Volver al índice Haiti Ataque de bandas fascistas a los obreros inmigrantes en Italia

Catástrofe en Haití:

Terremoto, hambruna y nueva invasión imperialista

La clase obrera del continente americano debe ponerse de pie junto a las masas haitianas martirizadas y atacadas por las tropas imperialistas yanquis y de la ONU-Minustah
Hay que imponer la ruptura con las direcciones del Foro Social Mundial y la farsa de la “Revolución Bolivariana” que someten a la clase obrera a sus verdugos, las burguesías nativas y los carniceros imperialistas Obama y Sarkozy.

¡QUE LAS DIRECCIONES DEL ELAC ROMPAN CON LA BURGUESÍA Y LANCEN UN LLAMADO DE EMERGENCIA, PARA QUE LA CLASE OBRERA DEL CONTINENTE ENTRE AL COMBATE PARA AYUDAR A LAS MARTIRIZADAS MASAS HAITIANAS!

¡Fuera de Haití, las manos de los carniceros imperialistas Obama y Sarkozy!
¡Abajo la farsa de la “Revolución Bolivariana” que expropia la lucha revolucionaria y antiimperialista de las masas en el continente!
¡Por la derrota militar y la expulsión de las tropas invasoras yanquis, de la ONU y de las burguesías cipayas latinoamericanas!
¡Por un nuevo Vietnam para el imperialismo en Centroamérica y el Caribe!
¡Por un gobierno obrero y campesino en Haití y Dominicana!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Centro y Sud América!

Durante más de un siglo los imperialistas yanquis y franceses han hundido a la isla "La Española" -Haití y República Dominicana- en la más siniestra degradación humana, saqueándola y súperexplotándola. Transformaron Haití en un protectorado yanqui, un reservorio de mano de obra esclava a pocas millas de Miami -hasta hoy bajo el gobierno burgués cipayo de Preval, títere de Obama y los monopolios esclavistas- utilizado para bajar el salario de la clase obrera estadounidense y hasta el de todos los inmigrantes al interior de EE.UU., y que ante la galopante desocupación, ahora sobran, y los dejan morir desamparados, en un verdadero exterminio.
Ahora las martirizadas masas negras haitianas sufren la más cruel de las barbaries porque sobre semejante saqueo histórico, un terremoto ha demolido decenas de miles de precarias viviendas obreras y ha sembrado de centenares de miles de cadáveres las calles de Puerto Príncipe.
A nuestros hermanos explotados haitianos se los devoran los perros y los buitres en las calles. 150 mil muertos confirmados, y son incalculables los muertos que aún están sepultados bajo los escombros.
Centenares de miles deambulan en medio de este caos -aún heridos y mutilados-, buscando a sus familiares; 250 mil están al borde de la muerte, dos millones de familias obreras han perdido sus viviendas y medio millón sobreviven a la intemperie o en barracas improvisadas, con hambre, sed y graves enfermedades, tapados por montañas de basura, cloacas podridas desbordadas, sin escuelas, ni hospitales, ni agua potable, ni mucho menos electricidad. ¡Esta es la barbarie provocada por el imperialismo! ¡Ninguna “ayuda humanitaria” se puede esperar de estos genocidas explotadores!
¡Los estragos del terremoto podrían haber sido evitados! Porque con una centésima parte de lo que el estado norteamericano puso para salvar a los parásitos de Wall Street de la bancarrota de la crisis económica mundial, se podría haber garantizado viviendas antisísmicas para toda la población haitiana, como las que se construyen en Japón o Los Ángeles, para no ser arrasados por un terremoto. Y con una milésima parte de lo que Obama le dio a los esclavistas de la General Motors para evitar su quiebra –fortuna que se la están haciendo pagar a los obreros con despidos, quite de conquistas, hambre y miseria- se podría garantizar agua, alimentos y medicinas para todos los explotados de Haití.
¡Para que el desarrollo tecnológico que protege de las fuerzas ciegas de la naturaleza se pueda generalizar al conjunto de los explotados -y deje de ser un privilegio de las potencias imperialistas- hay que expropiar a los monopolios imperialistas con los métodos de la revolución proletaria!

Tras la máscara de la “ayuda humanitaria” y “combatir el caos y la violencia”, el imperialismo, las burguesías cipayas y las direcciones contrarrevolucionarias encubren la ocupación militar de Haití

