Bolivia:
¡Ninguna tregua ni apoyo al gobierno de Rodríguez, representante
de la Rosca y continuidad de Goni y Mesa!
Contra el parlamento de la Rosca y las trasnacionales:
¡QUE LA ASAMBLEA POPULAR NACIONAL ORIGINARIA CONVOQUE YA EN EL ALTO A UN CONGRESO NACIONAL OBRERO Y CAMPESINO DE DELEGADOS DE BASE Y CON MANDATO DE TODAS LAS ORGANIZACIONES EN LUCHA!
Contra las bandas facistas y la casta de oficiales asesina de las Fuerzas Armadas: poner en pie la milicia obrera y campesina centralizada
El 9 de junio,
Rodríguez, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, asumía
la presidencia de Bolivia, entre gallos y medianoche, en un parlamento reunido
en Sucre, cercado por las masas, y con las tropas del ejército ocupando
la ciudad.
Con ello, la burguesía cierra su enorme crisis en las alturas de forma
provisoria. Para hacerlo, despliega dos políticas centrales: por un
lado, el plan de Mesa, Morales yla iglesia de tirarles a las masas la cabeza
del propio Mesa, de Vaca Diez y de Cossío (el presidente de la cámara
de diputados). Con este plan, sin entregar ninguna de las demandas de las
masas revolucionarias como es la nacionalización de los hidrocarburos,
la tierra y el pan, intentan parar el embate revolucionario con una promesa
de elecciones a 150 días. Este es el plan del engaño del frente
popular, es decir, de la política de colaboración de clases
de las direcciones de las organizaciones obreras y campesinas. Con más
"dictadura democrática" -como la llama la indomable C OR
El Alto-, intentan desorganizar nuevamente el embate revolucionario de masas,
como ya lo hicieran en 2003.
Por otro lado, y de forma también decisiva, mientras intenta con esta
política desarticular la embestida de masas, la burguesía establece
su cuartel contrarrevolucionario en Santa Cruz, manteniendo las bandas fascistas
de la Unión juvenil Cruceña y tropas del ejército, con
las cuáles amenazan con recuperar los pozos de petróleo ocupados
y seguir aplastando y persiguiendo a los dirigentes obreros y campesinos.
El régimen de la Rosca ha establecido dos estados mayores contrarrevolucionarios:
uno, el del parlamento fantoche y Rodríguez sostenidos por Morales
y demás direcciones colaboracionistas, de promesas dulzonas y engaños;
y otro, el de la contrarrevolución directa, ambas políticas
gemelas para estrangular la revolución que se ha puesto de pie nuevamente
en Bolivia.
Al punto que ha llegado el agudo proceso de la revolución boliviana,
si Rodríguez y Morales no logran imponerles la rendición a las
masas a través de la política de colaboración de clases,
de trampas, engaños y frases dulzonas del frente popular, inevitablemente
actuarán la contrarrevolución y el fascismo para aplastar a
sangre y fuego la revolución.
La política de colaboración de clases se desplegó el
mismo viernes 10 por la mañana, con Morales y su movimiento campesino
anunciando el comienzo del desbloqueo de las rutas, mientras se organizó
una reunión del nuevo presidente Rodríguez, con la COR y las
organizaciones de lucha de El Alto. Rodríguez fue a pedirles que le
den una tregua de 150 días.
Desde febrero y octubre de 2003 hasta el día de 8 de junio de 2005,
todas las direcciones de las masas revolucionarias bolivianas se empeñaron
en hacerles creer a las mismas que no había condiciones para poner
en pie un organismo de doble poder unificado y centralizado de la revolución
boliviana.
Se dedicaron a darle tregua a Mesa que en marzo pasado sacó la reacción
a las calles, desnudándose así como lo que siempre fue: otro
representante de la Rosca y las petroleras, igual que Goni. Las bandas fascistas
que hoy actúan en Santa Cruz, surgieron al calor de las clases medias
reaccionarias que Mesa puso en la calle en el mes de marzo pasado.
Tuvieron que pasar 16 días de huelga general política insurreccional,
de bloqueos y combates de barricadas durante mayo y junio, y tuvo que surgir
una orgullosa y heroica vanguardia revolucionaria organizada por la COR El
Alto, para que recién entonces los Mamani, los Solares, Quispe y sus
socios los dirigentes del POR, los renegados del trotskismo, se dignaran a
llamar a una Asamblea Popular en El Alto.
