Editorial
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Frente a la ofensiva imperialista; frente a la heroica resistencia iraquí y a la revolución boliviana
El stalinismo, la socialdemocracia y las burocracias traidoras de todo pelaje, juegan todo su pérfido rol contrarrevolucionario, agrupados en el Foro Social Mundial
La bancarrota
definitiva de los renegados del trotskismo
El apotegma revolucionario de los combatientes por la dictadura del proletariado: ""Todo aquel que se reclama marxista y que en una situación pre-revolucionaria, revolucionaria, o durante una crisis revolucionaria, no transforma la lucha por los soviets y el armamento del proletariado en el eje de su programa, es un traidor a los intereses inmediatos e históricos del proletariado"
Publicamos este BIOI N° 7 Nueva Época - Primera Parte, órgano
de la FTI-CI, en momentos en que los obreros y campesinos bolivianos han sufrido
una nueva puñalada por la espalda. Se ha consumado una nueva traición
a la revolución boliviana. Las direcciones traidoras han impedido que
con el heroico embate de masas de mayo-junio pasado se pusiera en pie en Bolivia
un poderoso organismo de poder obrero y campesino con milicias centralizadas,
el único que podía garantizar romper la nueva tregua con la
que esas direcciones sostienen hoy al gobierno de Rodríguez, su parlamento
fantoche y el régimen de la Rosca. Han abandonado la lucha por la nacionalizacón
de los hidrocarburos que ha sido y es el motor fundamental del combate revolucionario
de los obreros y campesinos: eso significa la tregua.
Las lecciones de Bolivia: la última advertencia
Hoy
en Bolivia, nuevos agrupamientos de la izquierda reformista aplican la vieja,
pérfida y contrarrevolucionaria política de colaboración
de clases y de frente popular para estrangular la revolución proletaria.
Evo Morales, Solares y Quispe, al igual que hicieran en 2003, permitieron
nuevamente en junio pasado que el parlamento fantoche, odiado por las masas
que lo cercaban y querían destruirlo, votara entre gallos y medianoche
a Rodríguez como presidente, y que la burguesía lograra cerrar
así la aguda crisis revolucionaria que durante días convulsionó
a Bolivia.
Este frente popular, que tiene su "pata derecha" en Evo Morales
y el MAS; en su variante "combativa" de Solares, Mamani, Quispe
y compañía, lo máximo que ha dado es transformar a la
COB en un "Instrumento político de los trabajadores" para
intervenir en las elecciones presidenciales de diciembre.
Esta política de colaboración de clases -que tiene su primer
hito histórico en 1914, con la socialdemocracia votando los créditos
de guerra y llevando a los obreros a masacrarse entre sí en la primera
guerra mundial, al servicio de sus propias burguesías imperialistas;
y su segundo hito en 1935-39, con el pacto Stalin-Laval y con la derrota de
la grandiosa revolución española por la pérfida acción
del frente popular y del stalinismo como su quintacolumna-, hoy vuelve a actuar
en Bolivia.
Pero esta vez, no sólo impulsada por las direcciones traidoras y el
stalinismo, sino con el consentimiento y el apoyo abierto de los liquidadores
del trotskismo. Todos ellos han firmado el pacto Stalin-Laval: todos sostienen
el pacto Morales-Solares-Rodríguez para estrangular a la revolución
boliviana.
Han roto definitivamente toda amarra con el bolchevismo: son su más
completa negación. Porque en 1917, en plena revolución rusa,
la estrategia bolchevique se concentró en la lucha por "Todo el
poder a los soviets". Por el contrario, hoy, en medio de la revolución
boliviana, los liquidadores del trotskismo junto a todas las direcciones traidoras
del Foro Social Mundial, lejos de plantear que la tarea central es poner en
pie un soviet nacional y una milicia obrera y campesina centralizados para
preparar y organizar la insurrección, dicen que todo se resuelve en
las elecciones de diciembre.
Han ingresado al frente popular, y han renegado así de la lucha por
la dictadura del proletariado. Esta es la política del POR de Lora,
y también de todos los liquidadores del trotskismo que han centralizado
sus fuerzas con el Foro Social Mundial para estrangular la heroica revolución
de los obreros y campesinos bolivianos.
