Volver al índice BOI 2 | La bancarrota del PO en los sindicatos |
La bancarrota del PO en los sindicatos
Animadores y sostenedores de nuevos burócratas sindicales. ¡Su oportunismo lo paga la clase obrera!
La situación actual de los obreros del pescado, plagada de padecimientos, no es por falta de combatividad de su parte, sino por responsabilidad de Altamira, Pitrola y toda la dirección del PO, quienes, aprovechando su influencia política entre los obreros de vanguardia, llevaron una y otra vez a los trabajadores de derrota en derrota, poniéndolos a los pies de los ministerios y de los estatutos de la burocracia, cuando los trabajadores, a patadas, echaban a los matones del SOIP.
Los obreros del pescado y los marineros de Mar del Plata en el 2000 encabezaron la rebelión en el puerto, contra la patronal esclavista y sus perros guardianes de la burocracia sindical moyanista del SOIP y del SOMU, en defensa del convenio del ’75, exigiendo el pase a planta permanente, el blanqueo de los cooperativizados, la garantía horaria, el pago a los embarcados de francos a valor promedio y aumento de salarios. Con la huelga, los piquetes, las movilizaciones y las asambleas, los trabajadores conquistaron la unidad en la lucha y en las calles, enfrentándose a la salvaje represión policial y de los matones de la burocracia sindical.
A fines de junio del 2000, marchaban al SOIP, echaban a patadas a la burocracia sindical y tomaban el sindicato. Recuperaban así la organización obrera, arrebatándola de las manos de los traidores, para ponerla al servicio de los trabajadores y sus luchas. Al mismo tiempo, los trabajadores combativos ponían en pie una Comisión Directiva Provisoria del SOIP que representaba al conjunto de los trabajadores en lucha, y sobre todo, a su mayoría contratada y no afiliada.
Sin embargo, este heroico levantamiento obrero fue abortado. Por una lado, la lucha fue aislada por la burocracia de la CGT y CTA, dejándola a merced de la represión de la policía y los pistoleros de la burocracia expulsada. Pero al mismo tiempo, el PO y todas las corrientes de la izquierda reformista se negaban a poner en pie la coordinación de los trabajadores que salían al combate, para unificar las demandas en una sola lucha, para preparar el derrocamiento de la burocracia sindical y así preparar la derrota de la patronal y su régimen.
Así la patronal con su justicia, el ministerio de trabajo y la policía intervinieron el SOIP a los pocos días y los obreros aislados debieron retirarse de la sede tomada. Así les robaban nuevamente el sindicato a los verdaderos dueños del SOIP, los obreros combativos, y se lo entregaban a la burocracia rompehuelgas.
Junto a la política de aislamiento impulsada por la dirección del PO, totalmente enemiga de la coordinación, Altamira, Pitrola y compañía, llevaban a la vanguardia obrera a la que influenciaban a prepararse, no para una lucha superior, sino para las elecciones sindicales regidas por los estatutos fraudulentos de la burocracia, avaladas por el ministerio de trabajo, donde sólo votan 1500 obreros en blanco y afiliados, dejando afuera a miles de trabajadores, la mayoría absoluta de fileteros “a façon” y contratados quienes habían puesto el cuerpo en la lucha. Subordinaban una vez más a los más explotados y combativos a la minoría sindicalizada y efectiva en las elecciones que se concretarían un año y medio después. Esta subordinación a los estatutos de la burocracia, impuesta por el PO, es lo que hoy todavía están pagando los trabajadores.
Samuel Salas y Mamerto Veron, los traidores que llegaron a la directiva del SOIP de la mano del PO.
El viernes 15 de Marzo del 2002 al calor del combate obrero y popular revolucionario del 20 de diciembre del 2001 -que barría al gobierno gorila y asesino de De la Rúa y acorralaba a la burocracia sindical al grito de “¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”- la lista Celeste impulsada por el PO ganaba las elecciones en el SOIP de Mar del Plata contra las listas de la burocracia moyanista de Darguibel, Saravia y compañía que se presentan divididas.
