionales y los banqueros! ¡Ellos no tienen nada que hacer en las organizaciones obreras!

Los aliados de la clase obrera inglesa son los explotados que combaten en las calles y plazas de Grecia, España y toda Europa. Los que encabezan revoluciones en el Norte de África y Medio Oriente ¡Hay que paralizar la máquina de guerra asesina de los piratas ingleses! Los obreros portuarios, del transporte, de los ferrocarriles tienen la posibilidad de hacerlo, como ayer lo hacían sus hermanos de clase en Oakland contra Bush y sus guerras imperialistas.

Lo que se merecen los explotadores y saqueadores de la clase obrera inglesa y los pueblos oprimidos del mundo es mucho más que una quema hecha por jóvenes desesperados y sin salida de los comercios donde ya no pueden consumir. Se merecen una huelga general revolucionaria, la unidad de las filas obreras, puesto que a los explotadores hay que ponerles el pie en el pecho para que se arrodillen, para conseguir hasta la más mínima de las demandas para los explotados.
Ellos quieren “sangre, sudor y lágrimas”. La juventud sublevada le empezó a dar su medicina. Se trata de que su lucha sea tomada por toda la clase obrera inglesa, puesto que lo que exigen es lo mismo que necesita todo el proletariado de ese país.
¡Abajo Maastricht!
¡Una sola lucha generalizada de todos los indignados de Londres, Grecia y España!
¡Abajo el parlamento Europeo y todos sus sirvientes! ¡Hay que poner en pie un parlamento obrero de todas las organizaciones obreras de Europa, África y Medio Oriente!

La revuelta ha comenzado ¡Que viva la revuelta! ¡Que avance la insurrección!

¡Que tiemblen los explotadores! ¡Que se levante la clase obrera! Este es el momento de parar el ataque, para unir las filas obreras, de imponer la demanda de trabajo y salario digno para todos, de impedir el ataque a las jubilaciones y la educación. Con una huelga general, en el momento de la revuelta de la juventud, toda la clase obrera hubiera encontrado la mejor oportunidad de salir con sus reclamos y elevar la revuelta al inicio de una insurrección victoriosa.
Este es el camino que hay que imponer, o sino la burguesía pasara a la contraofensiva a por todo… y los obreros que mañana salgan a pelear por sus derechos serán tratados como “vándalos” en la justicia contrarrevolucionaria de la reina.
La juventud obrera y los inmigrantes combatientes de Tottenham no pueden quedar aislados. Su lucha es la de toda la clase obrera inglesa, europea y mundial.

Un enorme susto se ha dado la burguesía inglesa. La respuesta contrarrevolucionaria que prepara es proporcional al susto de las clases poseedoras ante esta acción espontánea de masas. La misma ha quedado desincronizada del resto de la clase obrera por traición de las direcciones de la TUC.

En marzo de 2010, obreros inmigrantes, empujados por la primera oleada de luchas en Grecia, repudiando que sus hermanos de clase morían como perros cruzando el Mediterráneo o acribillados en Ceuta y Melilla para entrar a Europa, lanzaron un llamamiento a toda la clase obrera europea a unir su lucha y sus reclamos. Ellos representan a un 30/40% de toda la clase obrera europea.
Sus reclamos fueron desatendidos por responsabilidad absoluta de las direcciones traidoras de los sindicatos y de la izquierda sirviente de Maastricht. Luego vino un brutal ataque de los capitalistas sobre toda la clase obrera europea.
Las transnacionales y sus voceros, los conservadores y los laboristas, dicen que quieren que vuelva la “paz”. Entonces, ¡Dejen de explotar a los trabajadores y de colocar en guetos de hambre y miseria a la juventud obrera! ¡Si quieren que la juventud de Tottenham no sea “violenta”, dejen de matarlos de hambre y con su policía asesina! ¡Si no les gusta el fuego, dejen de rociar con napalm y fósforo a los países de donde provienen los obreros inmigrantes! ¡Si son tan “pacifistas” y “educados”, dejen de sostener a los gobiernos contrarrevolucionarios que masacran y entregan a los pueblos del mundo! ¡Si tienen tanto “honor y buena conducta”, dejen de robar los miles de millones de dólares que expropiaron para salvar la bancarrota que sus bancos provocaron! ¡Dejen de tratar a los obreros de color en Tottenham y en toda Inglaterra como tratan -a garrotazos y a tiros limpios- a todos los obreros que explotan, tal cual esclavos, en África desde el norte hasta el sur!
¡Nada de esto harán estas bandas de nuevos piratas Morgan! ¡Los piratas ingleses, junto a los yanquis, saquean el petróleo y toda la riqueza del mundo colonial y semicolonial y esclavizan, en campos de concentración, a los centenares de millones de obreros en China! Entonces, ¿cómo no van a robar también el trabajo, la salud y la educación de la clase obrera inglesa?