Hoy, luego del brutal terremoto, el conjunto de la burguesía imperialista envía más tropas, multiplicando la ocupación militar del protectorado yanqui haitiano, que desde el 2004 mantienen ocupado a cuenta del imperialismo norteamericano los 11.000 soldados de la Minustah, bajo la cobertura de la ONU, dirigidas por Francia y comandadas por sus lacayos “bolivarianos” de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, etc., que ahora aumentará el número de sus efectivos a 14.500. Por su parte, el imperialismo yanqui directamente -por cuenta propia- desde la IV Flota del SurCom, ya desembarcó 6.500 marines ocupando la isla, a los que se sumarán otros 12.000 en los próximos días. Y ya “establecieron 4 centros provisorios en el aeropuerto, el puerto, las colinas de Petionville (en el club de golf) y en Jacmel, una ciudad costera próxima a Puerto Príncipe. Con este despliegue, Washington apuesta en dos direcciones: dirigir la recomposición del estado y del gobierno de Rene Preval y reservarse la gestión del Plan Marshall haitiano.” (Clarín, 24-01-10).
Es decir, la “ayuda humanitaria” y la necesidad de “combatir el caos y la violencia”, no son más que una máscara que encubre el accionar criminal de las tropas de ocupación, en medio de la mas grande catástrofe y hambruna vista en el último siglo en el Caribe. Las tropas invasoras -con licencia para matar- custodian la propiedad privada y las reservas de alimentos en la isla, para impedir que las primeras y legítimas expropiaciones de los almacenes por parte de las masas hambrientas, tomando lo que les pertenece, se transforme en una nueva revuelta por el pan, que atacando la propiedad de los capitalistas, expropie todas las reservas de alimentos, agua y medicinas para paliar las inmensas penurias de las masas explotadas, amenazando al conjunto de la propiedad de los monopolios imperialistas y de la patronal esclavista nativa y que expulse a las tropas de ocupación imperialista.
La prueba palpable de este cinismo “humanitario” es que a una población de 3,8 millones de habitantes de la ciudad de Puerto Príncipe y sus alrededores, con 2,5 millones de hambrientos, sedientos y heridos, les reparten apenas 15.000 litros de agua por día, ningún medicamente y los escasos alimentos se los tiran desde helicópteros, mientras lo que llega como donaciones lo venden en el mercado negro a precios carísimos. Mientras tanto las tropas yanquis, con el estado de sitio, controlan los puertos y el aeropuerto, y patrullan las calles armados hasta los dientes con armamento pesado, custodiando los grandes almacenes, la gran propiedad y los barrios ricos. Por ello en la zona del aeropuerto, donde tienen las mayores reservas de alimentos y agua, ya han empezado a fusilar obreros y a sus hijos que –sabiendo que son suyos- van a buscar alimentos y agua.
Todo esto, después de que el imperialismo yanqui con la IV Flota del SurCom estableció un cerco militar marítimo con los portaviones, fragatas misilísticas, aviones, anfibios y helicópteros artillados para asegurarse que no se ponga de pie, no sólo una rebelión de las martirizadas masas haitianas, sino tampoco de sus hermanos en Dominicana, Jamaica, Cuba, las Antillas, el resto de los países de Centroamérica, y México, sino fundamentalmente los 45 millones de inmigrantes latinos en EE.UU., entre ellos el millón y medio de haitianos residentes en Nueva York y Miami. Y esto mientras el gobierno cipayo de Leonel Fernández -militarizando la frontera de República Dominicana- cierra la única salida por tierra que tienen las masas de Haití.
Estos piratas imperialistas de Wall Street y del resto del capital financiero internacional, hoy tienen que disfrazarse de “enviar ayuda humanitaria”, porque son quienes, después de gastarse a cuenta 90 billones de dólares, le han descargado un feroz ataque a la clase obrera mundial para salvar a la banca Morgan, al Citibank, a Fredy Mac, General Motors, Toyota, el HSBC, al Hypo alemán, BNP Paribas, Northern Rock, etc., sembrando el verdadero caos y violencia en el mundo, dejando sin trabajo y hundiendo en la miseria a por lo menos 1.000 millones de obreros en todo el planeta.
Es que estos criminales y explotadores del mundo comandados por Obama, se ven obligados a encubrir su ataque en Haití con el verso de la “ayuda humanitaria”, porque son los que encabezaron el golpe en Honduras, mandaron los marines asesinos a Afganistán, armaron al ejército turco para masacrar en el norte de Irak y pactaron con la burguesía chiíta para contener a los insurgentes en el sur de ese país; son los que mandaron a sus socios menores de Pakistán a perpetrar una verdadera masacre en el valle de Swat, que provocó 80.000 asesinados y 2.000.000 de desplazados, con el apoyo del ejército Chino e Indio. Son los asesinos de los pueblos de Medio Oriente y, por ello durante entre 2006 y 2007 cobraron una paliza en Irak, recibiendo en los aeropuertos yanquis miles de bolsas negras con marines ajusticiados por la heroica resistencia iraquí y afgana.
Son los que para tener las manos libres para lanzar nuevas ofensivas contrarrevolucionarias como en Honduras y ahora en Haití, pactan con el imperialismo francés para repartirse el botín, como lo hacen en China, donde la burocracia stalinista devenida en burguesía, ha entregado centenares de millones de esclavos al mercado mundial.
La “ayuda humanitaria”, entonces, no es más que una cortina de humo para ocultar esta verdadera ocupación militar de la martirizada nación haitiana ante el proletariado norteamericano -sobre todo de su sector más explotado, los 45 millones de inmigrantes- y ante la clase obrera y las masas de todo el continente. Por eso -como lo habían hecho cuando ocuparon Irak en el 2003- la burguesía llegó incluso a restringir en los noticieros en todo el continente africano, las penurias de las masas haitianas bajo la bota militar de la ocupación, mostrándolas como tropas de “salvación” para impedir que sus hermanos de clase del continente negro se subleven indignados apoyando a las masas haitianas.
De esta verdadera cortina de humo se han hecho sus principales voceros la “boliburguesía”, los esclavistas del PC Chino y la burocracia castrista, ahora todos juntos en su V Internacional, y también los renegados del trotskismo, que aunque quieran cubrirse con fraseología de “izquierda”, no hacen más que reproducirla para echarle tierra a los ojos a la clase obrera.

¡Abajo la farsa de la “ayuda humanitaria” en manos de los carniceros imperialistas invasores y de las direcciones contrarrevolucionarias del proletariado internacional!

La verdadera ayuda humanitaria para los explotados de Haití sólo puede venir de la clase obrera y sus organizaciones de lucha. ¡Hay que expulsar a las tropas invasoras; expropiar a los acaparadores y a los capitalistas; nacionalizar el comercio exterior y romper con el imperialismo; imponer un banco nacional único bajo control de los trabajadores, expropiando sin pago la banca privada! ¡Hay que expropiar todas las propiedades urbanas de la burguesía! ¡Hay que imponer un gobierno obrero y campesino basado en las masas autoorganizadas y armadas, en comités de abastecimiento, comités de reconstrucción, comités de trabajadores y comités de campesinos pobres que se tomen inmediatamente las tierras cultivables!
Este sería un primer paso y un verdadero shock eléctrico para las masas de toda Centroamérica y el Caribe, para que vuelvan a incendiarse Guadalupe, Martinica y México. Sería el puntapié para que vuelvan a ponerse en pie la Nicaragua y El Salvador insurrectos, como una avanzada en la lucha para expropiar a los expropiadores, con las masas haitianas poniéndose a la cabeza de la revolución continental como ya lo hicieran los esclavos a comienzos del siglo XIX. Pero esta vez será una rebelión de los esclavos modernos, contra los explotadores, contra sus direcciones que los ponen de rodillas y les impiden desarrollar toda su fuerza revolucionaria a nivel nacional y mundial.
La llave del triunfo de las masas haitianas la tiene la clase obrera norteamericana, que ayer con su lucha antiimperialista, con los inmigrantes hispanos a la cabeza, y junto a la heroica resistencia iraquí y afgana, pusieron en crisis al gobierno de Bush y al régimen de los “Republicratas”. Hoy la clase obrera debe romper con Obama y con las direcciones reformistas que la sometieron a este Bush tiznado que representa los mismos intereses del capital financiero, las petroleras, la industria de alta tecnología y el aparato industrial militar. Sólo así se volverá a poner en pie la marcha del millón de obreros contra la guerra y contra la ocupación militar de Haití, Irak y Afganistán.
Para que esto se haga realidad, la clase obrera necesita una voz valiente que llame a las cosas por su nombre. Lo primero que hay que decir es que fue la traidora AFL-CIO la que sometió a la clase obrera a la banda de parásitos de Bush y Cheney  y ahora las masas lo están pagando con 40 millones de hambrientos en Estados Unidos.
Fueron los que después la sometieron al continuador de la obra de Bush, el carnicero imperialista de Obama, y ahora se perdieron millones de puestos de trabajo y de viviendas, quedando cientos de miles de trabajadores viviendo con 3 dólares diarios, sin ningún tipo de atención médica y sus hijos sin poder acceder a la educación. Hoy la clase obrera norteamericana está igual o peor que sus hermanos de América Latina. Hace falta una voz valiente que llame a las cosas por su nombre y diga con claridad que el asesino Obama avaló la masacre sionista en Gaza con la operación “Plomo fundido”; que mantiene presos en Guantánamo y en las seiscientas cárceles clandestinas de la CIA a los luchadores antiimperialistas de Afganistán y Medio Oriente, y es el que al mando del régimen de los “Republicratas”, se apresta para mandar a la silla eléctrica a Mumia, un rehén de la clase obrera mundial en manos de las pandillas imperialistas. Hace falta una voz valiente que llame a la clase obrera norteamericana a romper con el Bush tiznado de Obama y con el régimen de los “Republicratas“, volviendo a poner en pie la Marcha del Millón de Obreros y paralizar nuevamente la maquinaria de guerra imperialista.