Samuel Salas encabezaba la Celeste, el mismo que hoy entrega a los compañeros a la voracidad de la superexplotación patronal y que junto a éstos, reclutando pistoleros, con la policía, con la prefectura, han copado el puerto y atacan a los trabajadores intentando aplastar a los obreros del pescado y su heroica rebelión contra la esclavitud.
Mamerto Verón es hoy, después de la certera paliza que recibió Samuel Salas a manos del heroico piquete de huelga, el vocero de Katz y un alcahuete a sueldo de las cámaras empresarias, quien a viva voz proclama: “que el reclamo agresivo involucra a sólo un sector de trabajadores. Hoy serán 100 personas(...) Esto es una pequeña pero muy pequeña minoría organizada por el blanqueo, pero que atenta contra el interés de la mayoría”. Y agrega que “desde fines del 2004 a fines del 2006 el SOIP logró la registración de más de 1000 compañeros entre convenios pyme y del 75”, pero aclaró que fue “negociando, gestionando, no poniendo en riesgo la fuente de trabajo y no poniendo en riesgo a los compañeros”. (La Capital, 26/09/07). ¡Un verdadero buchón de la patronal esclavista!
Estos burócratas como Samuel Salas, Mamerto Verón y otros pudieron llegar a copar el sindicato porque fue el PO, usurpando las banderas del trotskismo el que los llevó de la mano, pintándolos de izquierda.
Pitrola, el jefe de la nueva burocracia piquetera, presento a Salas y Veron junto a los matones de la CGT.
En la Prensa Obrera 746 (21/3/2002) la dirección del PO celebraba “¡Ganamos el Pescado!”. “El balance y las perspectivas del masivo triunfo de “la celeste” (una verdadera leyenda en materia de lucha antiburocrática) podría sintetizarse en el significado que le dan sus actuales protagonistas. Lejos de tratarse de una interna gremial, la recuperación del sindicato obrero más importante de la zona será una palanca para la transformación del cuadro político del sindicalismo local”.
Mientras Altamira y la dirección del PO estafaban a la vanguardia obrera del pescado con estas afirmaciones, la “nueva dirección” Celeste se aferraba con uñas y dientes a los estatutos de la podrida burocracia sindical y su ley de asociaciones profesionales, expropiaba de esta manera la lucha de los trabajadores y preparaba las condiciones para estatizar nuevamente el SOIP.
El PO y su lista celeste, lejos de romper todo lazo del SOIP con el estado y la patronal, lejos de imponer la democracia obrera, dirigieron el sindicato bajo los mismos estatutos impuestos por el estado y la burocracia sindical. Así, una vez más, la amplia mayoría de obreros fileteros a destajo y en negro que habían encabezado la lucha de año 2000 y la derrota de la burocracia, fueron sometidos a la minoría de trabajadores efectivos y afiliados. Bajo la dirección del PO, la lista Celeste y los nuevos burócratas que ellos empollaron, 16.000 obreros en negro volvieron a quedarse sin voz, sin derechos, y con su sindicato nuevamente usurpado por traidores tanto o más corruptos que Saravia y compañía.
Así la única “palanca” que se vio en Mar del Plata fue la que terminó golpeando contra los trabajadores para disciplinarlos y mantener el esclavismo en el puerto. Jamás Altamira o la dirección del PO impulsaron el estatuto de la democracia obrera para que el SOIP recuperado se transforme en una palanca para poner en pie la coordinación obrera, un comité de lucha, etc., para barrer a la burocracia sindical de la CTA y la CGT. Así preparaban las condiciones –salvando a la burocracia sindical- para someter a los trabajadores a la esclavitud patronal e impedir que el ejemplo del SOIP se propagara.
