volver al índide de los levantmientos revolucionarios en Medio Oriente y Egipto al día Octubre 2011 Contra el hambre, la desocupación crónica y la entrega de Siria al imperialismo ¡ABAJO EL REGIMEN ASESINO DE BACHAR EL ASSAD! Sostenido por el imperialismo, el chacal de Assad garantiza la estabilidad del estado sionista-fascista de Israel y disciplinar a las masas palestinas de la región, como en el Líbano y Jordania
¡Milicias obreras y de soldados para derrotar al ejercito contrarrevolucionario de Assad y desconocer a los gobiernos provisorios que organiza el mismo imperialismo que sostiene al asesino de Assad para intentar expropiar la lucha revolucionaria de las masas sirias! ¡POR UN GOBIERNO PROVISIONAL REVOLUCIONARIO DE LAS MILICIAS, LAS ORGANIZACIONES OBRERAS, LOS CAMPESINOS POBRES Y LOS SOLDADOS RASOS! La revolución siria es un eslabón central en la cadena de revoluciones que han sacudido el Norte de África y Medio Oriente. Como en Túnez, Egipto, Libia, Yemen y las naciones oprimidas de la región, las masas en Siria pugnan por aplastar al gobierno en su lucha por el pan, el trabajo, contra la carestía de la vida y el régimen de oprobio del asesino El Assad, cipayo del imperialismo. El combate de los insurrectos sirios es decisivo como un episodio de esa única revolución, ya que de dislocar ese dispositivo podrían entrar en escena las martirizadas masas palestinas, lo que pondría, aun mas, a la orden del día derrotar al gendarme sionista, el estado fascista de Israel, principal agente contrarrevolucionario del imperialismo. De esta manera, el proletariado y los explotados del Norte de África y de Medio Oriente ponen en cuestión el dominio imperialista que con, sus trasnacionales saquean y desangran las naciones en esa zona del planeta. Allí revolución y contrarrevolución se ven la cara. ¡Viva el combate de la clase obrera y los explotados de Siria que por miles salen a pelear contra la brutal masacre de Bachar El-Assad y su régimen infame!En Siria, 80% de la población vive por debajo de la línea de pobreza. Un 30% de la desocupación que azota al país lo sufren principalmente los jóvenes, que no por casualidad son la vanguardia en los combates revolucionarios contra el régimen de El-Assad. Esa burguesía asesina, que hace mas de cuarenta años, realiza jugosos negocios con el imperialismo entregando las riquezas de la nación y mano de obra esclava para las trasnacionales imperialistas.
Al calor de esta revolución cientos de soldados rasos, cabos y sargentos rompieron con las fuerzas armadas a lo que el régimen respondió ejecutando a quienes osaban pasarse al bando de las masas revolucionarias. Día tras, días aumenta la cantidad de “desertores” en el ejército que se niegan a masacrar mujeres, niños y a masas desarmadas. Muchos huyen después de disparar al aire o a las paredes para evitar represalias de sus oficiales, pues el gobierno ha ordenado perseguirlos y fusilarlos por traición donde se los encuentre, sin juicio previo. Es que sectores enteros de las masas revolucionarias empiezan a sacar la conclusión de que ¡quien tiene las armas tiene el pan! Así se expresa en un reportaje que reproduce El diario Al-Jazzera: “Después de Libia, mucha gente dice que fue un error tener una revolución pacifica y si ellos hubieran hecho como los libios, ellos ya serian libres”. Además las masas, para defenderse de la ofensiva del ejército contrarrevolucionario de El-Assad, han puesto en pie los Comités de Coordinación Local. Ante este panorama, de combate persistente de las masas explotadas, la política del imperialismo con el-Assad es de masacre sobre el pueblo sirio. Mientras, como una cara de la misma moneda, el imperialismo junto a las burguesías nativas ha montado el Consejo Nacional Sirio, conformado en Estambul (Turquía) de manera preventiva, por si las masas con sus acciones revolucionarias derriban a