Con la ocupación de Haití, el imperialismo yanqui busca instalar una nueva base militar en el Caribe para masacrar a las masas y consumar la restauración capitalista en Cuba.
Los buitres imperialistas Franceses -tras el manto de la ONU y la “boliburguesía”- buscan ser parte de la reconstrucción de Haití y preservar sus intereses en el Caribe y América Latina.

Los macabros imperialistas, aprovechando la desgracia y los terribles padecimientos de las masas haitianas, se han apoderado de la mayor parte de los puntos estratégicos de Haití, montando este monstruoso operativo militar de las tropas de ocupación del carnicero Obama que, a no dudarlo, en los próximos días lo transformarán ya no sólo en un protectorado sembrado de esclavos hambrientos, sino en una nueva base militar yanqui en el Caribe. Es por eso que en lugar de repartir agua, medicamentos y alimentos a la población que deambula con el último aliento por las calles, se apresuran a terminar de desembarcar nuevos contingentes de marines, armados hasta los dientes de la IV flota del Comando Sur de EE.UU.
Lo que estamos presenciando no es más que un verdadero salto de la ofensiva del sanguinario imperialismo norteamericano, en su política de volver “a por todo” para recuperar su “patio trasero” latinoamericano. De esta manera, vestido de Obama, junto a las burguesías nativas, descarga un brutal ataque contra la clase obrera norteamericana y de toda Latinoamérica, luego de instalar 7 bases militares en Colombia; de asentar el sangriento golpe militar en Honduras fortaleciendo su base militar en este país y de modernizar su base militar en Guantánamo (Cuba). Así, contando además con la monstruosa base militar de la marina en Puerto Rico, el imperialismo yanqui ha concentrado ya  un enorme poderío militar en Centroamérica y el Caribe, preparando nuevas masacres contra las masas, reasegurándose la ruta del petróleo proveniente de Venezuela para la costa este norteamericana y el control del contrabando de armas y el narcotráfico. Este es el operativo contrarrevolucionario de los piratas yanquis, cuya parte central es la consumación de la restauración capitalista en Cuba. Es que necesitan aplastar a la clase obrera continental, para sacarla de escena por todo un período histórico, lo que les dejaría las manos libres para ir a superiores ofensivas y aventuras militares a nivel mundial, para salir de la crisis.
Esta es la ofensiva de los “Republicratas”, con Obama al comando del estado mayor del imperialismo yanqui, para redoblar el ataque y derrotar los combates de la clase obrera y los campesinos pobres de México, Perú, Guadalupe y las Antillas, que vienen marcando el camino para reabrir la contraofensiva de masas en el continente.
Con la máscara de la “ayuda humanitaria” invaden Haití con miles de marines controlando las provisiones y medicinas, con la lentitud del socorro, están haciendo todo lo necesario para que mueran centenares de miles de explotados más, tal como lo han hecho durante el siglo pasado en Etiopía, El Congo, Sierra Leona, Zimbabwe y todo el continente negro africano.
Así en Haití, estos experimentados asesinos yanquis que vienen de masacrar al pueblo de Irak, Afganistán y Pakistán, ya se adueñaron de los puntos estratégicos de la capital, quedando para Francia y la Minustah el interior de la isla. Pretenden asegurarse así una enorme fuerza para volver a masacrar al martirizado pueblo explotado haitiano, para impedir que este se rebele –como ya lo ha hecho a lo largo de la historia expulsando al invasor- y con métodos de guerra civil tome la solución de sus penurias en sus propias manos, y abra el camino para instaurar una nueva República Obrera y Campesina en el Caribe.
Es por ello que los carniceros imperialistas franceses -en una carrera contrarreloj- pretenden reposicionarse tras el escudo de la ONU, utilizando a las burguesías “bolivarianas” (y apoyados en toda la V Internacional encabezada por Chávez, los mandarines rojos del PC chino y Castro, sostenida por “izquierda” por los renegados del trotskismo), para en primer lugar encubrir la ocupación y los nuevos crímenes que las fuerzas invasoras están cometiendo, mientras piden “más ayuda humanitaria”. Y en segundo lugar, con su cacareo contra “el desmedido envío de soldados yanquis por fuera de las resoluciones de la ONU”, encubren las disputas -no sólo por la reconstrucción de Haití- sino también por el derecho a utilizar la mano de obra esclava haitiana, la tajada en los negocios del contrabando y el narcotráfico, para reforzar su presencia en el Caribe con sus colonias en Guadalupe, Martinica, Guyana, etc., y en defensa de los intereses del imperialismo francés, holandés, español y demás buitres europeos en toda América Latina.
El no menos asesino imperialismo francés no se resigna a ser desplazado de los millonarios negocios de la reconstrucción, ni mucho menos perder definitivamente el control de sus viejas colonias en el Caribe, y tampoco ceder sus negocios en el resto del continente. Francia no sólo patrocina la conferencia de negocios en Montreal, sino también, con la careta de la ONU, exige el derecho a desembarcar 10 mil nuevos “cascos azules” propios, disfrazados con la Minustah para respaldar la disputa por su respectiva tajada de los rentables negocios como lo vienen de hacer en Afganistán, en Irak, en el Líbano y en Palestina.
La crisis económica mundial empuja cada vez mas a todos los parásitos imperialistas -yanquis, franceses, japoneses, alemanes, españoles, etc.- a disputarse las zonas de influencia, calculando los jugosos negocios que realizarán con la reconstrucción de Haití, para lo cual se han reunido en una Conferencia el 25 de enero, en Montreal, Canadá, y preparan otra para marzo. Luego de reunir a los cipayos Leonel Fernández, presidente dominicano, junto al haitiano Preval, el “títere” de Obama, para poner en pie un “comité de coordinación de las ayudas para la reconstrucción de Haití” que funcionará en República Dominicana y estará integrado por la Comunidad del Caribe (CARICOM), la ONU, la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), más las potencias europeas, el imperialismo yanqui y otros países como Canadá, Brasil y México.
La clase obrera norteamericana, latinoamericana y mundial debe ponerse nuevamente de pie para impedir que esta ofensiva de los carniceros imperialistas sea una nueva derrota para las masas explotadas del mundo. Es necesario poner en pié al proletariado de todo el continente, comenzando por el Local 10 de los portuarios de Oakland y los obreros y campesinos de Cuba, para que Haití y Centroamérica sean un nuevo Vietnam para los carniceros imperialistas, en primer lugar, para los yanquis y franceses.
¡Fuera las bases militares imperialistas de Puerto Rico, Guantánamo, Honduras, Colombia, la Guayana Francesa y Malvinas! ¡Por la derrota militar de las tropas imperialistas invasoras del carnicero Obama, de los carniceros imperialistas franceses y de la ONU-Minustah en Haití! ¡Abajo la Conferencia de Montreal de los buitres imperialistas y sus lacayos!

