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Edición Especial Organizador Obrero Internacional - 21 de diciembre de 2019

Nuevos focos revolucionarios se desarrollan a nivel internacional con feroces choques de clases. Alrededor de estos duros acontecimientos, desde el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI impulsamos en el mes de noviembre un llamamiento a todas las corrientes que se reivindican del marxismo revolucionario para intervenir en común, conquistando una política de acción revolucionaria, en las sublevaciones de masas con las que los explotados le presentan una feroz batalla a la ofensiva imperialista.

Hicimos este llamamiento mientras las masas obreras y campesinas continúan sublevadas en el continente americano. Lo hacíamos luego de la lucha revolucionaria de las masas ecuatorianas contra el aumento del precio del gasoil y la flexibilización laboral. Estas se tomaban Quito y a más de 200 oficiales del ejército y policías como rehenes, obligando al gobierno de Lenín Moreno a huir a Guayaquil y luego a retroceder en su ataque a los explotados.
Este llamamiento surgía también en momentos en que un enorme ascenso revolucionario se iniciaba en Chile, junto a Colombia, y se desarrollaba el golpe contrarrevolucionario en Bolivia, donde se abría una tendencia a la irrupción revolucionaria de masas contra el putsch fascista. Mientras tanto, Hong Kong ardía en el Pacífico, como avanzada de la dura resistencia de las masas chinas contra el gobierno de los empresarios rojos del PCCh y una nueva oleada revolucionaria volvía a incendiar Medio Oriente, con la revolución iraquí como epicentro de la misma.
En Francia, los Chalecos Amarillos no abandonaban las calles y continuaban combatiendo contra el aumento del precio del gasoil, mientras comenzaba una oleada de huelgas que están paralizando el país, esta vez contra el ataque a las jubilaciones, lo que significa que en París aún se mantiene viva una trinchera de lucha de toda la clase obrera europea.

***

A nuestro entender, es urgente un reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias internacionalistas de la clase obrera mundial para facilitarle a las masas poder superar los límites que les impone su dirección actual a sus combates.
Las fuerzas del stalinismo y de los renegados del trotskismo se reagrupan, como sucedió en la reunión convocada por el castrismo en La Habana en el mes de mayo, y se coordinan en partidos únicos como Podemos de España, el Partido Laborista de Inglaterra o ayer Syriza de Grecia, o para sostener al ala “socialdemócrata” del Partido Demócrata de los piratas yanquis.
El objetivo de estas corrientes no es otro que el de imponer una política de colaboración de clases y de “revolución por etapas”, con la cual buscan estrangular en sus inicios las situaciones revolucionarias o pre-revolucionarias que aquí y allá se abren en el planeta. La así llamada “Nueva Izquierda” retoma las peores tradiciones del stalinismo y la socialdemocracia del siglo XX.

El pacto de los “anticapitalistas” con el Podemos en el Estado Español, terminó con todos ellos sosteniendo a la monarquía de los Borbones que ocupó a la Catalunya sublevada. El accionar de las direcciones traidoras llevó a duras derrotas parciales a la clase obrera de Portugal, de Italia, de Grecia, mientras el sometimiento al Partido Laborista de los así llamados “socialistas radicales” colaboró con llevar a la clase obrera inglesa al callejón sin salida de mantenerse en el Maastricht imperialista o bien, de seguir a Johnson y su política de Brexit, prometiéndoles a los trabajadores que con su alianza con EEUU volverían a tener las conquistas que otrora tuvieron.
Mientras tanto, la política de estas corrientes es hacer pasar como aliados de la clase obrera y los pueblos oprimidos a sus peores enemigos, como Putin (como lo hacen apoyando su masacre a la revolución siria junto a Al Assad), el castrismo que entregó Cuba a los yanquis o la nueva burguesía esclavista del PC de China.

Las condiciones para un salto en la coordinación y centralidad de las corrientes revolucionarias internacionalistas encuentran un terreno fértil. Es que los nuevos acontecimientos históricos dan cuenta de cómo, con acciones independientes de masas en los estallidos revolucionarios, los explotados rompen o sobrepasan los enormes diques de contención que imponen las direcciones traidoras para salvar al sistema capitalista en crisis. Estos son los partidos, las corrientes y las burocracias sindicales de las aristocracias obreras a nivel internacional.