La crisis de dirección revolucionaria del proletariado se ha agudizado
a un grado extremo. La lucha por refundar la IV Internacional se vuelve la
tarea impostergable de la hora.
La nueva traición a la revolución boliviana ha oxigenado,
provisoriamente, a los regímenesde la contención en toda América
Latina
La
nueva traición a la revolución boliviana tiene consecuencias
en toda América Latina, y también a nivel mundial.
Así, en América Latina ha oxigenado a los regímenes y
gobiernos de la contención que venían crujiendo, y por esa vía,
a permitido un fortalecimiento de la ofensiva que, a partir de principios
de 2005, relanzara el imperialismo yanqui sobre su patio trasero.
A fines de 2004, con sus triunfos contrarrevolucionarios en Irak, Afganistán
y Palestina; con la aristocracia obrera, la burocracia sindical y los partidos
socialimperialistas conteniendo a la clase obrera de las potencias europeas,
e imponiendo en América Latina regímenes y gobiernos de la contención,
gracias a la política de colaboración de clases de la burocracia
castrista y el stalinismo, de las burocracias sindicales y de las direcciones
reformistas de todo pelaje agrupadas en el Foro Social Mundial, el imperialismo
impuso un punto de equilibrio inestable en la política y la economía
mundiales.
Esto fue lo que le permitió, a partir de principios de 2005, volver
a la ofensiva sobre América Latina, a la que había descuidado,
ocupado como estaba en sus aventuras militares contrarrevolucionarias en Medio
Oriente y Asia Central. El imperialismo yanqui relanzó así su
ofensiva por imponer los Tratados de libre comercio -es decir, un nuevo estatuto
de coloniaje- a los países centroamericanos, y a los del Pacto Andino
como Ecuador, Perú, Colombia. El "gazolinazo" decretado por
Mesa en Bolivia a principios de año, y luego su intento, en marzo,
de sacar a las calles a las clases medias reaccionarias para tratar de tirarlas
contra los "bloqueadores" -los obreros y campesinos en lucha-, fue
expresión de esa ofensiva imperialista.
El levantamiento con el que los trabajadores y el pueblo de Ecuador derrocaron
a Gutiérrez -el primer gobierno del Foro Social Mundial en caer a manos
de las masas-; y poco después, en mayo-junio, el nuevo embate revolucionario
de las masas en Bolivia derrocando a Mesa, fueron dos claros golpes por izquierda.
En Ecuador y en Bolivia, la contención estalló a manos de las
masas. Estos dos golpes por izquierda, sumados a la oleada de luchas obreras
en Argentina, a la rebelión estudiantil en Chile, y al ascenso obrero
y estudiantil en Nicaragua, pusieron en cuestión y hicieron crujir
a los regímenes y gobiernos de la contención en América
Latina.
La nueva traición a la revolución boliviana fue una certera
respuesta del enemigo de clase, motorizada a través de las direcciones
reformistas y los liquidadores del trotskismo. Esto le permitió al
imperialismo contener la situación en Ecuador y sobre todo, en Centroamérica,
terminar de imponer el TLC (CAFTA en sus siglas en inglés), es decir,
consumar la transformación de Nicaragua, El Salvador y los demás
países de la región en una gran maquiladora con obreros esclavos
para proveer al mercado norteamericano.
Les permitió fortalecer en Brasil al régimen del pacto social
y al gobierno de Lula y la Petrobrás; y en Argentina, sostener a Kirchner
y marchar a las elecciones legislativas de octubre, con el pacto social con
la burocracia de la CTA y la CGT fortalecido después de que las corrientes
de los liquidadores del trotskismo jugaran un rol fundamental en hacer abortar
las dos oleadas de luchas obreras que se sucedieron desde diciembre de 2004.
