1° de Mayo obrero, internacionalista y por la revolución socialista
Declaración del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional (FLTI)
El sistema capitalista imperialista mundial se encuentra en una de sus crisis y bancarrotas más profundas aún, que la de los años ’30 del siglo pasado. Desde el 2008 ha estallado un crac mundial en los centros económicos del poder imperialista, donde salió a la luz todo el parasitismo del capital financiero.
Los capitalistas se habían robado y colocado en sus bolsillos beneficios, utilidades y ganancias que el trabajo humano aún no ha producido. Desde el 2008 y en sucesivas crisis, más de 90 billones de dólares se esfumaron en la economía-mundo, salieron del proceso productivo y fueron al bolsillo de un 1% de parásitos que viven de cortar cupones de sus acciones a expensa del hambre y la miseria de miles de millones de esclavos y del saqueo de los pueblos oprimidos.
Ellos, desde las cities de Londres, Wall Street, París, Frankfurt... han creado y recreado valores ficticios de hipotecas y de bonos ya sin valor de los tesoros de los estados a los que ellos mismos han quebrado. Han acumulado valores a futuro de commodities sin ningún tipo de respaldo. Han extraído superganancias de créditos a tasa 0% de interés que, lejos de invertirlos en el proceso productivo, se los han colocado como ganancias en el bolsillo: ¡parásitos!
Las más grandes inversiones de los estados imperialistas y “subsidios” a las empresas es la industria de guerra. La inteligencia artificial, la robótica, las comunicaciones, son solo productos volcados a la rama civil de fuertes regalías de los estados a la industria militar. El sistema capitalista en descomposición lo que desarrolla son fuerzas destructivas. Han llenado el planeta de armas y de miles de bombas nucleares que, a no dudarlo, buscarán un mercado para su colocación y venta que no es otro que el de la GUERRA. Esta es la empresa capitalista más importante de esta época.
Estamos ante un sistema perverso que está llevando a la desesperación a las grandes masas trabajadoras del mundo y a la civilización a la barbarie.
En este 1° de Mayo:
Las condiciones actuales para las masas son aún más graves y crueles que las que empujaron a los trabajadores del mundo a grandes combates de clase internacionales a fines del siglo XIX por la jornada de 8 horas.
Más de 262 millones de migrantes marchan por el mundo buscando un lugar donde sobrevivir. Ellos se amontonan en las fronteras de Europa, muriendo como animales en el Mediterráneo, que se ha transformado en la tumba de los parias del siglo XXI. Han puesto murallas y expulsaron a padres y familias enteras de EEUU, dejando a sus hijos que nacieron allí en prisión. Otros millones de migrantes buscan donde sobrevivir en África, deambulan en América Latina, como sucede ahora en las fronteras militarizadas de Chile y Perú, y son utilizados como mano de obra esclava por las cobardes y superexplotadoras burguesías nativas. En China, la India, Indonesia, Vietnam... han amontonado a millones de obreros en fábricas-cárceles que envidiaría el mismo Hitler.
Las distintas rondas de la crisis dejaron más de 800 millones de desocupados o subocupados. Si al inicio del siglo XIX era la clase obrera la que paralizaba y muchas veces destruía las máquinas, viéndolas como causante de su esclavitud, mientras descubría, como lo hizo, que su enemigo y verdugo eran los capitalistas, ahora, en esta época de decadencia absoluta de este sistema podrido, son los parásitos capitalistas y los banqueros imperialistas, los que paralizan y destruyen las máquinas. Estos son un peso, ya insoportable, para la civilización misma.
En este 1° de Mayo:
Los socialistas revolucionarios afirmamos que, ante la situación de descomposición y bancarrota del sistema capitalista, la clase obrera y las grandes masas explotadas ya no pueden elevar su nivel de vida, ni mucho menos lograr nuevas conquistas, sin destruir y pasar al basurero de la historia a este modo de producción irracional. La clase obrera ni siquiera puede sobrevivir si no vuelve a intentar, si no vuelve a conquistar la victoria de la revolución socialista, en primer lugar, en los países imperialistas centrales, sin organizar y planificar las fuerzas productivas a nivel mundial. Esto era por lo que lucharon y murieron los Mártires de Chicago y millones de trabajadores en décadas de combate.