Las condiciones objetivas para la revolución no solo están más que maduras, sino que se están pudriendo. Ante los grandiosos combates de los explotados, se agudiza la crisis de dirección. La espontaneidad y las acciones independientes de las masas tienen un límite y chocan con las traiciones de las direcciones a cada paso.
La “Nueva Izquierda”, cuando ve estos enormes combates, afirma que no son revoluciones las que han comenzado. Plantean que estamos ante simples “revueltas” o tímidos “motines” con una clase obrera “fragmentada” e “impotente”. Esta mentira y engaño se derrumban por sí mismos. ¿Cómo va a haber acciones de masas que amenazan con derrumbar la ciudadela del poder, sin la intervención de clase obrera que es la clase mayoritaria de la sociedad junto a las clases medias arruinadas?...
Lo que estas corrientes realmente están diciendo es que ellos se están ocupando y se ocuparán de cerrarles el camino a los explotados hacia la victoria de las revoluciones que empezaron. Se jactan de que impiden aquí y allá el armamento de las masas y el surgimiento de organismos de doble poder, en los cuales la clase obrera pueda acaudillar su alianza con los campesinos pobres y las clases medias arruinadas. Sin estos organismos de doble poder armados toda revolución que comienza no puede desarrollarse y triunfar con una insurrección victoriosa que termine de derrotar a los regímenes y de destrozar a los estados de los opresores.
La burguesía sabe muy bien que si surgen organismos de democracia directa de masas que no delegan, sino que toman en sus manos la dirección del combate y la resolución de la crisis, rápidamente estas harían la experiencia con las direcciones traidoras que tienen a su frente. Por ello, los explotadores mandan a sus agentes a montar nuevos diques de contención a las revoluciones que han comenzado.
Pero de lo que estas corrientes no se pueden jactar es de poder contener las enormes energías revolucionarias de las masas, que entran al combate sin cesar a pesar y en contra de ellas, atacando la ciudadela del poder burgués, cuando nadie lo espera. La lava sale del volcán y estallan países enteros con fuertes irrupciones de masas. Los padecimientos inauditos empujan a las masas al combate y crean las condiciones para que el movimiento revolucionario dé enormes pasos hacia delante y colabore en desatarle las manos a las masas de las direcciones que les impiden avanzar. Toda pasividad del movimiento revolucionario en estas condiciones significa cavar su propia fosa. No dar un giro y buscar un canal a las masas, significa dejarle el camino libre al reformismo para que las traicione.
Es que, como planteaba Trotsky, toda situación pre-revolucionaria o revolucionaria, por el carácter de su dirección, puede devenir en no revolucionaria o directamente contrarrevolucionaria. Esto lo vimos por ejemplo en Grecia, en Ucrania y en la primera oleada revolucionaria de 2011-2012 en Medio Oriente, que terminó en un baño de sangre en Egipto, Siria, Palestina, Yemen y lo vemos hoy en la enorme traición a las masas obreras y campesinas de Bolivia, como desarrollaremos más adelante.
Dando cuenta de estas condiciones,  llamamos audazmente a reagrupar las fuerzas que se reivindican internacionalistas y luchan abiertamente contra el reformismo en cada pelea decisiva de la clase obrera mundial.

En esta Edición Especial de “El Organizador Obrero Internacional” reproducimos este llamamiento que realizamos el 22 de noviembre.

 

Nuestro encuentro con los marxistas revolucionarios de Japón:
Un paso adelante en el combate por reagrupar las fuerzas internacionalistas de la clase obrera mundial para presentarle batalla al reformismo

