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Resoluciones del Congreso Fundacional de la FLTI - Julio 2009
SOBRE LA CUESTIÓN NACIONAL 1) Nuestro punto de partida es la Tesis sobre la cuestión nacional y colonial adoptada por el 2do congreso de la III Internacional en 1920, que en esencia es válida todavía hoy en día. Por lo tanto nuestra base es: “Bajo la pretensión de la igualdad de la persona humana en general, la democracia burguesa proclama la igualdad legal formal del propietario y el proletario, del explotador y el explotado, y así engaña al máximo a las clases oprimidas. La idea de igualdad, que en sí misma es una reflexión de las relaciones de producción de mercancías, es transformada por la burguesía, bajo el pretexto de la absoluta igualdad de la persona humana, en una herramienta en la lucha contra la abolición de las clases. El verdadero significado de la demanda de igualdad descansa solamente en la demanda de la abolición de las clases”. Más aún, “la cuestión nacional y colonial debe basarse principalmente en la unión de los obreros y las masas laboriosas de todas las naciones y países en la lucha revolucionaria común para la derrota de los terratenientes y de la burguesía. Porque sólo dicha unión puede asegurar la victoria sobre el capitalismo, sin lo cual la destrucción de la opresión nacional y la desigualdad es imposible”. Esto significa en primera instancia que el proceso de “descolonización” en África, al no ser llevado adelante por la clase obrera en el poder, mantuvo relaciones capitalistas de esclavitud. Es por esta razón que los regímenes “neo-coloniales” fueron regímenes bonapartistas y a veces dictaduras fascistas. Como dijo Marx, las nuevas relaciones son constreñidas por las viejas, esto es especialmente verdad en los procesos de “descolonización” en el período de la decadencia imperialista. En otras palabras, en la época de la decadencia imperialista, es imposible instalar Afirmamos que hoy en día nuestro método programático implica reestablecer los hilos de continuidad rotos por el stalinismo y el imperialismo, entre los trotskistas de todo el mundo. Reafirmamos que un centro revolucionario internacional no puede elaborar su programa sobre África sin que los trotskistas africanos se involucren en ello, y que los trotskistas africanos no pueden conquistar su programa sin un centro revolucionario internacional. Los escritos de Trotsky sobre la república “negra” en los años ’30 no pueden ser directamente hoy, puesto que las condiciones han cambiado, aunque su método es todavía válido. En los años ’30 todos los países de África eran colonias directas. El llamado a formar una república de “trabajadores negros” no es sólo para enfrentar las relaciones capitalistas de esclavitud, sino orientar en cuanto a cuál es la fuerza social (la clase obrera) que dirige la revolución. La clase obrera estaba lo suficientemente madura en los años ’30 como para tomar el poder. Incluso a fines de la segunda guerra mundial imperialista, esta era la situación, cuando el Stalinismo y el imperialismo formaron una sociedad para contener las luchas de liberación nacional. La consigna de una república “negra” necesita ser ajustada para ser por repúblicas socialistas, de obreros y campesinos pobres “negros”, para contrarrestar la república negra burguesa que el stalinismo propuso como una primera etapa en el camino a una república obrera, y sus métodos de frentes populares y guerrillerismo (aplicados en África y Sudamérica). Las condiciones estaban maduras en el período post 1945 en el sur de África y en Medio Oriente para que la clase obrera tomara el poder. El acuerdo del imperialismo con el stalinismo fue imponer un régimen de tipo fascista, creando el estado artificial de Israel así como el régimen del Partido Nacional en Sudáfrica en 1948. Esto tuvo por objeto contener y derrotar la revolución obrera en Medio Oriente y en Sudáfrica, respectivamente. En “Israel” y Sudáfrica, era necesario crear una aristocracia obrera para que actuara como fuerza de choque del imperialismo en la región. De aquí parte nuestra consigna “por los Estados Unidos Socialistas de Medio Oriente y los Estados Unidos Socialistas del Sur de África”. En el caso de África esto es parte de nuestra perspectiva por un África Soviética. Seguimos sosteniendo que la clase obrera está suficientemente madura como para dirigir la revolución por el Socialismo. Estamos no sólo por la derrota de los ejércitos israelí y sudafricano, sino también por la derrota de los ejércitos imperialistas en Medio Oriente y en África. Actualmente, el ejército israelí actúa como el bastión del imperialismo en Medio Oriente, mientras que el ejército de Sudáfrica actúa como la fuerza represiva testaferra del imperialismo norteamericano (se podría decir, como una de las alas militares del JP Morgan Chase en África). La revolución en África y en Medio Oriente está así inseparablemente ligada a la lucha de la clase obrera en los centros imperialistas por tirar abajo sus propios regímenes para poner en pie la dictadura de la clase obrera. Nuestra concepción está a favor de poner en pie secciones en África, en Medio Oriente, en Latinoamérica, en Australasia, en los centros imperialistas, como parte de una sola internacional revolucionaria. Nuestra concepción de un África Soviética es así fundamentalmente diferente de la de los Panafricanistas, que proponen regímenes “socialistas” nacionales en África, separados de la lucha contra el imperialismo mundial. Una estrategia que no luche contra el imperialismo mundial busca transformarse en el agente burgués local del imperialismo, bajo la retórica de un socialismo africano.