La verdad está a la vista. En contra de lo que afirman reformistas, burocracias sindicales y partidos que se dicen obreros, pero son agentes del capital: toda conquista que podamos conseguir, producto de grandes luchas, si la clase obrera no toma el poder, estas se pierden. Esa es la verdad.
Por ello, este 1° de Mayo nos encuentra luchando nuevamente, no solo por las 8 horas que hemos perdido en la mayoría del planeta, sino también por trabajo digno e inclusive por comer. Este sistema capitalista ya no les puede dar ni siquiera un plato de arroz a sus esclavos. Hace rato que merece morir.
Está destruyendo y separando del aparato productivo a la mercancía más valiosa del planeta, la que produce todas las riquezas existentes, que no es otra que la fuerza de trabajo.
En este 1° de Mayo:
La izquierda reformista y las burocracias sindicales que todos los días traicionan las luchas obreras, se encuentran haciendo actos en conmemoración del 1° de Mayo.
Se acuerdan una vez al año del “socialismo” y del “internacionalismo militante”, cuando todos los días del año se encuentran de rodillas ante los estados capitalistas y ante sectores de las burguesías nativas, buscando el “mal menor”, con el objetivo, como ellos dicen, de “ampliar las democracias para que la clase obrera pueda mejorar su nivel de vida”. Para ellos el socialismo es para las calendas griegas y para los “días de fiesta”.
No nos extraña. Stalinistas, social-imperialistas y hoy, renegados de la IV Internacional, quieren ocultar ante las masas proletarias del mundo que fueron ellos, de forma directa, como lo hizo el stalinismo asociándose al imperialismo (o sirviéndoles como “escudo protector” los otros), los traidores y los Judas que entregaron las conquistas de la toma del poder por parte de las masas en el siglo XX. Ayer lo hicieron en la ex URSS, en China, en Vietnam... y ahora lo hacen moliendo a palazos y encarcelando a los obreros hambrientos de Cuba, para entregársela a los nuevos capitalistas de la isla. En el medio de la bancarrota del sistema capitalista mundial han puesto el grito de guerra de que el “socialismo no va más”, llenándose los bolsillos de dólares como nuevos ricos asociados a las transnacionales imperialistas.
Y ahora, ya pasadas dos décadas del siglo XXI, los nuevos y viejos reformistas ya desdentados, se quejan de la “crisis de subjetividad” de las masas y de la “falta de perspectiva socialista”. Hablan de que estaríamos en una “nueva época” de “restauración capitalista” en este oscuro siglo. Esto lo dicen los que encubren a los que entregaron una a una las conquistas de la clase obrera mundial y traicionan cada una de sus luchas revolucionarias.
Hablemos claro. Ellos entregaron la ex URSS, una de las fuentes de materias primas más grandes del planeta de gas y petróleo, que le permitió sobrevivir y darle un respiro y sangre fresca a las venas escleróticas del Maastricht imperialista, colaborando de forma decisiva con el eje franco-alemán para poner en pie una división del trabajo en toda Europa.
Ellos, el stalinismo, que entregó al proletariado chino al mercado capitalista mundial en nombre del “socialismo de mercado”. Llenaron de maquiladoras y de transnacionales a China e introdujeron en el mercado mundial a millones de obreros con salarios de miseria, lo que empujó a la baja el salario del proletario mundial.
Estos traidores nos hablaban del “socialismo del siglo XXI” y mantuvieron a Venezuela totalmente sometida al FMI y al saqueo imperialista, mientras dejaron a millones de hambrientos que hoy migran por todo el continente americano.
Ellos, la burocracia castrista devenida en nueva burguesía, le propinaron a la clase obrera latinoamericana una de los golpes más duros, entregando la Cuba obrera y campesina al imperialismo.
Ustedes, señores dirigentes, en nombre del “socialismo” y de la “lucha antiimperialista” encubrieron la masacre y uno de los genocidios más grandes contra los explotados, ejecutados por el asesino Al Assad y Putin, que aplastaron la revolución siria haciéndole el “trabajo sucio” a todas las potencias imperialistas. Pintaron de “socialistas” a los más grandes carniceros de la clase obrera mundial.
Ustedes, burócratas sindicales y stalinistas, se encargaron de desviar, traicionar y someter a sus verdugos cada uno de los combates revolucionarios que protagonizó la clase obrera a pesar de ustedes, en el siglo XXI.
