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HACIA
LA 2ª PRE-CONFERENCIA INTERNACIONAL DEL COMITÉ DE ENLACE
En febrero próximo, las fuerzas que componemos el Comité
de Enlace por una Conferencia Internacional de los Trotskistas Principistas
y las Organizaciones Obreras Revolucionarias Internacionalistas, nos reuniremos
en la 2ª Pre-Conferencia Internacional.
No fue un camino
sencillo llegar hasta aquí. Tampoco estuvo exento de peligros y avatares.
Las fuerzas de la contrarrevolución ven en este todavía incipiente
agrupamiento de fuerzas principistas a su verdadero enemigo, y actúan
en consecuencia. No nos subestiman.
Ellos saben que lo que está en ciernes es el embrión de un centro
internacional que levante las banderas programáticas que, en lucha incesante
de tendencias y fracciones, inicie el camino de la confluencia con lo mejor
del proletariado internacional para luchar por el reagrupamiento de las fuerzas
sanas del trotskismo principista.
La situación mundial que rodeará esta pre-Conferencia ya fue extensamente
descripta en nuestro anterior BIOI Nº 4 Nueva Época, de Noviembre
de 2004. Sin embargo, a cada paso los nuevos acontecimientos y las convulsiones
que conmueven la situación mundial muestran no sólo la exactitud
de la definición de una época de crisis, cracs, guerras, revoluciones
y fascismo, sino también que en esta época las situaciones cambiantes
no son aptas para aquellos que buscan remansos de paz. Por el contrario, las
constantes convulsiones de la situación trastocan de un momento a otro
las cosas de forma tal, que lo que ayer parecía una situación
estable y controlada, hoy se vuelve impetuosa, cambiante y de futuro incierto.
La época imperialista de crisis, guerras, revoluciones y fascismo, no
es una época apta para reformistas.
¿Quién,
hace dos meses, podía suponer que el imperialismo yanqui podía,
en tan poco tiempo, pasar de contener el conjunto de la situación mundial,
a una crisis política y a la división en las filas de los sectores
burgueses? Sin embargo, eso es lo que muestran los fríos hechos.
Luego del triunfo de Bush en las elecciones, los yanquis parecían tener
todo controlado y se preparaban para imponerle sus condiciones al mundo entero.
La actuación disciplinada de los Demócratas que inmediatamente
cerraron filas para evitar cualquier eventualidad, le permitió al imperialismo
yanqui reasumir la iniciativa y preparar la ofensiva militar sobre las ciudades
rebeldes de Irak, sobre todo sobre Fallujah. Entre otras cosas, actuaron de
esa forma porque eran concientes del despertar de la clase obrera norteamericana,
y de los procesos que se venían en el proletariado europeo que, poco
tiempo después, destacó de la FIAT y la huelga general en Italia
como uno de sus más claros ejemplos de reanimamiento.
La política de contención había dado resultado en América
Latina. El referéndum venezolano y su par boliviano, el sostén
por parte de las centrales sindicales y de las direcciones traidoras del gobierno
de Toledo en Perú; el Pacto Social del gobierno, la patronal y la burocracia
sindical en Argentina; el triunfo de la contención en Brasil mediante
el frente popular preventivo; los cipayos Lula, Kirchner y Lagos mandando tropas
gurkas a Haití a cubrirle la espalda a Bush, le decían al imperialismo
que el "patio trasero" estaba en orden y que podía iniciar
su renovada ofensiva. Así lo hizo.
La forma en que arrasó Fallujah así lo demuestra. Avanzó
en China, y también en la ex URSS, como lo demuestra la crisis política
en Ucrania donde el candidato pro-yanqui apoyado en la movilización de
las clases medias ganó las elecciones y prepara las condiciones de la
balcanización del ex estado obrero, aunque momentáneamente hayan
pactado una especie de status quo interburgués para evitar la irrupción
revolucionaria de las masas.
La resistencia iraquí genera crisis política
Pero el imperialismo
no contaba con la tozuda resistencia de las masas iraquíes que, a pesar
de la masacre y de la traición que significaban los acuerdos firmados
en Egipto por los imperialismos, las burguesías árabes e iraní
y las direcciones traidoras, acordando el camino a la salida electoral, lejos
de amilanarse redoblaron su resistencia y sus ataques a los marines, los colaboracionistas
y funcionarios del gobierno títere.