El desarrollo del capitalismo llegó al África relativamente más tarde que a otras partes del mundo. El capitalismo se desarrolló en el período destructivo de la decadencia imperialista, destruyendo las naciones en desarrollo y estableciendo relaciones de esclavitud capitalistas que eran mucho peores que en el período pre-capitalista. La destrucción masiva forjada sobre las masas africanas por el comercio de esclavos impactó sobre el desarrollo de África. Antes del comercio de esclavos de las potencias coloniales, en África eran virtualmente desconocidos tanto el hambre como la desnutrición salvo por sequías y hambrunas provocadas por causas naturales. Hoy, en la época de decadencia imperialista, en África tenemos el mayor avance tecnológico junto con desnutrición y hambre estructurales y masivos. El imperialismo en África de hoy ha surgido de las relaciones esclavistas, basándose en esta super-explotación y siendo por eso incapaz de terminar con los vestigios de la esclavitud tanto en África como alrededor del mundo. El sistema capitalista imperialista mundial es así el principal factor que mantiene las relaciones de esclavitud capitalista (de superexplotación) en África. Más aún, el imperialismo perpetúa activamente varias formas de sociedades precapitalistas tales como divisiones tribales y étnicas, cómo mecanismos de dominación suplementarios. El imperialismo en África reprime el desarrollo de una burguesía y una clase media indígena y necesita solamente un pequeño sector para implementar su dominación sobre las masas. Esta burguesía local no tiene una existencia independiente del imperialismo, actúa como administrador de la propiedad privada imperialista y actúa contra el anhelo de las masas por sus demandas democráticas. Por eso, la tarea de luchar por completar el programa democrático no puede ponerse en manos de la burguesía local, ni siquiera de la pequeño-burguesía. El imperialismo es incapaz de garantizar o permitir ni siquiera cualquier estado nacional capitalista independiente. La lucha por una verdadera independencia nacional en África sólo puede tomar la forma de una lucha anticapitalista y antiimperialista para terminar de una vez por todas con el sistema capitalista mundial; esto significa que el derecho de las naciones a la auto- determinación en África, la restauración de las fuerzas productivas destruidas por el imperialismo, la restauración de naciones verdaderamente independientes en África, sólo puede alcanzarse a través de la dirección de la clase obrera y de esta forma, de la clase obrera tomando el poder. Esta lucha de la clase obrera por tomar el poder en el terreno nacional no puede detenerse en ese estadío, sino que tiene que continuar como parte de un proceso ininterrumplido de expansión de la revolución más allá de las fronteras nacionales, más allá de Africa, y hacia el corazón mismo del imperialismo.
