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ACTO EN SOLIDARIDAD Y DEFENSA DE LAS HEROICAS MASAS INSURRECTAS DE LIBIA

Atacadas por el CNT, los generales khadafistas y el imperialismo

El 18/11 se realizó el acto charla-debate en la Facultad de Filosofía y Letras

Campaña Internacional en defensa de las masas insurrectas de Libia
y sus organizaciones obreras y populares de lucha

El 18 de Noviembre  en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, se realizó un acto charla–debate por la defensa de las masas insurrectas de Libia y sus organizaciones de lucha. Este debate fue convocado por distintas organizaciones como Asambleas del Pueblo; Democracia Obrera; Convergencia Socialista; T.Or.Re.; Comisión de Trabajadores de PATY; M.C.I.BOL. (Movimiento de Costureros Inmigrantes Bolivianos); Carlos Olivera (preso político, dirigente del SITRAIC); Vicente Guindan (Secretario General SINTECT/RS, Correos Río Grande do Sul, Brasil); Mateus Crespo (dirigente oposición bancaria de Brasil).
Se recibió con gran entusiasmo la adhesión de la JRCL-FMR (Liga Comunista Revolucionaria del Japón), como así también el saludo del compañero Carlos Olivera, dirigente del SITRAIC, preso político en las cárceles de los Kirchner. Así también se saludó fervorosamente la presencia de los compañeros brasileños; del combativo M.C.I.BOL. (Movimiento Costureros de Inmigrantes Bolivianos) y de los compañeros de la Comisión de trabajadores de Paty; junto con la adhesión de los camaradas de la WIL de Zimbabwe a la cual adhirieron todos los grupos que conforman la FLTI.
El compañero Yusseff Mohammad al-Arjentiny, luchador internacionalista que peleara junto a las masas libias contra  el régimen asesino de Khadafi, estuvo presente en la charla y contestó cada una de las preguntas que le hicieron los compañeros que asistieron al acto.
Desenmascarando con lujo de detalles la charlatanería y la infamia, que inclusive ayudó al aislamiento de los explotados libios, de todos los que negaron el carácter de clase de las milicias, como así también de todos aquellos lacayos del Foro Social Mundial que decían que los miles de trabajadores portuarios, metalúrgicos, taxistas, petroleros, mujeres y jóvenes que integraban las milicias eran “tropas terrestres de la OTAN”.
Un grupo stalinista contrarrevolucionario volanteó la entrada de la universidad (donde se hacía el acto) al grito de “¡Viva Khadafy, viva Fidel Castro, fuera los trotskos sirvientes del CNT!”. Una verdadera calumnia como a las que nos tiene acostumbrados siempre el stalinismo.
Ellos estaban muy nerviosos con ese acto. Es que allí estaban los representantes de las milicias de Misarrata que, con la cabeza de Khadafy, se paseaban en la plaza de su ciudad. Habían ajusticiado al más grande lacayo del imperialismo en Libia, que estaba siendo salvado por la OTAN y que negociaba su rendición con el CNT en Sirte. También por ello estaban y están siendo ferozmente perseguidos por el CNT. Esa es, fue y será la barricada que hemos elegido los trotskistas.
Esto mismo denunciaron los obreros bolivianos inmigrantes en Argentina, que realizan los peores y más sufridos trabajos en ese país.

La puesta en pie del Comité Internacional en defensa de las masas explotadas de Libia y sus primeras resoluciones

La reunión en defensa de las masas insurrectas libias y de sus organizaciones de lucha obreras y populares, marcó la constitución del Comité Internacional para impulsar esta campaña, para audazmente sumar más organizaciones obreras, estudiantiles y populares combativas, para tomar en sus manos esta tarea, en momentos en que todos los enemigos del pueblo explotado de Libia se unen de la mano de los asesinos de la OTAN, la ONU y los lacayos del CNT para engañar, desarmar a las masas combativas y terminar de expropiar el combate de los heroicos trabajadores y explotados libios.