Con su patio trasero momentáneamente más apaciguado, el imperialismo
yanqui -que viene de reagrupar y disciplinar en la OEA, y bajo su mando, a
las burguesías cipayas de América Latina- puede dedicarse a
concentrar sus energías en ver cómo sale del pantano en que
se ha metido en Irak frente a la continuidad y la profundización de
la heroica resistencia de las masas a la ocupación, y cómo pasar
a nuevos ataques contra la propia clase obrera norteamericana que cuestiona
cada vez más ampliamente la permanencia yanqui en Irak.
Al mismo tiempo, le permite prepararse en América Latina para realizar
acciones contrarrevolucionarias directas en el caso de que las masas explotadas
logren romper nuevamente los reforzados diques de contención que les
han impuesto. Por ello, mientras se prepara la realización de la "Cumbre
de las Américas" en Argentina en noviembre, con la venida del
"emperador" Bush y de todos sus virreyes latinoamericanos, acaban
de desembarcar 400 marines en Paraguay y se prepara la instalación
de una base militar yanqui en ese país, mientras se mantienen las fuerzas
de la DEA en el Chapare en Bolivia, la base militar de Manta en Ecuador y
la base de la OTAN en las Malvinas.
¡Estos son los resultados y las consecuencias del accionar del frente
popular de colaboración de clases de las direcciones reformistas, burocráticas,
castristas, sirvientes de la burguesía y los monopolios imperialistas,
y de sus colaboradores los renegados del trotskismo, que han impedido la puesta
en pie de un poder obrero y campesino centralizado y del armamento de las
masas en Bolivia y le han dado tregua al gobierno de Rodríguez y al
régimen asesino de la Rosca en Bolivia!
El imperialismo yanqui, como vencedor en las guerras de coloniaje y en su contraofensiva contrarrevolucionaria, pasa a cobrar el botín en desmedro de sus competidores imperialistas franceses y alemanes
Así
como volvió sobre su patio trasero latinoamericano, los Estados Unidos,
como imperialismo dominante y como triunfador en las guerras de coloniaje
de Irak y Afganistán, relanzó también una ofensiva contra
sus competidores imperialistas europeos franceses y alemanes, para conseguir
nuevos negocios en su desmedro, y avanzar decisivamente en su posicionamiento
en la carrera por la recolonización de Rusia, los ex estados obreros
del Cáucaso y de la antigua URSS, y China.
Esta ofensiva se expresa en un proceso de desinversión de capitales
imperialistas europeos en la propia Europa. Por ejemplo, durante 2004, en
Francia se invirtieron 24.000 millones de dólares menos que en el año
anterior, mientras que en Alemania directamente los inversores europeos retiraron
37.000 millones de dólares. Mientras que, por el contrario, los Estados
Unidos están captando inversiones europeas que en 2004 aumentaron en
107.000 millones de dólares respecto de 2003. Se expresa también
en que provocó, de hecho, la ruptura de la "Casa Europea",
es decir, del acuerdo que el eje imperialista franco-alemán había
logrado con Putin y la nueva burguesía rusa para que ésta última
los proveyera de petróleo después de que perdieran los jugosos
negocios petroleros y la provisión de crudo que les garantizaba Saddam
Hussein, a manos de la ocupación anglo-yanqui de Irak. Es que Putin
y la fracción de la nueva burguesía rusa que éste comanda,
planean venderles el 50% de las acciones de la compañía GazProm
(que controla la mayor parte de las enormes reservas de gas y petróleo
rusos), a compañías petroleras norteamericanas.
Fue esta misma ofensiva del imperialismo yanqui y su socio británico,
contra sus competidores del eje franco-alemán, la que se expresó,
como consecuencia y refracción de la misma, en el resultado del referéndum
por la Constitución Europea en Francia. El triunfo del "No"
en el referéndum francés fue festejado no sólo por el
sector de los monopolios imperialistas franceses que quieren una Francia autárquica
y que son comandados por Le Pen, sino también por la Casa Blanca, Wall
Street y la City de Londres, porque significó darle un golpe a Francia
y a Alemania. Tan es así que la burguesía alemana se dividió,
con todo un sector pugnando por terminar la alianza con Francia, para poder
asociarse al imperialismo yanqui en su ofensiva sobre Rusia y las ex repúblicas
soviéticas, para no quedar por fuera del suculento botín del
gas, el petróleo y las enormes riquezas naturales de esa región.