De forma particular, este llamamiento se lo habíamos enviado a los compañeros de la JRCL-RMF de Japón. Como se muestra en este periódico, ellos respondieron al mismo invitándonos a un debate fraternal sobre las tareas de los revolucionarios en el momento actual y a participar de su reunión política nacional en Tokio.
Desde la FLTI fuimos la única corriente internacional que participó de ese encuentro importante de la vida de los marxistas de Japón. Allí fuimos rodeados por la solidaridad y el entusiasmo de más de 1.500 obreros y jóvenes revolucionarios que pusieron en pie, en una potencia imperialista como Japón, una trinchera de lucha de sus hermanos de clase del mundo semicolonial, de China y Hong Kong en particular.
Las conversaciones que mantuvimos con la JRCL-RMF en este evento en Tokio se desarrollaron también intensas jornadas no solo de debate político fraternal, sino de búsqueda de un camino para una intervención revolucionaria común.
Las primeras conclusiones de estos debates fueron el apoyo abierto de la juventud revolucionaria de Japón a sus hermanos de lucha en Chile. Está claro que los Zengakuren se harán presentes en la “primera línea” de los combates de Santiago. Nos entregaron su bandera para que sea parte de los duros enfrentamientos de la juventud y los trabajadores en ese país.
Rápidamente desde Japón, en medio de riquísimos debates sobre los estallidos revolucionarios que están en curso, organizamos en común la solidaridad y la lucha por romper el cerco a los familiares de los asesinados y detenidos en Senkata, Bolivia, y colaboramos para que se pongan en pie todas las fuerzas que rodean a la “Red Internacional por la libertad de los presos políticos del mundo”.
Desde la FLTI, junto a los marxistas del Pacífico, iniciamos la campaña internacional en común que impulsan los camaradas de la JRCL-RMF por frenar un nuevo Tiananmen como el del ’89, que es lo que preparan los mandarines contrarrevolucionarios del PCCh contra las masas sublevadas de Hong Kong.
Asimismo, la lucha por una teoría y estrategia marxista para la victoria de la revolución socialista fue el punto central de las jornadas de debate y discusión fraternal que mantuvimos con los compañeros de la JRCL-RMF.
Nuestro llamamiento tenía entonces un objetivo: recuperar el internacionalismo militante en las filas de la clase obrera mundial. Aquí y allá las masas imponen jalones de socialismo en los focos revolucionarios, girando a la izquierda y marcando un ángulo de 180º con las viejas direcciones traidoras y con el nuevo reformismo del siglo XXI, no menos cínico y anti-marxista que el del siglo XX.

 

Nuevos estallidos revolucionarios de la clase obrera mundial
Nuevas y crueles traiciones al combate de los explotados

Como ya vimos, en Francia se sostiene un frente de lucha de la clase obrera europea. En esta edición publicamos una declaración dedicada al combate de los trabajadores franceses. El proletariado francés demuestra tener enormes energías de lucha enfrentando ahora el ataque a las jubilaciones del gobierno de Macron y el régimen de la V República imperialista, luego de los enormes combates de los Chalecos Amarillos y las luchas que libró la clase obrera en defensa de la semana laboral de 35 horas y contra la flexibilización laboral, que fueran entregadas por la burocracia de los sindicatos. En gran medida, la suerte de la clase obrera europea se juega hoy en las calles de París. Este combate no puede quedar aislado.

Con el salto hacia adelante en la revolución iraquí, la nueva oleada revolucionaria de las masas de Magreb y Medio Oriente se consolida en toda la región.
Recientemente, los obreros del sur de Irak se tomaron los pozos de petróleo de las empresas imperialistas que saquean Magreb y Medio Oriente. Y mientras las masas explotadas y pauperizadas intentan ingresar a los palacios del poder en Bagdad, ya han tomado oficinas gubernamentales en el sur de ese país.
Acompaña esta edición entonces, una declaración sobre este nuevo escalón que subió la revolución iraquí que ha comenzando.

