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SIRIA - 17 de diciembre de 2019

Con Medio Oriente nuevamente en llamas, el imperialismo y sus petroleras concentran en Siria las fuerzas de la contrarrevolución para escarmentar a los explotados

¡IDLIB BAJO FUEGO!
HAY QUE PARAR EL GENOCIDIO EN SIRIA Y DETENER LOS BOMBARDEOS DE ASSAD Y PUTIN

La nueva ola revolucionaria que sacude Medio Oriente le plantea al imperialismo y a todos sus agentes, centralizados en Ginebra, que terminen de derrotar al último bastión de la resistencia que sigue de pie en Idlib.

El imperialismo apuesta a que se termine de diezmar a la resistencia y durante todo el mes de noviembre se han recrudecido los bombardeos que todos los días masacran a decenas de explotados, mujeres y niños, bajo las bombas de la aviación rusa y del perro Bashar.

El asedio contra la clase obrera en Siria se vuelve cada vez más feroz. El hambre se torna insoportable. La lira siria se ha devaluado tanto que el dólar está ahora en las 1000 liras, cuando solía estar alrededor de 50 al inicio de la revolución. Pero los trabajadores y explotados no tienen ni siquiera una lira para conseguir llevar unas piezas de pan y un poco de té a sus familias.
Los bombardeos aéreos sobre Idlib son cotidianos. Hace dos semanas, el fascista Putin bombardeó el campo  de refugiados localizado en la ciudad de Qah, en la frontera norte con Turquía, matando a decenas de niños y mujeres. Y desde entonces los ataques con misiles, artillería, bombas de barril se han multiplicado. Atacan los hospitales, los mercados de verduras (el centro comercial y social de las ciudades), zonas residenciales, dejando diariamente decenas de mártires bajo los escombros cada día. Así se vive en Maraat al Numaan y Kafranbel, que ya están casi reducidas a escombros, pero también en otras ciudades como Jarjanaz, Saraqeb, Haraki.

Además ya comienza a sentirse las enormes penurias en los campamentos de refugiados y en las regiones asediadas que traen consigo el invierno congelante y las lluvias. Miles de explotados y sus familias sufren la muerte por congelamiento y deben lidiar con inundaciones en las carpas de los campos de refugiados en las fronteras en medio del desierto, donde han quedado como parias desterrados muriendo de hambre, frío y pestes.

Para garantizar este siniestro plan que el imperialismo comanda desde Ginebra, Turquía sigue cerrando las fronteras, disparando y matando a todo explotado que intente cruzarla huyendo de los bombardeos, al tiempo que le abre paso a las tropas de Al Assad para que retomen el control de cada territorio. Mientras Turquía comanda al llamado Ejército Nacional Sirio que ha formado con los generales burgueses del ESL, que se cansaron de entregar todas las zonas liberadas a Al Assad y dejan totalmente indefensa a la resistencia en Idlib bajo el fuego de la contrarrevolución.

Estas son las tareas contrarrevolucionarias que cumple cada agente en Siria, definidas por el imperialismo y sus petroleras, a las que todos les cuidan sus intereses.

Pero, a pesar de esta semejante ofensiva, asedio, bombardeos, hambre, la resistencia en Idlib está de pie. Para disciplinarla el HTS se encarga diariamente de perseguirlos, encarcelarlos y someterlos.
Al HTS, la resistencia ya los identifica como sus entregadores. Los enfrenta y los denuncia en las calles y al mismo tiempo reconoce como su verdadero aliado a la clase obrera de Irak, Irán, Líbano, etc., levantando sus banderas en cada movilización.
La revolución que ha comenzado en Medio Oriente debe saldar cuentas con este genocidio, en ellas están las fuerzas para derrotar al imperialismo y su plan contrarrevolucionario en Siria, que si se asienta lo generalizará a toda la región. Pero no solo esto, si se impone el plan imperialista de forma definitiva en Siria se generalizará en las colonias y semicolonias, pero también sobre la clase obrera de las metrópolis, que pagará con sangre, sudor y lágrimas la ofensiva del imperialismo, como lo vemos en la Francia del Maastricht imperialista.
Este es el plan yanqui y de sus sicarios y agentes en Siria. Una nación partida y ocupada y un pueblo hambreado y martirizado.

Al Assad, Putin, Turquía, EEUU de conjunto avanzan en masacrar las últimas trincheras de la revolución en Idlib cercado. Cerco que, sin dudas, se garantizó con las calumnias lanzadas contra las masas sirias y su heroica revolución por parte de las direcciones traidoras de la clase obrera mundial. Las mismas que hoy se niegan a reconocer a la clase obrera iraquí que se toma los pozos de petróleo y hace temblar al régimen del protectorado yanqui en ese país.

Pero hoy todas sus calumnias se desploman cuando estallan nuevas acciones revolucionarias que destruyen con sus combates todas las farsas de estos sinvergüenzas.

Este rejunte de stalinistas, anarquistas, ex trotskistas, socialdemócratas varios lograron hasta hoy separar a la clase obrera mundial de las heroicas masas sirias, para que las fuerzas fascistas de Al Assad masacren a mansalva. Hoy los nuevos embates revolucionarios vienen a saldar cuentas con ellos.

En la revolución de Irán, Irak y el Líbano están las fuerzas para romper el cerco a la resistencia siria, parar la masacre y reavivar la revolución que hace más de 8 años está siendo masacrada.
Si el imperialismo logra imponer el exterminio final contra el último bastión de la resistencia Siria en Idlib, será un durísimo golpe contra las revoluciones que sacuden a Medio Oriente.

En el Líbano, en Irak y en Irán flamean las banderas de la revolución siria dese el primer día. La revolución iraní estalló al grito de “fuera Irán de Siria”. La bandera de la revolución siria ya flameaba en los combates de Sudán, Argelia y Egipto. La clase obrera en sus acciones revolucionarias hace suya y reconoce a la revolución siria, puesto que entran al combate bajo las mismas demandas que estallaron las revoluciones del 2011.

La última llama de la resistencia no se ha apagado, el fuego de Irak, Irán, Líbano y de los combates revolucionarios que no se han acabado en Egipto, Argelia y Sudán revivirán el fuego revolucionario en Siria.
Al mismo tiempo que la clase obrera europea y de EEUU no se ha rendido, en América Latina estalló la revolución en Chile, Ecuador, Haití, etc. Allí también los internacionalistas revolucionarios levantan la bandera de la revolución siria, que está donde tiene que estar: al frente de los combates más avanzados de la clase obrera mundial.

¡Siria y Palestina deben ser una misma intifada contra el imperialismo, el sionismo, Assad y todos los genocidas!

¡La revolución no ha muerto! ¡En todo Medio Oriente una misma revolución contra un mismo enemigo!
¡Viva la Siria obrera y campesina, que dejó su sangre combatiendo al imperialismo y a todos sus lacayos!
Para que la clase obrera y los oprimidos vivan, el imperialismo debe morir.

 

Comité Redactor del periódico “La Verdad de los Oprimidos”

 

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