El-Assad. Es que el imperialismo no puede permitir que Siria sea una nueva Libia. El régimen sirio, un dispositivo contrarrevolucionario clave del imperialismo en la región para dividir, contener y aplastar el combate de las masas palestinas La misma prensa imperialista lo admite sin miramientos: “Libia –dice el diario El País de España- es un país petrolero con cierta influencia económica, y por tanto política, en el África subsahariana, pero sin un papel de liderazgo dentro del mundo árabe y musulmán. Siria, en cambio, es una potencia regional con un papel decisivo en el Líbano, una alianza estratégica con Irán y un gran ascendente sobre todos los acontecimientos en la zona, incluido el conflicto palestino - israelí. Históricamente considerado un pilar en el equilibrio de Oriente Próximo, su capacidad para diseminar sus problemas por todo el área sigue siendo considerable, incluido en Israel, con el que tiene frontera”. Por esta razón, Obama, “el comandante en jefe de la OTAN” y los carniceros imperialistas franceses, alemanes, ingleses, etc., no pueden permitir que avance la revolución en Siria y tampoco pueden permitirse hacer concesiones “democráticas”, puesto que esto significaría el estallido de ese dispositivo. Pues las masas ya hicieron estallar uno de estos mecanismos de control contrarrevolucionario en Egipto, con la caída de Mubarak. Al imperialismo le va la vida en mantener a raya la revolución en Siria, puesto que la caída del régimen sirio significaría, que las masas palestinas entre al combate, junto con sus hermanos de Egipto y toda la región, contra el estado sionista fascista de Israel. La masacre en Siria es parte del plan contrarrevolucionario del imperialismo: dos puntas de una misma soga para estrangular la revolución del Norte de África y Medio Oriente Lo que está en juego, entonces, en la revolución siria no es una revolución nacional, sino un eslabón fundamental de la cadena de revoluciones del Norte de África y Medio Oriente. Así lo ha comprendido el imperialismo y a ello se debe sus planes en Libia, Palestina, Egipto, Yemen, Túnez y la misma Siria. Viendo amenazado su dominio en la región por los golpes de la revolución, el imperialismo ha puesto en funcionamiento un plan contrarrevolucionario para impedir que las masas triunfen en su combate. Usando distintos agentes desata, por un lado, las peores de las masacres y represión y, por otro, monta gobiernos de transición “democráticos”, para imponerle a las masas su rendición y ponerlas a los pies de esos gobiernos burgueses. Esta política son dos puntas de una misma soga con que el imperialismo quiere impedir el triunfo de la fenomenal revolución obrera y socialista, que ha comenzado. Así, cuando las masas revolucionarias tiraban a Ben Ali y su régimen en Túnez, rápidamente el imperialismo y sus secuaces corrían a instaurar un gobierno de “transición democrática”. Lo mismo hicieron en Egipto, cuando la clase obrera y los explotados avanzaban en confraternizar con la base del ejército y derrotaban a Mubarak, poniendo en pie un gobierno transitorio, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Al mismo tiempo, El Rey de Arabia Saudita, a cuenta del imperialismo, desataba una brutal incursión contrarrevolucionaria contra los insurrectos en Bahréin, donde los yanquis tienen su V flota. Plan de masacre que también desataron en Yemen. En Siria, como ya está visto, el plan del imperialismo es de masacre. No hay pacto posible más allá de que, preventivamente, haya puesto en pie el CNS, bajo la órbita de Erdogan (Presidente Turco), quien posa de anti-Israel y pro-palestino. Pero, a pesar de la ofensiva imperialista, el Norte de África y Medio Oriente es un hervidero. Las masas libias revolucionarias no se desarman. En Túnez, los explotados ya echaron a dos gobiernos de transición. En Egipto, el gobierno militar enfrenta todos los días