La conferencia de Berlín de 1885 repartió África entre las potencias capitalistas más avanzadas, mediante la creación de una aristocracia y burocracia blancas para que actuaran como una fuerza social de dominación. Naciones “artificiales” como“zulu”, “xhosa”, fueron creadas por el imperialismo como vía para dividir a la clase obrera y así facilitar su dominación. No reconocemos ni una sola de las fronteras de África, ya que éstas fueron impuestas por el imperialismo. La guerra Anglo-Boer de 1899-1902 fue descripta por Lenin (en su trabajo sobre El imperialismo, fase superior del capitalismo) como uno de los signos de que el imperialismo había dividido el mundo entero entre las potencias y de que había comenzado el período de decadencia definitiva, guerras, revoluciones y contrarrevoluciones (a partir de ese momento el capitalismo sólo podría expandirse por medio de choques inter-imperialistas). Lenin hablaba en general de una dictadura democrático burguesa revolucionaria llevada adelante por una política de clase independiente del proletariado. En las Tesis de Abril de 1917, Lenín aclaró que las tareas democráticas tales como la paz y la tierra sólo podrían ser alcanzadas cuando la clase obrera tomara el poder. Lenin más tarde lo aclaró aun más, diciendo que cualquiera que pusiera las tareas de completar las tareas democráticas en las manos de la clase media o de las burguesías nativas (la así llamada “dictadura democrática del proletariado y el campesinado”), se había pasado del lado de la contrarrevolución. Así, las Tesis de Abril coinciden en esencia con el punto de vista de Trotsky tal como lo expresó en su Revolución Permanente, que explicaba que en este período de decadencia imperialista, en las colonias la única forma de completar las tareas democráticas era a través de la toma del poder por el proletariado. Esto significaba que sólo la organización independiente de la clase obrera podía dirigir la lucha por la independencia nacional y la revolución agraria hasta su concreción. Trotsky liga la lucha por liberar los esclavos coloniales con la lucha por una Inglaterra soviética, planteando que la lucha anti-colonial por una Sudáfrica independiente y la lucha por una Inglaterra soviética eran procesos que dependían el uno del otro, lo que abriría un período de mutua cooperación proletaria. Generalizando esto, la lucha por la liberación de las relaciones coloniales y ahora de los remanentes de las relaciones esclavistas capitalistas, está ligada a la lucha por los EEUU Soviéticos, la Francia Soviética, la Inglaterra Soviética, la Alemania Soviética y el Japón Soviético. Estos procesos por un África Soviética dependen así de la lucha por la Federación Soviética de las Américas, la Federación Soviética Europea, la Federación Soviética de Australasia.
El ascenso del stalinismo (luego del castrismo, el maoísmo, el titoísmo) usurpando la autoridad de la Revolución Rusa de Octubre y del Estado Obrero, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, con su política de coexistencia con el imperialismo, significó la traición directa de todas las luchas nacionales de liberación. El resultado de esta política traidora llevó a África directamente a una condición que es peor hoy que cuando el capitalismo pusiera su pie en ella por primera vez. Varios factores se combinaron para que el imperialismo decidiera mantener al África principalmente como base para exportar materias primas, sin procesar. Eso incluye que el imperialismo y el stalinismo sacaron las lecciones de la Revolución Rusa de 1917 y la Segunda Guerra Mundial imperialista: que la industrialización aumenta las perspectivas de una revolución contra ellos; también estaba la necesidad de cooptar a las clases obreras europeas, japonesas y norteamericanas, lo que los forzó a mantener altos niveles de industrialización, a expensas de ser subsidiados por la brutal superexplotación en África- tampoco es casual que Cuba fue mantenida por la burocracia rusa, primordialmente como un país exportador de azúcar. Las masas de África seguían resistiendo la colonización hasta finales del siglo XIX; el imperialismo se dio cuenta de que si unas masas tan combativas fueran ampliamente incorporadas a la industria, la existencia misma del imperialismo capitalista sería puesta en riesgo; por supuesto también la vida de la burocracia soviética, y más tarde la burocracia castrista, serían también puestas en peligro por la existencia de un estado obrero en cualquier parte de África. Hacia 1928, la política del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), en su discusión sobre Sudáfrica estaba por “una república Sud Africana nativa independiente como una etapa hacia una república obrera y campesina, con derechos plenos e iguales para todas las razas, negros, de color y blancos”. Ellos concluían que “el campesinado negro constituye la fuerza motriz básica de la revolución”; más aún, el CEIC sostenía que “El Partido debe prestar particular atención a las organizaciones nacionales embrionarias entre los nativos, tales como el Congreso Nacional Africano. El