Gracias a todos ustedes es que se sostiene y no ha caído aún este podrido sistema capitalista, por lo cual dejaron su sangre y su vida heroicamente los Mártires de Chicago y millones de obreros del mundo.
En este 1° de Mayo:
Los socialistas revolucionarios, militantes de la IV Internacional, los denunciamos a ustedes, “señores dirigentes”; a ustedes que hace rato negociaron la sangre de los Mártires de Chicago y entregaron una a una las conquistas del proletariado internacional.
Afirmamos que la crisis de la clase obrera es la sobreabundancia de direcciones traidoras, compradas por el capital parasitario para sostenerse en la historia.
Pese a la ofensiva del sistema capitalista y sus regímenes y gobiernos...
Pese a mil y una traiciones…
La clase obrera mundial presenta batalla
Arde Francia.
Se anticipó el “Mayo en París”.
“La primavera revolucionaria está llegando”.
Con estas declaraciones y llamamiento, la aguerrida y combativa clase obrera de Francia recibirá este 1° de Mayo. Los ojos del proletariado europeo y mundial miran esta ofensiva revolucionaria de la clase obrera de un país imperialista, como ayer lo hacía con los levantamientos de los obreros de EEUU en defensa del pueblo negro, contra Wall Street y los supremacistas blancos.
La clase obrera de los países centrales tiene la llave de la victoria de los levantamientos de millones de esclavos de las colonias y semicolonias.
Desde hace tres meses, la clase obrera francesa se encuentra en estado de insurgencia. Su lucha en defensa de sus pensiones se ha transformado en una lucha política de masas que, en choques diarios con la policía, pugna por derrotar en las calles al gobierno de Macron y a todo el andamiaje contrarrevolucionario de la V República imperialista.
Al igual que en el Mayo del ’68, los combates de la clase obrera francesa vuelven a poner a la orden del día la heroica Comuna de París de 1871, cuando el joven proletariado mundial demostraba que podía tomar la ciudadela del poder en sus manos.
Las burguesías imperialistas han lanzado toda la quiebra de sus bancos y su capital financiero sobre la espalda de sus trabajadores para que sean ellos los que paguen sus crisis y sus pérdidas.
La clase obrera francesa es la avanzada de los enormes combates de clase con los que se despierta nuevamente el proletariado de los países imperialistas de Maastricht.
Enormes huelgas del transporte se dan en Inglaterra. La salida de los trabajadores de la salud, el transporte público y de toda la administración estatal en Alemania arrincona a esa canalla burguesía imperialista.
Se combate en las ex repúblicas soviéticas, hoy colonizadas por el imperialismo.
Desde el este europeo, han comenzado las rebeliones de la clase obrera de las ex repúblicas soviéticas. El combate de ayer de Georgia vuelve a recrudecerse en el Cáucaso y en Armenia. El poderoso proletariado petrolero de Kazajistán entró al combate, lo hacía junto con la clase obrera de Bielorrusia.
Fue el chacal de Moscú, el asesino contrarrevolucionario Putin, el que salió a defender los negocios de los capitalistas y el imperialismo en estas naciones ya colonizadas. Ayer lo hizo masacrando en Siria y hoy lo hace invadiendo Ucrania, aplastando naciones oprimidas como también lo hizo anteriormente con el genocidio en Chechenia.
¡La clase obrera europea está en pie de lucha y no se ha rendido! ¡Presenta batalla!
El combate de las masas de Medio Oriente: enormes energías revolucionarias, crueles traiciones
Entre las derrotas y masacres en Siria y Yemen y una nueva ofensiva de lucha en la región
Pese a la masacre en Siria y en Yemen, la clase obrera de Medio Oriente continúa con su ofensiva contra el capital y los regímenes y gobiernos de las petroleras imperialistas.
En esa región, en la Siria martirizada por Putin, Al Assad y los yanquis, más de 600.000 muertos han caído asesinados y 11 millones han quedado como refugiados. Un verdadero genocidio, que ha culminado con la partición de esa nación oprimida, mientras centenares de miles están desaparecidos o torturados y detenidos en cárceles y campos de concentración.
En Siria, como en Yemen o la nación palestina, mueren a diario los mártires de Chicago. Son los sectores más explotados del proletariado mundial, que “osaron” levantarse contra sus opresores.