Durante 16 días, el doble poder local, regional, y en las rutas por
los bloqueos, se generalizó a todo el país, pero sin centralización
nacional y efectiva. Aún así, con su vanguardia en El Alto,
las masas organizaron una verdadera obra de arte de lucha revolucionaria preinsurreccional,
cercando la ciudadela del poder.
Los trotskistas internacionalistas denunciamos a las direcciones que hablan
en nombre del movimiento obrero y campesino revolucionario, y que son responsables
de no haber centralizado a nivel nacional ni en 2003, ni en el 2004 con la
tregua que le dieron a Mesa, ni en estas magníficas jornadas revolucionarias
de 16 días, el doble poder de obreros y campesinos. Las masas revolucionarias,
con su vanguardia de El Alto necesitaban de esa centralización y coordinación,
imprescindibles para triunfar.
Al igual que lo hiciera en 2003, Morales conspiró con sus parlamentarios,
con la iglesia y con la embajada yanqui, y convalidó, con su presencia
silenciosa y sumisa en el parlamento de la reacción y la Rosca, la
sucesión presidencial ilegítima para arrebatarles a las masas
revolucionarias el poder de las manos.
Solares y el POR, que tuvieron 16 heroicos días de combate revolucionario
para hacerlo, se negaron desde el primer momento a poner en pie un organismo
centralizado de las masas en lucha, y a constituir una milicia obrera y campesina
nacional centralizada que aplastara a las bandas fascistas como el único
camino para ganarse a la base del ejército, los soldados hijos de obreros
y campesinos.
Tardaron 16 días -que en épocas de guerra equivalen a años
de épocas de paz- para dignarse a convocar a una coordinación
de las organizaciones de las masas en lucha, alrededor de la vanguardia indomable
de El Alto.
Se dedicaron a hacer Cabildos abiertos, que no son más que actos donde
hablan los dirigentes, como lo hicieron el 6 de junio en La Paz, cuando centenares
de miles de obreros y campesinos estaban en las calles y combatiendo. Le dieron
así 16 valiosos días a la burguesía para que cerrara
su descomunal crisis política, y unificara y centralizara a sus estados
mayores.
Así, las masas revolucionarias, pese a su enorme, poderosa y heroica
lucha revolucionaria, no pudieron contraponerle al congreso de la Rosca reunido
en Sucre, ilegítimo, fraudulento y odiado por las masas, un Parlamento
obrero y campesino de la inmensa mayoría de los explotados de Bolivia
que desconociera las resoluciones del parlamento burgués fantoche.
Las heroicas masas revolucionarias no pudieron aún contraponerles a
las milicias fascistas de las petroleras en Santa Cruz, una milicia obrera
y campesina centralizada que las escarmentara. Esta era la única vía
para inmovilizar y ganar a la base del ejército y para impedir los
movimientos de tropas de las Fuerzas Armadas que hoy, bajo la "legitimidad"
del parlamento de la Rosca y su nuevo sirviente Rodríguez, intentan
tomar el control de las ciudades más importantes.
Pero pese a tanta traición y a tanta conspiración contra las
masas revolucionarias, se ha conquistado un enorme jalón: se ha declarado
al El Alto como cuartel general de la revolución boliviana, y el 8
de junio, salió de allí un llamamiento a poner en pie ese gran
congreso obrero y campesino de todas las masas en lucha de Bolivia. En ese
llamamiento, si es tomado por todas las organizaciones obreras y campesinas
en lucha, está la posibilidad de derrotar las nuevas trampas y engaños
que prepara la reacción. Así, la revolución les da una
nueva posibilidad a la clase obrera y al movimiento campesino revolucionario.
Para cercar al poder del enemigo y preparar su derrocamiento: poner en pie un organismo centralizado de las masas en lucha, y sus milicias obreras y campesinas
En 2003,
asumía Mesa con la tregua que le daban Morales, Quispe y Solares que
venían de expropiarles a las masas el triunfo revolucionario a la caída
de Goni. Hoy Rodríguez intenta conseguir una nueva tregua por 150 días.
Apoyándose en sus cómplices de las direcciones traidoras, intenta
desarticular desde adentro la acción revolucionaria de masas. Para
ello, promete elecciones, pero deja los hidrocarburos y el gas en manos de
las empresas imperialistas.
Rodríguez pide paz social y Morales se la da, mientras su gobierno
ha sacado las tropas a las calles y tiene a las bandas fascistas de la civilidad
cruceña que persiguen y aplastan a los campesinos y saquean sus casas.