Partido, mientras mantiene su plena independencia, deberá participar en esas organizaciones… Nuestro propósito deberá ser transformar el Congreso Nacional Africano en una organización revolucionaria nacionalista de lucha contra la burguesía blanca y los imperialistas Británicos”. Así, para 1928 el stalinismo estaba colocando la dirección de la lucha anticolonial y antiimperialista en manos de la pequeña burguesía local y sacrificando la independencia de la clase obrera por la construcción de movimientos de liberación nacional policlasistas. La tarea de luchar contra el imperialismo fue también separada del terreno internacional y traída al terreno nacional a través de una “república nativa” dirigida por la pequeña burguesía nacional como una etapa hacia una república de obreros y campesinos. La separación de la lucha por la liberación nacional del terreno internacional significó restringir la lucha contra el imperialismo y preparó el camino para que actuara una pequeña burguesía local como agente local del imperialismo. La respuesta de Trotsky a las Tesis sobre Sudáfrica del Partido de los Trabajadores fue para contraponer la Revolución Permanente a la revolución en dos etapas del stalinismo. En otras palabras, el planteó la república “negra” como una forma centrada en arrebatarle la tierra a los terratenientes blancos ricos y la expropiación de los bienes de los imperialistas, como una etapa que se transformaría de manera ininterrumpida en una Sudáfrica Soviética. Aunque ya no existe un campesinado en Sudáfrica, esta tesis todavía sostiene que la concepción de Trotsky de la Revolución Permanente en Sudáfrica mantiene su vigencia. Hoy, la esencia de las relaciones capitalistas de esclavitud sigue existiendo: a) la tierra todavía está en manos de los ricos granjeros capitalistas blancos, mientras que la mayoría de la población se muere de hambre; b) todavía existen condiciones parecidas a la esclavitud para la mayoría del pueblo negro, tales como bajos salarios, vivir en guetos separados, desempleo alto y masivo, situación generalizada falta de viviendas y de servicios públicos adecuados y las mujeres negras son las principales víctimas del desempleo masivo y reciben los salarios más bajos; c) el imperialismo impuso condiciones para preservar la propiedad privada (el dominio de los monopolios imperialistas) como precondición para la negociación de cualquier acuerdo; d) las provincias han sido diseñadas en líneas generales de acuerdo con los bantustanes/reservas de mano de obra barata; e) en los países que rodean a Sudáfrica (y en toda el África) existe todavía un campesinado de tamaño apreciable. La tesis no fuerza ni promueve una separación de naciones sino que garantiza ese derecho a cualquier grupo de trabajadores y campesinos pobres (no a los burgueses ni a los pequeños burgueses) que se consideran a sí mismos como una nación. La revolución sudafricana no puede ser vista como separada de la revolución en el resto de África, y menos aún como separada de la revolución en los centros imperialistas.
Después de la segunda guerra imperialista esta política de apoyo a la pequeña burguesía nativa continuó y fue la base del Panafricanismo, promovido activamente por el stalinismo en toda África. Esta fue la base ideológica principal que utilizó el stalinismo desde la dirección de las luchas de liberación nacional para neutralizar y sabotear el desarrollo de luchas independientes de la clase obrera. La política stalinista tomó la forma de partidos armados que se hacían pasar por el ala izquierda de los movimientos de liberación nacional, con su programa de poner en el poder una burguesía nativa, para evitar que los movimientos de liberación nacional derrotaran o expulsaran al imperialismo. La política del imperialismo en Yalta y Potsdam llevó a la creación en 1948 del gobierno del “apartheid” en Sudáfrica y del estado de Israel, que eran parte de su estrategia para contener y aplastar el creciente sentimiento antiimperialista y anticapitalista en la clase obrera de Medio Oriente y en el sur de África. El castrismo, a través del Che Guevara y más tarde del ejército cubano, continuó esta política stalinista en África como una fuerza sicaria, a cambio de petróleo y otras ayudas de Moscú. El Che Guevara estuvo en la República Democrática del Congo en un momento en que había allí 3 millones de mineros, pero en lugar de pelear por otra Cuba en Africa, dio su apoyo a los movimientos nacionalistas, con el programa de colocar en el poder a la burguesía nativa y negándose a construir o promover un movimiento independiente de la clase obrera. Cuando 40.000 tropas cubanas, junto con el ejército de Angola, derrotaron al ejército Sudafricano de Cuito Cuanavale en Angola para marzo de 1988, se negaron a avanzar más allá de la frontera con Namibia. Esto sucedió en el mismo momento que se daba el punto más alto del levantamiento de la clase obrera sudafricana contra el estado. La política stalinista alentó al SWAPO nacionalista burgués a aceptar un arreglo negociado en Namibia que dejó intactos los intereses imperialistas.