La ocupación militar de Haití es una amenaza directa contra las conquistas de la revolución cubana. ¡Abajo la burocracia castrista restauracionista! ¡Brigadas internacionales de la clase obrera y los campesinos de Cuba y toda América Latina para combatir contra la ocupación militar de Haití!

La clase obrera y los campesinos cubanos deben ver como propio el martirio de sus hermanos haitianos. ¡Esta quizás sea la última advertencia! Si los parásitos imperialistas terminan de asentar su ocupación militar, con la complicidad de la burocracia castrista, que desde el 2004 apoyó a las tropas de ocupación de la Minustah en Haití y ahora abrió su espacio aéreo a la “US Air Force”, Cuba será el próximo objetivo inmediato de la ofensiva del imperialismo yanqui en el continente, para consumar la restauración capitalista en la isla.
La burocracia castrista ha atado su suerte a las multinacionales como Monsanto (en los negocios de los biocombustibles); al imperialismo español y francés en el negocio de la hotelería y el turismo; a la Repsol y la Totalfina en la extracción de petróleo en el Caribe; al imperialismo francés en la explotación del níquel, y no a la revolución Argentina de 2001 y la Boliviana de 2003.2005 –revoluciones que Castro y la burocracia restauracionista estrangularon, como parte del accionar del Foro Social Mundial-, ni a la irrupción revolucionaria que recientemente protagonizaron las masas en Guadalupe, Martinica, Perú y México; y de ninguna manera ha atado su suerte a la de las martirizadas masas haitianas.
Es esa burocracia la que sobre la base de la derrota de la revolución centroamericana -y de todo el continente- pudo avanzar con su ofensiva restauracionista imponiendo superiores padecimientos al propio pueblo cubano, con la privatización de ciertos sectores de la economía, como el turismo, la hotelería y el níquel; con el racionamiento de las cartillas de abastecimiento; con salarios de 18 dólares para la gran mayoría de los obreros, salud privilegiada para los funcionarios, sus familias, para los extranjeros y un puñado de “nuevos” ricos, base social para la restauración capitalista, ¡y mayores penurias para el conjunto de la clase obrera!
Es esa burocracia restauracionista la que en caso de asentarse la ocupación militar yanqui en Haití, estará en mejores condiciones para consumar la restauración capitalista. Quieren a Cuba nuevamente como una maquiladora y prostíbulo a cielo abierto de EE.UU., con los funcionarios de la burocracia que terminarán deviniendo en una nueva burguesía explotadora y opresora de su propio pueblo, a cuenta de los parásitos imperialistas, arrancando a la clase obrera cubana hasta la última de las conquistas de su revolución.
Ahora, con un reservorio de mano de obra esclava de millones de hambrientos en Haití -a sólo 80 kilómetros de Cuba- la burocracia castrista sigue los pasos de los Yeltsin y los Putin, los Hu Jintao y los dirigentes del Partido Comunista Chino que hoy, como lacayos de las trasnacionales, verdaderos administradores de obreros esclavizados, compran materias primas y commoditties a precios históricos record en el mercado mundial, para garantizarle a los monopolios imperialistas su producción con materias primas subsidiadas por el estado.

Es por eso que es indispensable para la clase obrera y el campesinado cubano, para su propia supervivencia, romper  con la burocracia castrista restauracionista, que hoy, desde la V Internacional, continúa la política de colaboración de clases que impuso desde el Foro Social Mundial, y se apresta a restaurar el capitalismo en Cuba. Ayer tuvieron que derrotar la revolución en el Caribe y el continente, para defender sus privilegios, para que la revolución que sacudía el continente americano no se transforme en una revolución política al interior del estado obrero cubano en descomposición, con la clase obrera poniendo en pie sus organismos armados de autodeterminación para derrocar a la burocracia restauracionista. Y hoy es de vida o muerte para ellos imponer nuevas derrotas a las masas en el continente -y en particular en el Caribe- para garantizar el salto final hacia la restauración y liquidar al único vestigio de estado obrero en el continente.
Las tareas de la defensa de las conquistas de la revolución cubana están soldadas al combate contra la ofensiva del imperialismo en Haití, enfrentando a la burocracia castrista restauracionista y su apoyo a la invasión y al aplastamiento de las masas haitianas. La lucha contra el imperialismo está indisolublemente atada a la revolución política en Cuba.
¡Abajo la restauración capitalista! ¡Abajo el régimen restaurador del capitalismo y la burocracia castrista! ¡Por el triunfo de la revolución política para salvar al estado obrero en descomposición de la catástrofe de la restauración capitalista! ¡Abajo la política internacional contrarrevolucionaria de la burocracia restauracionista, estranguladora de la lucha revolucionaria y antiimperialista de la clase obrera y los explotados de América Latina! ¡Por consejos armados de obreros, campesinos y soldados, que derroquen a la burocracia restauracionista y pongan a Cuba como un eslabón de la revolución latinoamericana y mundial! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Centro y Sud América!

En este combate es de extrema urgencia que se rebelen la clase obrera y los estudiantes combativos de Cuba, en apoyo a sus hermanos haitianos y por la expulsión de las tropas imperialistas. Esta tarea no sólo es de emergencia para el martirizado pueblo de Haití, sino también en defensa propia.
La clase obrera y el pueblo cubano tienen en sus manos la autoridad para hacer un llamamiento a los trabajadores y a los explotados de América Latina y a todas las organizaciones de lucha del continente, a poner en pie milicias obreras y campesinas desde Alaska a Tierra del Fuego, y en primer lugar en la misma Cuba, para marchar a Haití a derrotar y expulsar al invasor imperialista y sus lacayos. Ese es el camino más corto para derrotar a la burocracia castrista y para garantizar agua, alimentos y medicinas para nuestros hermanos haitianos.
¡Ningún permiso a los carniceros yanquis para que utilicen el espacio aéreo cubano! ¡Por el aplastamiento de las tropas yanquis en Guantánamo! ¡Por la inmediata liberación de los combatientes antiimperialistas presos en Guantánamo!