Este Comité internacional nació en defensa del legítimo derecho de las masas explotadas a auto organizarse, armarse e insurreccionarse, para hacer justicia con sus verdugos. Y de esta forma como veremos en las principales intervenciones que reproducimos a continuación en estas páginas, se constituyó también como un primer paso para unir las fuerzas de los explotados que combaten contra el imperialismo y las burguesías lacayas nativas, y romper el cerco que han montado  para aislar a las masas insurrectas de Libia y su combate por el pan, el trabajo y la independencia nacional. Esta reunión internacionalista ha resultado en un llamado urgente a las nuevas fuerzas de los explotados que entran al combate, a nuestros mejores aliados, los obreros portuarios de Oakland, los “indignados” de EE.UU. que sitian Wall Street, a los trabajadores y explotados de Grecia, la juventud chilena, las heroicas masas palestinas y a las indomables masas del norte de África y Medio Oriente, en primer lugar a las masas egipcias que salen al combate nuevamente para barrer con los generales de Mubarak, que aún detentan el poder.

El acto charla-debate se realizó en un verdadero clima fraternal donde intervinieron todos los convocantes y se realizó un debate democrático donde se tomaron resoluciones.
La resolución central fue poner en pie una comisión internacional en defensa de las milicias y las masas obreras insurgentes de Misarrata, atacadas hoy por el CNT, el imperialismo y los generales Khadafistas. Se votó como una cuestión de honor que los compañeros que intervinieron en el proceso revolucionario del Norte de África serán defendidos por las organizaciones obreras presentes en el acto, sobre todo para protegerlos en su estadía fuera de Libia, ante el ataque de la burguesía y el imperialismo, siendo tomados como hijos adoptivos de la clase obrera a nivel internacional.
Así mismo, como segunda moción se aprobó que junto con la JRCL de Japón, -que organizó una acción internacionalista a la embajada de Chile contra la represión y por la libertad de los estudiantes presos en las cárceles de Piñera- preparemos juntos “una jornada internacionalista de organización y de lucha en solidaridad de las masas de Libia en todo el mundo”, en los próximos 30 días. Para ello le haremos llegar esta propuesta a los trabajadores de Oakland, a los trabajadores de Egipto, de Grecia, etc., que ya están peleando, junto a los compañeros de Brasil que ya se han sumado a este comité.
De la misma forma se la propondremos a los compañeros de Bengasi, de Trípoli y Misarrata, con una carta abierta de todas las organizaciones que conformamos este Comité Internacional, para que sepan que nunca más van a pelear solos y no van a quedar cercados por las direcciones que los dejaron aislados.

Se demostró que la clase obrera en armas es el corazón del doble poder de los trabajadores y los explotados de Libia

Corrientes de los ex – trotskistas, representantes del Foro Social Mundial, estuvieron presentes como observadores en el acto charla-debate. Ellos, ya sea en nombre de una “pureza socialista” o de la lucha por la “primavera de los pueblos” pedían un “examen de sangre”, para ver si eran de la clase obrera o no las heroicas milicias de Libia.
El compañero representante de las milicias de Misarrata desenmascaró, con lujo de detalles, la charlatanería y la infamia de todos los que negaron el carácter de clase de las milicias. Demostrando que lo hubo en Libia fueron insurrecciones revolucionarias triunfantes que no se pudieron dar en Trípoli en febrero porque lo impidió Khadafy, con el apoyo del imperialismo, la OTAN y la CIA, que masacraron a más de 6000 obreros que se insurreccionaban, y que incluso, con una huelga revolucionaria, le quemaron el palacio de gobierno.
Los metalúrgicos, como los de Misarrata, combatían con una barreta, con la que le rompían el tanque de nafta a los tanques. Luego, con la molotov se lo prendían fuego.
Los trabajadores de taxis, del transporte, los estudiantes y los petroleros –que se habían apropiado de las armas-, junto a las mujeres trabajadoras -que buscaron a sus hijos, novios y maridos en los cuarteles, desarmando y rompiendo al ejército- artillaban las camionetas con metrallas y cañón. Se coordinaban y entraban al combate.
Esta enorme ofensiva es la que fue parada en abril-mayo por la OTAN, a bombazos limpios, cuando avanzaba de Brega a Misarrata.
Las milicias y los comités de soldados, es decir la clase obrera en armas, demostró ser el corazón del doble poder de la clase obrera y los explotados, mientras toda la burguesía estaba junto a Khadafy, en su “consejo de tribus”, su casta de oficiales, y manejando el estado corrupto lacayo de la ENI, la British Petroleum y demás petroleras imperialistas.
En Misarrata, todos los grandes patrones jerarcas del régimen Khadafista, fueron ejecutados por tribunales obreros y populares. De allí, la Misarrata rebelde fue la vanguardia de la clase obrera de Libia, que es la que terminó llegando –porque quiso llegar- a saldar cuentas con el perro de Khadafy, a pesar y en contra del CNT y la OTAN.
En el debate del acto quedó claro, entonces, que la clase obrera, sus organizaciones y sus milicias son -y fueron- un verdadero doble poder de las masas explotadas, cuestión ésta que ningún sindicalista o socialista pequeño burgués podrá comprender jamás. Éstos solamente distinguen a la clase obrera cuando está en lucha sindical y no en lucha política de masas, en insurrecciones o guerra civil.
Los combatientes de Misarrata aclararon que, en cuanto a los tribunales obreros y populares, éstos se desarrollaron en Bengasi, Brega y Misarrata, puesto que toda la burguesía de esas ciudades estaba con Khadafy y era protegida por sus fuerzas contrarrevolucionarias. Allí, la burguesía fue ajusticiada en los procesos de insurrecciones.
Un compañero planteó que ellos, en alguna medida, habían comenzado, en esos levantamientos, a vengar los mártires de la Comuna de París y todos los combatientes de la clase obrera mundial. Decían que a ello se debía tanto ensañamiento del CNT y sus generales khadafistas y el imperialismo por desarmar a la “Guardia Nacional” de los primeros pasos de la revolución en Libia.

