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14-03-2016

Una visión del plan contrarrevolucionario de Ginebra 3
desde la Siria ensangrentada

Corría la tarde noche del lunes 14 de marzo y la reunión en Ginebra se preparaba a dar un cierre a la revolución siria. A ésta asistió Obama, Putin, Arabia Saudita y los representantes tanto del régimen de Bashar como los de la famosa “oposición” con generales del ESL.
Ni bien terminaba esta negociación, el sicario Putin salió a decir públicamente que retiraba sus tropas del territorio sirio para promover una transición ordenada y “pacífica”. Pero, un momento, ¡¡¿¿de qué “tropas” habla Putin??!! ¡¡¿¿No se suponía que Rusia solo se limitaba a dar apoyo aéreo a Bashar??!! Bien, lo que las explotadas masas sirias venían denunciando hace más de 5 meses sin ser escuchadas ha salido a la luz. El ejército de Bashar cuenta con todo menos con sirios. Es un rejunte de mercenarios.

Al enterarse muchos de los jóvenes sirios que aún resisten y se niegan a dejar de defender las consignas que se gritaban al principio de la revolución, tomaron el mensaje de Putin como “un chiste de mal gusto”, llegando incluso a compararlo irónicamente con las ridículas apariciones públicas que hacían los generales basharistas al inicio de la revolución develando su deserción.

A pesar de lo que algunos podrían llegar a creer, muchos jóvenes y obreros sirios no ven nada bueno en esta noticia. Si bien es cierto que luego de una masacre que va por el 5° año mucha gente está exhausta, y se conformaría con tan solo poder dormir un día sin el zumbido de los aviones sobre sus cabezas, o con poder mandar a sus hijos a la escuela tranquilos, son conscientes que nunca un sicario puede salir a dar buenas noticias.
Muchos critican incluso el alto al fuego, y como ejemplo usan la siguiente comparación “si alguien se está muriendo de sed, y le escupen en la boca, ¿qué haría? Se tragará la escupida…” pues eso es el alto al fuego para muchos sirios, una escupida que se han tenido que tragar.

Un hombre de avanzada edad, trabajador de una fábrica de caños de agua decía: “… La revolución siria, no es solo siria, es mundial… por eso si solo resistimos aquí, jamás venceremos… los pueblos del mundo deberían ayudarnos… porque lo único que hemos visto que ha venido desde sus gobiernos es arroz, aceite vencido y algo de dátiles… sin embargo este régimen ha recibido millones de dólares en armamento sofisticado, soldados, dinero, impunidad, etc. es evidente que entre ellos se ayudan para derrotarnos… y es una lástima que entre nosotros no podamos hacerlo”.
Estas son sólo algunas reflexiones de aquellos sirios que dieron todo por defender la idea de conseguir una vida digna y una fuente de trabajo para tener pan para alimentar a sus hijos, en una tierra que flota sobre petróleo.

Las cartas parecen estar echadas. Hace unos días la Liga Árabe y los países del Golfo hicieron público que caracterizaban a Hezbollah como una organización terrorista. Al mismo tiempo drones estadounidenses aniquilaban a uno de los líderes más prodigiosos del Estado Islámico. Hoy mismo Turquía reanudó sus ataques contra los kurdos del norte de Irak y Siria en respuesta a un atentado que según fuentes turcas habría sido llevado a cabo por el PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos – Partido Comunista Kurdo) y las YPG sirias. Al mismo tiempo el sicario Putin hace pública su retirada.
Para el imperialismo sus perros cumplieron su labor de masacrar y someter a las masas revolucionarias de Siria, ahora quiere sacárselos de encima.

Los acuerdos para una transición parecen estar hechos. Hasta el momento es poco lo que se sabe de los pactos que se “cocinaron” hace unas horas en Ginebra, a lo largo de la semana el mundo se irá enterando un poco más.
Pero parecería que Obama como director de toda su orquesta, Putin, Bashar, Irán, Hezbollah, y también todas las otras naciones que apoyaron abiertamente a la “oposición siria”, con ésta última incluida, están de acuerdo que “la música” que hicieron sonar durante 5 años  ya fue suficiente como para romperle el tímpano a las masas rebeldes, aturdirlas y desorientarlas.
A pesar de esto, la crisis mundial se intensifica y la falta de una solución al problema del hambre es una solución que este sistema en decadencia jamás podrá ofrecer. Esta falta de solución es un aliado crucial de las masas sirias.
En el Líbano han irrumpido nuevamente las movilizaciones pidiendo la caída del régimen. En Yemen la resistencia no se ha dado por vencida. En Libia a pesar del duro golpe que han recibido las masas en Benghazi, se niegan a bajar los brazos. La última palabra no está dicha.

Corresponsal