El poderoso proletariado iraní en el centro del combate de los obreros de Medio Oriente
Pero esa pelea no ha terminado. En Irán, una enorme huelga de todos los obreros del petróleo, gas y la petroquímica, uno de los batallones clave del proletariado de Medio Oriente, ha tomado la dirección del combate contra el régimen asesino de la teocracia iraní. Ellos pelean por el pan. Levantan las demandas de todos los sectores oprimidos, de la juventud, la mujer trabajadora, los campesinos pobres y los pueblos oprimidos en esa nación.
El movimiento obrero iraní ya ha comprendido que si no derrota al régimen infame, los de arriba seguirán viviendo como reyes y los de abajo como mendigos.
También se combate en el Líbano contra el latrocinio del gobierno de Hezbollah aliado a la archirreaccionaria burguesía maronita, lacaya del imperialismo. La clase obrera no se ha replegado ni en Túnez ni en Argelia.
En Irak las masas insurreccionadas entran a la ciudadela del poder.
Un levantamiento revolucionario gemelo a la sublevación de los explotados de Sri Lanka.
En Irak, las masas explotadas llegaron muy lejos. Es uno de los países de mayor producción de petróleo y energía, no hay electricidad para las viviendas populares ni agua... ni pan. Un millón de muertos dejó la invasión yanqui. La clase obrera norteamericana y la resistencia iraquí expulsaron al invasor y ahora los explotados van por lo suyo. Se tomaron la “Zona Verde” y la casa de gobierno. Muy lejos llegaron las masas... Entraron a la misma ciudadela del poder; lo que jamás soñaron con llamar a hacer las cobardes burguesía nativas ni las direcciones traidoras de las organizaciones obreras del mundo.
Las masas de Medio Oriente no se han rendido. Pese a enormes masacres y traiciones, se mantienen en posición de ofensiva. El combate por los Estados Unidos Socialistas del Magreb y Medio Oriente es la única salida al genocidio y al martirio de las masas de la región.
En Sri Lanka se desarrolla el combate más avanzado contra el FMI y el saqueo imperialista
Hace apenas un par de meses, las masas obreras y populares de Sri Lanka, cansadas del saqueo del FMI y de los planes de hambre de su gobierno, se tomaron la ciudadela del poder, echaron al presidente, se sacaron selfies en la cama del mismo. Como dijimos, lo mismo había sucedido en Irak meses atrás.
Hasta ahí de lejos llegó la clase obrera en esta embestida revolucionaria. Pero el proletariado en su espontaneidad no está educado ni preparado, sin un partido revolucionario a su frente, para tomarse el poder, para quedarse en la ciudadela que ya habían tomado, para conquistar la Comuna con una revolución victoriosa de los de abajo.
Los explotados llegaron allí, tan lejos, a donde nunca quisieron que lleguen las direcciones traidoras de viejos stalinistas reciclados, de renegados del marxismo, liquidadores del trotskismo y nuevas variantes de todo tipo de reformismo.
En este 1° de Mayo, la clase obrera negra se niega a ser esclavizada
Hoy en Sudáfrica se subleva contra sus verdugos del Congreso Nacional Africano, sostenido por una nueva burguesía millonaria surgida de las entrañas del viejo Partido Comunista Sudafricano.
Ese país fue sacudido por una huelga general que puso a la orden del día la caída de Ramaphosa, el presidente de la burguesía negra que administra los negocios de las transnacionales y los poseedores de la tierra de los blancos del viejo Apartheid. El gobierno del CNA, sostenido por la burguesía negra esclavista y el stalinismo, ataca a su propio pueblo y enfrenta a los trabajadores sudafricanos con los millares de migrantes de Zimbabwe, Mozambique y todo el Sur de África, echándoles la culpa de la desocupación y miseria… ¡UNA INFAMIA! ¡Son las transnacionales y sus políticos corruptos los que hunden la nación!
La clase obrera de Sudáfrica viene de combatir en las grandes minas de la AngloAmerican; con huelgas y luchas en las calles dejó herido de muerte al anterior gobierno de Zuma... Los trabajadores de África del Sur están a la cabeza de la lucha de todo el continente y junto al proletariado negro de EEUU, están destinados a ser la avanzada del proletariado de color en todo el planeta. El combate por las Repúblicas Negras obreras y campesinas del Centro y Sur de África está puesto a la orden del día.