Esta ofensiva sobre los ex estados obreros provocó, como respuesta,
la emergencia de focos revolucionarios, con los heroicos levantamientos obreros
y campesinos en Kirguistán y Uzbekistán. Precisamente porque
con Bolivia y Ecuador en América Latina; con Kirguistán y Uzbekistán,
esta ofensiva imperialista recibió respuesta revolucionarias de masas,
es que definimos como inestable al punto equilibrio impuesto por el imperialismo
en la economía y la política mundiales.
Las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial desincronizan una y otra vez la lucha del proletariado de los países semicoloniales de la de sus hermanos de clase de las potencias imperialistas
Los
renegados del trotskismo llamaron a los trabajadores en Francia y en Europa
a participar en esos referéndums totalmente bonapartistas y a votar
por el "No" -por una "Europa democrática y social"
unos; por un "No de clase", otros. Así, los mismos liquidadores
de la IV Internacional que en 2002 se alinearon con Chirac llamando a votarlo
en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales contra el "fascista"
Le Pen; hoy terminaron todos alineados con Le Pen, con Blair y con Bush llamando
a votar por el "No" en el referéndum francés. De esta
manera, llamaron y llevaron a los trabajadores a alinearse con un sector de
las burguesías imperialistas.
Hoy, cínicamente, esas corrientes liquidacionistas dicen que el triunfo
del "No" es una "victoria de la clase obrera". Por el
contrario, es una tragedia para el proletariado francés y europeo que,
una vez más, ha sido llevado por la acción de la aristocracia
y la burocracia obrera, y sus partidos socialimperialistas, incluidos los
renegados del trotskismo, a la subordinación a una u otra variante
de la burguesía.
La tragedia es que, una vez más, mientras en América Latina,
con Ecuador y Bolivia; y en el Asia Central, con los heroicos levantamientos
de las masas en Kirguistán y Uzbekistán, surgían focos
revolucionarios que le daban golpes por izquierda a la contraofensiva imperialista,
las aristocracias y burocracias obreras, los socialdemócratas, los
stalinistas, las direcciones reformistas de todo pelaje, y también
los renegados del trotskismo, todos ellos agrupados en el Foro Social Mundial,
volvieron a desincronizar la lucha de los obreros y campesinos de los países
semicoloniales y los ex estados obreros de sus hermanos de clase de las potencias
imperialistas, tanto de los Estados Unidos como de Europa, que no logran desatarse
las manos y a los que subordinan a los intereses de sus propias burguesías
imperialistas.
La heroica resistencia de las masas iraquíes y el despertar de la clase obrera norteamericana le ponen un límite a la redoblada ofensiva imperialista
Es
indudable que, pese a que en América Latina logró provisoriamente
oxigenar los regímenes de la contención, lo que le permite intentar
redoblar su ofensiva en su patio trasero; pese a los triunfos obtenidos en
su disputa con sus rivales imperialistas franceses y alemanes; pese al hecho
de que los atentados de Londres le han venido como anillo al dedo a su socio
Blair y a la monarquía imperialista británica para fortalecerse
y pasar al ataque contra su propia clase obrera, el imperialismo yanqui está
metido en un verdadero pantano en Irak.
Allí, a pesar de que todas las fracciones de la burguesía nativa
entregaron la lucha nacional y negociaron con el invasor; a pesar de las masacres
perpetradas por las tropas invasoras en Fallujah y en otras ciudades, la heroica,
tenaz y persistente resistencia de las masas iraquíes no sólo
no cesa sino que ha pegado un salto: se reorganizó en la Fallujah reducida
a escombros, echaron a los yanquis de la ciudad, y cada día manda de
vuelta "a casa" marines en bolsas negras, y llena los cementerios
de Irak de colaboracionistas del ejército y la policía iraquíes.
¡Viva la heroica e indomable resistencia iraquí, que con su
sangre, su sacrificio y sus mártires, es la avanzada de la resistencia
de la clase obrera mundial a la ofensiva de los carniceros imperialistas!