El imperialismo yanqui cae así, nuevamente, en la encerrona de la que
buscó salir mediante la ofensiva de noviembre pasado. Otra vez la resistencia
cuestionaba todo su plan. Otra vez, se encontraba ante la necesidad de aplicar
un exterminio en todo Irak, pero no puede hacerlo (por lo menos por ahora),
porque tuvo que vestir su invasión imperial con el ropaje de los embajadores
de la "libertad y la democracia". Las masas estadounidenses, que sufrieron
derrotas pero no están aplastadas, no hubieran avalado otra cosa. Esto
le impide hacer tierra arrasada y generalizar lo de Fallujah, porque con cada
ataque para masacrar juega por fuera de la relación de fuerzas establecida.
Al mismo tiempo, el "plan democrático" de elecciones a fines
de enero de 2005, pone a Bush y compañía ante dos dilemas. El
primero es saber si podrá finalmente llevar a cabo las elecciones. El
segundo, es el de perder en las elecciones todo lo conquistado en la guerra.
Es un secreto a voces que en la contienda electoral ganan los chiítas
que son mayoría absoluta en Irak. También es reconocida la simpatía
de este sector de la burguesía de Medio Oriente por el imperialismo francés.
A Bush lo persigue la sombra de lo sucedido en Afganistán, donde luego
de toda la campaña militar yanqui triunfante, a las elecciones las ganó
un burgués pro ... alemán. Esto trae divisiones en la propia burguesía
yanqui, entre el sector que, midiendo correctamente la relación de fuerzas
al interior de EE.UU., acepta ir a elecciones, y el sector más duro que
plantea ninguna elección, tierra arrasada y protectorado militar yanqui.
Todas estas cuestiones son elementos de crisis al interior de Estados Unidos.
Mientras hace jugosos negocios con la guerra, la preocupación para la
burguesía imperialista es cómo salir de este atolladero y terminar
de derrotar la resistencia iraquí que, objetivamente, le está
haciendo el aguante al despertar de la clase obrera norteamericana.
La catástrofe del tsunami
¿Qué
tiene que ver el tsunami con la política mundial? Es cierto que una catástrofe
natural no puede evitarse. Pero también es cierto que sus consecuencias
pueden controlarse. Está comprobado que varias horas antes de la catástrofe
las estaciones equipadas para la detección de estos fenómenos
sabían que sucedería. Por eso las bases imperialistas en la zona
no sufrieron ningún tipo de bajas humanas. Les avisaron.
¿Por qué nadie avisó a la "gente común"?
Porque al imperialismo y la patronal no les interesa. En cierto sentido, podría
decirse que en ese reservorio de mano de obra esclava, hambre y miseria que
son los países de la región, un millón más o menos
de personas para la patronal imperialista le da lo mismo. En realidad, el frío
cálculo capitalista saca cuentas y dice un millón menos para alimentar
con la beneficencia mundial.
Una vez sucedida la catástrofe, las potencias imperialistas y sus monopolios
ven en la misma una posibilidad de negocios, y a la vez, peligros. Sí,
aunque repugne, están sacando cuentas de cuánto ganarán
con la reconstrucción de las zonas devastadas. Además, están
usando la caridad y el auxilio como una forma más de penetración
imperialista para aumentar la colonización. En esta carrera, el imperialismo
yanqui está atrasado, y el alemán pegó primero.
Pero no sólo deben hacer cálculos de ganancias. Tienen ante sí
una devastación tal que toda esa zona quedó en bancarrota. Los
países pobres ya de por sí, quedaron hundidos en el marasmo. El
comercio no existe. Esas naciones no tienen posibilidades, porque están
quebradas, de importar siquiera el alimento que necesitan para las zonas destruidas.
El imperialismo debe prestar una enorme atención a esas zonas, cosa que
no estaba en sus planes inmediatos. Las razones no son las posibles pestes luego
de tanta muerte, ni la ayuda humanitaria, que le importa bien poco a la patronal.
La devastación y el hambre traerán más mortalidad y desesperación,
y esto puede convertirse a corto plazo en levantamientos de decenas de millares
de hambrientos y desarrapados que se rebelan para subsistir. Mientras los gobiernos
y los regímenes han quedado, por la misma razón enormemente debilitados.