Generalizados combates de masas y ofensiva antiimperialista en América Latina
Enormes traiciones y engaños del reformismo para sacar a las masas de las calles
El imperialismo ya levanta el látigo del fascismo
En los últimos años, con huelgas generales revolucionarias, enormes combates de barricadas, insurrecciones espontáneas, choques con las soldadescas y las policías asesinas, se sublevaron, país a país, millones de explotados de América Latina.
Expoliada y saqueada por el FMI, la banca imperialista y las transnacionales que expropian sus riquezas, América Latina ha sido llevada a la postración y sus masas explotadas a sufrir los peores padecimientos.
El imperialismo yanqui ha pisado su “patio trasero”. Viene por los minerales, el gas, el petróleo, el litio, la agroindustria y todas las fuentes de materias primas. En medio de su lucha con el resto de las potencias imperialistas de la Europa de Maastricht, esto es lo que necesita EEUU para disputar su dominio del mercado mundial y para avanzar a recolonizar, como lo hará a sangre y fuego, a la gran China y a Rusia para salir de su bancarrota y crisis histórica.
Para mantener su dominio del planeta, los yanquis necesitan en primer lugar el contralor político y militar de gobiernos que sean sus agentes directos en América Latina. Llenaron el continente de bases militares en Chile, Colombia, Honduras, Perú y algunas secretas como en Paraguay. También poseen una base militar de la OTAN en las Islas Malvinas.
Ayer en Chile, en Colombia, en Ecuador, en Bolivia y como lo vimos recientemente en Perú, la valiente clase obrera y los campesinos pobres de América Latina arrinconaron y llevaron a la crisis a los gobiernos del imperialismo en la región.
Los trabajadores de Latinoamérica arrastraban el lastre que le impuso esa estafa de la “Revolución Bolivariana”, que terminó entregando Cuba al imperialismo, sometiendo a Venezuela al FMI y dejando a Bolivia en manos de un golpe fascista, con Morales y los “bolivarianos” rindiéndose y escapándose, dejando a las masas sometidas a las peores masacres como en Senkata y Sacaba. Se rindieron tal como lo hizo hoy Castillo ante el golpe de las bases yanquis y el Congreso fantoche en Perú, mientras el ejército y la policía asesinaban a más de 70 trabajadores y jóvenes sublevados, para quedarse con la renovación de los contratos de los minerales y con el litio.
Pese a ello y contra ello, una segunda oleada de ofensiva revolucionaria entonces sacudió al subcontinente en los últimos años. El más reciente de esos combates, como dijimos, lo protagonizaron los obreros y campesinos peruanos. Antes, la Colombia sublevada le presentó batalla al régimen de las bases militares. En Ecuador, el gobierno de Lenín Moreno huía de la capital Quito, que era tomada por un levantamiento de obreros y campesinos. En Chile se incendiaba Santiago como hoy se quema París y, al igual que en la Plaza Tahrir de El Cairo en Egipto, se ocupaba la Plaza de la Dignidad y La Alameda. La clase obrera también entraba al combate abierto contra Bolsonaro y su gobierno archirreaccionario en Brasil apenas hace un año atrás. Mientras, con el grito de “¡Ahora sí, guerra civil!”, se mandaba al basurero a los protagonistas del golpe fascista de Áñez y Camacho en Bolivia.
Las viejas trampas de los frentes y gobiernos de colaboración de clases del stalinismo y sus nuevos socios ex trotskistas para sacar a las masas de las calles
Con los frentes de colaboración de clases sostenidos por el stalinismo, las burocracias sindicales y apoyados por los renegados del trotskismo, con “cantos de sirena”, traicionando las luchas y dividiendo las ofensivas de masas, sometieron a los explotados a estafas de “Asambleas Constituyentes” fantoches, de desvíos electorales y de frentes con burgueses que se proclamaban “progresistas”... Pero fue solo gracias a la traición y colaboración de todas las direcciones traidoras de los sindicatos y del movimiento campesino que estas trampas lograron imponerse provisoriamente.
Aquí y allá hicieron retroceder los embates de masas. Sometieron a los explotados latinoamericanos a sus verdugos “democráticos”, a los mismos que hacía rato se habían arrodillado cobardemente ante los fascistas, como Lula en Brasil o, como ya dijimos, Morales en Bolivia y el mismo Castillo en Perú. Son estos gobiernos los que siguen aplicando y aun profundizando los planes de hambre del FMI, como lo hace Petro en Colombia. Nada distinto al gobierno lacayo del imperialismo de los Fernández en Argentina, que han llevado a la clase obrera de ese país a penurias inauditas.