La persistencia y profundización de la resistencia iraquí es
motorizada por otro hecho innegable: el despertar de la clase obrera norteamericana,
que cada vez más, aunque aún en forma pasiva en lo que concierne
a las amplias masas, rechaza la continuidad de la guerra y la ocupación
de Irak. Esto ya ha llevado a afirmar a sectores de la propia burguesía
imperialista que ha comenzado en los Estados Unidos una situación "pre-Vietnam".
La clase obrera de las potencias imperialistas, y en primer lugar, el proletariado
norteamericano, es la que tiene la llave darle un duro golpe a la ofensiva
imperialista y volcar decisivamente a favor de los explotados una situación
mundial que hoy les es claramente desfavorable.
Mientras la clase obrera comienza a despertarse y tiende a ponerse de pie
un rechazo generalizado de las masas contra la guerra de Irak, asistimos a
la crisis y a la división de la AFL-CIO, esa organización de
la aristocracia obrera alimentada por la burguesía imperialista yanqui
con las migajas de las superganancias que sus monopolios obtienen con el saqueo
y las masas en las semicolonias, las colonias y los ex estados obreros. La
AFL-CIO, que agrupa apenas al 12% de la clase obrera, es un verdadero ministerio
de colonias que se dedica a apoyar y alentar las aventuras coloniales de su
propia burguesía imperialista para mantener los privilegios de un puñado
de aristócratas y burócratas obreros, abandonando a su suerte
a la amplia mayoría del proletariado norteamericano, y sobre todo a
sus sectores más explotados: los obreros negros y los de origen latino,
tratados como parias.
¡El movimiento obrero norteamericano reorganizará sus filas sobre
la base de derrotar a la aristocracia y la burocracia obrera de la AFL-CIO,
sirviente de su propia burguesía imperialista, y fundadora y organizadora
de esa cueva de traidores del Foro Social Mundial!
La vanguardia de la clase obrera norteamericana que se ha puesto de pie y
ha comenzado a reorganizarse en el Movimiento de la Marcha por el Millón
de Obreros contra la guerra, está luchando por que se realice una gran
movilización unitaria contra la guerra de Irak y por el regreso de
las tropas el 24 de septiembre. Y del 14 al 16 de octubre, llama a apoyar
la movilización que convocan las organizaciones del movimiento negro
para conmemorar los 10 años de la "Marcha del Millón de
hombres" realizada en Washington en octubre de 1995, levantando un programa
de lucha contra la guerra imperialista en Irak, y de defensa de la clase obrera
negra y sus derechos, como uno de los sectores más explotados del proletariado
norteamericano.
Los trotskistas principistas llamamos a todas las organizaciones obreras combativas
de América Latina a apoyar esta nueva convocatoria de nuestros hermanos
de clase de los Estados Unidos y a la vez, a llamarlos a que tomen en sus
manos la lucha por el triunfo de la revolución boliviana, enfrentando
a los monopolios imperialistas que quieren saquear sus hidrocarburos, y el
combate contra su propia burguesía imperialista y los gobiernos y regímenes
que son sus lacayos en América Latina.
El
trotskismo, el único marxismo revolucionario de nuestros días,
en la barricada de la revolución.
La socialdemocracia y el stalinismo en la barricada de la contrarrevolución,
esta vez con la colaboración reformista de los liquidadores de la IV
Internacional
En
el despertar de la clase obrera norteamericana, en las enormes energías
de las masas en la revolución boliviana y ecuatoriana, en Kirguistán
y Uzbekistán; y en la heroica e indomable resistencia iraquí,
están las fuerzas para avanzar en la lucha por refundar la IV Internacional.
Todos los liquidadores del trotskismo, bajo distintas formas y aparatos, sean
grupos grandes o pequeños, se han puesto bajo la disciplina de Fidel
Castro y Chávez en América Latina y en los Estados Unidos; y
en Europa, bajo la disciplina de las aristocracias y burocracias obreras y
los partidos socialimperialistas. Es decir, todos ellos se han disciplinado
al Foro Social Mundial, el partido mundial de la contrarrevolución.