La reunificación sin principios de la Cuarta Internacional en 1963, sólo alrededor de la defensa de Cuba, abrió el camino a los seudo trotskistas para que, a escala mundial y usurpando las conquistas programáticas revolucionarias de la Cuarta Internacional, le dieran una cobertura por izquierda al castrismo a medida que éste traicionaba y contenía los levantamientos revolucionarios en Latinoamérica y en África. Los levantamientos revolucionarios en los centros imperialistas en 1968-74 impactaron directamente incitando a las masas en África, una vez más, hacia el camino de la revolución. La revolución en Portugal en 1975, estrangulada por el stalinismo, fue seguida también por la estrangulación de la revolución en Angola y Mozambique. Codo a codo con el régimen stalinista del MPLA en Angola, el enclave petrolero fue dejado en manos del imperialismo de EEUU, mientras grupos comunistas independientes eran masacrados por el stalinismo en Angola. En el sur de África, la izquierda seudo trotskista (Marxist Workers Tendency–Tendencia Obrera Marxista, Socialist Group–Grupo Socialista, Comrades for workers government–Camaradas por el gobierno obrero, Workers International League–Liga Obrera Internacional), todos ellos le capitularon al stalinismo entrando o apoyando al Congreso Nacional Africano en las elecciones de 1994. La tendencia IS (Internacional Socialists- Socialistas Internacionales) en Zimbabwe entró y apoyó un frente popular burgués, se negó a mantener una política de clase independiente y capituló a la visión nacionalista stalinista de la revolución socialista. 5)Trotsky, en su carta del 20 de abril de 1935 al South African Workers Party (Partido Obrero de Sudáfrica) describía a Sudáfrica, luego de 1910, como una colonia esclavista del imperialismo británico. El establecimiento de (la corporación monopólica, NT) Anglo American en los años 20 reflejó el ascenso a la dominación mundial del imperialismo norteamericano. El JP Morgan Chase, a través de la Anglo American, controla hoy una parte enorme de la economía sudafricana y de toda África y mantiene allí lo que son relaciones esencialmente de esclavitud capitalista. Los levantamientos de 1968-74 en los centros imperialistas, impulsaron una vez más el levantamiento del movimiento obrero independiente de Sudáfrica; los levantamientos crecieron en profundidad a partir de las huelgas de Durban en 1973, las huelgas generales de 1976, los levantamientos estudiantiles y obreros en 1976 y 1980, el comienzo de las formaciones obreras independientes desde los inicios de los ’80 hasta los levantamientos de masas desde 1985 a 1989, donde las relaciones capitalistas imperialistas fueron sacudidas hasta sus cimientos y existía una situación prerrevolucionaria en la que el imperialismo estuvo en peligro de perderlo todo. Bajo estas condiciones, ya desde 1985, el stalinismo impulsó un arreglo negociado entre los nacionalistas pequeño burgueses del Congreso Nacional Africano y los nacionalistas afrikaners [los blancos descendientes de los boers, NT] del National Party (Partido Nacional), para derrotar la revolución. Volviendo a 1994, el Partido Comunista de Sudáfrica, a través de Joe Slovo, impulsó las cláusulas “crepúsculo” [“sunset”=crepúsculo o declinación lenta, NT] que acordaban mantener el aparato del estado intacto durante 5 años a partir de 1994, como parte del acuerdo negociado. El imperialismo impuso 14 condiciones, incluyendo la protección de la propiedad privada (los bienes imperialistas) como precondición para las negociaciones. El régimen de frente popular establecido en 1994 tuvo así un carácter bonapartista, para continuar las relaciones capitalistas de esclavitud bajo otra forma. Bajo el disfraz de un régimen democrático