Somos obreros que hemos sido desplazados de nuestros hogares por el ejército de Bashar y se nos ha prohibido defender nuestros hogares empuñando libremente un fusil. Sin unirse a los grupos que existen hoy en día en Siria como el ESL, Jabhat el Nussra, el Estado Islámico de Irak y el Sham, y todo aquel que combata será perseguido y calumniado por todos.
Sin otra salida hemos tenido que abandonar nuestros hogares y las pocas pertenencias para librar nuestra suerte a la crudeza de tres inviernos y a la masacre de tres sofocantes veranos amparados por los olivos de las fronteras, o alguna que otra carpa.
En estas condiciones conocimos y recibimos al periodista Leandro David, a quien bautizamos Dawud. Su solidaridad incondicional para con nosotros y la oportunidad de hacernos escuchar es algo que jamás olvidaremos. A diferencia de otros periodistas, él vivió y padeció con nosotros, no como otros que sólo vienen a hacer cortas entrevistas en sus 4x4 y luego de muchas fotos y reportajes se van para jamás volver.