Todos se alinearon con la posición burguesa del voto "No"
en los referendums por la Constitución europea, contra la otra opción
burguesa del "Sí". Se han puesto bajo la dirección
de Chávez y de su "revolución boliviariana", una caricatura
de revolución que no es más que la expropiación por parte
de la burguesía nacional de la lucha antiimmperialista de las masas
venezolanas. Realizan reuniones en Venezuela, como viene de hacerlo la UIT,
junto a la LCR francesa, la ISO norteamericana, entre otros, en las que reconocen
a Chávez como su líder, y discuten poner en pie un partido que
lo aconseje para que se deshaga de su "entorno corrupto". Todos
han renegado de la lucha por la revolución obrera y socialista y por
la dictadura del proletariado, y se han hecho sirvientes de la "revolución
boliviariana" -una caricatura de revolución-, poniéndose
la disciplina de Chávez, que es como decir de Nasser o de Perón.
En América Latina y en los Estados Unidos se han disciplinado a Fidel
Castro y al PC Cubano, poniéndose bajo el comando de Celia Hart Santamaría,
esa impostura de "ala trotskista" montada por la burocracia castrista
para cubrir "por izquierda" sus traiciones a la revolución
latinoamericana y el hecho de que prepara la consumación de la restauración
capitalista en la isla y su propio reciclaje en burguesía nacional.
En Argentina, como el MST, hacen frentes electorales con burgueses como Mario
Cafiero. En Brasil, mientras Rosetto del SU comanda el asesinato de campesinos
sin tierra desde el ministerio de la reforma agraria del gobierno proimperialista
de frente popular de Lula- Alencar-Marinho; el PSTU viene de presentarles
a la Comisión Parlamentaria de Investigación y al procurador
general un pedido de investigación a Lula, en el que expresan abiertamente
que ellos defienden el régimen democrático burgués y
el pluralismo de partidos. El PSTU ha roto así con toda política
de clase (como desarrollamos en el artículo sobre Brasil publicado
en las páginas de este BIOI). Reconoce a la Comisión Parlamentaria
de Investigación y al procurador general de la República, es
decir, apoyan a la burguesía y a sus instituciones para que se "investiguen"
a sí mismas!
La hora de la bancarrota de los liquidadores del trotskismo ha sonado definitivamente.
La lucha por refundar la IV Internacional es la tarea del momento. Reagrupar
a las fuerzas sanas y principistas del trotskismo a nivel internacional es
un primer paso en ese sentido.
Acaba de realizarse, en julio pasado, la 3° Pre-Conferencia del Comité
de Enlace. Su propuesta de avanzar hacia una Conferencia Internacional de
los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias,
es el enorme desafío que tenemos por delante.
Los trotskistas principistas hemos comprendido que un centralismo democrático
-aunque sea imperfecto- de un centro internacional que nos reagrupe y centralice
nuestro combate, es un millón de veces superior al más "perfecto"
centralismo democrático de un partido nacional que sólo puede
terminar siendo sirviente de su propia burguesía. Porque, como dijera
León Trotsky, en 1914 -ya hace casi un siglo- se acabó la época
de los programas nacionales, y por lo mismo, de los partidos nacionales.
La bancarrota definitiva de los liquidadores de la IV Internacional: en los
ministerios de los gobiernos proimperialistas como en Brasil; bajo la disciplina
de las burguesías nativas y de la burocracia castrista restauracionista
en América Latina; a los pies de la aristocracia y burocracia obrera
y de sus propias burguesías imperialistas en los países centrales,
el camino que han emprendido ya no tiene retorno.
Para seguir siendo trotskista, hay que romper con estos liquidadores y reorganizarse
en un Centro internacional de las fuerzas sanas y principistas del trotskismo
que tome en sus manos la lucha por refundar la IV Internacional.
Porque las traiciones de esta nueva hornada de menchevismo a la revolución
boliviana; su disciplinamiento a los militares "patriotas" y a los
burgueses "progresistas"; su alineamiento con los imperialistas
"democráticos" contra los imperialistas "fascistas",
no hace más que reflotar de entre los trastos viejos de la historia,
la política de colaboración de clases de la socialdemocracia
y del stalinismo.