La preocupación imperialista entonces es que la catástrofe, por
la debilidad de los regímenes y por levantamientos de las masas desesperadas,
no termine convirtiéndose en el motor de la revolución. Otro motivo,
entonces, de preocupación para el imperialismo.
La sucesión de Arafat, otro escenario de crisis
La muerte de Yasser
Arafat abrió otro escenario de crisis: el de la pelea por su sucesión.
Aparentemente, del proceso electoral sale triunfante el sector más acuerdista
liderado por Abu Mazen. En realidad, todas las fuerzas se confabularon para
hacer de esta elección una verdadera cruzada contra la Intifada. Aún
su ala más "guerrerista", el Hamas, para no "obstaculizar"
el proceso sólo se presentó a elecciones municipales, y no a las
presidenciales. Entre anuncios de continuación de la lucha armada y discursos
combativos, lo que está proponiendo este sector es una "negociación
armada", donde los atentados y los muertos serán la moneda de cambio
en la mesa de negociaciones.
Ninguno de los sectores, ni el imperialismo, ni el Estado de Israel, ni las
distintas fracciones de la burguesía palestina, está por patear
el tablero. La consigna central de todos ellos es que en la actual situación
mundial, no haya levantamientos en Palestina. Por el contrario, la contención
electoral apunta a abrir un escenario de negociación entre las partes,
pero donde entre todos deben convencer a las masas palestinas de que deben aceptar
los acuerdos que surgirán de la negociación, y que apuntan a ser
una versión corregida y aumentada de los acuerdos de Oslo, sobre la base
del aplastamiento del proceso revolucionario del 2000. Sólo que esta
vez los límites del estado Palestino estarán demarcados por el
muro de la ignominia, convirtiendo los sectores del "estado" palestino
en verdaderos bantustanes al estilo del apartheid sudafricano. La burguesía
palestina, acorralada por la política fascista de Sharon, busca acelerar
los tiempos de una rápida negociación que le permita evitar el
resurgimiento de una nueva Intifada impactada por la resistencia iraquí.
Nada está cerrado aún y el imperialismo no puede descuidar tampoco
este proceso.
América Latina: se debilitan los regímenes de contención
Todo lo descripto
anteriormente es lo que explica los últimos acontecimientos en América
Latina. Con su crisis política a cuestas por la división de las
alas burguesas y los acontecimientos ya explicados, el imperialismo yanqui debe
volcar la gran mayoría de sus esfuerzos, tanto políticos como
financieros, a la resolución de estos problemas. Por oposición,
debilita a los regímenes de su patio trasero.
Apostando a que la contención resistiera, apoyado en la relativa estabilidad
lograda que permitió un incipiente ciclo económico de crecimiento
en el subcontinente, el imperialismo volcó el grueso de su artillería
al Índico, Medio Oriente, en especial Irak y a los ex estados obreros
del Este de Europa. Inclusive se dio el lujo de exigir mayores pagos a sus subordinados
de América Latina como hizo con Argentina, Brasil, Bolivia, Perú,
etc.
Esto debilitó a los regímenes de la contención. Y mientras
el ciclo económico a la vez fortalecía la concentración
proletaria, la exigencia económica de mayores pagos por parte del imperialismo
agudizó la contradicción entre el mayor ingreso de divisas a los
países semicoloniales -que se evaporaban inmediatamente por los pagos
del endeudamiento externo -, y las exigencias de las masas proletarias de mejoras,
o como mínimo de conservar su nivel de vida.
En Brasil, esto se expresa en un fenómeno de ruptura con el PT de un
sector de las masas que enfrentaron la reforma previsional y ahora enfrentan
el intento de reforma sindical, paso previo a una nueva reforma laboral.
En Perú, se expresa en la extrema debilidad del gobierno de Toledo, cuya
permanencia sólo se explica porque lo sostienen las centrales sindicales,
como la CGTP, dirigidas por el stalinismo con la anuencia de los renegados del
trotskismo.
Pero donde se expresa con mayor agudeza esta situación es en los eslabones
más débiles de la cadena de dominio imperialista en América
Latina, como son Argentina y Bolivia.