Ayer, en 2011-2012, las corrientes de la izquierda reformista, bajo el mando de los Castro, los farsantes de la “revolución bolivariana” y los frentes pro-imperialistas europeos, afirmaban que en Medio Oriente estaba en curso una “primavera de los pueblos”. El único “paraíso” que le ofrecían a los explotados de la región era pelear por “más democracia” para conquistar el poder recién en una etapa posterior. Transformaron las revoluciones obreras y campesinas que comenzaban por el pan y la independencia nacional, que chocaban con los gobiernos y dictaduras militares impuestas por el imperialismo, en luchas de presión por Asambleas Constituyentes y “salidas democráticas”. Así le dieron una vía de escape y de engaño a la burguesía y el imperialismo ante el derrocamiento de sus gobiernos y regímenes contrarrevolucionarios a manos de las masas. Todo esto terminó sirviendo como desvío de los procesos revolucionarios, que luego fueron aplastados por duros golpes contrarrevolucionarios como sucedió en Egipto, Siria, Yemen…
Hoy, cuando aún no se extinguieron las llamas de la primera oleada revolucionaria, una nueva ofensiva de combates revolucionarios vuelve a incendiar el Magreb y Medio Oriente, de Argelia a Túnez, de Sudán a Irak, de Irán a Líbano. Además, presentamos en esta Edición Especial un artículo sobre la dura resistencia de las masas sirias que se mantiene en Idlib, la última trinchera de una revolución que no puede terminar de ser aplastada definitivamente, luego de casi 9 años de heroicidad de los explotados y de masacre fascista.

En las actuales condiciones se ha abierto un período de contrarreformismo. La clase obrera de Medio Oriente vuelve a protagonizar enormes combates de masas y da una lección: que los verdaderos “vándalos” y “atrasados” son las corrientes que usurpan el marxismo para sostener al capitalismo en putrefacción.

En nuestro reciente viaje a Japón hemos dejado la bandera de la revolución siria, que desde hace años es tomada como suya por la JRCL-RMF junto a la FLTI, peleando en las trincheras de la revolución siria.
Por ello nuestra intervención en el masivo acto de obreros y jóvenes de vanguardia de Japón, comenzó rindiendo homenaje a Abu Al Baraa, a Mustafa Abu Juma y a los más de 15 combatientes trotskistas de la Brigada León Sedov que cayeron en la revolución siria, en la primera línea de combate contra el imperialismo y el fascista Al Assad. Este homenaje fue ovacionado de pie por todos los asistentes al acto en Tokio.

 

Como ayer en Siria, el imperialismo concentró sus fuerzas en Bolivia para frenar la oleada revolucionaria que sacude América Latina

En esta Edición Especial de “El Organizador Obrero Internacional” también presentamos la catástrofe que significa el triunfo del golpe contrarrevolucionario en Bolivia, signado por la huida cobarde de Morales y la burguesía nativa ante un pronunciamiento militar y un putsch fascista. Publicamos la declaración de los compañeros de la LSTI de Bolivia denunciando el pacto de la “ley de pacificación” que agrupó rápidamente, bajo el paraguas de la OEA, a la burocracia de la COB, a la dirección de las centrales campesinas y a los mismos diputados del MAS que votaron dicha ley, legitimando así el golpe militar y al gobierno fascista de Añez. Es que todos los presentes en la mesa de “pacificación” saben que si se hubiera desarrollado hasta el final la irrupción de masas que buscaba aplastar al fascismo y al golpe en las calles de toda Bolivia, el inicio de una nueva revolución boliviana hubiera estado en curso.

El siniestro rol de la dirección de la COB pactando con los generales banzeristas y la pérfida política del POR, que hace rato rompió toda continuidad con el programa de la IV Internacional, fueron el motor fundamental de esta dura y amarga derrota de las masas bolivianas.
El POR ha sido cooptado por la burocracia de la COB y por los oficiales del ejército boliviano, de los que aducen que no son ni golpistas ni contrarrevolucionarios y que no pueden constituir una elite que defienda el conjunto de los intereses de la burguesía y el imperialismo. Eso afirman en todos sus materiales estratégicos e históricos. Esta abierta revisión del marxismo, justificada por el supuesto carácter “indigenista” de la casta de oficiales del ejército boliviano, es una burda estafa y un tiro en la sien contra la clase obrera.
En su última declaración del periódico “Masas” Nº 2614, el POR llega a justificar lo injustificable, es decir, a encubrir el golpe banzerista y el putsch fascista, afirmando: “el gobierno del MAS fue derrocado por la acción de amplios sectores de las masas, por fraudulento, corrupto, vendido a las transnacionales, a los empresarios y terratenientes del Oriente. Pero este triunfo ha sido usurpado por la vieja derecha en su versión ultraderechista encarnada en el facho Camacho”. El POR no está en una nube. Tiene los pies en la tierra encubriendo el golpe militar.
Las masas se levantaron y se sublevaron bajo formas revolucionarias para aplastar el putsch fascista de Camacho y la oligarquía de Santa Cruz. Lamentablemente, no lo hicieron antes y no fueron ellas las que derrocaron a Morales. Si esto hubiera sucedido, los fascistas de Santa Cruz no se hubieran atrevido a llegar a La Paz con una Biblia en la mano del empresario más rico del país, rompiendo cabezas de obreros y campesinos, para poner a Añez en el poder y disciplinar con la OEA a todas las pandillas burguesas de la nación. Hubiera llegado a La Paz el movimiento minero a los dinamitazos para echarlo a Morales. Si esto hubiera sido así, la COB y la Federación Minera hubieran acaudillado a la mayoría del movimiento campesino, derrotando a Morales. El POR quiere vender una cortina de humo. Eso es lo que en realidad pasó en Ecuador, donde las masas obreras y campesinas derrotaron a Moreno, dejando en grave crisis al ejército.