La guerra civil al interior de Libia contra los políticos y generales khadafistas del CNT, lacayo del imperialismo

La intervención del compañero representante de los luchadores de las masas insurgentes y los combatientes de las milicias de Misarrata terminó de clarificar cuestiones.
Cuando los obreros revolucionarios de las milicias en Libia fueron detenidos por desacatar las órdenes del CNT, fueron liberados por la vanguardia obrera combatiente de Misarrata. Allí se instaló el corazón del ala izquierda revolucionaria de la clase obrera y sus milicias armadas. Todo esto fue explicado con claridad, por el compañero de Misarrata, en el acto-charla-debate.
El ajusticiamiento de Khadafy por parte de las milicias de Misarrata es la consecuencia de la existencia de un ala izquierda, todavía minoritaria, pero decidida y audaz, que entre las masas insurgentes se ganó una gran autoridad. En Misarrata se organizó la sublevación contra los generales khadafistas que el CNT a cada paso quería imponer.
Justamente esta guerra civil que comenzaba a desarrollarse desde Misarrata a Bengasi contra el CNT, con las masas que iban haciendo su experiencia con el mismo, es lo que aceleró una ofensiva a Trípoli. Por eso la OTAN tuvo que abrir la salida de Misarrata a Trípoli, puesto que día a día iba quedando claro, para sectores de vanguardia, que el CNT y la OTAN eran el gran impedimento para derrotar a Khadafy.
El CNT negociaba con Khadafy una “salida ordenada”, a fin de que se reconstituyera la casta de oficiales asesina del ejército y, de esta forma, dar un primer paso para cerrar la crisis abierta en el estado burgués. La ofensiva hacia Trípoli estaba preparada para octubre, pero se adelantó para Agosto, donde comenzó una carrera de velocidad entre el CNT y las masas para llegar a esa ciudad.
En ese momento, los generales khadafistas de Trípoli se pasaron todos al CNT, desarmando a los soldados para que no se pasen, con sus armas, a las milicias que llegaban a Trípoli desde el oeste y el este. Los generales de la CIA sacaban a Khadafy, armado hasta los dientes, con sus mercenarios, y lo llevaban a Sirte, bien protegido por la OTAN, para que su cabeza no caiga en la capital, como una expresión de una llegada directa de la insurgencia allí.
El acto condenó a todos los que, en nombre de la “democracia”, llamaron a defender al CNT.
El ala izquierda de las masas y las milicias fue haciendo su experiencia, combatiendo a Khadafy con el CNT y su quinta columna. Indudablemente lo que faltó fue una dirección revolucionaria con peso en las masas.