Los que piden tregua, les piden la rendición a las masas revolucionarias
que se sublevaron para tomar el cielo por asalto. Los que piden treguas, le
piden la rendición al proletariado y los campesinos pobres que vienen
de causarle graves bajas al enemigo en su propio estado mayor, tirándole
su presidente y a sus sucesores, imponiendo de hecho en toda Bolivia un doble
poder territorial y social de las masas en lucha. La tregua es rendición;
la tregua es traición a la lucha por recuperar los hidrocarburos y
por su nacionalización sin indemnización y bajo control de los
trabajadores.
Por ello, para responder a la trampa de Rodríguez y Morales que con
el llamado a elecciones y con la desmovilización quieren que se destruya
y se disuelva el poder obrero y campesino que se ha puesto de pie y que, por
el contrario, se fortalezca el de la burguesía que ha quedado debilitado
y dislocado; para no dar ninguna tregua, para cercar al poder y preparar su
derrocamiento, la tarea más inmediata es poner en pie un organismo
centralizado, con democracia directa, de las masas en lucha
El llamamiento a ponerlo en pie ya está hecho, en las resoluciones
que el 8 de junio tomaron la COR El Alto, la FSTMB, la COB, la FEJUVE, la
CSUTCB, la Confederación de gremiales constituyendo la Asamblea Popular
nacional originaria y llamando a todas las COR, COD y organizaciones obreras
y campesinas en lucha a enviar delegados de base a El Alto. Es necesario concretarlo
ya: ¡Que la Asamblea Popular nacional y originaria proclamada en El
Alto convoque en forma inmediata a elegir un delegado cada cien trabajadores,
campesinos o estudiantes de la COB y todos sus sindicatos, de las COR, COD,
los movimientos campesinos, juntas vecinales y organizaciones estudiantiles
en lucha para reunir ya en El Alto un verdadero Congreso nacional obrero y
campesino!
¡Quién puede dudar que este Congreso nacional obrero y campesino
de delegados de base, le quitaría toda legitimidad al poder burgués!
Tendría un millón de veces más autoridad que el parlamento
odiado que en Sucre puso a Rodríguez, porque representaría a
la amplia mayoría de las masas explotadas bolivianas. Tendría
toda la autoridad y legitimidad para resolver y decidir, en primer lugar,
el desconocimiento de toda autoridad del parlamento fantoche y del presidente
que éste designó a dedo entre gallos y medianoche. La Asamblea
popular nacional originaria proclamada en El Alto se transformaría
así en el organismo para la toma del poder.
Hoy la única posibilidad de bloquear la tregua de Rodríguez
y Morales, y al parlamento de la Rosca que puso al primero como presidente,
es decir, de bloquear el poder del enemigo de clase, es contraponiéndole
un gran congreso nacional de todas las organizaciones obreras y campesinas
en lucha, llamado por la Asamblea popular nacional originaria que se proclamó
en El Alto.
Poner en pie ese Congreso y que empiece a sesionar ya, es la primera medida
de lucha que es necesario tomar. Así, Rodríguez quedaría
suspendido en el aire: de un lado quedaría su parlamento odiado por
el pueblo, su ejército y sus bandas fascistas; y del otro, la Asamblea
popular nacional y originaria, con su congreso de delegados de base representativo
de los millones que entraron al combate, es decir, de la inmensa mayoría
del pueblo boliviano.
Porque cuando la Rosca ha resuelto perpetuarse en el poder, armarse hasta
los dientes para preparar un baño de sangre contra las masas y mantener
su propiedad sobre los hidrocarburos, las tierras y las minas, este Congreso
obrero y campesino tendría la autoridad para tomar resoluciones que
irían en el sentido opuesto, que es el que sienten y ansían
millones de explotados: desconocer al parlamento ilegítimo y a su poder
de facto; imponer la nacionalización sin pago y bajo control de los
trabajadores de todas las reservas de gas, petróleo, de los bancos
y de todas las propiedades de las transnacionales en Bolivia con la clase
obrera y los campesinos pobres tomándoselos directamente y poniéndolos
a funcionar bajo su control. Suministrar alimentos, gas y recursos a las masas
revolucionarias que se han levantado, con comités de abastecimiento
y control de la comercialización, y dar las mejores tierras a los campesinos
desposeídos.