En Bolivia, con el grito “¡Ahora sí, guerra civil!”, centenares de miles de campesinos y obreros de El Alto marcharon sobre La Paz para aplastar a los fascistas y el golpe. Ellos fueron traicionados por la dirección de la COB y fundamentalmente, por el propio MAS que una vez más demostró ser fraudulento, corrupto y vendido a las transnacionales votando el pacto de “pacificación nacional”, luego de que Morales se escapara, legitimando con una ley del Parlamento al gobierno de Añez.
La clase obrera boliviana había quedado inerme y dividida ante la trampa electoral de Mesa y Morales del mes de octubre. Sectores del movimiento obrero como los mineros de Colquiri y los fabriles de Cochabamba venían enfrentando la política de Morales. La burocracia de la COB dividió a todo el movimiento obrero puesto que ella misma era parte, con sus ministros, del gobierno de Morales. El POR está mintiendo. Está diciendo que contra la dirección de la COB, de la Federación Minera y de la Federación Nacional de Fabriles, la clase obrera se sublevó y tiró a Morales. Esto es un engaño descarado de los amigos de los generales banzeristas. Mas temprano que tarde la clase obrera boliviana se levantará. Pero el POR no lo hará nunca más.

 

En Bolivia se prueba, en un nuevo test ácido, la política traidora de la “Nueva Izquierda” y los liquidadores de la IV Internacional

Bolivia es un ejemplo del rol ruin y patético de los viejos partidos trotskistas de Yalta que no pasan la prueba de ninguno de los combates decisivos que hoy protagonizan los explotados a nivel mundial. En Bolivia terminaron en las mesas de “pacificación”. Otros, pregonando Asambleas Constituyentes, que no son más que una salida de los estados burgueses ante crisis revolucionarias en las alturas y el odio de las masas contra los gobiernos y regímenes, a los que enfrentan con enormes acciones revolucionarias. Esto sucedió ayer en Egipto y es lo que hoy intentan imponer en Chile con una Constituyente como válvula de escape para mantener el dominio burgués y preservar al odiado gobierno de Piñera ante la ofensiva de masas.
El único derecho que estas corrientes le quieren dar a los explotados que protagonizan enormes revoluciones y heroicos levantamientos es el de votar. Separan así a las masas del único camino para frenar el ataque de los capitalistas y conseguir sus más mínimas demandas, que no es otro que el de combatir por la victoria de la revolución obrera y socialista.
Así, no menos patética fue la posición del PTS en Bolivia que en pleno golpe militar llamó a hacer una Asamblea Constituyente, como si a los tiros de ese cuerpo de elite de los oficiales banzeristas preparados en la Escuela de las Américas y en West Point como gurkas, que llenaron de sangre obrera y campesina a El Alto, Senkata y Cochabamba, que son los asesinos del Che Guevara, se los pudiera derrotar con el voto y no con el armamento de las masas.
Cuando el golpe ya era abierto en Bolivia, el PTS llamó a una Huelga General… pacífica. Esta gente ha jurado no llamar jamás al armamento generalizado de las masas y de sus organizaciones de combate. Obreros y campesinos sublevados llamaban a la guerra civil y esta gente se hacía la distraída alrededor de cómo conquistar las armas para vencer: ganando a los soldados rasos y poniendo en pie la milicia obrera y campesina.
Hay que hablar claro: la salida que proponía el PTS era una huelga de presión para conquistar una Asamblea Constituyente y no, aplastar el golpe militar en una guerra civil con las armas en la mano.