La política del imperialismo y el CNT con sus generales khadafistas para expropiar la heroica revolución de las masas libias

Los compañeros que estuvieron en el acto-charla-debate, y que vienen del campo de batalla mismo, anuncian que ya el CNT está preparando el proceso electoral a febrero. Los Hermanos Musulmanes están haciendo el congreso de su partido. Es decir, la burguesía y el imperialismo deben primero echar agua al fuego de las masas revolucionarias para luego desarmarlas y rendirlas. Ese es el plan de la contrarrevolución. Mientras intentan aplastar a las milicias, buscan imponer un “ropaje democrático” para desviar la revolución que expropiaron por ahora.
Los voceros del CNT proponen un plan de reconciliación nacional, como en Sudáfrica a la salida del régimen del Apartheid. Inclusive plantean la fusión de las milicias con los oficiales khadafistas, que están en el ejército del CNT, cuestión que aún dista mucho de lograrse.
Así ha quedado claro, también, que las milicias nunca fueron un apéndice del CNT, como decían algunos pocos que hablaban en nombre del “socialismo” a nivel internacional, cuando afirmaban que el CNT “las coordinaba a todas”.
En el debate del acto quedó claro que apéndice del CNT era la izquierda mundial, y no las masas sublevadas armadas de Libia. Quedó claro que, para conseguir gasolina, suministros y alimentos, lo más avanzado de las milicias de Brega y Misarrata debían requisarlos. Inclusive, debían tomar por la fuerza el armamento que guardaban los generales khadafistas pasados a último momento al CNT.
Justamente, transformar a las masas insurrectas en un apéndice del CNT es el objetivo del actual gobierno sostenido por el imperialismo y los generales khadafistas. Para ello utilizarán todos los medios, desde el desvío parlamentario, la corrupción y la compra directa de jefes de un sector de las milicias, hasta su profesionalización como soldados en un ejército burgués y, por supuesto, la represión más salvaje a los que se nieguen.
Lo que quedó claro en el debate del acto es que la fuerza de las milicias no estaba en su aviación ni en sus misiles, sino en su capacidad de romper el ejército y desarmarlo, con el método de la guerra civil y la insurrección. Es por ello que inclusive el imperialismo contenía cualquier aventura de Khadafy de querer entrar a Misarrata y Bengasi, porque allí se iba a pelear casa a casa, con el método de la guerra civil, y no el de la guerra de posiciones de los ejércitos clásicos.
También queda claro, como lo demuestra la nueva embestida revolucionaria de las masas de Egipto, que la revolución no se define en un solo acto. Esto es así, desde el punto de vista de las masas por crisis de dirección; y desde el punto de vista de la reacción y la contrarrevolución porque necesitan primero apagar el fuego de las insurrecciones de masas con desvíos parlamentarios (es decir con la “democracia y la libertad”) para luego –una vez con las masas desmovilizadas y confundidas- poder aplastarlas con el bonapartismo y el fascismo.

La política y el programa de la FLTI: ¡Fuera el CNT! ¡Las armas no se entregan, las milicias no se disuelven! ¡No permitamos que nos expropien la revolución! ¡Por un gobierno provisional revolucionario de la clase obrera, las milicias y los comités de soldados!