Este Congreso obrero y campesino pondría de pie y centralizaría
una milicia obrera y campesina para escarmentar a los fascistas, y para demostrarles
a los soldados rasos que sus padres, sus hermanos, sus madres, sus esposas
y novias que están en el combate, organizados como milicia obrera y
campesina, son la mejor garantía para que ellos, organizando comités
de soldados, se pasen con sus armas del lado de los que preparan una insurrección
obrera y campesina triunfante.
Convocar inmediatamente a ese Congreso nacional de delegados de base con la
más amplia democracia directa de los que luchan, es el camino para
que la Asamblea Popular nacional y originaria que se proclamó en El
Alto se transforme en un verdadero organismo de democracia directa y de poder
de los millones de obreros y campesinos en lucha. Es la mejor y más
urgente medida de lucha para no entrar en la tregua, para derrotar la trampa
de Rodríguez, Morales y el parlamento, cercar el poder el enemigo,
restarle toda legitimidad, y darle continuidad a la alianza obrera y campesina
que se soldó en las calles y en las rutas, en el combate en las últimas
semanas. Únicamente así será esa Asamblea Popular nacional
originaria un organismo que pueda plantearse efectivamente, en el próximo
período, la organización y preparación de una insurrección
triunfante para que la clase obrera y los campesinos pobres se hagan del poder
demoliendo el estado de los explotadores y saqueadores de la nación
boliviana.
De lo contrario, el peligro es que la Asamblea popular proclamada en El Alto
se transforme en una coordinación de dirigentes por arriba, al estilo
de lo que fuera en marzo pasado el "Pacto Revolucionario de Unidad"
entre Morales, Solares y Quispe, y tantos otros acuerdos de dirigentes que
hemos visto, donde los obreros y campesinos que luchan no pueden discutir
ni decidir el destino de su lucha y su propio destino. El peligro es que se
transforme en un frente único de dirigentes por arriba, que será
inútil para sacarle toda legitimidad a Rodríguez y al parlamento
fantoche, cuestión que únicamente puede hacer un organismo con
democracia directa y con delegados representativos de los millones de obreros
y campesinos que entraron a la lucha.
Hoy son Solares de la COB, los dirigentes de la COR El Alto, Vilma Plata y
el POR, Mamani de la Fejuve, Zuvieta de la FSTMB, los dirigentes campesinos
de la CSUTCB, los que tienen en sus manos que la Asamblea Popular nacional
originaria que ellos han constituido el 8 de junio en El Alto, convoque ya
a este congreso nacional de delegados de base, le ponga fecha inmediata y
llame a la COB y a todos sus sindicatos, a las COR, COD, movimientos campesinos,
juntas vecinales y organismos estudiantiles en lucha a elegir y enviar sus
delegados al mismo. Delegados de base que no tienen que integrarse a comisiones,
sino al pleno de un verdadero Congreso obrero y campesino que se ponga de
pie y sesione ya en oposición al parlamento fantoche ayer reunido en
Sucre y que se apresta a reunirse nuevamente en La Paz.
No hay nada que impida que la Asamblea popular nacional originaria convoque
ya a ese Congreso. No se puede perder más tiempo, ni un día
más, porque cada día que pasa sin que se reúna este Congreso
nacional obrero y campesino, se fortalece el poder de Rodríguez, el
parlamento y la Rosca. Los Cabildos abiertos, como lo demostró el 6
de junio, sólo sirven para que hablen y hagan discursos los dirigentes,
y no para que los que luchan discutan y decidan. ¡Hay que aplicar y
hacer efectivas ya mismo las resoluciones del 8 de junio! No convocar ya este
congreso de delegados de base es, a fin de cuentas otra forma -aunque distinta
a la de Morales- de darles tregua al gobierno y al régimen de la Rosca.
Defender al cuartel general de la revolución boliviana poniendo a sesionar ya en El Alto, la Asamblea popular nacional originaria
Como en 1952
lo fuera el movimiento minero, la revolución boliviana hoy tiene una
clara vanguardia en la COR, la Fejuve y todas las organizaciones obreras y
campesinas de El Alto, a las que se han sumado los mineros de la FSTMB. De
allí han salido las resoluciones y los combates claves de este embate
revolucionario.
El verdadero poder en El Alto está en las manos de los obreros y campesinos,
en sus barricadas, en sus bloqueos, en sus juntas vecinales, y en los estudiantes
en lucha.