Mientras tanto el imperialismo mantiene el látigo en la ventana. Disciplina a todos sus agentes para que ni se les ocurra coquetear con el pueblo o tocarle sus negocios.
En Chile tiene a su alumno ejemplar Boric, quien, sostenido en el stalinismo, militarizó todos los barrios obreros y mandó tropas militares al norte de Chile. Ya antes había intervenido militarmente La Araucanía. En estos momentos, nuevas tropas del ejército pinochetista se arriman a las fronteras con Perú. Allí, ya tratan como “delincuentes”, desde Santiago y desde Lima, a trabajadores migrantes que solo claman poder volver a sus hogares.
Lo mismo hizo la delincuente política y represora de Dina Boluarte en Perú. Militarizó las fronteras con Chile con la excusa de cercar a algunos millares de migrantes venezolanos y haitianos que, como dijimos, solo quieren regresar a sus países. Inclusive, quieren regresar los parias de Haití, un país hundido en la barbarie, ocupado por la ONU, que no es más que un reservorio de hambrientos.
Lo de los migrantes no es más que un pretexto. Dina Boluarte ha militarizado todas las fronteras de Perú con Bolivia, Ecuador, Brasil y Colombia y ha sacado todo el ejército a las calles.
Esta vez la excusa con la cual el imperialismo y sus agentes de Chile, Perú y también Bolivia se preparan para aplastar a obreros migrantes, no es que son “terroristas”, como decían en Medio Oriente, sino que son... “delincuentes”. A no dudarlo, que con estos aprestos militares contrarrevolucionarios tratarán a los obreros chilenos y peruanos igual que hoy tratan a sus hermanos, los obreros de Venezuela y Haití en sus fronteras.
El gobierno “izquierdista” de Boric y el gobierno bonapartista contrarrevolucionario de Dina necesitan sacar a las FFAA a las calles para que les defiendan, contra las masas que “osaron” sublevarse contra sus verdugos en acciones revolucionarias, los minerales como el litio, el cobre y todos los negocios de los banqueros imperialistas.
Los socialistas revolucionarios denunciamos a los partidos reformistas, a las burocracias sindicales y a los que en nombre del trotskismo ensuciaron sus banderas, apoyando a los Boric, a los Petro, a los Lula, a los Arce. Sostuvieron a esos nuevos gobiernos cobardes pro-yanquis de las burguesías nativas que solo utilizan a las masas para regatear tal o cual ventaja y moneda en sus negocios como socios menores del imperialismo.
Llamamos a romper el sometimiento de la clase obrera latinoamericana a sus burguesías, regímenes y gobiernos nativos y a coordinar una lucha continental para expulsar al imperialismo de América Latina.
Nuestros aliados no son estos gobiernos de mentirosos y engañadores del pueblo, vestidos de “progresistas” mientras reciben instrucciones de las Embajadas norteamericanas y los centuriones de las bases yanquis. Nuestros aliados no están ni en Sanders ni en Biden, socios en Wall Street de los mismos negocios que los Trump y su pandilla, sino en la clase obrera norteamericana.
¡Paso a la unidad y a la lucha de la clase obrera del continente americano!
Una alternativa histórica y presente: Socialismo o barbarie. Revolución o guerra.
Este sistema perverso solo se mantiene y se mantendrá por la guerra. El reformismo y las direcciones traidoras tienen el cinismo de mentirles a los trabajadores planteándoles no solamente que pueden mejorar su nivel de vida sin derrotar al sistema con el triunfo de la revolución, sino que también tienen el descaro de afirmar que las potencias imperialistas en bancarrota “expanden su dominio con la democracia”.
Estos dirigentes no son masacrados en Egipto o Siria. No son esclavos en una fábrica en China, Vietnam o la India. No son parte de los millones de migrantes que no tienen ni democracia ni derechos en la Europa imperialista de Maastricht, constituyendo un sector clave de la clase obrera de esos países. No son obreros de Harlem. No son trabajadores aplastados por el ejército de Putin, ni mueren en la Ucrania ocupada por las tropas blancas de la gran Rusia contrarrevolucionaria. Su política es una infamia y un engaño.
