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Publicamos a continuación una declaración de la LOI-CI de Argentina

La cuarta huelga general del año y sigue el ataque del gobierno y el gran capital, sostenidos por la burocracia sindical
Mientras la burguesía detente el poder, se profundizará el ataque, la represión y la miseria contra la clase obrera

¡Abajo Papandreu y el parlamento imperialista!
¡Hay que preparar el poder de la clase obrera y los explotados!
Para detener el ataque, defender el salario, el trabajo y las conquistas obreras,
hay que expropiar a los expropiadores

Túnez, Egipto y Libia le han demostrado a los explotados del mundo que, para conquistar el pan y el trabajo hay que derrocar a los gobiernos y regímenes burgueses, conquistar la autoorganización de las masas en lucha y su armamento para avanzar en la revolución obrera y socialista. Al calor de esas revoluciones y bajo el látigo de la profundización de la crisis mundial, empieza a desarrollarse en Europa una segunda oleada de combates de masas.

Los acontecimientos de Grecia demuestran que el imperialismo está decidido a descargar toda la crisis mundial sobre los explotados y para ello no dudará en aplastarlos con las fuerzas de la contrarrevolución, si es necesario. A su vez, LA crisis de este sistema agónico impone una batalla feroz por ver qué potencia imperialista paga la crisis. En el medio de una quiebra generalizada de los Estados, EE.UU., como potencia dominante exportadora, - lejos de estar en una etapa de decadencia como afirman los reformistas- tira, con devaluación del dólar e inflación, todo el peso de la crisis mundial sobre Europa. Maastricht cruje por sus maltrechas costuras. Se exacerban las disputas interimperialistas por los mercados –que se achican a cada paso- y las zonas de influencia. Está en marcha una feroz guerra comercial entre las potencias imperialistas que empuja a nuevos crack y ataques redoblados contra las masas. La bancarrota griega –que ninguna potencia quiere pagar- concentra todas las contradicciones de la crisis mundial y se resolverá en el combate entre revolución y contrarrevolución.

Grecia es el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista en Europa. Mientras, la clase obrera inglesa, con la huelga general de los trabajadores públicos, da los primeros pasos, como un gigante que se despereza. Los explotados de España se siguen indignando y combatiendo a pesar del rol de las direcciones traidoras de la UGT y las CCOO. En Grecia, las masas responden a un redoblado ataque del gobierno de Papandreu y los banqueros, a cuenta del FMI y los parásitos imperialistas.
Hay que decirle la verdad a los heroicos combatientes griegos: mientras la burguesía mantenga en sus manos el poder seguirán los ataques. La poderosa huelga general del 28 y 29 de junio y sus combates de barricadas demuestran que para mantener los puestos de trabajo, los salarios y las pocas conquistas que quedan, hay que derrotar al gobierno y su parlamento de los banqueros y preparar el poder de la clase obrera. Es necesario desarrollar, extender y centralizar los comités de fábricas, las asambleas por barrio, los comités de estudiantes, desocupados e inmigrantes para votar, en un verdadero parlamento de delegados obreros, la huelga general revolucionaria y un plan de lucha hasta derrotar el ataque del gobierno y el imperialismo.

Las direcciones de las centrales obreras conspiran contra esta perspectiva, transformando las sucesivas huelgas generales en luchas de presión para que el gobierno “retroceda” en su ofensiva. El rol de los stalinistas, anarquistas y renegados del trotskismo, es impedir que la huelga general avance en una acción insurreccional de masas que derroque el gobierno y demuela al régimen y al estado burgués, siguiendo el camino de los explotados en Libia.
 
Para que la revolución en el norte de África y Medio Oriente dé nuevos saltos adelante, para derrotar el ataque imperialista contra las masas norteamericanas, europeas y de todo el globo: la revolución griega debe abrirse paso como eslabón de una misma revolución europea para darle un golpe certero a las potencias imperialistas. De lo contrario, la solución a la crisis la dará la burguesía con nuevas contrarrevoluciones y la guerra.

La clase obrera griega ya empezó a hablar el lenguaje de la revolución, necesita ahora un programa para triunfar. Las direcciones reformistas exponen sus recetas de enfermeros del capitalismo. Los trotskistas internacionalistas le presentamos a la vanguardia del proletariado un programa para la revolución y su triunfo.