Los trotskistas afirmamos que la revuelta, el motín y la sublevación de los explotados es sagrada. Éstos están en su derecho. Es autodefensa en un campo de concentración de centenares de miles de jóvenes obreros inmigrantes y juventud inglesa desocupada.
Los trotskistas afirmamos que el que liquida y destruye la pequeña propiedad es el banquero, es la transnacional imperialista y no las masas sublevadas, que desatan todo su odio contra el consumo que le es negado, sobre todo el más elemental de ellos, que es comer.
Afirmamos que aún se ha quemado poco, y que la revuelta y el motín debe elevarse a reclamo de trabajo y salario y a que la crisis la paguen realmente los banqueros y los capitalistas, atacando su propiedad, conquistando trabajo, salario, salud y educación digna para todos.
Afirmamos que hay que desarrollar y extender las barricadas, y organizar a los sublevados de Londres en Tottenham con un reclamo inmediato, que no puede ser otro que el que levantan la juventud y la clase obrera chilena: expropiación de las transnacionales y los banqueros para poder comer. El camino más corto para ello, como ayer hicieron los estudiantes con el local de los tories, es quemar Buckingham, con los tories, los laboristas y la monarquía asesina adentro.

Los combates de Londres: un destello de la revolución del Norte de África y Medio Oriente
que llega a Europa

En Misarrata (Libia), como así también en Siria, la revolución y la contrarrevolución se ven la cara. En Egipto y en Túnez, con frases dulzonas y envolturas pseudodemocráticas se intenta arrebatar las conquistas de las revoluciones que barrieron con las autocracias sostenidas por el imperialismo en la región.
Los combates del Magreb se extienden por el Mediterráneo hacia Europa, llegando a Grecia, con huelgas generales, y a España con acciones en las calles. Ahora, estos combates han pasado a buenas manos en las calles de Londres. Esas fuerzas hay que organizarlas y centralizarlas a nivel europeo y en cada país.
¡Abajo la V República Francesa! ¡Fuera la Merkel, la chakal de Europa! ¡Fuera la monarquía asesina de Buckingham y de los borbones de España! Ellos han impuesto e imponen la más feroz dictadura de los banqueros y del gran capital.
Un puñado de parásitos, que viven de cortar cupones sin trabajar ni producir bien alguno, están llevando a la civilización humana a la barbarie y a la decadencia total. Luego se asustan cuando “la barbarie” de los explotados se subleva, propinándoles a ellos ni siquiera el 5% del daño que ellos le provocan a la clase obrera mundial.
Para los marxistas revolucionarios, la “barbarie” sublevada lejos de ser barbarie, son las fuerzas liberadoras de los explotados. De triunfar, conseguirán educación de nivel, pública, gratuita y jerarquizada para toda la juventud inglesa, trabajo digno para todos, una salud donde no se mueran en partos clandestinos las jóvenes obreras de Londres, Liverpool y todas las ciudades inglesas.
Es la barbarie capitalista la que debe morir. La “barbarie” sublevada, es decir, la civilización, merece transformarse en insurrección y revolución. Esa es la hora que ha llegado.
La chispa de Túnez incendio el Norte de África y Medio Oriente; ahora, a pesar y en contra de las direcciones traidoras de la clase obrera, intenta nuevamente incendiar Europa.
A la dictadura del capital la derrocará la dictadura del proletariado, para que sean ellos, los explotadores, los que paguen la crisis que ellos han provocado.