Es por eso que Néstor Pitrola escribía en la Prensa Obrera 748, el 4 de abril de 2002: ”En un gran acto obrero, con más de 300 obreros del Pescado, asumió la nueva dirección del SOIP. El carácter del acto prefiguró el carácter clasista que tendrá el sindicato”. Y más adelante agregaba que en dicho acto “Habló también el Secretario general de la CGT local, Pepe San Martín de Casineros, que invitó a la nueva dirección a la CGT he hizo un reconocimiento expreso de los dirigentes históricos de la celeste, “Verón, De Mattei y Comparada” que hoy son centro de ataques políticos de todas las listas perdedoras de la burocracia saravista. Después hablaron Novero, secretario general de marítimos; F. Cuestas, secretario general de bancarios; Néstor Pitrola, por el Polo Obrero nacional... ”. Ya en aquellos días en que asumieron Samuel Salas, Verón y compañía, toda la dirección del PO, con Altamira y Pitrola a la cabeza, los alejaban de cualquier atisbo de “carácter clasista” y los llevaban a sostener a la cueva de burócratas de la CGT, lejos de llamar al conjunto de los explotados a coordinarse y centralizarse junto al SOIP recuperado para organizar la lucha para acabar con ellos.
Así –desde el primer día- les cubrían la espalda a los pistoleros de la CGT, como una verdadera y disciplinada burocracia de izquierda. Es que Pitrola era ya en aquel momento, no solo el jefe del Polo Obrero, sino el jefe de la burocracia piquetera de la izquierda reformista, que ponían su seguridad –haciendo corralitos- no para cuidar al activismo del ataque de la burocracia moyanista si no como policía interna, para impedir que los obreros combativos se saquen de encima a la nueva burocracia piquetera. Así actuaron contra la vanguardia combativa en Brukman, Sasetru, en la Asamblea Piquetera de febrero de 2002, etc., para impedir que se desarrolle la coordinación, para ahogar el grito de “se va a acabar la burocracia sindical” y para abortar la lucha por la huelga general, ayudando a estrangular la revolución Argentina.
El PO impuso su oportunismo en el puerto. las consecuencias las pagan los trabajadores.
Hoy Altamira, Pitrola y toda la dirección del PO se callan la boca, porque su política se impuso en el SOIP y en el puerto, y la lucha del SOIP quedó encerrada y aislada fabrica por fabrica. ¡Así los dirigentes “combativos” de ayer se transformaron en los matones rompe huelgas! Y las terribles consecuencias las pagaron y la están pagando los trabajadores, ¡inclusive arriesgando su vida!, cómo sucede con el compañero Hugo Diego Algañaraz, que ha sido herido de bala por los matones reclutados por Salas y Verón pagados por la patronal esclavista; con decenas de compañeros reprimidos, procesados y con el puerto sitiado. Mientras tanto Salas, Verón y compañía tienen que esconderse como ratas del odio obrero y son sostenidos por las chequeras de las cámaras empresarias y las custodias de las tropas de ocupación mandadas a socorrer al intendente “K” Daniel Katz, por el gorila y represor Kirchner.
Y como si esto fuera poco, hoy Altamira, Pitrola y toda la dirección del PO, ahora desde la agrupación Bordó llaman a los trabajadores efectivos a que junten las “400 firmas necesarias para (auto)convocar una asamblea extraordinaria que vote una comisión provisoria para sustituir a la camarilla vendida”. (Prensa Obrera Nº 1011 del 28/09/07). El PO hace este llamado cuando los trabajadores ya echaron a patadas a Salas, Verón y compañía, cuando los trabajadores rompieron las amarras de los estatutos de la burocracia y se independizaron del estado patronal, cuando ya han vuelto a recuperar las instalaciones del SOIP y lo han transformado en un centro para la organización de la lucha en el puerto.
Una vez más el PO con el verso de la legalidad burguesa pretende que la heroica rebelión obrera del pescado –retomando las mejores tradiciones clasistas de los ’70 de nuestra clase obrera- vuelva a enredarse en la telaraña de los sacrosantos estatutos de la burocracia sindical, avalados por Tomada, el amigo de las direcciones reformistas, desde el ministerio de trabajo.
Es por eso que Altamira y la dirección del PO son un verdadero escollo para constituir un comité de lucha y la coordinación ¡ya! de todos los sectores obreros y estudiantiles que están luchando o que están siendo atacados. Enemigos de poner en pie en el SOIP, un cuerpo de delegados con mandato de base, que con democracia obrera reagrupe nuestras filas, prepare los piquetes de autodefensa y así podamos enfrentar y parar el ataque del gobierno de Kirchner y su régimen infame del pacto social.