La cuarta huelga general del año… y un redoblado ataque del gobierno y los banqueros
 
Una vez más, la clase obrera y los explotados de Grecia entran en una segunda marea revolucionaria del proletariado europeo como su vanguardia indiscutida.
Los días 28 y 29 de junio, una nueva huelga general (la cuarta en lo que va del año y la número 12 entre 2010 y 2011), volvió a paralizar el país heleno. Miles de trabajadores, desocupados, inmigrantes y estudiantes combativos -los explotados que acampan desde hace semanas en la Plaza Syntagma (Constitución)- se enfrentaron en las calles con la policía antimotines. Los explotados combaten contra un nuevo ataque del gobierno de Papandreu y el Pasok en cumplimiento estricto de las órdenes de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.

El imperialismo quiere hacerle pagar a las masas el quiebre del estado (vaciado por las transnacionales imperialistas y los bancos para salvarse de la crisis) con un nuevo y redoblado plan de despidos, reducción salarial, aumento de impuestos, recortes en los gastos sociales y un largo etcétera, mientras esos mismos bancos y trasnacionales tienen tasas de ganancia del 70 ú 80%.
El plan que discutían los diputados, en el parlamento de los piratas imperialistas, prevé aumentar los impuestos e impulsar una masa de privatizaciones, con lo que calculan que ingrese a las arcas del estado griego, más de 78.000 millones de euros hasta 2015. Entre otros ataques el estado implantó  una “tasa solidaria” a los ingresos; aumento del IVA; recortes en el sector público, con miles de despidos, reducción salarial, recortes en salud y educación, etc.; eliminación de los beneficios sociales y aumento en las contribuciones. El plan de privatizaciones incluye el correo, los puertos de El Pireo y Salónica, la empresa del agua de Salónica, entre otras, además de grandes porcentajes de las telefónicas, aguas de Atenas, la refinería de petróleo nacional, aeropuertos, caminos, territorios y derechos mineros.

A la magnitud del ataque responden las masas con grandiosos combates. La lucha de barricadas, los enfrentamientos con la policía y las manifestaciones masivas transforman la huelga general en huelga política de masas. Es que ningún trabajador cree ya que con una huelga, el gobierno de Papandreu y los bancos imperialistas vayan a dar marcha atrás en su voraz ataque.

¡Abajo la burocracia sindical traidora y su política impotente de presión sobre la burguesía y sus instituciones!

La política de la burocracia sindical de GSEE, Adedy (oficialistas) y PAME (del PC) es llevar a la impotencia la enorme predisposición al combate de la clase obrera y la juventud. Su estrategia, como ya lo hicieran desde 2007, es trasformar a la huelga general en una acción de presión sobre el gobierno y el régimen para que retrocedan en su ataque. Una verdadera utopía reaccionaria.
Así define Trotsky la cuestión de la Huelga General “(…)La huelga general no se hace posible más que cuando la lucha de clases se eleva por encima de todas las exigencias particulares y corporativas, se extiende a través de todos los compartimentos de profesiones y barrios, borra todas las fronteras entre los sindicatos y partidos, entre la legalidad y la ilegalidad y moviliza a la mayoría del proletariado, oponiéndola activamente a la burguesía y al Estado. Por encima de la huelga general, no puede haber sino la insurrección armada. Toda la historia del movimiento obrero testimonia que toda huelga general, cuales quieran que sean las consignas bajo las cuales haya aparecido, tiene una tendencia  interna a transformarse en conflicto revolucionario declarado, en lucha directa por el poder. (…)”. ¿Adónde va Francia?  - Una vez más adónde va Francia -fines de 1935-  Negritas nuestras.

Justamente, la política de las direcciones reformistas, es la de evitar que la huelga general se transforme en “un conflicto revolucionario declarado, en lucha directa por el poder”. Es en la política de presión servil de las direcciones de las centrales obreras, que el proletariado queda enchalecado, impotente, ante el redoblado ataque burgués.
La izquierda reformista, los anarquistas y renegados del trotskismo en todas sus variantes, se acopla y subordina a esta política haciendo de pata izquierda de la burocracia, llamando a “tirar al gobierno con una huelga general” pero… indefinida. Justamente la huelga general plantea el problema del poder, pero no lo resuelve. Como Lenin, los trotskistas afirmamos que “Por ahora debemos indicar que son (las huelgas), como ya hemos anotado más arriba, una ‘escuela de guerra’, pero no la guerra misma, sólo son uno de los medios de lucha, una de las formas del movimiento obrero. De las huelgas aisladas los obreros pueden y deben pasar, y pasan realmente en todos los países, a la lucha de toda la clase obrera por la emancipación de todos los trabajadores” (Lenin, Lucha sindical y lucha política, escrito a fines de 1899). Solamente cuando la huelga general, deviene en acción insurreccional de masas –como en Libia-, la clase obrera encuentra el camino, rompiendo con toda la impotencia de sus jefes, para desplegar todas sus energías derribando al gobierno y su parlamento antiobrero.