En Argentina, el
régimen burgués del pacto social terminó de estrangular
el proceso revolucionario surgido después del crac del 2001. La contención
daba resultado y permitía una nueva inserción de Argentina en
la división mundial del trabajo. Eso trajo crecimiento, aumento de las
filas de los trabajadores ocupados y a la vez, comenzaron las exigencias de
mejoras salariales por parte de la clase obrera, justo en el momento en que
el imperialismo pateaba el tablero de la salida del default y exigía
mayores pagos.
La oleada de luchas salariales amenazó con convertirse en lucha política
del proletariado. Pero una vez más el pacto social funcionó, concedió,
desvió y contuvo. Pero no derrotó. Eso fue dejando leña
seca al costado del camino de la lucha de clases y a la primera chispa, esa
leña comenzó a prenderse. Los fuegos de la masacre de jóvenes
en la discoteca República Cromagnon en Buenos Aires, comenzaron a incendiar
la situación y amenazan con destapar una lucha política de masas.
Resurgió el "Que se vayan todos" y quedó claro para
todo el mundo que la fortaleza relativa que habían adquirido las instituciones,
era endeble. La única institución realmente fuerte demostró
ser la figura presidencial. El régimen asistió entonces a su crisis
más severa desde la asunción de Kirchner.
Todo está por verse, entonces, y dependerá de próximos
acontecimientos la resolución de esta situación. Lo que está
claro es que el conjunto de las direcciones trabajaron al servicio de mantener
a las masas en los límites del régimen. Las burocracias de la
CGT y la CTA, las burocracias piqueteras, el stalinismo y también los
renegados del trotskismo, hicieron todo lo posible para que las masas no rompieran
el corset y liberaran toda su potencialidad.
Si no se comprende
esta situación internacional no podrán entenderse los sucesos
de Bolivia. ¿Por qué, de pronto, Mesa pareció volverse
loco y descerrajó un brutal aumento de las tarifas y el combustible que
no sólo conmovió a la clase obrera y los explotados, sino que
abrió enormes grietas en el frente burgués por el que se coló
la lucha de las masas? Solamente comprendiendo el debilitamiento político
del régimen se puede entender lo que hizo Mesa.
Desde el Febrero y luego desde el Octubre bolivianos, la situación estuvo
marcada por la irrupción de la revolución antes de que el crac
económico hiciera su entrada en Bolivia. Eso dejó sin resolver
los problemas estructurales. El enorme déficit fiscal pone a Bolivia
al borde del crac y ante dos caminos desde el punto de vista burgués,
para no caer en él. Uno, la cesación de pagos, cosa que Mesa no
quiere hacer. El segundo, el tarifazo, que fue lo que hizo y que provocó
las consecuencias descriptas, incluido un paro general masivo con movilizaciones
en toda Bolivia que pone a Mesa al borde de la caída. Su lacónico
discurso es toda una confesión de parte del callejón sin salida
en que se encuentra: "Es una suerte de falso dilema el que me están
planteando, presidente rebaje el precio del diesel, vuelva a antes de las medidas,
y dentro de cinco o siete días me van a decir, Presidente no hay diesel
y usted tiene la obligación de darnos diesel y voy a tener movilizaciones..".
En síntesis, Bolivia se encuentra ante la posibilidad del inicio del
tercer capítulo de la revolución iniciada en octubre de 2003 y
que quedara inconclusa.
Las dos trincheras de la lucha de clases
En esta situación
mundial signada por los procesos descriptos, el problema de los problemas vuelve
a ser, una vez más, el de la dirección de las masas.
No es casual que a fines de enero se reúna en Porto Alegre, Brasil, el
Foro Social Mundial. La internacional contrarrevolucionaria pone proa a la elaboración
del nuevo plan de traición de los procesos revolucionarios. Allí
se juntarán todos los representantes de las instituciones que vienen
garantizando la sobrevida del régimen burgués.
Es un deber de todo revolucionario enfrentar con todas las armas a su alcance
a esa cueva de traidores: ¡Abajo el Foro Social Mundial! ¡Abajo
esa cueva de contrarrevolucionarios!