Ese fue el eje central del programa y la orientación de la FLTI, como está demostrado en todos sus materiales: con nuestro programa preparamos la guerra civil contra el CNT, demostrando que era el gran obstáculo que tenían las masas para derrotar a Khadafy, cuestión que ansiaban después de 42 años de tortura, represión, miseria y entrega de Libia al imperialismo.
Misarrata fue el límite ante el avance de los asesinos khadafistas, de los generales de la OTAN y de la quinta columna del CNT. Es donde se centraron los mayores ataques de la OTAN. Estos ataques fueron, por un lado, para impedir un avance de Khadafy a la ciudad, puesto que allí podía ser derrotado en una guerra civil, en un combate casa a casa, por las masas insurreccionadas. Pero por otro lado, la OTAN y el CNT debían impedir que la vanguardia de las masas, que estaba en Misarrata, llegara a Trípoli antes de que se terminen de pasar al CNT todos los oficiales khadafistas, reconstituyendo el estado burgués, que esteba diezmado. Es que en Misarrata, como insistían los combatientes de las masas insurgentes libias, fue liquidada, por tribunales obreros y populares, la burguesía de Misarrata. Allí intentaron llegar, a cada paso, generales o políticos patronales del CNT para retomar el control de la ciudad, cuestión que aún no lo han logrado plenamente.
De un lado ha quedado el CNT y sus generales khadafistas, tan lacayos del imperialismo como Khadafy. Del otro lado han quedado las masas armadas. En Libia existe un régimen de doble poder. O toman el poder las masas en armas o lo tomará la burguesía, aplastando a las organizaciones obreras que componen ese doble poder.
Para que las masas tomen el poder, las milicias deben volver al pueblo explotado, desde donde surgieron, y armar de forma generalizada a toda la clase obrera y la clase media arruinada del campo y la ciudad. Deben marchar a asambleas obreras por ciudad y localidad para oponerle ese poder a los “consejos de tribus”; y para coordinarse a nivel nacional y conquistar un gobierno provisional revolucionario de la clase obrera, las milicias y los comités de soldados.
Desde la FLTI, con nuestro programa, hemos combatido no sólo a Khadafy y al CNT, sino también, a nivel internacional, a toda la izquierda del FSM. También combatimos a los que, mirando para otro lado, fueron incapaces de llegar al campo de batalla, donde nuestra pequeña corriente, que jamás apoyó al CNT “democrático”, estuvo a la vanguardia del combate contra Khadafy y la OTAN. Les demostramos, a cada paso, a los obreros avanzados que el CNT era el enemigo “democrático” que no los dejaba aplastar a Khadafy, justamente porque estaba constituido por la lacra de la burguesía y los generales khadafistas, pasados a último momento como “Caballos de Troya” a la revolución para entregarla desde adentro y expropiarla.
Eso hizo que amplios sectores de las masas hagan su experiencia con el CNT y hoy se resistan a entregar sus armas. Por eso cuando el CNT llamó a enjuiciar a las milicias que ajusticiaron a Khadafy, desde Misarrata le respondieron “¡fuimos nosotros y no entregamos las armas!”.
Esa consciencia anti-CNT, es la experiencia hecha por los obreros en el combate contra Khadafy sobre el rol siniestro de la OTAN y el CNT. Las masas no se han desarmado y el CNT no lo podrá imponer en un solo acto, por ahora.
También hemos enfrentado a aquellas corrientes que dicen que lo que  ha triunfado en Libia es una “revolución democrática”. Esto es engañar a las masas puesto que la tarea democrática fundamental en Libia es romper con el imperialismo para que las masas puedan tener el pan, justamente el gobierno del CNT está para garantizar los negocios del imperialismo.
Estas corrientes han festejado la toma del poder por el CNT, cuando éste no es más que el aborto y la expropiación de parte de la burguesía de la revolución socialista. El triunfo del CNT no tiene nada de democrático. Éste prepara de la mano de la OTAN y el imperialismo un ataque de terror para desarmar a las masas, un ataque que será físico y más duro que el de Khadafy cuando las milicias no acepten entregar las armas a sus verdugos expropiadores de la revolución.
Estas corrientes son gemelas de las que plantean “primavera de los pueblos”, que les quieren hacer creer a las masas que la burguesía es capaz de armar a las masas para “derrocar” dictaduras.
Todas estas corrientes ven al CNT jugar un rol progresivo. Esto es hacerle pasar a la clase obrera a sus enemigos como aliados, su programa es el de llamar a los trabajadores a apoyar a sus verdugos “democráticos”.

La heroica revolución de las masas Libias es parte de una sola y única revolución en el Norte de África y Medio Oriente