Denunciamos:
En todo proceso revolucionario estas corrientes le mienten a las masas. Les dicen que la revolución no ha comenzado, que se tratan de “simples levantamientos impotentes”, cuando en realidad se tratan de enormes acciones independientes de masas que rompen los diques y corsets que imponen la burguesía y las direcciones traidoras que ya no las pueden controlar como antes, ni los explotados sublevados se lo permiten.
Estafan a los trabajadores y a sus propios y honestos militantes. Le quieren hacer creer a la clase obrera que una revolución es solo la que triunfa y no como sucede en la vida, que la mayoría son las traicionadas, derrotadas, desviadas.
¿Por qué tanta mentira y juego de palabras? Porque para el marxismo revolucionario cuando se inician acciones independientes de masas (como no deja de suceder en decenas de estallidos revolucionaros), la tarea central es combatir por poner en pie los organismos de doble poder armados de los trabajadores y explotados, derrotar a las direcciones traidoras y abrir el camino a la victoria de la revolución.
No son solo cobardes políticos; son traidores agentes del enemigo, que junto a la burguesía le cierran el camino a las masas para que estas no le hagan sonar el escarmiento a sus verdugos.
Así, en los levantamientos revolucionarios de América Latina abortaron todo intento de coordinar los combates de las organizaciones sindicales en lucha con la juventud rebelde y con los trabajadores ocupados o desocupados y separaron el combate de la clase obrera de los levantamientos de los campesinos pobres. Ese es el rol de estas direcciones.
Denunciamos:
En las guerras levantan la bandera de la “paz” o directamente se ponen bajo la disciplina militar de la contrarrevolución. Marcharon con Al Assad y Putin masacrando a centenares de miles de obreros sirios a los que trataron de “terroristas”.
Los denunciamos porque marchan con los tanques de Putin, el nuevo aprendiz de Zar, que hoy invade Ucrania para reclamar, con su partición, seguir siendo el guardián de los negocios del imperialismo en todas las ex repúblicas soviéticas y en la misma Rusia, mientras se apropia de parte del territorio ucraniano, como hizo antes con Chechenia, con Osetia del Sur, con su invasión actual a Bielorrusia, etc.
Los denunciamos por abandonar la lucha por la independencia de las naciones oprimidas. Los denunciamos porque ocultan que los que mueren en la guerra de Ucrania, los que empuñan las armas, los que caen bajo las bombas de Putin, son los obreros ucranianos. Ellos son los que pelean en la guerra y los que mueren en los campos de batalla de su nación ocupada.
Los denunciamos a ellos y a los que se declaran “neutrales” por no apoyar incondicionalmente a los jóvenes rebeldes que se sublevan en Moscú para no entrar al ejército e ir a matar a sus hermanos de Ucrania.
Nosotros los denunciamos porque le dicen a la clase obrera ucraniana que son “agentes de la OTAN” y que “pelean para ella”. Miserables.
Estas corrientes le dicen al proletariado ucraniano que no solo debe derrotar la invasión de Putin, mientras debe luchar necesariamente para derrotar al interior de Ucrania al gobierno de la oligarquía de Zelensky; que en plena guerra le saca en la retaguardia el salario y las conquistas a toda la clase obrera. Y además de estas tareas históricas, estas direcciones les exigen a los trabajadores ucranianos, que enfrentan a uno de los ejércitos más poderosos del mundo que invade su nación, que ellos solos derroten a la OTAN. Miserables.
A la OTAN se la derrota con la unidad de la clase obrera ucraniana y rusa con todo el proletariado europeo. En la lucha de los trabajadores en Francia, Inglaterra, Alemania está la derrota de la OTAN.
Ustedes, las burocracias sindicales y partidos social-imperialistas, son los que sostienen a Maastricht y a la OTAN, a sus gobiernos y regímenes ante el odio de las masas que, como hoy, incendian París.
Ustedes, lacayos del imperialismo europeo y la OTAN, son los que se niegan a coordinar las luchas de la clase obrera de todo el continente para aplastar a Maastricht y derrotar la máquina de guerra de la OTAN.
Ustedes les decían a los trabajadores ucranianos y de toda Europa que se podía construir un “Maastricht social” al servicio de los trabajadores. ¡Cínicos!
Y hoy, todos ustedes juntos dejan a la clase obrera ucraniana sola para que la masacre el gendarme de los negocios de los capitalistas en Eurasia, el carnicero Putin, mientras el imperialismo yanqui se frota las manos para luego quedarse ellos con la mayoría del botín.