LA JUVENTUD OBRERA INGLESA SE REBELA CONTRA SU MARTIRIO PRENDIENDO FUEGO LO QUE NO PUEDE CONSUMIR

EL CAPITAL FINANCIERO PARASITARIO DESTRUYE TODA LA RIQUEZA DE LA SOCIEDAD HUMANA, Y HA CONSUMIDO PARA SU BENEFICIO LO QUE AÚN NO HA PRODUCIDO EL TRABAJO HUMANO

Cruzando los océanos, vemos cómo se hunden las bolsas de Wall Street y de Tokio. El superdéficit de EEUU, con un pacto de Obama con el Tea Party, se lo harán nuevamente pagar a las masas norteamericanas, con miles de millones de dólares de reducción del gasto público en salud, educación, seguro de desempleo, etc.
La burocracia sindical de la AFL-CIO y la izquierda norteamericana, que llamaron a apoyar a Obama contra los “fascistas” del Tea Party, se encontraron con que fue Obama, apoyado por el Tea Party, el que arrasó con un nuevo saqueo a las masas norteamericanas. Es que EEUU debe hacerle pagar su crisis, la crisis de Wall Street y los superbancos, a su propia clase obrera, a la clase obrera mundial, a los pueblos oprimidos del mundo y, como cuestión no menos importante, al resto de las potencias imperialistas.
Europa se encuentra en crack generalizado y con un Maastricht “sostenido con alambre”. Una segunda ronda de caída de las bolsas y depreciación de monedas y valores acompañan la recesión que se profundiza en los países imperialistas, como sucediera en el 2008-2009.
La burguesía logra una supuesta salida de esa crisis, con el capital financiero parasitando y especulando mil veces más que en las condiciones que produjeron el estallido de la crisis mundial en el 2007-08.
La tasa de ganancia sólo ha sido recuperada de forma ficticia, emitiendo dólares sin respaldo en bienes producidos y con nuevos préstamos endeudando al mundo semicolonial, a China de forma particular, con nuevas especulaciones en commodities y nuevas burbujas.
Tal cual perro que se muerde la cola, los superbancos y la oligarquía financiera mundial del Bundesbank, la City de Londres, las bolsas de Tokio, París, Madrid y Nueva York, para salir de su crisis del 2008-2009 volvieron a recrear un círculo especulativo, incrementado de forma ficticia, los valores de los commodities, minerales y petróleo, como así también de ramas de alta tecnología, a donde han ido enormes masas de capitales acumuladas en empresas fantasmas, que sólo poseen una notebook en un garaje. Tal es el caso de Facebook, que fue elevada a un valor ficticio de 7.500 millones de dólares. Esto es lo que estalla estos días con crack bursátiles, amenazas de cesación de pagos de potencias imperialistas, devaluación de las monedas, etc.
Los que hablaban de un “nuevo mundo” que daba lugar a la “emergencia de nuevas potencias”, no hacen y no harán más que romperse la nariz con las rocas de la crisis económica mundial. El “boom” brasilero, chino o de la India no ha sido más que un boom especulativo, financiero y de alta inversión en créditos, que alimentaron nuevas burbujas inmobiliarias, financieras, etc., a los que hoy le corresponde una brutal fuga de capitales. No casualmente estos capitales van de nuevo al “lugar seguro”, que son los bonos del tesoro de EEUU, cuando éste es el país más endeudado y en crisis del planeta.
Es que la caída de la tasa de ganancia y los beneficios que el capitalismo ya se ha devorado sin haberlos producido, son lo que subyace en la profundidad de los estallidos de las bolsas y la recesión de las potencias imperialistas, que amenaza ya con transformarse en depresión abierta, o bien, si es combinada con procesos inflacionarios, en estanflación, producto del hundimiento del valor de las monedas.
Esta nueva marea de la crisis mundial está demostrando que allí donde los bienes no han sido creados por el trabajo humano, no hay bolsa de valores, superbancos, estados o dios que los puedan crear. Estamos ante LA Crisis, y no “una crisis más” del sistema capitalista.

El mercado se achica. Sobran potencias imperialistas. La catástrofe de Maastricht ya está aquí. Países enteros de Europa ya van a la ruina. EEUU, el imperialismo dominante, en donde está el foco de la crisis, se la irradia y se la devuelve a todo el mundo. Éste al manejar el dólar, la moneda de los intercambios y transacciones comerciales y financieras mundiales, hace usura inclusive con los países imperialistas quebrados que tienen déficit, como España, Grecia, Italia, Portugal y ahora Francia, comprando, con sus superbancos, los bonos devaluados de la deuda de los estados europeos a un 60% u 80% y luego cobrándolos a vencimiento a un 100% de su valor nominal.
Lo mismo hacía la banca Morgan y el Citibank con la deuda de los países latinoamericanos en los ’80, que las tenían en sus arcas totalmente devaluadas a un 20% de su valor, para luego, con esos bonos, adquirir a precio de remate todas las empresas estatales y riquezas de América Latina.