y de una república negra burguesa, el frente popular del Congreso Nacional Africano se convirtió en una agencia para mantener relaciones de super-explotación sobre la clase obrera, no sólo en Sudáfrica sino a través de toda el África sub-sahariana [el África negra, NT]. Las tropas sudafricanas están estacionadas a través del África sub-sahariana como un instrumento fundamental para proteger las operaciones imperialistas. Los ataques contra la clase obrera y los campesinos pobres en África son consecuencia de la política stalinista de poner la dirección de la lucha por las demandas democráticas en manos de una sección de la pequeño burguesía negra. En 1995 la LIT-CI tenía la concepción de apoyo a una revolución dirigida por el frente popular del Congreso Nacional Africano. Así, ellos y otros seudo trotskistas dieron una cobertura por izquierda a la capitulación al stalinismo y a su política de contener las masas para que no derroten al imperialismo. Sudáfrica fue un laboratorio para el imperialismo, y ellos exportaron su régimen contrarrevolucionario del frente popular bonapartista a Sudamérica, a Bolivia, a Venezuela y ahora toma forma bajo la representación de Obama como símbolo de esta política. Todo este tiempo los seudo trotskistas continuaron brindando una cobertura de izquierda para la nueva política del imperialismo, apoyando a Mandela, Morales, a Chávez y ahora a Obama.
Mientras que el imperialismo yanqui ha establecido al Africom [nuevo Comando regional Africano del imperialismo yanqui que se agregó hace poco a los antiguos comandos en otras zonas del planeta, NT] como forma de avanzar en el control militar directo sobre las masas del África, reveses tales como su derrota militar en Somalia y su invasión de Irak, les hace difícil avanzar en sus planes de control militar directo, a pesar de tener bases militares en Botswana y en otros lugares de África. Es igualmente difícil para el imperialismo francés mantener una vez más un control militar directo, a pesar de la presencia de varias bases militares en África. El agente directo del control militar por parte del imperialismo es la Unión Africana. La burguesía “compradora” en África es el agente directo del imperialismo, obstaculizando el derecho de las naciones a la autodeterminación, y así son los agentes directos para mantener a las masas africanas en permanente hambre y miseria. La República Democrática del Congo tiene suficiente energía hidroeléctrica para electrificar a todo el continente africano, sin embargo la central eléctrica es mantenida en ruinas, se ha desatado una guerra contra su pueblo desde 1996 (matando 4 millones de personas); Angola tiene un suelo tan fértil que puede producir alimentos para toda África, sin embargo el hambre, la desnutrición, la miseria, la muerte, las enfermedades, el desempleo, golpean a la mayor parte de África. Zimbabwe solía ser capaz de alimentar a millones en toda África, antes de que su producción de alimento fuera destruida por el imperialismo, gracias a su títere Mugabe, hábilmente asistido por las tropas de Corea del Norte (1983-1984). La burguesía “compradora” es el agente para mantener a África como principal exportador de minerales, mano de obra barata, y materias primas (oro, diamantes, coltan, para la manufactura de lo más avanzado de la alta tecnología moderna como notebooks, mp3, etc.) para los centros imperialistas y para su gran maquila en China. La persistencia de estas relaciones similares a la esclavitud es el resultado de la política stalinista en África. La profundidad de la crisis imperialista, sin embargo, los fuerza a establecer el cuartel general del AFRICOM en Ghana, como precursor de un control militar más directo sobre las masas en África.