El poder indomable del cuartel general de la revolución boliviana debe
ser preservado. La suerte de la revolución boliviana está atada,
en gran medida, a la suerte de su vanguardia obrera y campesina revolucionaria
de El Alto. El agua que hoy intentan arrojar sobre el fuego revolucionario
de las masas, y las treguas que intentan nuevamente imponer, son para desmovilizar,
para aislar a El Alto, para luego preparar una arremetida contrarrevolucionaria
con las bandas fascistas de Santa Cruz y el ejército.
Estamos frente a una verdadera comuna obrera y campesina en El Alto. Allí
tuvo que ir Rodríguez para tratar de convencer a la indomable COR El
Alto de que le de una nueva tregua como ayer su dirección se la diera
a Mesa.
¡El poder obrero y campesino de El Alto no se entrega, no da tregua!
Como dice la resolución N° 6 del 8 de junio: "Se rechazan
todas las trampas burguesas de sucesión constitucional y elecciones
adelantadas". La respuesta de la COR El Alto no puede ser otra que la
citación inmediata al Congreso de delegados obreros y campesinos. La
respuesta tiene que ser: ¡Ni Mesa, ni Rodríguez!, y también
¡Abajo Paredes, el alcalde de la Rosca! ¡Gobierno comunal obrero
y campesino de las masas en lucha!
Quieren expropiarnos no sólo el gas, el petróleo y nuestras
riquezas, sino lo más grande que hemos conquistado, que es nuestra
lucha y nuestras organizaciones de combate. ¡No lo permitamos!
Hay que llamar a la base campesina de Morales que en el curso de la lucha
y en contra de su dirección, tomó la demanda de "¡Ni
30, ni 50, nacionalización!", a que si quiere realmente conquistar
esta demanda y si dicen estar por una Asamblea Constituyente, que manden sus
delegados al cuartel general de la revolución boliviana, a El Alto,
porque solo un gobierno revolucionario de obreros y campesinos podrá
conquistar la nacionalización sin pago y bajo control obrero de los
hidrocarburos e inclusive convocar y garantizar la Asamblea constituyente
verdaderamente libre y soberana que ellos ansían. Hay que llamar a
la base campesina de Morales a que le exijan a éste que rompa con la
burguesía y con su apoyo a Rodríguez, el continuador de Goni
y de Mesa.
Hay que llamar a esas bases a que les impongan a los parlamentarios del MAS
que ayer avalaron la asunción de Mesa y ahora la de Rodríguez,
que se retiren y dejen vacío y sin quórum a ese parlamento fantoche
y enemigo del pueblo, y se hagan votar por las organizaciones obreras y campesinas
como delegados a a la Asamblea popular nacional originaria de delegados de
base con mandato de todas las organizaciones obreras y campesinas.
Por acción de su dirección, la COB no puedo jugar en 2005 el rol centralizador de las masas en lucha que tuviera en la revolución de 1952
Durante los
16 días de combate de la huelga general insurreccional impuesta por
las masas, Solares y la dirección de la COB se aseguraron de que ésta
no jugara ningún rol centralizado. La dirección de la COB se
cuidó muy bien de que ésta adquiriera un carácter político
revolucionario de masas y centralizara el combate de todos los explotados.
Aprendieron muy bien la lección de la revolución de 1952, cuando
los obreros y campesinos pobres destruyeron al ejército, pusieron en
pie sus milicias obreras, y pusieron en pie la COB. Con el estado burgués
semidestruido y en grave crisis, el verdadero poder estaba en manos de la
COB apoyada en sus milicias obreras, a la que los obreros y campesinos le
dieron un carácter de organismo de democracia directa y de doble poder,
centralizador de todas las masas en lucha.
Las direcciones reformistas aprendieron muy bien de esa experiencia, y se
conjuraron desde Octubre de 2003 en adelante, y sobre todo a partir de comienzos
de 2005 ante el repetido intento de las masas de irrumpir en un nuevo embate
revolucionario, para impedir que la COB jugara ese rol centralizador de todos
los obreros y campesinos pobres en lucha, es decir, para impedir que las masas
la transformaran en un organismo de doble poder como lo hicieran en 1952.
Pero, pese y en contra de ellos, las masas, con gran perspicacia, comenzaron
a expresarse en las COR y COD regionales y locales, y a coordinar a ese nivel
a las organizaciones obreras, campesinas, vecinales y estudiantiles en lucha,
que son las que garantizaron el paro, los bloqueos y los combates de barricadas
en las calles. Estos son los organismos de poder obrero y campesino que es
necesario centralizar ya, en la Asamblea popular nacional originaria de delegados
de base con mandato, para que se ponga de pie como un verdadero poder obrero
y campesino contrapuesto al de los explotadores.