Para que nuestros hermanos explotados haitianos vivan, ¡las tropas de ocupación imperialistas y sus lacayos de la ONU-Minustah deben ser derrotadas y expulsadas!
Para reconstruir Haití, para que haya pan, agua, medicamentos, viviendas, hospitales, escuelas y trabajo con salarios dignos: ¡hay que expropiar a los expropiadores en Haití, República Dominicana, México, todo el Caribe y Centroamérica y fundamentalmente en EE.UU. y Canadá!

La mejor ayuda a nuestros hermanos de Haití comienza por repudiar el cinismo y la hipocresía que patrocinan los mismos asesinos imperialistas invasores yanquis y franceses con la ONU, la OEA y el CARICOM (comunidad del Caribe), donde el cínico de Obama les solicitó a los carniceros y ex presidentes yanquis Clinton y Bush, que organicen el “Clinton/Bush Haití Fund” para coordinar la ayuda humanitaria en Haití.
Hay que romper la subordinación de las organizaciones obreras a Obama y las burguesías “bolivarianas”. Sólo así, la clase obrera y los explotados, rebelándose y conquistando su armamento generalizado, podrán expulsar a las tropas imperialistas invasoras de EE.UU., Canadá y Francia con sus lacayos de la Minustah, destruir el estado colonial, unirse con sus hermanos de República Dominicana, y con una insurrección triunfante federarse bajo un gobierno provisional de las organizaciones obreras y campesinas armadas.
Hay que poner en pie comités armados de obreros y el pueblo para derrotar a las tropas invasoras en Haití, expropiar a los expropiadores y que Haití y República Dominicana sean una nueva República Obrera y Campesina. En el camino de generalizar la revolución en toda la región y fundamentalmente conseguir que penetre y se abra la revolución proletaria en EE.UU. Este es el único camino para garantizar el pan, el agua, medicamentos, vivienda y en definitiva… reconstruir Haití sobre bases sólidas, antisísmicas, que solo el proletariado puede garantizar.
La ocupación militar es una verdadera guerra contra las masas haitianas -que acaban de sufrir un terremoto- para frenar e impedir que se desarrolle la revuelta por el pan y se transforme en una insurrección armada de los explotados que derrote militarmente y expulse a las tropas invasoras; y para impedir que los explotados tomen la resolución de sus problemas en sus propias manos, como lo hicieron ayer contra los genocidas Duvalier -“Papá” y “Baby Doc”. ¡Armamento generalizado de los trabajadores y el pueblo pobre organizado en milicia obrera y campesina para derrotar y echar a las tropas del imperialismo yanqui, canadiense y francés y a todas las tropas de la ONU-Minustah asesinas del pueblo!
Ante la catástrofe, es sagrado el derecho de los explotados para conquistar el pan, el agua, los medicamentos y vivienda para ellos y sus hijos: ¡Confiscación inmediata de todos los depósitos de alimentos, los almacenes controlados por los marines yanquis y la Minustah, y los grandes supermercados y tiendas bajo control de comités armados de abastecimiento de los trabajadores y del pueblo pobre, comités de reconstrucción, comités de trabajadores y comités de campesinos pobres que se tomen inmediatamente las tierras cultivables, para que todo el pueblo explotado pueda comer!
¡Expropiación sin pago de los ingenios azucareros, las maquilas ensambladoras de las zonas francas para ponerlas a producir bajo control de los trabajadores armados, al servicio de los explotados!
¡Por la nacionalización del comercio exterior! ¡Por un banco nacional único bajo control de los trabajadores, expropiando sin pago la banca privada! ¡Hay que expropiar todas las propiedades urbanas de la burguesía!
¡Ruptura con el FMI y el BM! ¡No al pago de la deuda externa!

Las organizaciones obreras de la República Dominicana tienen que levantarse con este programa como un grito de guerra en apoyo a sus hermanos de clase de Haití, empezando por abrir incondicionalmente la frontera artificial entre esos dos pequeños países, poniéndose al frente del combate, en la lucha por expulsar a las tropas colonialistas invasoras, como parte de su combate por derrotar al gobierno pro imperialista de Leonel Fernández, para conquistar una Federación Obrera y Campesina de Haití y Dominicana, bajo un gobierno obrero y campesino basado en los organismos de lucha y en el armamento de las masas, en el camino de conquistar los Estados Unidos Socialistas del Caribe, Centro y Sudamérica.
Sólo así se podrá expulsar definitivamente al imperialismo de Haití y terminar con el saqueo, la expoliación y las terribles penurias de las masas explotadas de toda la isla La Española.

Lo que necesitan nuestros hermanos de clase en Haití es romper el aislamiento, pues como nación en sí misma no tiene solución, no sólo por compartir la isla con República Dominicana separadas por una frontera artificial, impuesta por los viejos imperialismos español y francés, sino también, porque en la actualidad, si se mantiene aislada lo que le espera es el infierno de una base militar, en un nuevo enclave imperialista peor que la cárcel de Guantánamo.
Por eso, para que haya pan, medicamentos, agua, trabajo, vivienda hay que volver a poner de pie a los explotados de la Guadalupe y Martinica insurrectas, a la lucha del proletariado mexicano que por miles vienen de paralizar la capital y marchar por las calles en el Zócalo, con el sindicato de electricistas a la cabeza. Y que la comuna de Oaxaca vuelva a ponerse de pie; que vuelvan a sublevarse los trabajadores hondureños contra el golpe contrarrevolucionario en Honduras, pero esta vez sin ninguna atadura al canalla y cobarde bolivariano de Zelaya. Y fundamentalmente que la clase obrera norteamericana rompa su subordinación al Bush tiznado de Obama, para que se vuelvan a levantar los millones de inmigrantes, que vuelva a ponerse en pie la Marcha del Millón de obreros contra la guerra para que, junto al Local 10 del ILWU de los portuarios Oakland, paralicen la maquinaria de guerra imperialista en Irak, Afganistán y Haití, entrando en maniobras de lucha política de masas contra el gobierno de Obama y el régimen asesino de los "Republicratas".
La verdadera ayuda humanitaria sólo la puede garantizar la clase obrera y sus organizaciones a nivel internacional, para hacer efectivo el envío de alimentos, medicamentos, ropa y armas, y que mientras se paralizan los puertos y los aeropuertos boicoteando la maquinaria de guerra de los imperialismos yanqui y francés, se garantice el transporte y la entrega de dicha ayuda humanitaria. Esta ayuda humanitaria debe salir de las ganancias millonarias de las transnacionales y de la banca usurera imperialista, que vienen de robarse fortunas en Wall Street. ¡Por eso se vuelve indispensable organizar brigadas obreras internacionalistas de médicos, socorristas y combatientes, desde los sindicatos de EE.UU. y América Latina para ayudar a las masas haitianas y dominicanas a sacarse de encima a los marines asesinos! ¡Hay que transformar al territorio de Haití en un punto de partida de la revolución del Caribe y Centroamérica, como fuera la revolución cubana después de derrotar a las tropas norteamericanas en Bahía de los Cochinos! ¡Hay que poner de pie a la clase obrera norteamericana con su vanguardia los obreros inmigrantes! ¡Basta de expulsar a los inmigrantes de EE.UU.! ¡Abajo el muro del oprobio de la frontera sur de EE.UU. con México!
¡Fuera las tropas gurkas del imperialismo mandadas por los gobiernos cipayos de Brasil, Venezuela, Bolivia, Argentina, Chile, Colombia, a masacrar a nuestros hermanos haitianos! ¡Por un combate unificado de la clase obrera y los explotados de América Latina en apoyo a los trabajadores y el pueblo de Haití!