¡Por la unidad de la clase obrera europea desde Portugal a las estepas rusas! ¡Por la derrota militar de las tropas contrarrevolucionarias de Putin en Ucrania! ¡Paso a la clase obrera y la juventud de Rusia!
¡Por una Ucrania soviética, obrera e independiente! ¡Que vuelva la URSS revolucionaria sin sus entregadores, la lacra stalinista! ¡Que mueran los “empresarios rojos” y los esclavistas de Pekín, organizadores de los negocios de las transnacionales y los más grandes verdugos de la clase obrera del planeta!
¡Ni con la OTAN de los yanquis ni con la Europa de Maastricht del eje franco-alemán! ¡La Francia que arde debe volver a recuperar y conquistar la Comuna de París! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
¡Bajo las banderas de la IV Internacional!
Desde el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI llamamos en este 1° de Mayo a los trabajadores del mundo a recuperar la conquista más grande que tuvimos los obreros: durante décadas y décadas nuestra pelea de todos los días fue un combate unitario de la clase obrera internacional. Fue así, con el internacionalismo militante, que conseguimos todas y cada una de nuestras conquistas.
Fueron la socialdemocracia y el stalinismo los que sometiéndonos todos los días en nuestras luchas a los regímenes y a las burguesías nacionales, volvieron impotente nuestro combate.
En cada ofensiva de masas, los trabajadores buscan unir y coordinar sus luchas inclusive internacionalmente. Es la falta de una dirección revolucionaria internacionalista la que les impide conquistarlo. ¿Qué obrero europeo no buscaría pelear junto y como la Francia sublevada? ¿Qué obrero de la Ucrania invadida no desea pelear con sus hermanos de Georgia, Kazajistán y Bielorrusia que se levantan contra la bestia de Putin? ¿Qué obrero chino no busca salir de su nación-cárcel, sometido por la bestia burguesa contrarrevolucionaria del partido de los “patrones rojos” de Pekín? ¿Qué obrero de América Latina no busca unir la Plaza Dignidad con los trabajadores de Perú y Colombia y con los obreros de Mineápolis que gritaban “¡Disolución de la policía!” y “¡Sin justicia, no hay paz!”?
¡Libertad ya a los presos políticos del mundo que están en las mazmorras de los regímenes burgueses!
¡Libertad a los presos sirios torturados! ¡Libertad ya a los presos iraníes, que por centenares son llevados al cadalso diariamente por la teocracia contrarrevolucionaria de Irán! ¡Libertad a los heroicos presos palestinos!
¡Libertad ya a los presos vascos y a los jóvenes anarquistas detenidos en las prisiones de Grecia!
Los trabajadores del mundo reclaman justicia por los masacrados en Colombia, en Juliaca-Perú, en Senkata y Sacaba.
¡Libertad ya a los presos de las sublevaciones de masas de Chile, Colombia, Perú!
¡Libertad a los obreros presos cubanos sublevados contra el hambre y la esclavitud que impusieron los “empresarios rojos” que entregaron la isla al capitalismo!
Todos ellos son el símbolo de la lucha por la libertad de todos los presos políticos del mundo. Nuestro combate es hoy junto a ellos como antes lo fue por nuestros héroes, los Mártires de Chicago.
El capitalismo en bancarrota solo prepara nuevas catástrofes sobre la clase obrera y la civilización entera. La lucha entre las potencias imperialistas por el control de un mercado mundial que se ha achicado, con sus ganancias amenazadas, llevará a nuevas conflagraciones militares, si la clase obrera no lo impide.
Pero la última palabra no está dicha. El proletariado no se ha retirado del campo de batalla pero no tiene la dirección que se merece para los heroicos combates que presenta.
Pero mil veces creyeron que enterraban la lucha por la revolución socialista en más de 170 años, y mil veces volvió a resurgir esa lucha por la revolución. Sin ella, la clase obrera no vive. Y para que esta viva, el imperialismo debe morir.
La clase obrera necesita distinguir quiénes son sus aliados y quiénes son sus enemigos porque los mayores golpes vienen por la espalda y desde adentro de sus luchas.
Generaciones anteriores del proletariado hicieron mil y un intentos de tomar el camino de la revolución socialista internacional. No hay otra alternativa. Y para ello necesitamos poner en pie y refundar el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional.
¡1° de Mayo Obrero, Internacionalista y por la Revolución Socialista!
1º de Mayo 2023