EEUU ha transformado al mundo en su mercado interno, tanto en sociedad como en disputa con el resto de las potencias imperialistas. Su “superdéficit”, en última instancia, está basado en la confianza de que pagará sus deudas. Pero aún así, la recesión ya amenaza a EEUU con una depresión.
La mayoría de sus transnacionales y su capital financiero se miden por las superganancias que éstos sacan en el mundo entero. La relocalización de las transnacionales y el capital financiero norteamericano en el planeta ya no puede resolver su superdeficit. Sólo podrá tirárselo a las masas y al mundo entero.
Así, en la crisis, la potencia dominante hace valer su supremacía mucho más que en el ciclo de ascenso. Le impone a Francia y Alemania que inviertan rápidamente en Italia y España si quieren salvar a Maastricht. Éstas han obedecido, y ello es la única contra-tendencia a los valores derrumbados en las bolsas en el “jueves, viernes, lunes y martes negro” de los primeros días de agosto.
EEUU le obliga a Francia y Alemania a seguir pagando la crisis y la ruina de las potencias imperialistas de Europa del sur, para cobrarse, como ya dijimos, los títulos de la deuda que comprara totalmente devaluados y que se valorizan al 100% cuando el Bundesbank y Alemania ponen la plata. Las tensiones ya son insostenibles. La Merkel y la burguesía imperialista alemana ya ha puesto el grito en el cielo de que devalúe Grecia y se vaya de Maastricht. Alemania quiere cobrar ella la deuda que tiene Grecia.

La izquierda mundial seguirá hablando de “la decadencia norteamericana” en momentos en que esta potencia imperialista le tira más y más la crisis al mundo. Quieren hacerle creer al planeta que el “democrático” Obama es el presidente de un imperialismo en decadencia y retroceso, cuando éste ya mostró sus dientes votando la reducción de gastos, como lo hacen sus socios los conservadores de Londres, atacando nuevamente a las masas. El carnicero imperialista Obama es el que está tirándole su crisis y desmembrando Maastricht, es quien está resolviendo su crisis emitiendo más de 2,8 billones de dólares en moneda falsa, sin respaldo en la producción real, con la imprenta de la reserva federal, para tirarle inflación al mundo.

Hoy el sistema capitalista ha paralizado las máquinas y la producción instalada en la mayoría de las potencias imperialistas. Millones de explotados han quedado por fuera del proceso productivo y en desempleo crónico.
Ayer, en el surgimiento del capitalismo a principios del siglo XIX, eran obreros aun inmaduros los que quemaban y paralizaban las maquinas para terminar con su explotación. Hoy son los capitalistas los que han parado la mayoría de la capacidad instalada para la producción de los bienes en el planeta.
La producción debe pasar a otras manos.
El capitalismo no encuentra salida, y no lo hará sin reducir a un “Tottenham”, es decir, campos de concentración generalizados, a la amplísima mayoría de la clase obrera mundial. Sólo así dará nuevos saltos en la inversión para producir fuerzas destructivas, es decir, armas para la guerra. Sin nuevas guerras, sin fascismo, sin nuevas potencias vasallas, dislocadas del mercado mundial, el capitalismo no se podrá sobrevivir y hundirá a la civilización en la barbarie si la revolución proletaria no lo para.

En medio del crack mundial y la bancarrota capitalista imperialista,
la izquierda reformista busca desesperada un “imperialismo democrático con un plan Keynesiano”