¡La clase obrera de los países imperialistas, sobre todo de EE.UU. y Francia, esencialmente su vanguardia, los inmigrantes latinos que ya rondan los 45 millones -donde hay 1,5 millones de haitianos- en el caso de EE.UU., como los argelinos, marfileños, palestinos, turcos, etc., en el caso de Francia, tienen en sus manos el poder de derrotar esta nueva aventura colonial de sus propias burguesías imperialistas, poniéndose en pie de guerra con sus métodos de clase, para obligar al retiro inmediato de todas las tropas imperialistas de Haití!
Así, rompiendo con su subordinación a Sarkozy, a Obama y a sus propias burguesías imperialistas, impuesta por la aristocracia, la burocracia obrera y las direcciones reformistas, la clase obrera de los países imperialistas podrá unir sus filas, en primer lugar con el verdadero corazón de los explotados: la clase obrera inmigrante. Sólo así podrá marchar al enfrentamiento directo contra sus propias burguesías, regímenes y gobiernos imperialistas, abriendo el camino de una contraofensiva de masas a nivel mundial.

Los renegados del Trotskismo -con el ELAC a la cabeza- sostienen por “izquierda” los pactos contrarrevolucionarios de las burguesías nativas con el imperialismo, para garantizar la expropiación de la lucha revolucionaria y antiimperialista de las masas

Con los renegados del trotskismo de la LIT/PSTU a la cabeza surge a mediados del 2008, el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de trabajadores (ELAC) integrado por la Conlutas de Brasil; la Central Obrera de Bolivia (COB); Batay Ouvriye de Haití; el Local 10 del ILWU de los portuarios de Oakland (EE.UU.);  la C-CURA venezolana, que dirige la UNT de Venezuela; la Tendencia Clasista y Combativa (TCC) de Uruguay y organizaciones obreras de 21 países de todo el continente, pusieron a los millones de obreros de las organizaciones que dirigen e influencian, para centralizar sus fuerzas para impedir que el ala izquierda del proletariado enfrente a los gobiernos burgueses del continente, encabezados hoy por antiguos fundadores del Foro Social Mundial. Así los sometieron a los Lula, Chávez, Morales, Correa, etc.- que hoy son los encargados de atacar a la clase obrera, reprimirla y asesinarla, de hambrear a sus familias y encarcelar a sus mejores luchadores. ¡Paralelamente en EEUU hicieron lo mismo, ayudando a someter al ala izquierda del proletariado norteamericano a los pies de los carniceros del partido Demócrata, para que vestidos de Obama, pongan en pié un nuevo estado mayor, para que el régimen de los “Republicratas” salga de la crisis y vuelvan a por todo para recuperar su patio trasero latinoamericano!  
Desde el ELAC, con la cobertura “trotskista” brindada por la LIT y el PSTU y su Conlutas, represtigiaron a la dirección colaboracionista de la COB para que ésta subordine a la clase obrera al gobierno de Morales, que reprimió a los mineros combativos de Huanuni y pactó con la burguesía de la Media Luna, fortaleciendo al fascismo controlando la mitad de Bolivia. Y mientras decenas de obreros y campesinos eran masacrados por las bandas fascistas, durante la asonada de octubre de 2008, la dirección colaboracionista de la COB, apoyada por todo el ELAC -con los renegados del trotskismo de la LIT a la cabeza- se negaron a impulsar la formación de milicias obreras y campesinas para aplastar el alzamiento fascista y le “exigieron” a Morales ¡que saque el ejército a las calles para garantizar la “democracia“, de la mano de la casta de oficiales asesina!
Fueron las direcciones del ELAC quienes sostuvieron a la burocracia traidora de la AFL-CIO y a las corrientes reformistas en EE.UU.,  que  desincronizaron el combate de la clase obrera norteamericana -que se levantaba contra la guerra en Irak y Afganistán-, mientras millones de trabajadores inmigrantes ganaban las calles en lucha por sus derechos, que tendía a unificarse con el combate de las masas iraquíes y de todo Medio Oriente, quienes con su heroica resistencia empantanaron al imperialismo yanqui, dejando en crisis al gobierno de Bush.
Estas direcciones disolvieron la Marcha del Millón de Obreros y sometieron a la vanguardia obrera, los portuarios de Oakland del Local 10 del ILWU, para desarmar sus piquetes y sus paros que venían de paralizar la maquinaria de guerra yanqui en los puertos de la bahía de San Francisco. Desde el ELAC colaboraron así para estrangular el despertar del proletariado norteamericano, para ponerlos a los pies del Partido Demócrata, y luego de rodillas ante el carnicero Obama, que con la crisis impuso el despido de 7 millones de trabajadores y 40 millones viven de los vales de comida.
Al mismo tiempo que se ponía en pié el ELAC en Brasil, en Colombia se producía la liberación de Betancourt y demás prisioneros por parte del ejército de Uribe-Bush que masacra a la resistencia colombiana, después que ésta fuera entregada, por Castro, Chávez y Correa, con el sostén del Foro Social Mundial y las burguesías cipayas del continente. Desde el ELAC se negaron a impulsar la única moción verdaderamente internacionalista de solidaridad con la resistencia colombiana: ¡Desmilitarización plena e inmediata de las fronteras entre Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú y Brasil! ¡Que todas las organizaciones obreras de esos países rompan con la burguesía y pongan todas sus fuerzas al servicio de abastecer a la resistencia contra el fascista Uribe!
En Honduras ante el golpe pro yanqui de Micheletti, desde el ELAC, con su política de “restitución incondicional de Zelaya”, subordinaron a las masas obreras y campesinas combativas al “frente democrático” de la burguesía “bolivariana”, quien lejos de “defender la democracia” terminó pactando con los golpistas mientras las calles de Tegucigalpa se manchaban de sangre obrera y campesina.
¡Abajo los pactos contrarrevolucionarios de las burguesías “bolivarianas” y el imperialismo, sostenidos por los renegados del trotskismo!
En Brasil, el ELAC, con la Conlutas a la cabeza, garantizaron en medio de la crisis -con mas de un millón de obreros despedidos- que los batallones combativos del proletariado mas concentrado de Latinoamérica no se enfrenten el “Pacto de Acción Sindical”, de todas las centrales de burocracia sindical pelega con el gobierno de Lula, que impusieron la “paz social” al proletariado brasileño para que los monopolios súperexploten a los trabajadores y rompan los record de ganancias en su historia. Esta fue la misma política que le impusieron a la clase obrera argentina todas las corrientes de la izquierda reformista, que llevaron a la derrota todas las luchas del ala izquierda del proletariado, poniéndolas a los pies de las instituciones del régimen burgués y garantizando la “paz social”.
Y hoy -como si esto fuera poco- existiendo una de sus organizaciones fundadoras del ELAC en Haití, Batay Ouvriye, lo único que hizo y hace el ELAC, es suplicarle a los carniceros de la ONU y sus lacayos de las burguesías nativas latinoamericanas, que retiren las tropas, ¡las mismas que ocupan Haití desde 2004! ¡Y más ayuda humanitaria! Se han negado a enfrentar al gobierno asesino de Lula, desde la Conlutas; desde la COB contra Morales; desde la UNT contra Chávez, con los métodos de la clase obrera, con paros, piquetes, bloqueos, etc., para imponer el retiro de las tropas asesinas de los bolivarianos al servicio de la ONU en Haití, que masacran a cuenta del imperialismo. 