El stalinismo y el castrismo, el maoísmo, las direcciones pequeñoburguesas,
las burocracias sindicales, la iglesia, todos se darán cita allí
para debatir cómo contendrán, desviarán y ayudarán
a derrotar el embate revolucionario de las masas obreras y populares. Debatirán
los nuevos peligros que enfrentan, la situación argentina, cómo
desactivar el inicio de un nuevo capítulo de la revolución boliviana,
la contención en Perú. Pero sobre todas las cosas, debatirán
cómo poner fin a la heroica resistencia iraquí y cómo impedir
el despertar de la clase obrera norteamericana.
Sin embargo, este Foro por sí mismo no tiene toda la fortaleza necesaria
para contener a las masas. Todos los asistentes nombrados hasta aquí
tienen culpas que rendir ante las masas por sus traiciones. No pueden, ahora,
ejercer la misma cuota de traición porque ya no son confiables a los
ojos del proletariado mundial a quien traicionaron.
Necesitan de banderas limpias que los cubran por izquierda y que les den visos
de credibilidad. Necesitan de las banderas de los que hablan en nombre del trotskismo
para ser creíbles ante las masas.
Y los renegados del trotskismo se aprestan a hacerles el favor. Muchos de ellos,
como el PSTU de Brasil, pidieron que se los admita oficialmente en el Foro y
no lo lograron. Entonces, para demostrar que son necesarios y que pueden servir
para contener, están organizando un "Contraforo" o forito paralelo
de los centristas, donde criticarán al Foro, sus "debilidades",
sus "concepciones", pero en definitiva se ubicarán como "ala
izquierda" del mismo y rogarán por su ingreso.
Inclusive hay quienes, dentro de estas organizaciones, presentan a este Contraforo
como un "reagrupamiento de los trotskistas". ¡A una reunión
centrista que irá a rogar su ingreso a esa Internacional contrarrevolucionaria,
que levantará toda la parafernalia que levantan en sus propios países
adecuándose al régimen, lo llaman "reagrupamiento"!
Nada tenemos que hacer los trotskistas internacionalistas en el Foro Social
Mundial. Por el contrario, estamos en la trinchera de enfrente de esa Internacional
contrarrevolucionaria. Nuestra tarea no es sólo denunciarlo, sino su
derrota ante las masas en lucha.
El Comité de Enlace, en la trinchera opuesta a la del Foro Social Mundial
Los trotskistas
internacionalistas agrupados en el Comité de Enlace por una Conferencia
Internacional de los Trotskistas Principistas y las Organizaciones Obreras Revolucionarias,
nos reuniremos en febrero en la 2ª Pre-Conferencia Internacional. Será
una verdadera prueba de fuego, ya que esta reunión tendrá que
hacerse, en primer término, bajo la bandera del enfrentamiento a muerte
contra el Foro Social Mundial reunido en Porto Alegre, pero también en
un enfrentamiento sin contemplaciones a todos aquellos que, en nombre del trotskismo,
le lavan la cara a esa cueva de bandidos con su presencia y su crítica
centrista.
Hoy más que nunca los integrantes del Comité de Enlace tenemos
que levantar como banderas los puntos de su acta constitutiva que dicen "Combatir
contra las direcciones traidoras de la clase obrera, socialdemocracia, stalinismo,
burocracia y aristocracia obrera, la gran mayoría de ellas agrupadas
en el Foro Social Mundial que pretende reformar el sistema capitalista".
Pero además, y con todo énfasis, plantean el "Enfrentamiento
y la lucha contra los renegados y liquidadores del trotskismo. Contra el centrismo
pseudotrotskista que en la práctica se subordina a los aparatos reformistas,
y que, como por ejemplo en Brasil, o bien integran con ministros el gobierno
proimperialista de Lula como en el caso de Democracia Socialista (SU), o bien
actúan como grupos de presión sobre el mismo como el PSTU".
La claridad meridiana de estos puntos programáticos hace de su defensa
el nudo neurálgico de nuestra tarea en la próxima Pre-Conferencia
internacional del Comité de Enlace, no sólo frente a la reunión
de "las direcciones traidoras de la clase obrera ... agrupadas en el
Foro Social Mundial" sino también "contra los renegados
y liquidadores del trotskismo" que, agrupados en el Contraforo, "actúan
como grupos de presión sobre el mismo".
No hay lugar para salidas reformistas. Las trincheras son la de la revolución,
o la de la contrarrevolución; revolucionarios versus las direcciones
traidoras y los centristas devenidos hoy en oportunistas desembozados que los
apañan.