En la crisis del ’30, empezaba el agotamiento y la caída de la tasa de ganancia del imperialismo norteamericano. Es que a pesar de su enorme mercado interno, éste ya le imponía un límite absoluto a su altísima tasa de productividad, lo mismo que el dominio de Inglaterra del planeta. EEUU necesitaba dominar el mundo.
El Plan Rooselvet, es decir, el New Deal de los años ’30, significaba que el imperialismo norteamericano, para ganar tiempo antes de ir a la guerra, debía depurar su propio capital financiero, totalmente depreciado.
Los banqueros se tiraban de los edificios de Wall Street, lamentando sus pérdidas. Era un sistema purgándose a sí mismo y a la vez concentrándose.
Las finanzas del estado no fueron a sostener banqueros, sino que impulsaron que estos bancos se concentren en superbancos (como los que vemos ahora) y orientó, en aquel memento, el crédito a plan de obras públicas para reactivar el mercado interno y restituirle la tasa de ganancia a la burguesía norteamericana, sobre la base de una brutal esclavitud, desocupación y saqueo al salario de la clase obrera norteamericana. Es que jamás hubo plan keynesiano, sin obreros esclavos.
El plan Keynesiano de Roosevelt, era la expresión de un imperialismo riquísimo, con sobreabundancia de capital, acreedor de toda Europa y sin el suficiente mercado para explotar. Este plan keynesiano, que hoy añora toda la izquierda mundial, fue la consecuencia de aquellas condiciones de los ‘30 de un imperialismo que se preparaba para dominar al mundo con la guerra.
El superdéficit y bancarrota de los estados imperialistas de hoy dejará como lloronas de funerales a la izquierda reformista mundial, que suplica por nuevos planes “keynesianos” a estados quebrados por pagarles las superpérdidas a los superbancos de las potencias imperialistas.

La izquierda reformista del Foro Social Mundial clama por “planes keynesianos”, de obras públicas. Por ello, la revolución socialista está por fuera de su visión. “Hay que tener salario de miseria y pérdida de conquista para mantener el empleo” ¡Este es el verdadero plan rooseveltiano y keynesiano que los traidores de la izquierda reformista quiere imponerle al proletariado mundial!
Son los continuadores del stalinismo y su política de coexistencia pacífica en Yalta a la salida de la guerra. Éste traicionó la revolución europea desarmando al proletariado de las potencias imperialistas, para que no se haga del poder ni en Inglaterra, ni Francia ni en Italia, donde la burguesía estaba diezmada y sus fuerzas agotadas.
El Ejército Rojo, con la burocracia stalinista a la cabeza, se detuvo en Berlin para controlar la revolución en el este europeo. Los partidos comunistas llamaron a la clase obrera a desarmarse para “reconstruir Europa”.
Se hizo trabajar a los obreros europeos como hoy trabajan en campos de concentración los obreros chinos. Ese fue el plan Marshall, así se reconstruyó Europa.

Pero estas condiciones ya no existen. Sin la destrucción de Europa por una nueva guerra, lo único que habrá son circulación de bonos sin valor que han quedado en manos de los Estados, parasitando y haciendo estallar a cada paso Maastricht, mientras los banqueros se han puesto en el bolsillo las arcas de los estados para cubrir sus pérdidas.
Por eso se han callado –y no dicen ni palabra- del verdadero New Deal que es el que aplica la Merkel y el poderoso imperialismo alemán con su altísima tasa de productividad. Allí, ante el estallido de la crisis mundial, bajo el chantaje de la desocupación, se redujo un tercio del salario de la clase obrera. Mientras, el gobierno subsidia a la patronal, en base a reducir el gasto del estado, cubriéndole otro tercio del salario obrero.
Ese “New Deal” significa que la burguesía imperialista alemana paga salarios chinos y mantiene su productividad, ganancia y competencia en el mercado mundial, a costillas de la clase obrera.
Pero ello es una excepción, que inclusive durará poco tiempo al primer estallido de Maastricht y a la quiebra en cadena de las potencias imperialistas europeas.
Esperemos que la izquierda reformista, las lloronas de funerales, lloren en el suyo y no en el de la clase obrera europea y mundial.

EEUU, para salir de su crisis, ya sea con Obama o con el Tea Party, aplica y aplicará el mismo programa y el mismo ataque a las masas de todo el mundo. El verso de “todos con el “democrático” Obama contra el “fascista” Tea Party” se desploma ante la angustia y la desesperación de la clase obrera mundial, y la norteamericana en particular.
La clase obrera paga las traiciones de su dirección. Por eso, la clase obrera, no consulta ni busca a estas direcciones para empezar sus revoluciones, como lo vimos en el Norte de África y Medio Oriente, cuando se subleva y comienza a organizar sus combates como en España, Inglaterra o avanza a huelgas generales revolucionarias como en Grecia.