El futuro de los explotados de Bolivia se concentra hoy en no darle ninguna
tregua ni el más mínimo apoyo a Rodríguez que está
sostenido por Morales y, por el contrario, preparar desde el cuartel general
de la revolución unificado, centralizado y armado, el aislamiento del
poder del enemigo, la unidad y centralidad de las masas en lucha. Es que la
tarea que se pone a la orden del día para el próximo período,
es la de preparar y organizar una insurrección obrera y campesina triunfante
para imponer un gobierno revolucionario obrero y campesino que garantice la
nacionalización sin pago y bajo control obrero de los hidrocarburos
y todos las demandas de las masas explotadas y la nación oprimida.
El camino para conquistarlo se concentra hoy en imponer en cada organización
obrera y campesina la democracia directa de los que luchan, y en conquistar
un organismo centralizado de los millones de heroicos combatientes obreros
y campesinos que, con sus delegados revocables, puedan a cada paso destituir
a los dirigentes que negocian y acuerdan a espaldas del pueblo insurrecto,
y seleccionar así a la dirección revolucionaria que esté
a la altura de organizar y preparar una insurrección triunfante de
las masas obreras y campesinas.
Hemos denunciado, en estos días de levantamiento revolucionario, la
existencia de una Santa Alianza de las direcciones del Foro Social Mundial,
de las petroleras, de las burguesías latinoamericanas, de la embajada
yanqui, y de los dirigentes traidores de las masas revolucionarias, para impedir
que se ponga en pie y madure un doble poder centralizado de las masas insurrectas,
porque en él, de sesionar y funcionar así, se abrirían
las condiciones para poner en pie un verdadero partido revolucionario trotskista
internacionalista, el único capaz de devolverle a las masas revolucionarias
de Bolivia la dirección que se merecen para la toma del poder.
Para nacionalizar los hidrocarburos, echar a las transnacionales, conseguir la tierra y el pan, la tarea para el próximo período es comenzar a preparar y organizar una insurrección triunfante que imponga un gobierno revolucionario obrero y campesino
La enorme
y magnífica huelga general insurreccional que impusieron las masas
durante 16 días, dio todo de sí: cercó a la ciudadela
del poder, dejó aún más dislocadas y en crisis a las
instituciones del régimen y del estado, y provocó una descomunal
crisis revolucionaria que abrió un vacío de poder en las alturas,
al igual que sucediera en 2003. Pero como toda huelga general insurreccional
triunfante, plantea el problema del poder, pero no lo resuelve: para que la
clase obrera acaudillando a los campesinos pobres y a la nación oprimida
se haga del poder, es necesaria una insurrección triunfante, que debe
ser preparada y organizada. Y para ello es necesario que previamente la clase
explotada se independice completamente de la clase enemiga a la que va a derrocar,
es decir, que conquiste un organismo de poder obrero y campesino centralizado
y armado, capaz de organizar, preparar y llevar a cabo la insurrección.
Y esta se definirá en quién se gana a la base del ejército:
si la burguesía, para aplastar a la clase obrera y los campesinos;
o los obreros y campesinos para derrocar a la burguesía, demoler su
poder y su estado y e imponer su propio poder.
Fue precisamente el hecho de que la Santa alianza de las direcciones traidoras
retrasó la puesta en pie de ese organismo centralizado, de las milicias
obreras y los comités de soldados, lo que impidió que el heroico
embate de las masas obreras y campesinas pudiera aprovechar la crisis en las
alturas y el vacío de poder e imponer una salida definitiva a su favor.
La dualidad de poderes actualmente existente no puede sostenerse por mucho
tiempo. El gobierno ultradébil de Rodríguez puesto por el odiado
parlamento, no puede sostenerse ni un solo día sin el apoyo de las
direcciones colaboracionistas de las masas obreras y campesinas, como el que
ya le está dando abiertamente Morales como su primera minoría
parlamentaria, y directamente llamando a desmovilizar y a dar tregua.
La política de colaboración de clase de las direcciones reformistas
intenta apaciguar a las masas, mientras las petroleras prepar an y alistan
al ejército y a las bandas fascistas para aplastar a sangre y fuego
la revolución inconclusa de 2003 que hoy ha pegado un nuevo y fenomenal
salto hacia delante.