Para terminar con la dominación imperialista y las relaciones capitalistas similares a la esclavitud en África, llamamos a una federación de repúblicas socialistas “negras” obreras y de campesinos pobres. “Negras” en el sentido de que las proporciones en el nuevo estado reflejarán la mayoría predominante de la población, esto no tiene nada en común con la política stalinista de “dar poder económico a los negros” que es una vía para cooptar a la pequeña burguesía negra que pasa a ser parte del sistema capitalista y se transforma en los nuevos agentes que aseguran la continuidad de las relaciones capitalistas de tipo esclavistas. Una federación de repúblicas que tiene como centro la toma de todas las granjas comerciales (de los granjeros blancos ricos y de la nueva clase media negra), la expropiación de todos los bienes imperialistas, incluyendo todas las minas y bancos, y para que los mismos sean puestos bajo control obrero. Para que toda la clase trabajadora sin importar su color de piel pueda comer, tener ropa, vivienda y agua, ésta es la primer tarea; es en interés de toda la clase obrera (“negros”,”blancos”, “de color”, “indios”) unirse para tomar el poder, poniendo en pie consejos de delegados obreros y campesinos pobres armados para dirigir esta lucha; toda la tierra debe ser nacionalizada y se pondrán en pie granjas colectivas proletarias como medio, con el tiempo, de convencer a los campesinos pobres que todavía quedan y que insisten en continuar labrando su propia tierra en forma individual, para que se unan a dichas explotaciones colectivas; para cualquier grupo de obreros y campesinos pobres que se sientan una nación deberá existir la garantía de separarse en su propia república socialista obrera y campesina. Esto significa que cualquier nueva frontera, si se diera, que se establezca en el África será sobre la base del mutuo acuerdo a través del la centralización de los consejos obreros y campesinos. Esto es importante para debilitar y terminar decisivamente con las guerras fratricidas e interétnicas que el imperialismo incentiva hasta el día de hoy (esto no significa que vamos a reconocer cualquier grupo tribal o étnico creado deliberadamente por el imperialismo con el propósito de dominación, tal como en Sudáfrica) al mismo tiempo que llamamos a nuestros hermanos y hermanas de clase en los centros imperialistas a organizarse para tomar el poder y establecer los EEUU Soviéticos, Inglaterra Soviética, Francia Soviética, Alemania Soviética, Japón Soviético. Así se abrirá un proceso ininterrumpido desde la Federación de repúblicas obreras y de campesinos pobres de África que avanzará hacia un África Soviética.
La guerra civil en los EEUU entre el norte y el sur, liberó a las masas negras de una forma de esclavitud, sólo para encadenarla a la esclavitud capitalista. El capitalismo yanqui ya estaba en decadencia en el sentido de que no podía ni siquiera garantizarle la tierra a los esclavos liberados tal como se les había prometido, ya que ésto hubiera significado que iban a entrar en competencia directa con los granjas capitalistas blancas que ya existían. Al mismo tiempo la forma de las relaciones capitalistas imperialistas que se desarrollaron en África lo hicieron también sobre la base de cambiar de una esclavitud directa a relaciones de esclavitud capitalista. Las numerosas luchas de los obreros negros a lo largo de los años no resolvieron la cuestión de las relaciones de esclavitud capitalistas: los obreros negros participaron en las dos guerras imperialistas mundiales y cuando volvieron todavía se los sometía a linchamientos, opresión y superexplotación; las luchas por los “derechos civiles” de los ‘50 y ‘60 obtuvieron algunas conquistas, pero con la cooptación de los líderes de clase media y la política del stalinismo de poner la lucha anti-imperialista en las manos de la pequeño burguesía negra, se mantuvieron las relaciones similares a la esclavitud. El surgimiento de una significativa burguesía y pequeño burguesía negra no terminó con las condiciones capitalistas similares a la esclavitud de los obreros negros. Las relaciones capitalistas similares a la esclavitud en los EEUU existen como parte de relaciones capitalistas imperialistas dentro del país. Estas relaciones capitalistas similares a la esclavitud son mantenidas por el estado por medio de la fuerza bruta. Esta es la razón por la cual Mumia, un ex miembro de los Panteras Negras inocente, puede ser mantenido en el “corredor de la muerte” [condenado a muerte a la espera de que se cumpla su ejecución, NT] durante muchos años, acusado falsamente de matar a un policía; es por esa causa que Oscar Grant (el joven obrero negro fusilado por la policía en el subte) y muchos otros como