¡Moción de emergencia a todas las organizaciones obreras y campesinas combativas del continente!

¡Que las direcciones del ELAC rompan con la burguesía y lancen un llamado de emergencia,
para que la clase obrera del continente se ponga en pie de guerra y entre al combate
para socorrer a las martirizadas masas haitianas!

¡Basta de peticiones a los gobiernos cipayos
que tienen las manos manchadas con la sangre de los explotados haitianos!
¡Basta de “ayudas humanitarias” que chantajean y tratan como mendigos a nuestros hermanos de clase!
¡Basta de disciplinar a las organizaciones obreras a la burguesía país por país!

¡Que las direcciones del ELAC rompan con la burguesía y lancen de inmediato un llamado de emergencia, un verdadero grito de guerra desde las organizaciones que se agrupan en el ELAC, encabezadas en primer lugar por Batay Ouvriye de Haití y el Local 10 del ILWU de los portuarios de Oakland (EE.UU.); la CONLUTAS de Brasil, dirigida por el PSTU/LIT; la Central Obrera Boliviana (COB); la C-Cura de Venezuela, la corriente sindical dirigida por la UIT que hoy encabeza la UNT venezolana; la Tendencia Clasista y Combativa (TCC) de Uruguay y del resto de las organizaciones de 21 países de todo el continente!
¡Que la dirección del ELAC rompa con la burguesía y convoque de inmediato a un Congreso Internacional de emergencia, para lanzar una moción urgente a todas las organizaciones obreras del continente para llamar a impulsar un plan de lucha y conquistar la Huelga General continental, derrotando la política colaboracionista de las burocracias sindicales del continente!
¡Rompan con la burguesía y pongan todas las fuerzas de las organizaciones obreras que dirigen e influencian en el continente, comenzando por Batay Ouvriye de Haití y el Local 10 del ILWU de los portuarios de Oakland (EE.UU.), para que estas organizaciones llamen, junto a la COB, la Conlutas, la UNT, etc., a organizar brigadas obreras internacionalistas de médicos, socorristas y combatientes, para acudir en la ayuda de las masas de Haití y Dominicana para derrotar a los invasores imperialistas y expulsarlos de la isla.
¡Qué el ELAC rompa con la burguesía y que desde el Local 10 del ILWU de los portuarios de Oakland (EE.UU.), garanticen que llegue toda el agua y la comida, las medicinas y el equipamiento médico que nuestros hermanos de clase necesitan, llamando a luchar por la expropiación sin pago y bajo control obrero de todos los monopolios imperialistas de la alimentación, los grandes laboratorios y la industria de alta tecnología médica en todo el continente! ¡Que desde el Local 10 del ILWU llamen al paro y nuevamente a poner en pie los piquetes de huelga, de los portuarios de Oakland y la Marcha del Millón de Obreros contra la guerra, para paralizar la maquinaria de guerra imperialista al interior de la bestia!
¡Que el ELAC rompa con la burguesía y junto a Batay Ouvriye en Haití, impulse la confiscación inmediata de todos los depósitos de alimentos, los almacenes controlados por los marines yanquis y la Minustah, los grandes supermercados y tiendas, bajo control de comités armados de abastecimiento de los trabajadores y del pueblo pobre, comités de reconstrucción y comités de trabajadores y campesinos pobres que se tomen inmediatamente las tierras cultivables, para que todo el pueblo explotado pueda comer!
¡Que el ELAC rompa con la burguesía y llame a organizar en Puerto Príncipe, en Haití y Dominicana, milicias obreras y campesinas armadas para defenderse de la agresión imperialista, y para derrotar y expulsar a las tropas de ocupación! ¡Que el ELAC y Batay Ouvriye rompan con la burguesía y  convoquen a poner en pié un gobierno provisional obrero y campesino, apoyado en los comités de base armados!  

28/01/10
Secretariado de Coordinación Internacional de la FLTI

 


¡La clase obrera mundial de pie junto a los obreros africanos atacados por los fascistas en Italia!

¡Hay que imponer el frente único de las organizaciones obreras para poner en pie los comités de autodefensa y aplastar a las bandas fascistas de Berlusconi, la Camorra, la Olivetti, el Vaticano y el capital financiero imperialista!

¡Viva la rebelión de los obreros inmigrantes africanos en Italia!

¡Marchemos en todo el mundo a las embajadas de Italia para enfrentar el brutal ataque fascista contra nuestros hermanos de clase inmigrantes de color!