el odio revolucionario de la clase obrera y los explotados. En Siria, las masacres no detienen el fervor revolucionario de las masas. El imperialismo todavía no ha podido resolver la situación a su favor, y por lo tanto la alternativa entre revolución y contrarrevolución sigue abierta. La izquierda de Obama en la vereda de enfrente de la revolución del Norte de África y Medio OrienteEl plan del imperialismo para contener, abortar y aplastar las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente tiene además un objetivo primordial, que la chispa revolucionaria no penetre en el corazón de las potencias de la vieja Europa imperialista. Para esto, cuenta con la inestimable colaboración de las aristocracias y burocracias obreras del continente europeo y los partidos reformistas. Las fuerzas de la revolución del Magreb y Medio Oriente viven en el corazón de la Europa imperialista: en la lucha de los jóvenes obreros que quemaban las principales ciudades de Inglaterra; en los estudiantes ingleses que hicieron arder el local de los Tories; en el combate revolucionario de las masas griegas; en la lucha de los indignados de España; en los embates revolucionarios de los inmigrantes en Lampedusa. La clase obrera europea, que enfrenta el ataque que le han lanzado sus gobiernos y el imperialismo, tiene que tomar en sus manos las demandas de la revolución obrera y socialista que comenzó en el Norte de África y Medio Oriente, para llevarlas al triunfo. Pero para lograrlo deberá deshacerse de la dirección de los aparatos conservadores del pasado. Es que en Europa, las direcciones social-imperialistas como el SWP y el NPA contienen, aíslan y dividen a la clase obrera del viejo continente, separándola de los combates de sus hermanos de clase libios, tunecinos, egipcios, sirios. Ellos son enemigos de unificar esos combates. Son enemigos de combatir a su propia burguesía lo que los convierte en el sostén de los gobiernos y regímenes imperialistas. Impiden que la revolución penetre en el corazón de las potencias imperialistas europeas. Están en contra de plantear “el enemigo esta en casa”, al grito de: ¡Abajo Sarkozy, Cameron, Berlusconi, los laboristas, la corona inglesa y la borbona! ¡Abajo la V República! ¡Abajo Maastricht! ¡Hay que expropiar a todas las transnacionales! ¡ABAJO EL GOBIERNO ASESINO DE BACHAR EL ASSAD, CIPAYO DEL IMPERIALISMO YANQUI Y SU REGIMEN INFAME! Para destruir la casta de oficiales asesina del ejército sirio y terminar de dividir al ejército: ¡Comités de soldados rasos que junto las masas revolucionarias desarmen a la policía y garanticen el armamento generalizado! Hay que desarrollar, extender, armar y centralizar Los Comités de Coordinación Local que comenzaron a surgir. En cada localidad, región y a nivel nacional hay que elegir delegados de las fábricas, establecimientos, escuelas, universidades, de los campesinos pobres y los soldados rasos que se ubicaron en la barricada de las masas revolucionarias para poner en pie un Consejo Nacional de los comités de coordinación. ¡Ninguna confianza en los oficiales medios recién pasados al lado de las masas en lucha ni en el CNS! ¡Por una dirección proletaria de la guerra civil que imponga el poder de los explotados! ¡Ningún gobierno transitorio sirviente de la OTAN y la carnicera burguesía turca, que miraron para otro lado mientras las heroicas masas revolucionarias eran masacradas por miles! ¡Por un gobierno provisional revolucionario de las masas auto-organizadas y armadas! Sólo así será posible conquistar el pan, el trabajo y la vivienda, expropiando la tierra de los terratenientes, los bienes de la burguesía cipaya y las transnacionales imperialistas sin pago y bajo control obrero. ¡POR BRIGADAS OBRERAS INTERNACIONALES DE TUNEZ, EGIPTO Y TODO MEDIO ORIENTE PARA DERROCAR AL CHACAL ASSAD DE SIRIA!
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