¡Por un parlamento de diputados obreros y de las masas explotadas para preparar una insurrección triunfante!

Grecia no es la Bolsa, ni los bancos, ni las cámaras empresariales, ni sus políticos burgueses, ni la Iglesia, ni sus fuerzas represivas: ellos son los destructores del país heleno. Grecia son los obreros, los jóvenes explotados y las clases medias arruinadas que han entrado a la lucha. En medio de la tendencia a la desintegración de la Europa imperialista de Maastricht, de la profundización de la quiebra de los estados imperialistas, Grecia no tiene más salida, bajo las riendas de la burguesía, que la colonización y la derrota de la clase obrera y las masas explotadas, con fascismo, si es necesario.
Los explotados demuestran que no se han agotado sus energías revolucionarias y que están dispuestos a ir hasta el final en la defensa de sus conquistas y la resolución de todas sus demandas.
La nueva huelga general del 28 y 29 de junio ha conmovido al país. Sin embargo la burguesía no vaciló y votó en su Parlamento un redoblado ataque. La política de las centrales sindicales ha quedado al desnudo. No hay otra salida ¡La clase obrera debe abrir la revolución proletaria!
Así plantea la IV Internacional la cuestión en una similar situación en 1935 en Francia: “La importancia fundamental de la huelga general, independientemente de los éxitos parciales que puede lograr (pero que también puede no lograr), radica en el hecho de que plantea la cuestión del poder de un modo revolucionario. (…) el proletariado paraliza así no solo la producción sino también al gobierno. El poder del Estado queda suspendido en el aire. (…)
Cualesquiera que sean las consignas y el motivo por los cuales haya surgido la huelga general, si ésta abarca realmente a las masas y si esas masas están decididas a luchar, la huelga general plantea inevitablemente ante todas las clases de la nación la pregunta: ¿quién va a ser el dueño de la casa?
Los jefes del proletariado deben comprender esta lógica interna de la huelga general; de lo contrario, no son jefes sino diletantes y aventureros. Políticamente, esto significa: los jefes están obligados a plantear al proletariado el problema de la conquista revolucionaria del poder. (Ídem anterior. Negritas nuestras).

La tarea inmediata en Grecia, para que la huelga revolucionaria entre en estado de insurrección, derroque a Papandreu y ponga en pie el embrión de poder obrero es ¡Centralizar los comités de fábrica, los comités de inmigrantes y de desocupados, las organizaciones estudiantiles de lucha, las asambleas de los indignados, de los barrios y a los sindicatos combativos! ¡Hay que imponer un verdadero Parlamento obrero y de los explotados de toda Grecia! La burguesía ya ha demostrado que está dispuesta a ir hasta el final en su ataque, inclusive, no dudará en aplastar a la clase obrera. Para eso, ya alista a las bandas fascistas que han comenzado a atacar a las organizaciones obreras y a los obreros inmigrantes. Hay que imponer el frente único obrero y la milicia de los explotados para aplastar a los fascistas. Hay que derrotar a la casta de oficiales, de los coroneles asesinos, llamando a poner en pie comités de soldados para aplastar a la reacción.

Un parlamento obrero, como embrión de poder de los explotados, tendrá mil veces más autoridad que el parlamento fantoche de la banca Morgan y el capital financiero. Ese organismo de doble poder, apoyado en la huelga general, en la movilización de masas, en la ocupación de fábricas y el control de territorio, deberá desarmar a la policía, armar una milicia obrera, ganar a la mayoría de los soldados y preparar las condiciones para el derrocamiento revolucionario del régimen y el gobierno de los banqueros, los capitalistas y el imperialismo griego.

Ese parlamento obrero será el que podrá avanzar en la expropiación sin pago de los bancos, de los monopolios, y su puesta en funcionamiento bajo control obrero, única garantía para salir de la decadencia y la catástrofe que están padeciendo las masas.
Para detener el ataque, los despidos, los impuestazos y la desocupación: ¡expropiación sin pago y puesta en producción bajo control obrero de toda fábrica que cierre o despida! ¡Reducción de la jornada laboral para conseguir trabajo digno para todos con un salario al nivel de la canasta familiar! ¡Anulación del IVA e impuestos a las grandes fortunas! Sólo la clase obrera puede sacar de la miseria a las clases medias arruinadas, darle crédito barato al pequeño productor y echar a los usureros, así impedirá que la burguesía las utilice como base del fascismo, en lo inmediato.