Hoy, ningún cuadro o militante que se considere trotskista, puede aducir
que desconoce la más grandes traiciones cometidas contra el proletariado
por estos liquidadores, usurpando para ello el nombre del movimiento más
revolucionario que dio la historia: el bolchevismo, y su continuidad, los
bolcheviques-leninistas de los '30 y la IV Internacional fundada en 1938.
Estos liquidadores, para consumar su obra de destrucción, habrían
querido que no quedara ni una pizca de continuidad del marxismo revolucionario.
Pero no lo lograron.
En años de duras y tortuosas luchas de tendencias y fracciones a nivel
internacional, se mantuvo la continuidad del trotskismo, el único marxismo
revolucionario viviente, y se conquistó un programa que pasó
la prueba de la revolución misma y de los convulsivos acontecimientos
que marcaron la lucha de clases mundial a fines del siglo XX y principios
del siglo XXI.
Presentamos aquí, entonces, en este BIOI N° 7 Nueva Epoca, Primera
parte, una declaración de la FTI-CI sobre Bolivia, donde una vez más
la direcciones traidoras han impuesto la tregua, porque impidieron la puesta
en pie de un organismo nacional de poder obrero y campesino y sus milicias
centralizadas, abandonando así la lucha por la nacionalización
de los hidrocarburos, que hoy siguen en manos de las petroleras imperialistas.
Junto a ella, el lector encontrará la propuesta y mociones concretas
que llevaremos los trotskistas internacionalistas al Encuentro continental
obrero y campesino que se realizará en La Paz los días 12, 13
y 14 de agosto de 2005. En la contratapa de este BIOI, reproducimos asimismo
la declaración sobre Bolivia que fue aprobada por la amplia mayoría
de los grupos integrantes del Comité de Enlace por una Conferencia
Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras
revolucionarias, en su reciente 3° Pre-Conferencia.
Luego, damos cuenta de la situación en Brasil y del gobierno proimperialista
de colaboración de clases de Lula, Alencar, Marinho, la patronal esclavista
y el FMI. Es decir, de ese gobierno del partido de la aristocracia obrera
que es el PT que, junto a la burocracia restauracionista cubana, son los dos
pilares contrarrevolucionarios centrales que sostienen a los regímenes
de la contención en América Latina y son los encargados de organizar
el estrangulamiento de toda revolución que los explotados inicien en
el continente. Los trotskistas princpistas de Brasil, aagrupados en el Comité
de Enlace, comienzan a reagrupar sus fuerzas. Reproducimos entonces en este
BIOI N° 7 - Primera Parte, una declaración sobre Brasil de la FTI-CI;
un volante de los camaradas de la Fracción Trotskista de Brasil, y
una declaración de los compañeros del Partido Obrero Marxista
(POM), del mismo país.
Por último, el lector encontrará el Acta de la 3° Pre-Conferencia
del Comité de Enlace, realizada los días 8, 9 y 10 de julio
de 2005.
En
la Segunda Parte de este BIOI N° 7 Nueva Epoca, que editaremos próximamente,
publicaremos la posición de los trotskistas principistas frente a los
atentados terroristas de Londres del 7 de julio pasado, en la que levantaremos
los dos certero gritos de lucha que, en marzo de 2004, pusiera en las calles
la clase obrera del Estado Español: "Vosotros hacéis
la guerra; nosotros ponemos los muertos" y "No les creemos
nada. Queremos toda la verdad", que deben ser hoy, indudablemente,
los gritos de lucha del proletariado de todas las potencias imperialistas
europeas y de los Estados Unidos.
Presentaremos asimismo en esa Segunda parte, la propuesta de plataforma de
la Fracción Leninista Trotskista que, como bloque internacionalista
y leninista, hemos constituido junto a los camaradas de la FT de Brasil y
del CWG de Nueva Zelanda, al interior del Comité de Enlace. Esta propuesta
de plataforma está siendo discutida y votada por la FT de Brasil, el
CWG de Nueva Zelanda, la Octubre Rojo Internacionalista de Bolivia; el COPOI
de Chile, la LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina y la Liga Trotskista
Internacionalista (LTI) de Perú.