Lejos de un Roosevelt o un Keyness, como suplica que surja la izquierda inglesa socialimperialista, que “imponga un plan de obras públicas”, lo que vendrá es más thatcherismo y fascismo contra los trabajadores y las masas explotadas.
La izquierda socialimperialista, como ayer el stalinismo, busca a sus burgueses “progresistas”, “democráticos” y “rooseveltianos”, tan asesinos y saqueadores de los pueblos oprimidos, como los tacheristas, que es el garrote que hoy blande las transnacionales inglesas contra la clase obrera.
La izquierda inglesa, tras las huellas del stalinismo, sólo prepara nuevas derrotas para la clase obrera inglesa y europea. Con sus cantos de sirena, los partidos socialimperialistas quieren hacerle creer a las clases obreras de los países centrales, que las revoluciones obreras y por el pan, contra las autocracias, como las del Norte de África y Medio Oriente, son aptas sólo para los países coloniales y semicoloniales. ¡Como si hubiera una autocracia más podrida, contrarrevolucionaria, asesina y opresora que la monarquía inglesa, la V república francesa, la monarquía de los borbones y los regímenes bonapartistas como el de Berlusconi en Italia! Si no ¿qué es Cameron anunciando que mandará al ejército a las calles de Londres, de la misma forma que mandó a Khadafy a masacrar a las masas de Libia, al estado sionista de Israel a masacrar a las masas palestinas, o ayer a la ITT a masacrar la heroica revolución chilena de 1973, entre otras tropelías contrarrevolucionarias del imperialismo inglés?
Hoy, con sus cámaras de los lores y de los comunes, y con su justicia contrarrevolucionaria, quiere juzgar y castigar “ejemplarmente” a niños de 10 años por tomar un chupetín de un kiosco, con penas de 9 y 10 años de prisión. ¡Basta ya! ¡Libertad a todos los presos políticos! ¡Abajo las causas a los más de 2000 jóvenes obreros detenidos por sublevarse contra la miseria! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los saqueadores burgueses, las transnacionales y los banqueros de Inglaterra, que se robaron miles de millones de euros y hoy quieren sancionar con sus jueces cretinos y asesinos a niños de 10 años!

Con las revueltas de Inglaterra y la ofensiva revolucionaria de la juventud y las masas chilenas, la clase obrera mundial presenta batalla a los banqueros, que quieren hacerle pagar su crisis con sangre, sudor y lágrimas

Una nueva ola del tsunami de la crisis mundial se ha levantado. Los combates de Inglaterra y de Chile están también en la cresta de esa ola. La clase obrera de estos países, con su combate, comienzan a hacer justicia contra dos de los más grandes enemigos del proletariado en los ’80: La imperialista Thatcher y el carnicero Pinochet ¡Viva la lucha de la clase obrera inglesa y chilena, vanguardia de los explotados del mundo!

Las masas, en lucha política, están aprendiendo a combatir contra el capitalismo en su agonía. Allí donde la clase obrera ha sufrido toda la crisis sobre sus hombros, como en EEUU, y las direcciones la han sometido al gobierno burgués imperialista de Obama, no puede desarrollar un combate ofensivo y sostenido.
El problema central es la crisis de la dirección revolucionaria del proletariado: la sobreabundancia de direcciones traidoras, que intentan deshacer y desorganizar lo que las masas construyen en su lucha. El Foro Social Mundial busca con lupa por el mundo a “imperialistas democráticos como Obama”. Allí donde hay revoluciones obreras que llevan a la destrucción del estado burgués, presentan la panacea de “Asamblea Constituyente” para desviar los auges revolucionarios de masas.
Tal es el cinismo del FSM, que estos traidores del proletariado apoyan a rabiar al asesino Khadafy, agente del imperialismo, que junto con la OTAN está en una carrera de velocidad por ver quién aplasta primero a las insurrecciones de masas en Libia que comenzaron en Bengasi y amenazan con llegar a Trípoli. Mientras, el imperialismo ha mandado a generales khadafistas vestidos de “demócratas”, como caballos de Troya, para controlar la retaguardia de las masas insurrectas con el CNT agente de la OTAN. Aún así no pueden derrotar la poderosa revolución desatada en el Magreb.

Las direcciones reformistas cada vez pueden menos controlar a las masas, que salen al combate a pesar y en contra de ellas. Así, en los procesos revolucionarios del Norte de África, nuevas oleadas revolucionarias, como en Túnez y Egipto, intentan saldar cuentas con los gobiernos de frente popular y colaboración de clases con los que la burguesía y el imperialismo intentó expropiar la lucha revolucionaria de las masas.