Poner un nuevo hito en el camino para la conformación de un centro internacional
revolucionario será la tarea de la Pre-Conferencia internacional. Dejar
organizados a los revolucionarios como una clara fracción en lucha contra
todos los vacilantes y reformistas, como paso en ese sentido, será la
única forma en que la pre-Conferencia cumpla su cometido.
Desde la FTI-CI
presentamos este Boletín de Informaciones Obreras Internacionales (BIOI)
Nº 5 Nueva Época, como una contribución al rico y apasionante
debate que se está desarrollando al interior del Comité de Enlace
en marcha hacia su 2ª pre-Conferencia.
El lector encontrará, en primer lugar, un artículo titulado "Desafíos
y perspectivas del Comité de Enlace", firmado por una parte de las
corrientes que integramos dicho Comité, como somos los grupos integrantes
de la FTI-CI en Chile, Perú, Argentina y Bolivia; los camaradas del CWG
de Nueva Zelanda; los compañeros de la FT de Brasil y de Oposición
Obrera del mismo país.
En segundo lugar, publicamos el artículo "Una contribución
a la intervención de los grupos y corrientes trotskistas principistas
de Brasil en el proceso de la CONLUTAS y de la crisis de la CUT", como
un aporte de nuestra corriente a la reflexión y el debate abiertos sobre
Brasil, sobre cuál debe ser el programa de los revolucionarios para combatir
al gobierno de Lula-Alencar, al régimen del pacto social, a la burocracia
pelega de la CUT, y enfrentar a los liquidadores del trotskismo; reflexión
y debate al que estará dedicada gran parte del Boletín de Discusión
Internacional Nº 2 de Comité de Enlace de próxima aparición.
En tercer lugar, el lector encontrará el Acta acuerdo entre los compañeros
de Convergencia Obrera Internacionalista por el Socialismo (COIS) de Arica,
Chile, y la FTI-CI. De esta manera, los camaradas del GOI y del NOT, junto a
los de la COIS, han puesto en pie un reagrupamiento de los trotskistas principistas
que marchan en los próximos meses a un congreso común para poner
en pie el Partido Obrero Internacionalista de Chile.
Luego reproducimos el Manifiesto de la agrupación obrera estudiantil
Octubre Rojo Internacionalista de Bolivia, que viene de constituirse en ese
país sobre la base de las lecciones de la revolución iniciada
en octubre de 2003; sobre la base de la lucha contra las direcciones traidoras
que sostienen a Mesa con su tregua y contra los renegados del trotskismo como
el POR que colaboran con ellas; sobre la base de las lecciones de la heroica
lucha de los estudiantes de la UTO de Oruro, así como también
de los principales acontecimientos de la lucha de clases mundial, y en combate
por la regeneración y refundación de la IV Internacional.
A continuación, reproducimos los textos completos de un Suplemento Especial
de Democracia Obrera de Argentina, que expresa la política y el programa
de los trotskistas internacionalistas de la LOI (CI) frente a la masacre de
jóvenes hijos de trabajadores provocada por la sed de ganancias de la
patronal en la discoteca República Cromagnon el 30 de diciembre de 2004,
y frente a la más severa crisis que el régimen burgués
está atravesando desde la asunción de Kirchner a la presidencia.
El lector encontrará luego la declaración que publicaran nuestros
camaradas del Comité Organizador de la Liga Trotskista Internacionalista
de Perú (COLTI) frente a la jornada de protesta que fuera convocada por
la CGTP el 25 de noviembre pasado.
Por último, reproducimos en las páginas de este BIOI Nº 5
Nueva Época, los documentos y las cartas de una durísima polémica
que se ha abierto al interior del Comité de Enlace hacia su 2º Pre-Conferencia,
con un dirigente del POR de Argentina, un grupo que se encamina, con sus pequeñas
fuerzas, hacia una alianza estratégica con el Partido Comunista, amenazando
con desbarrancarse totalmente al oportunismo, y con el que, evidentemente, las
diferencias no dejan de profundizarse. Esta polémica entre la FTI-CI
y el CWG de Nueva Zelanda por un lado, y este camarada dirigente del POR, por
el otro, involucra una cuestión tan fundamental y decisiva como es la
concepción marxista revolucionaria de la relación entre clase,
partido y dirección.