Altamira y la dirección del PO han demostrado ser enemigos mortales de esta perspectiva durante años, y hoy su orientación así lo ratifica. Son absolutamente conscientes que en horas los obreros revolucionarios que se han rebelado contra la patronal, que han dado en el blanco apuntando certeramente contra la burocracia carnera, si ponen en pié organismos de autoorganización para la lucha, rápidamente verán a donde los conducen las direcciones reformistas, y así, liberándose de los charlatanes encubridores de la burocracia, avanzarán en días lo que no pudieron avanzar en años bajo la dirección y la influencia de los usurpadores del trotskismo como Altamira, Pitrola y toda la dirección del PO.
Esta verdadera política stalinista, de colaboración de clases de la dirección del PO no nueva ni exclusiva para Argentina.
Tras la ciada de Sancho en Santa Cruz, la dirección del PO se entrevistó con el intendente de Rio Gallegos, el radical Roquel, junto a la plana mayor de la UCR para discutir un “frente antikirchnerista”, es decir, se reunió en plena huelga de los docentes y municipales, a discutir con el patrón de los municipales quien los mandó a reprimir el 9 de mayo. Actuaron como verdaderos sirvientes de la patronal gorila. Sin embargo, nada de esto es nuevo, así lo han hecho y lo siguen haciendo a nivel internacional.
El PO llamo a los trabajadores en el 2003, luego de que las masas tiraran a Lucio Gutiérrez presidente de Ecuador y hombre del FSM, a apoyar al nuevo gobierno burgués de Palacios, es decir al gobierno que aplicó los planes del imperialismo sometiendo a la clase obrera y los explotados.
En el referéndum de 2004 en Venezuela, el PO llamó a votar por el No –es decir, por la continuidad de Chávez en el gobierno. Continuidad de un gobierno patronal y pro imperialista hasta los tuétanos, como es el de Chávez, que mientras reprime a los trabajadores, le vende el petróleo a Bush para que alimente su maquinaria de guerra contra las masas iraquíes, y le paga puntualmente la deuda a los banqueros imperialistas con el hambre de los explotados. Ese voto “crítico” le dio su apoyo político a un gobierno burgués, poniendo a los trabajadores a los pies de los explotadores, con lo cual hace rato no sólo ha roto con los principios más elementales de la independencia de clase, sino que también hace rato ha renunciado a preparar la lucha por su derrocamiento.
La dirección del Partido Obrero también llamó a votar por Evo Morales en Bolivia en las presidenciales de 2005. Y luego salió a plantearles a la vanguardia obrera del continente que el triunfo de Evo era una victoria de las masas bolivianas, que precisamente son las que sufren la expropiación de su revolución, y bajo la fachada de la nacionalización trucha del petróleo, aliado a los fascistas de Santa Cruz de la Sierra, continúa el saqueo de los hidrocarburos y continúa la política represiva sobre los obreros y campesinos que salen a la lucha que ya ha costado varios mineros muertos en Huanuni, y de obreros y campesinos en Oruro, Cochabamba, Camiri, etc.
Pero el apoyo del PO a sectores de la burguesía también pudo verse en Italia, donde su partido hermano –Proyecto Comunista- estalló en el 2006, luego de que sus dirigentes históricos intentaran entrar, con puestos de senadores, a las listas de la Unione –el acuerdo entre Prodi y Rifondazione Comunista (RC) de los viejos estalinistas italianos- que hoy está en el gobierno imperialista de Italia, con tropas en Irak, y comandando las fuerzas de intervención en el Líbano.
La dirección del PO -como todos los renegados del trotskismo- impulsan su traidora política frentepopulista siguiendo disciplinadamente las órdenes de Celia Hart Santamaría y James Petras, cumpliendo al pie de la letra los dictados de Fidel Castro, Chávez, Evo Morales y el Foro Social Mundial.
Hoy sobre los escombros de los falsificadores del trotskismo, sacando lecciones de nuestros combates y de las derrotas, es que más temprano que tarde podremos poner en pie un estado mayor revolucionario que la clase obrera necesita para triunfar. Al servicio de que surja ese estado mayor estamos los que publicamos este boletín.
Walter Torres
integrante de la LOI (CI)-Democracia Obrera