Los mineros bolivianos y la clase obrera mundial
junto a los mineros
chilenos de Copiapó
El 5 de agosto de este año se derrumbó la mina San José en Copiapó, Chile, dejando a 33 mineros atrapados a 688 metros de profundidad. Recién después de 17 días fueron hallados y se pudo tomar contactos con ellos, ¡estaban vivos!
No fue un accidente, es un crimen cometido por parte de la patronal minera, las transnacionales, Codelco (Corporación Nacional del Cobre), la Sonami (Sociedad Nacional de Minería) y las autoridades del Ministerio de Minería. ¡ Y estos son los culpables y los que tienen que pagar por esto!
¡Qué les importa la vida de los trabajadores mineros! Las transnacionales compraron 800 minas en la región sin invertir un peso para preservar las condiciones mínimas de seguridad. Las transnacionales se apropian de todas las riquezas del suelo, saquean la nación sin poner un solo peso para preservar la vida de los que en esas minas realizan el trabajo esclavo: los mineros. Su avidez por las suculentas ganancias no deja espacio para que se preserve la vida de sus explotados. Ya en el 2007 habían cerrado la mina porque no contaba con las mínimas medidas de seguridad, luego en el 2008 fue reabierta sin ninguna explicación.
La burocracia de la oficialista Central Única de Trabajadores, la CTC y la Federación Minera, quien respalda la política para el rescate impuesta por el gobierno, son cómplices de este crimen. Pues son ellos los que han garantizado las condiciones inhumanas en las que trabajan los mineros en los socavones.
Las transnacionales australianas que hoy ponen maquinarias y equipos de rescate son las mismas que durante años han saqueado los minerales chilenos a costa de salarios miserables e innumerables accidente y muertes de mineros y hoy intentan salvar la ropa ocupándose de rescatar a los 33 mineros atrapados. El gobierno cipayo del imperialismo yanqui anuncia que demoraran nada menos que ¡tres meses para rescatar a nuestros hermanos de clase sepultados vivos a 688 metros de profundidad!
¡Qué canallas! ¡Son asesinos de la clase obrera! ¡La vida de los mineros no les importa!
No actuaron así cuando corrieron presurosos a buscar a la esposa de un general de las FF.AA. -los mismos parásitos asesinos que se roban el 10% de las ganancias del cobre- que había desaparecido después del terremoto que asoló a Haití. Inmediatamente enviaron a los mejores equipos de rescatista de Chile para encontrarla. Y cuando los mineros contratistas de Collahuasi se tomaron la mina, en conjunto con los trabajadores de planta, protagonizando una alianza histórica, el ejército no tardó ni un minuto en poner a disposición sus aviones Hércules para trasladar guanacos, zorrillos y decenas de perros de las Fuerzas Especiales para desalojar y descargar su violenta represión contra los trabajadores.
Estas mismas transnacionales son las que expolian la nación en Perú, Bolivia y también en China. Superexplotan a los trabajadores mineros, no garantizan las mínimas medidas de seguridad a sus explotados, y así levantan millones de dólares de ganancia. Los mineros de Bolivia conocemos bastante de esto. Porque aquí y allá, nos enfrentamos a los mismos enemigos, nos explotan las mismos monopolios imperialistas, ¡tenemos que ponernos de pie junto a nuestros hermanos de clase chilenos!
¡Para que nunca más los huesos y los músculos de un solo minero queden en los socavones de la mina, en Chile, Bolivia, Perú, China! ¡Hoy todos somos mineros de Copiapó!
Los mineros de Huanuni, de la minería privada y las cooperativas debemos expresar la más amplia solidaridad internacionalista con nuestros hermanos mineros de Chile.
Por una misma lucha de los mineros de Chile, Bolivia y Perú para enfrentar a la patronal explotadora y asesina e imponer:
¡Basta de muertes obreras! ¡Basta de impunidad Patronal! No hay nada que investigar: ¡por tribunales obreros y populares, compuestos por compañeros y familiares de las victimas, para juzgar a los responsables de este crimen: La patronal de San Esteban, el Sernageomin, la Sonami y las autoridades del Ministerio de Minería!
¡Centralicemos este combate de punta a punta del Continente, para renacionalizar sin indemnización y bajo control obrero todas las minas de Chile, Perú, Bolivia, a manos de los monopolios imperialistas! Pues de allí tendremos los recursos para que se invierta en los mejores implementos y medidas de seguridad.
¡Para que todos estos países puedan contar con alta tecnología antisísmica! Y así evitar muertes obreras!
¡Para conquistar un salario acorde al costo de la vida, para que no haya mas un solo minero contratado. ¡Todos a planta permanente!
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