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21 de marzo de2016

Una visión desde la Siria ensangrentada de la visita de Obama a Cuba y Argentina

¡El imperialismo va a por todo!!

Obama es recibido con "honores" en Cuba
El masacrador de los explotados desfila sobre una alfombra roja,
teñida con la sangre de medio millón de parias sirios.

            Alepo, la que fuera una vez la segunda ciudad más grande de Siria, donde habitaban más de 2 millones de personas hoy se encuentra bajo escombros. No solo eso, sino que los obreros que se niegan a dejar sus casas y que todavía resisten los ataques de un régimen asesino liderado por Bashar Al Assad, se encuentran hoy en día cercados y asediados.
Si volvemos un poco en el tiempo, hacia el 2011, recordaremos que fue la lucha por el pan y la libertad lo que motorizó las revoluciones y levantamientos que fueron desde Túnez, Egipto, Libia, Bahréin, Jordania, Arabia Saudita, Marruecos, Argelia, Yemen, y Siria. Por supuesto que fue contra el intento de esos gobiernos de imponerle a sus pueblos una feroz alza en el precio de los alimentos, una considerable baja en los salarios, y por supuesto una suba en la recolección de impuestos, para hacerle pagar a las masas la crisis mundial que se había iniciado en el 2008.
A pesar y en contra de las calumnias y las traiciones de las direcciones que se montaron por sobre las respuestas de los explotados a estas medidas de hambre y miseria que el imperialismo intentaba imponer, vía sus representantes en cada país, las masas lograron parcialmente una victoria, que duraría poco debido a la falta de una dirección revolucionaria.
Sin detenernos en cada detalle esa crisis de dirección ha llevado a que los explotados de esos pueblos, mediante la masacre, en pleno 2016, sufran hoy las medidas de ajuste que intentó imponer el imperialismo en 2011.En la cercada Siria los precios de los alimentos han subido casi un 600% desde antes de la revolución.
En Libia, cuando antes de la revolución con un dinar libio se compraban 40 bollitos de pan, hoy solo alcanza para comprar 4. Esta es la ecuación que demuestra perfectamente que los planes del imperialismo de aumentar los alimentos en un 400% a principio del 2011 solo pudo ser impuesta luego de 5 años de masacre, calumnia y traición a estos pueblos que dieron todo lo que tenían solo por defender a sus familias, para que estas no sean masacradas por haber osado levantarse contra regímenes autoritarios y hambreadores, reclamándole pan, paz y libertad.
Si hablamos de una baja de sueldos, bueno, vemos que tanto el euro como el dólar se han devaluado en un 300% aproximadamente tanto en Libia, como en Yemen y por supuesto en Siria. Donde antes un obrero obtenía en promedio alrededor de 200 dólares por mes, hoy ronda los 50 dólares, y en muchos casos ha bajado a 40 y hasta 30 dólares por mes, convirtiendo a estos obreros en mano de obra esclava. Esto es exactamente lo que el imperialismo necesita para mantener por un tiempo a este putrefacto sistema.

            Corrámonos un poco del eje de nuestro mapa y vayamos a Europa. Grecia que acompañó los levantamientos en el Magreb y Medio Oriente con su clase obrera explotada, sufre hoy uno de los peores momentos con una desocupación de 25% y en los jóvenes menores de 25 años es del 60%. Los planes de austeridad continúan siendo impuestos en un país gobernado por un gobierno de "izquierda".
La clase obrera francesa ha perdido una conquista enorme, la de las 36 horas de trabajo semanal, puesto que "el socialista" Hollande les ha impuesto las 46 horas de trabajo semanal, por el mismo sueldo.
Cruzando el Atlántico, la clase obrera estadounidense, no solo sufre la persecución policial y el gatillo fácil (en el caso de los obreros negros y de origen latino) sino que también hoy se encuentra trabajando por 4 o 5 dólares por hora. Al parecer el imperialismo con Obama a la cabeza cree tener la situación mundial bastante controlada.

            Con una Siria cercada militarmente, con un alto el fuego impuesto a fuego y sangre contra la aguerrida resistencia, con una clase obrera kurda dividida de sus aliados los obreros sirios y sometida a pactos país por país que le entregan su sangre y la de sus hijos a la burguesía kurda y a los jefes de potencias como Turquía.
Con un alto el fuego de igual modo en Yemen, y reuniones ultra secretas entre las fracciones burguesas que intentan montarse sobre los explotados, los obreros y campesinos en armas.
Con un Túnez y un Egipto militarizado hasta los dientes; con una Libia desgarrada por la partición, las guerras fratricidas y el hambre, intentando ser gobernada por un gobierno de unidad nacional impuesto por la ONU.
Con una Palestina masacrada a bombas y tiros, mientras jóvenes y obreros se defienden a punta de cuchillos. Con una clase obrera iraquí ensangrentada directamente por tropas imperialistas.
Con la clase obrera griega desocupada, con la clase obrera francesa sobrecargada, con la clase obrera estadounidense súper explotada. Con una Cuba entregada hace casi un año.
            Con este escenario es que Obama, pisoteando la sangre de millones de obreros del mundo, llega sonriente a Cuba y se prepara para su visita en Argentina.

            "El imperialismo va a por todo", dice un joven sirio mientras empuña su fusil en su guardia en la entrada de su pueblo, donde se auto organizan para hacer guardias y prevenir que las fuerzas mercenarias de Bashar (ni ninguno de los aparatos militares de las diferentes fracciones burguesas) entren y masacren a sus familias.
            "No pueden con nosotros militarmente, nos quieren hacer rendir por hambre", dice un joven libio mientras mira fijamente ese kalashnikov que se vio obligado a disparar para defender su vida y la de sus seres queridos.
            "Nos quieren hacer creer que nuestra revolución es el mayor error de nuestras vidas", coinciden ambos, aunque estén a miles de kilómetros de distancia. Y así, casi a coro y con una voz estrepitosa ambos afirman "jamás, jamás creeremos que nuestra revolución fue un error, y mil veces JAMÁS nos rendiremos".
Así terminan la charla, una charla que nunca se dio entre ellos, pero que este corresponsal se encargó de coordinar. Ellos terminan diciendo: "Si hoy nos unimos, podremos vencer mañana".

Corresponsal

 

 

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