El acto-charla-debate fue un verdadero paso adelante. Distintas corrientes obreras a nivel internacional decidimos largar una campaña en defensa de las milicias, que intentan ser atacadas y desarmadas por el CNT, el imperialismo y los generales khadafistas. Es una campaña de frente único en defensa del doble poder, que persiste en Libia, y por el apoyo a todos los procesos de levantamientos de las masas en el Norte de África y Medio Oriente.
En el debate del acto, preguntaron cuál era el sentimiento de las masas de Libia en Misarrata y Bengasi con las masas palestinas. En ese momento el compañero de Misarrata anunció que para los combatientes de Libia la derrota de Khadafy era el primer paso para liberar a Palestina con capital en Jerusalén. Fue uno de los momentos más emotivos del acto.
Los acontecimientos de Libia eran y son parte de una sola y única revolución que sacude a todo el Norte de África, Medio Oriente, y que ha llegado a Europa y EEUU. Allí los trabajadores europeos y norteamericanos han ingresado en lucha política. Estos últimos se comienzan a coordinar, desde Oakland, con la nueva embestida revolucionaria de las masas egipcias.
La revolución libia –se afirmó en el acto- vive en los combates de Siria, donde la burguesía ya preparó su “CNT” en el exterior, apoyada por Turquía y la Liga Árabe. Allí, inclusive, se inventó un “ejército libre sirio” con algunas decenas de coroneles de Assad, justamente para impedir que los comités de coordinación terminen de centralizar a los soldados que han desertado con sus armas y que se han unido a los trabajadores y a la juventud rebelde en los procesos de insurrecciones urbanas que no dejan de profundizarse.
La suerte de estos procesos está ligada a la revolución en todo el continente africano, europeo y mundial. No se definirá en un solo país.
La revolución sigue viva, por más que pase por un período corto de ilusiones de las masas, a las que debemos acompañar con un programa trotskista de ruptura con la burguesía y preparación de la toma del poder, y alertando, a cada paso, que con los cantos de sirena de hoy lo que se prepara en Libia son golpes contrarrevolucionarios, putsch fascistas o bonapartistas. Así sucedió en Bolivia, luego del desvío parlamentario con la Media Luna; o en Egipto con los duros golpes dados a las masas por la oficialidad del ejército de Mubarak, revestida con ropajes “democráticos” para llamar a elecciones tan fraudulentas como las de Túnez.
Ante la represión actual del ejército de Egipto, con las masas intentando tomar de nuevo la plaza Tahrir, se comienza a comprender por qué Libia llegó tan lejos, por el desarme del ejército asesino de Khadafy, cuestión que ahora deben hacer las masas de Egipto y Túnez si quieren avanzar por el camino revolucionario que iniciaron en los meses de enero y febrero. Es el mismo camino que deben tomar las masas de Siria para sacarse de encima al régimen sanguinario de los Assad.
A las masas en Túnez y en Egipto les expropiaron su revolución. Ahora vuelven por ella. Es que su revolución fue por el pan. En ese camino, ahora, deberán aplastar a los generales de Ben Ali y Mubarak, y a sus fraudes semi-parlamentarios, avanzando en el camino de Libia, rompiendo sus ejércitos, para armarse y dar pasos de gigante hacia la revolución proletaria.

Las masas rompen el cerco de las direcciones traidoras y tienden a coordinar y centralizar su combate internacional

La ruta para el avance del trotskismo a las masas la abren éstas mismas que, como en Grecia y Chile, ya comprenden que para derrotar a los capitalistas y su ataque despiadado hay que derrotar al stalinismo y las direcciones traidoras que lo impiden. A estas últimas hay que denunciarlas antes, durante y al inicio de toda lucha revolucionaria tan despiadadamente como lo hizo la FLTI con esos burgueses sinvergüenzas del CNT, y como lo hizo con los no menos sinvergüenzas de la izquierda del FSM, que aún hoy le siguen pidiendo un “análisis de sangre” a las milicias de Libia, brutalmente atacadas por el CNT y el imperialismo.
Las corrientes del ELAC de América Latina y del Foro Social Mundial, como las corrientes europeas del SWP inglés, el NPA de francés, etc. jamás llamaron a las masas a coordinar una sola pelea internacional, ellas quisieron someter a las masas a sus propias burguesías país por país. En Europa los socialimperialistas se negaron a unificar el combate del Magreb y a que su fuego revolucionario incendie la Europa imperialista.
Pero a pesar y en contra de ellos, la vanguardia obrera y la juventud de Estados Unidos con los “indignados” coordina acciones con sus hermanos de lucha de Egipto en la Plaza Tharir. Corrientes como la JRCL-FMR y la juventud Zengakuren cercan por miles la embajada chilena en Japón en apoyo a la lucha de los obreros y los estudiantes chilenos, a ésto le siguió la respuesta de la ACES, la coordinadora de estudiantes secundarios de Chile, llamando a una lucha internacional de la juventud y la clase obrera mundial.
Como parte de ese proceso, por el apoyo de los estudiantes bolivianos a los chilenos para impulsar una lucha internacional, antiimperialista y junto a la clase obrera y sus luchas, y con los estudiantes de Colombia sublevados junto a los obreros petroleros, es que ha surgido para el 24 de noviembre una jornada internacionalista de lucha común de los estudiantes de varios países.
Nosotros desde la FLTI, somos un pequeño punto de apoyo que luchamos implacablemente y con todas nuestras fuerzas para que los procesos de radicalización que enfrentan al imperialismo, a las burguesías nacionales y a las burocracias traidoras, se generalicen, coordinen su lucha a nivel internacional y comiencen a combatir bajo las banderas de la revolución socialista para triunfar, que son las banderas de la IV Internacional.
De eso se trata, también, la puesta en pie de una comisión internacional de apoyo a las milicias y la clase obrera de Misarrata y de toda Libia.

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