La Asamblea Popular nacional originaria tiene dos alternativas: la primera,
la de poner en pie un organismo de diputados obreros y campesinos y la milicia
obrera centralizada a nivel nacional, para poder enfrentar y derrotar las
trampas y engaños que se ciernen sobre las masas y comenzar a preparar
y organizar, en el próximo período, una insurrección
obrera y campesina victoriosa. O, por el contrario, transformarse en un acuerdo
de dirigentes por arriba, que no cuestione ni se proponga derrocar a las instituciones
del régimen de la Rosca.
Con la primera alternativa, el camino a la preparación de la toma del
poder por la Asamblea Popular nacional originaria, con milicias obreras y
campesinas y comités de soldados, estaría segurado. Con la segunda
alternativa, lo único que está asegurado es seguir llevando
a las heroicas masas bolivianas a luchas extremas de presión en las
que éstas ponen todo su heroísmo, sacrificio , energías
y hasta su vida, y la salida siempre la impone la minoría de la Rosca
explotadora, a su favor y contra las masas.
Por crisis de dirección, la revolución boliviana ha perdido,
provisoriamente, una nueva oportunidad. Pero esta puede ser restablecida inmediatamente
si se pone en pie el doble poder centralizado y armado de las masas en lucha.
Las condiciones para ello ya existen, en la colosal acción independiente
de masas de 16 días, y en las resoluciones y el llamamiento que el
8 de junio lanzaron la COR El Alto, la COB, los mineros, la FEJUVE, los gremiales
y demás organizaciones que proclamaron la Asamblea nacional popular
originaria. Hay que hacer realidad ya ese llamamiento y esas resoluciones.
No hay tiempo que perder.
FRACCIÓN
TROTSKISTA INTERNACIONALISTA
- CUARTA INTERNACIONAL
13 DE JUNIO DE 2005
Hay que unificar y centralizar la enorme solidaridad revolucionaria y de clase que ha despertado en el proletariado mundial el heroico combate de las masas explotadas de Bolivia
Desde los portuarios de Oakland en los Estados Unidos, hasta los trabajadores
del Cono Sur, los obreros avanzados y los jóvenes revolucionarios en
todo el mundo han vibrado con los golpes del este nuevo embate revolucionario
de masas en Bolivia.
Los trotskistas internacionalistas llamamos a todas las organizaciones obreras
y de lucha a centralizar y coordinar a nivel internacional esta solidaridad
y entusiasmo de millones de explotados del mundo, para ponerlos de pie junto
al poder obrero y campesino que se levanta en Bolivia con heroicos combates
y contra las traiciones de los sirvientes del capital.
Hemos llamado y llamamos nuevamente a poner como demanda inmediata de la lucha
de los trabajadores de toda América y del mundo, el combate por la nacionalización
sin pago y bajo control de los trabajadores del gas y el petróleo en
Bolivia y en toda América Latina. Nuestros hermanos de clase de Estados
Unidos y Europa tienen en su manos la posibilidad de boicotear y enfrentar a
las empresas petroleras y los gobiernos imperialistas que saquean a nuestros
pueblos.
Llamamos a los trabajadores de Estados Unidos, del Estado Español, Francia,
e Inglaterra a atacar los intereses de la Chevron Texaco, la Exxon, la Repsol,
la Totalfina, la British Petróleum, que son los verdaderos organizadores
del saqueo de los trabajadores y el pueblo de Bolivia, y de las bandas fascistas
de Santa Cruz, al igual que organizaron el saqueo y la masacre en Irak, Afganistán,
Palestina y Medio Oriente. Con las migajas que se caen de la mesa de la explotación,
el saqueo de los pueblos oprimidos del mundo, alimentan los privilegios de la
traidora aristocracia y burocracia obrera de las potencias imperialistas que
son las verdaderas sostenedoras de los regímenes que impulsan las guerras
y el saqueo de los pueblos oprimidos del mundo. La clase obrera de Estados Unidos
y de las potencias europeas debe retomar, en lucha por el triunfo de la revolución
boliviana, la gran lucha antiimperialista que comenzara contra la guerra en
Irak.
Los trabajadores latinoamericanos tienen en sus manos derrotar a las direcciones
que en Argentina, Brasil, Perú y en toda América Latina son sirvientes
adocenados de los gobiernos proimperialistas de Lula, Kirchner, Tabaré
Vázquez, los Lagos, los Toledo, etc., como en Bolivia lo son los Morales,
Solares y compañía.