Es que las masas no le dan respiro ni al ataque del capital ni al reformismo.
Allí donde el ciclo de expansión en el mundo semicolonial de estos años, de forma ficticia, se mantuvo (en base a la especulación financiera y un ciclo industrial, esencialmente de bienes primarios o de exportación de las transnacionales al mercado mundial), como en el Cono Sur, China o India, la clase obrera reclamó su parte del crecimiento. No aceptó la carestía de la vida ni la pérdida de su trabajo cuando vio las inmensas riquezas saqueadas de sus naciones oprimidas.
Una enorme oleada de lucha y resistencia de masas, de revueltas y motines, ha comenzado en China. En Kazajstán una huelga general sacude ese país, como ayer en Kirguistán. Hoy en Chile, la clase obrera marca el camino del combate del proletariado mundial: expropiar a las transnacionales y los banqueros para tener salud, educación y trabajo digno. En las calles de Santiago, la clase obrera y la juventud revolucionaria grita “los pacos de rojo son los verdaderamente peligrosos”, es decir, los traidores del stalinismo y la socialdemocracia chilena, sirvientes del régimen pinochetista.
Este es un programa para toda la clase obrera mundial ¡Fuera los que someten desde adentro a la clase obrera mundial a la burguesía! ¡Ellos también son nuestros verdaderos enemigos!
¡Este es el programa que necesitan los amotinados y los aguerridos jóvenes de Tottenham y demás barrios obreros de Londres, Liverpool, etc. de Inglaterra! ¡Allí está la salida para unir las filas obreras e imponer una huelga general revolucionaria y avanzar a una ofensiva contra la City de Londres y las transnacionales!

La clase obrera europea e inglesa necesita una nueva dirección revolucionaria internacionalista para combatir y triunfar

Han salido a la luz declaraciones de los “socialistas” y “anticapitalistas” ingleses, como el SWP inglés, Workers Power, WRP, etc. que llenan de oprobio al marxismo revolucionario. Denuncian a los hambrientos de atacar a los bomberos y paramédicos, y de hacer saqueos. Mientras condenan la represión policial, llaman a que se imponga “moderación” en las movilizaciones.
¡No se les cae la cara de vergüenza! Para ellos el problema está en el “lumpenproletariado”. ¡Para los trotskistas el problema está en la aristocracia y las burocracias pagadas por el gran capital para dividir al movimiento obrero! La juventud obrera desocupada no quiere ser “lumpen”, quiere trabajo digno, vivienda y educación.
Estas direcciones reformistas que hablan en nombre del socialismo, en sus vergonzosas declaraciones, afirman que “sin embargo, allí donde hubo robo de necesidades básicas como alimentos, ropa, etc. es enteramente entendible”. El cinismo no tiene límites. Estos señores socialistas “entienden” que las masas hambrientas busquen alimentos para comer. Ellos “lo entienden”, pero se niegan a plantearle a la clase obrera que para que haya pan, trabajo, salario, y derrotar el ataque de los tacheristas ingleses, hay que comenzar la revolución, hay que echar a las autocracias, hay que destruir al régimen imperialista y avanzar con la revolución socialista y la toma del poder por parte del proletariado… ¡Y esta gente habla en nombre del socialismo y se llaman a sí mismas “anticapitalistas”!
Esta gente llama a que “los diputados laboristas apoyen las investigaciones locales de las causas de los asesinatos de los jóvenes obreros”. Es decir, dejan en manos de los piratas imperialistas representantes de los banqueros, los laboristas ingleses y sus jueces que “se haga justicia”.
¿Comités obreros y populares para juzgar a los policías asesinos? ¿Comités de autodefensa para enfrentar a los tories, que reprimen con su policía asesina a la juventud obrera? Nada de esto se encontrará en las declaraciones de estos sirvientes del imperialismo.
Por otra parte, llaman a “luchar contra el desempleo” desde las comisiones de la juventud de los sindicatos. ¡Pero si la juventud obrera es expulsada de los sindicatos cuando está desocupada!
Inclusive hay una prueba fáctica. ¿Por qué no están las banderas de los sindicatos, la izquierda laborista y el SWP a la cabeza de las revueltas para darle una dirección “correcta”, para pegar no menos, sino mucho más a los banqueros y al capital financiero? No las hay ni las habrá, porque en última instancia son todos sirvientes de la corona inglesa, y porque defienden la pelea de “trabajo inglés para los ingleses” y conmiseración y limosnas con los “pobres inmigrantes”… que son los obreros que hacen los trabajos más sucios, más duros y terribles en la Inglaterra de los tories, los laboristas y la reina.
Aunque los “socialistas” de la reina lo nieguen, Mark Duggan es un mártir de la clase obrera y los explotados del mundo. Los “socialistas” de la reina jamás tendrán el honor de haberlo tenido en sus filas.