él han sido asesinados por el estado; ésta es la razón por la cual uno de cada 3 varones negros en los EEUU ha sido enviado a prisión al menos una vez en su vida. La elección de Obama no representa el final o el debilitamiento de las relaciones capitalista similares a la esclavitud para los obreros estadounidenses negros. Lo que hace es suministrar una cobertura para mantener esas relaciones de explotación. Nosotros no promovemos activamente ninguna división dentro de la clase obrera en los EEUU, hacemos una campaña activa a favor de la unidad de la clase obrera, pero si surgiera una situación en la que una sección de los trabajadores negros quisiera separarse y formar su propio estado dentro de los EEUU nosotros los apoyaríamos, ya que ésto sería una lucha contra el imperialismo. Por lo que hoy sabemos de la lucha de clases en los EEUU en el momento actual, la mayoría, si no la totalidad, de los obreros negros de los EEUU no estarían a favor de una separación, sino de una lucha unitaria junto a otros sectores de la clase obrera contra la clase capitalista-imperialista. La forma de terminar con las relaciones de tipo esclavista en los EEUU es que la clase obrera se una para luchar por unos EEUU Soviéticos. Esta lucha ayudaría a la lucha de la clase obrera en África a terminar con el capitalismo similar al esclavismo en el continente. Liberia representa una caricatura de república “negra” ya que está gobernada por una pequeña burguesía negra que está ella misma atada de pies y manos al imperialismo
La burocracia restauracionista es el agente directo para importar a Cuba las relaciones capitalistas similares a la esclavitud. Los trabajadores sólo ganan 18 dólares mensuales, y el hambre y la miseria aumentan a medida que se van afianzando las relaciones capitalistas. Llamamos a una revolución política en Cuba contra la burocracia castrista restauracionista; una revolución política en Cuba está directamente ligada a que la clase obrera de los EEUU rompa con Obama, en cuanto este régimen está encabezando la restauración capitalista en Cuba; una Cuba Soviética es interdependiente con la lucha por unos EEUU Soviéticos y una América Latina Soviética (las corrientes de la izquierda reformista son los principales agentes del apoyo a Obama, Castro y los regímenes “Bolivarianos” en Latinoamérica como herramienta para contener la revolución de la clase obrera. El desenmascaramiento del verdadero rol de estos reformistas abre una vez más el camino hacia la revolución socialista.
Para la clase obrera negra todavía existen relaciones capitalistas similares a la esclavitud en Brasil y en el Caribe. Nosotros no promoveríamos ni alentaríamos la separación, especialmente porque el imperialismo querría dividir a la clase obrera por líneas de color o étnicas. Dentro de una semicolonia, la separación de una sección de obreros y campesinos pobres dentro de su propio estado debilitaría la lucha antiimperialista y cualquier llamamiento a efectuar dicha separación le haría el juego al imperialismo. La izquierda reformista en Brasil contiene el odio de las masas contra las relaciones esclavistas canalizándolo hacia políticas de afirmación positiva (fortalecimiento del poder económico de los negros) [se refiere a políticas como cuotas en universidades, becas o beneficios, puestos de trabajo o electivos para negros, etc. NT] que abren la puerta para que parte de la clase media negra se transforme en parte del sistema capitalista. Relaciones capitalistas similares a la esclavitud existen en el conjunto de Latinoamérica. Terminar con éstas significaría tomar las explotaciones agrícolas comerciales de los granjeros ricos blancos; significaría expropiar todos los bienes imperialistas y ponerlos bajo control obrero; la lucha por una federación de repúblicas obreras y de campesinos pobres de Latinoamérica, está directamente ligada a la lucha por los EEUU Soviéticos y la Francia Soviética. En este camino las repúblicas de obreros y campesinos pobres de Latinoamérica tienden en forma ininterrumpida a formar los Estados Unidos Soviéticos de toda América.
En cada país donde existen relaciones capitalistas similares a la esclavitud, así como en los centros imperialistas, es nuestra tarea inmediata poner en pie secciones de una internacional revolucionaria, refundada sobre las base del programa de la Cuarta Internacional de 1938. Para que esto ocurra, hace falta dar un combate político y desenmascarar a la izquierda reformista que rinde pleitesía ante el castrismo, el stalinismo, la burguesía “Bolivariana” y la máscara de Obama. Esta es la tarea de la FLTI y llamamos a todos los luchadores de la clase obrera a responder a nuestro llamado. RESOLUCIÓN DEL CONGRESO DE FUNDACIÓN D E LA FLTI |