Para conquistar la coordinación y centralización de las organizaciones de las masas en lucha hay que derrotar a la burocracia socialdemócrata y stalinista en los sindicatos y organizaciones de las masas, que intentan impedir una acción independiente y un choque frontal con el estado burgués y sus instituciones.

Contra todos los que sostienen la “unidad europea” imperialista ¡que comience la revolución en Grecia para derrotar a Maastricht y terminar de empujar hacia la marea revolucionaria a toda la clase obrera del viejo continente! En Grecia, el combate inmediato es por la dictadura del proletariado que convierta al país heleno en el primer eslabón de una única revolución europea. ¡Huelga general en toda Europa para centralizar las filas de los explotados y enfrentar a Cámeron, Sarkozy, Zapatero, Merkel, Berlusconi y demás piratas imperialistas! ¡Abajo la monarquía inglesa y española! ¡Abajo la V República francesa! ¡Abajo Putín y la nueva burguesía Gran rusa asesina de las masas chechenas y demás naciones oprimidas! ¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en la ex URSS! ¡Por la derrota militar de las tropas imperialistas en Afganistán, Irak y todo Medio Oriente! ¡Abajo Maastricht! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa, desde Portugal hasta las estepas rusas! Con este programa el proletariado europeo llevará al triunfo los combates de Libia, Túnez, y todo el Norte de África y Medio Oriente.

La tarea del momento en Grecia, es como afirma el camarada León Trotsky “(…) cualquiera que sea su fuerza, la huelga general no resuelve el problema del poder, no hace sino plantearlo. Para apoderarse del poder es necesario organizar la insurrección apoyándose en la huelga general”. (Los problemas de la insurrección y de la guerra civil. Moscú, julio de 1924). Para llevar al triunfo esta perspectiva es necesario una dirección revolucionaria, la IV Internacional refundada. Todas las fuerzas de los revolucionarios del mundo deben concentrarse en esta tarea de primer orden. Por eso, los trotskistas de la FLTI peleamos por poner en pie una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias.

Anibal Vera y Ana R.

 

 

Las direcciones reformistas a los pies de la Europa “social” imperialista de Maastricht
¡Fuera las manos del reformismo del combate revolucionario de masas!


Alrededor de los últimos acontecimientos en Grecia, dos alas de las corrientes socialimperialistas han desplegado todo su programa reformista. Por un lado, partidos como el SWP inglés, el NPA y demás “anticapitalistas” plantean que el combate es por una Europa más social. Así, transforman la huelga general y el combate revolucionario de las masas en luchas de presión sobre los gobiernos y regímenes imperialistas. De esta manera, son los sostenedores de la burocracia sindical traidora de “rectificación” del ataque.
Por otro lado, ubicados a la izquierda de los socialimperialistas europeos, están las corrientes cretinistas sindicalistas como el PTS y el PO de Argentina, o la LIT que mientras hablan de revolución socialista, del proletariado en el poder y de tirar abajo al gobierno, llaman a los explotados griegos a seguir marcando el paso en el mismo lugar. Con su programa de una “nueva huelga” o de “huelga general indefinida” este coro de reformistas reniega de la lucha por los soviets, el armamento y el doble poder. Es decir, renuncia de antemano a la lucha por la toma del poder -por más que lo enuncien líricamente- que es la única posibilidad de parar el ataque de los capitalistas y que las masas coman.
El que no lucha por el doble poder, no lucha por derrocar al gobierno de Papandreau y el ataque imperialista contra las masas griegas y de toda Europa y mucho menos tiene un programa para atacar la propiedad privada y expropiar a los expropiadores. Su fraseología contra el gobierno es una estafa en boca del reformismo.
Queda demostrado que se ha formado una santa alianza, burócratas sindicales, renegados del trotskismo y anarquistas, bajo el ala de los PC , el Foro Social Mundial y la V Internacional, conspirando contra la lucha revolucionaria de la clase obrera y las masas explotadas. Todos son sostenedores de Maastricht, enemigos del indicio de la revolución en Grecia como el primer eslabón de la revolución obrera y socialista europea y mundial.

 

 

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