La hora de una nueva dirección revolucionaria de la clase obrera inglesa y europea ha llegado. Los renegados del trotskismo están ya desde hace rato tras las huellas del stalinismo buscando burgueses imperialistas vándalos y asesinos, pero “democráticos”, para someter a ellos a la clase obrera.
Generaciones enteras dieron su vida para poner en pie al trotskismo inglés. La degeneración de la IV Internacional, en manos del pablismo y los renegados del marxismo, transformó a este intento en una enorme derrota para el proletariado inglés, y que hoy se paga con desmoralización y corrupción de sus filas.
Durante décadas estuvieron dentro del partido laborista. A su vera no son más que un apéndice del mismo, es decir, del partido de la City de Londres y de las transnacionales asesinas inglesas. Lo siguen y lo seguirán, contra la clase obrera, hasta la muerte.

Ha llegado la hora de poner en pie el combate por refundar al trotskismo inglés. Esto no será una tarea nacional tan sólo de los explotados de ese país, sino una tarea de todos los revolucionarios del planeta que se decidan a poner en pie un comité internacional por la refundación de la IV Internacional.
La clase obrera inglesa ya no puede solucionar ni la más mínima de sus demandas sin un combate junto a la clase obrera europea y mundial. Las burocracias sindicales y las direcciones colaboracionistas someten a la clase obrera a los explotadores país por país.
Los combates de Grecia, España y ahora de Londres ponen la moción en las calles de unificar un combate internacionalista y revolucionario de la clase obrera europea, para destruir Maastricht y no para sostenerlo. Para llevar a las metrópolis de Europa el combate del norte de África y Medio Oriente. Que permita poner al proletariado de los países centrales, con el grito de guerra de “El enemigo está en casa”, a la cabeza del combate de los explotados del mundo colonial y semicolonial.
La clase obrera europea y mundial debe recuperar su internacionalismo militante, si quiere realmente romper el cerco que le han tendido y le tienden a cada paso las direcciones traidoras.
Esta es una obligación de todas las fuerzas revolucionarias del trotskismo internacionalista que quiere que el proletariado, en su contraofensiva, inicie las primeras revoluciones obreras y socialistas en el continente europeo.
A las “Cumbres de los Pueblos”, los “Marxismo 2010 y 2011” que organizan los partidos socialimperialistas para cotejar a burócratas sindicales “de izquierda” y a intelectuales burgueses; a la unidad de los partidos “anticapitalistas” de palabra y keynesianos y rooselvetianos, sirvientes de la burguesía en los hechos, hay que contraponer la lucha por una conferencia internacional de las fuerzas sanas del movimiento trotskista y las organizaciones obreras revolucionarias.
En la juventud sublevada de Londres; en los combates de Misarrata y en las barricadas de Santiago; en las huelgas generales de Grecia; en las plazas de los indignados de Europa; en las revueltas y sublevaciones de la martirizada clase obrera china y africana están las fuerzas para reagrupar las filas del proletariado internacional, para poner en pie la refundación de su partido mundial, la IV Internacional.

¡Abajo la monarquía de la Inglaterra opresora, con su cámara de lores y de los comunes!
Siglos atrás, la burguesía inglesa, con Cromnwel, poblaba Londres con picas que llevaban clavadas las cabezas de los inquisidores. Nadie en la historia les reclamará que fue “violenta” su revolución contra la nobleza, la iglesia y el feudalismo. Nadie se quejará, entonces, si esta vez el proletariado llena de picas con las cabezas ensartadas de los banqueros y los parásitos de la City de Londres, que han llevado a Inglaterra, Europa y el mundo a la ruina.
Es que, o son sus cabezas en nuestras picas, o las nuestras en sus bayonetas. Son ellos, los explotadores, o nosotros, los trabajadores del mundo. En el medio, un río de traidores pagos defendiendo sus beneficios y sosteniendo a los explotadores en su bancarrota.

¡Por una Inglaterra revolucionaria obrera, socialista y soviética! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa! ¡Contra la dictadura del capital! ¡Por la dictadura del proletariado!
¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!
La juventud sublevada de Londres, prendió la chispa ¡Que se incendie Europa!

Secretariado de Coordinación Internacional

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