Los obreros y campesinos centroamericanos, haciendo suya la lucha antiimperialista
de la clase obrera boliviana y latinoamericana, podrán volver a levantarse
contra los TLC y el CAFTA con los que el imperialismo yanqui y sus socios menores
nativos los oprimen y los condenan a la peor de las miserias.
En una revolución obrera y campesina victoriosa en Bolivia, los obreros
y campesinos cubanos tendrán el más grande cuartel general en
defensa de su propia revolución. Pero para ello, deberán derrotar
la política de la burocracia castrista stalinista, que hoy, mientras
se apresta a consumar la restauración capitalista en Cuba, intenta colaborar
para estrangular la revolución boliviana, como ayer lo hiciera con la
revolución de los Cordones Industriales de Chile en 1973, y en los '80
con la revolución centroamericana. Con ese objetivo, la burocracia castrista
apoya, junto con Chávez, el plan de Morales de apoyar al nuevo presidente
de la Rosca, Rodríguez, a cambio de elecciones a 150 días y una
Asamblea constituyente amañada y fraudulenta.
Las masas venezolanas deben saber que el más grande aliado de su lucha
antiimperialista es el combate de las masas obreras y campesinas bolivianas.
Porque el gas y el petróleo en manos de las masas en Bolivia, de un gobierno
revolucionario obrero y campesino, le permitiría a las masas venezolanas
levantarse en lucha por que ni una gota de petróleo salga de Venezuela
para Bush y los yanquis que alimentan con él su maquinaria de guerra
que masacra en Irak.
Esas cuevas de bandidos que son la OEA y la ONU, se preparan para constituirse
como el verdadero cuartel general contrarrevolucionario que atacará a
Bolivia si se impone el gobierno obrero y campesino. Comandados por Bush, todos
los gobiernos cipayos del continente, defenderán a brazo partido, con
guerras y con ocupación -como lo hicieron en Afganistán, Irak
y Haití- su "democracia", la democracia de los ricos y los
explotadores.
La clase obrera latinoamericana, americana y mundial no puede permitirlo: ¡impongamos
en todas las organizaciones obreras y de lucha de las masas, el llamado a una
acción coordinada continental y mundial por el triunfo de la revolución
boliviana, como ayer lo hiciera la clase obrera mundial en defensa de Irak ante
la guerra de coloniaje de Bush y Blair!
Este combate por reconstituir el internacionalismo proletario de la clase obrera
mundial, destruido por décadas de traiciones de la socialdemocracia y
el stalinismo, queda en manos únicamente de lo continuadores del legado
de la III y la IV Internacionales revolucionarias: las manos de los trotskistas
principistas, en lucha contra todas las direcciones traidoras sirvientes del
capital financiero y el imperialismo, agrupadas en esa cueva de bandidos que
es el Foro Social Mundial, y contra los renegados que destruyeron la IV Internacional.
Para que el proletariado mundial viva, las revoluciones boliviana y ecuatoriana,
la resistencia iraquí, y los focos revolucionarios de Uzbekistán
y Kirguiztán, deben triunfar. Para que la humanidad toda viva, el imperialismo
debe morir!
Las revoluciones ecuatoriana y boliviana, los levantamientos revolucionarios
de masas en Uzbekistán y Kirguiztán, la heroica resistencia de
las masas iraquíes, ponen a la orden del día la lucha por la refundación
de la IV Internacional, para volver a poner en pie el partido mundial de la
revolución socialista.
El nuevo embate de masas en la revolución boliviana, vuelve a trazar
una clara línea divisoria, demostrando una vez más que los liquidadores
del trotskismo han devenido en un neopablismo generalizado, se han disciplinado
al Foro Social Mundial, a Chávez y a la burocracia castrista stalinista,
y han abandonado la lucha por la revolución socialista.
La teoría y el programa del trotskismo han pasado la prueba de la historia
y de los convulsivos acontecimientos del primer lustro del siglo XXI. Los oportunistas
y liquidadores de la IV Internacional que, subordinados al Foro Social Mundial,
al chavismo y al castrismo hacen hoy las veces de reformismo, no la han pasado.
Su bancarrota es total.
La lucha por refundar la IV Internacional para poder devolverle al proletariado
mundial su dirección histórica, queda en manos de las fuerzas
principistas e internacionalistas del trotskismo a nivel mundial. Reagrupar
internacionalmente esas fuerzas para avanzar en ese objetivo, es la tarea decisiva
de la hora.
FRACCIÓN TROTSKISTA
INTERNACIONALISTA
- CUARTA INTERNACIONAL
13 DE JUNIO DE 2005