El 8 de enero, centenares de obreros inmigrantes y jóvenes temporeros africanos protagonizaron una revuelta en Rosarno (Calabria) enfrentando las fuerzas represivas de la Italia imperialista. La rebelión comenzó en respuesta al ataque de dos matones fascistas que tiraron con pistolas de aire comprimido hiriendo a dos obreros agrícolas temporeros: un nigeriano sin documentos y un refugiado político originario de Togo. Al día siguiente, miles y miles de obreros inmigrantes africanos marcharon hacia la casa de los líderes de la mafia para cobrar venganza. Ante la revuelta, la policía y los paramilitares del estado italiano intervinieron en defensa de las mafias fascistas protegiéndolos de la furia de los obreros movilizados.
La rica zona agrícola de la Piana (llanura) de Rosarno, al norte de Reggio Calabria, está dominada por empresas vinculadas a la “Ndrangheta”, una poderosa mafia fascista. Los más de 3.000 trabajadores que de esa región viven en condiciones inhumanas, en silos o fábricas abandonadas, sin baños ni camas, y son reclutados cada día, a cambio de una comisión, por los capataces de las 'ndrine, las bandas mafiosas dueñas de la tierra. Este ataque no es una excepción, hace dos años atrás los obreros inmigrantes africanos se enfrentaron a la Camorra tras el asesinato a tiros de varios de sus compañeros en Rosarno, y poco después, en Castelvolturno (Campania). Estas mafias son la fuerza armada del gran capital financiero que, solventados también por el Vaticano y la iglesia, esa vieja zorra esclavista encargada del tráfico de esclavos de África hacia América desde el siglo XVI, es usada contra los obreros africanos que levantan las cosechas de los campos de la mafia burguesa de Calabria.
¡Viva la rebelión de los obreros inmigrantes africanos en Italia! ¡Hay que imponer la huelga general y organizar la milicia obrera para aplastar al fascismo organizado por la Camorra, la Olivetti, el Vaticano y el gran capital financiero internacional! ¡Abajo la burocracia sindical de la CGIL que deja a los inmigrantes por fuera de los sindicatos! ¡Fuera la aristocracia y burocracia obrera!
Durante los años noventa, centenares de miles de obreros de color huyeron del África ensangrentada transformada en reservorio de mano de obra esclava y se dirigieron hacia los países de Europa. Los obreros inmigrantes en Italia y Europa proceden en gran parte de África central y del Magreb, y casi todos han llegado a Italia en barcones a través de la isla siciliana de Lampedusa. De Ghana, Senegal, Togo, Sudán, Marruecos, Costa de Marfil, Mauritania, Nigeria, Congo, son los obreros que, súperexplotados sostuvieron el ciclo de expansión de la burguesía imperialista europea en 2002-2006 haciendo los peores y más duros trabajos. Hoy frente al crack, la profundización de la crisis mundial, y luego de haber sido exprimidos hasta la última gota de sudor y de sangre por los patrones imperialistas, franceses, alemanes e Italianos; son desechados, expulsados en masa y, como en Italia, atacados por sus bandas fascistas.
El fascismo hoy levanta cabeza gracias a las direcciones reformistas de la clase obrera, de la burocracia y aristocracia obrera y los partidos reformistas. Es gracias al accionar de esas direcciones, que con su política de colaboración de clases hicieron retroceder los combates de los obreros y la juventud en Gracia y su grito “chispa en Atenas, incendio en Paris, la insurrección que viene”; las ocupaciones de fábricas en Francia y la rebelión de la juventud obrera en las cites al grito de “Todas las noches haremos de París una Bagdad”; las huelgas en Bélgica y el este europeo; cercaron a la revolución en Madagascar, la vanguardia de la lucha antiimperialista de toda África; organizaron las huelgas reaccionarias de la aristocracia obrera que como en Inglaterra planteaban “trabajo ingles para los ingleses” mientras impusieron con la AFL-CIO la política de “reparto de despidos, suspensiones y rebaja salarial” para que la crisis la paguen los trabajadores. Toda esta política que sacó por el momento de escena a la clase obrera de los países imperialistas que amenazaba en responder con revolución a la bancarrota capitalista, fue sostenida por izquierda por los “Nuevos Partidos Anticapitalistas” y los renegados del trotskismo a nivel internacional que, como en Francia impidieron que la rebelión de las colonias francesas en Las Antillas, como Guadalupe y Martinica triunfen en su combate anticolonial y sean la cabecera del comienzo de la revolución en la Francia imperialista, mientras desorganizaron e impusieron la rendición de la oleada de ocupaciones de fábricas con tomas de rehenes que protagonizó el proletariado durante 2009 ¡Estas son las fuerzas que deben volver a ponerse de pie para aplastar al fascismo y al imperialismo!
Es tarea de toda la clase obrera mundial luchar por derrotar al fascismo que levanta cabeza contra nuestros hermanos de clase en Italia. Los obreros Italianos deben verse en el espejo de los obreros inmigrantes de color, puesto que, si no se aplasta al fascismo hoy, mañana correrán la misma suerte. Llegado su momento el fascismo no dudará en aplastar al conjunto de la clase obrera y sus organizaciones
¡Todos somos obreros temporarios africanos! ¡Son el corazón de la clase obrera europea junto a todos los inmigrantes latinoamericanos, de Medio Oriente, de Asia y de todas las naciones oprimidas del mundo!

¡Viva la rebelión de los obreros inmigrantes africanos en Italia! ¡Viva la clase obrera africana y su lucha! ¡Plenos derechos de residencia y de sindicalización para todos los trabajadores, inmigrantes y nativos!
¡Para aplastar al fascismo hay que derrotar al imperialismo! ¡Para acabar con el hambre, la superexplotación y la represión a los trabajadores inmigrantes y nativos hay que expropiar a los expropiadores que se robaron 90 billones de dólares, para que sean ellos los que paguen la crisis! ¡Hay que derrotar a los gobiernos y regímenes imperialistas que preparan nuevas masacres contra los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo! ¡Trabajo digno para todos! ¡Por la escala móvil de salarios y horas de trabajo, con un salario al nivel del costo de vida, y por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de las empresas imperialistas que cierren, suspendan o despidan!

¡Con los fascistas no se discute, se los derrota con la milicia obrera y la huelga general!

¡Por la unidad de la clase obrera europea en comités de autodefensa para aplastar al fascismo!

¡Abajo la burocracia sindical de la CGIL y de todas las centrales europeas que no organizan en los sindicatos a los obreros inmigrantes, dejándolos a merced de la patronal imperialista y sus bandas fascistas! ¡Fuera la burocracia carnera de todas las organizaciones obreras!

¡Rompamos el cerco para que se vuelva a poner de pie la revolución en Madagascar, en Guadalupe y Martinica! ¡Por la unidad internacional de la clase obrera! ¡Libertad inmediata a los inmigrantes presos en las cárceles de Obama! ¡Libertad a los presos de Guantánamo!  ¡Basta de persecución a los trabajadores inmigrantes! ¡Legalidad inmediata y plenos derechos para su sindicalización!

Con paros, piquetes y bloqueos: ¡Marchemos en todo el mundo a las embajadas Italianas para repudiar el brutal ataque contra nuestros hermanos de clase de color!