El PTS en Bolivia quiere volver la historia para atrás, al año 2008, cuando Morales pactó con la Media Luna una Asamblea Constituyente, idéntica a la que pregona el PTS hoy. Esa Asamblea Constituyente terminó garantizándole la tierra a la oligarquía, los minerales y los hidrocarburos al imperialismo -con una coima, por supuesto, para la burguesía de Morales- y la conservación de la elite contrarrevolucionaria del ejército que había masacrado a más de 100 obreros y campesinos en los levantamientos revolucionarios de 2003-2005.
La catástrofe de los grupos ex trotskistas en Bolivia ya es patética. Si hasta la misma LIT-CI tuvo que autocriticarse de haber apoyado en diciembre de 2018 el surgimiento de una directiva del sindicato minero de Huanuni que, a pocas semanas de asumir, llamó a las Fuerzas Armadas, las mismas que luego masacraron en El Alto, a que defiendan la mina de los obreros desocupados sublevados en Oruro que pelean por trabajo digno. Ya hace 8-9 meses que los militares entraron a la vida política y social boliviana controlando la mina estatal de Huanuni, llamada por la misma burocracia sindical. Y esto lo hizo una dirección sindical minera a la que la LIT apoyó públicamente y cobijó desde la dirección de la central sindical Conlutas de Brasil.

Publicamos en este periódico entonces la declaración contra el pacto del MAS de Morales, la burocracia de la COB con el gobierno de Añez y los generales banzeristas, junto a la enorme lucha de solidaridad de la “Red Internacional”, que volcó todas sus fuerzas para romper el aislamiento de los familiares de los asesinados, desaparecidos y presos políticos de Senkata el pasado 12/12 por el Día Internacional del Trabajador Perseguido.

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El lector de este periódico podrá ver entonces la orientación y los combates de la FLTI por refundar la IV Internacional, en combate contra el revisionismo y el oportunismo, alrededor de los test ácidos de la lucha de clases donde este se desenmascara a cada paso, como así también su política de acción de poner en pie un polo de reagrupamiento e internacionalista de las fuerzas revolucionarias de la clase obrera mundial.

Reproducimos también en este periódico la intervención política de los delegados de la FLTI en el acto realizado por la JRCL-RMF en Tokio, que aglutinó a delegaciones obreras y juveniles de todas las regiones de Japón. Nuestra intervención recibió un caluroso apoyo, saludo y ovación en dicho acto y contagió de entusiasmo, tal cual ellos plantean, a esta enorme corriente de militantes obreros y de la juventud revolucionaria. Su respuesta fue “un llamado a luchar junto a la FLTI en todo el mundo contra el imperialismo, el stalinismo y los renegados del marxismo”.
En un Dossier de este periódico, presentamos una nota de Carlos Munzer dando cuenta del balance político de los debates realizados con los marxistas del Pacífico. En esa nota se podrán observar no solo los acuerdos alcanzados en nuestra lucha práctica internacional, que desarrollamos en esta presentación, sino también los ricos debates que permiten abrir un camino para reagrupar las fuerzas revolucionarias e internacionalistas de la clase obrera mundial y el enorme salto que significaron estas reuniones, que crearon las condiciones para la acción común en los durísimos focos revolucionarios del Pacífico y de América Latina.

En su último periódico Kaihoh (Liberación), los camaradas de la JRCL-RMF se refieren al encuentro que sostuvimos y a nuestra intervención política en el acto de cierre de la reunión nacional de su partido. Como lo sentimos y vivimos nosotros, el Kaihoh relata el “enorme afecto, respeto y solidaridad revolucionaria que demostraron con nuestra delegación los centenares de obreros y jóvenes” que nos saludaron en un cuarto intermedio de dicho acto al grito de “¡Peleemos juntos!”. Además, reivindican “la lucha común que estamos dando en Chile para que avance la revolución y dé pasos hacia adelante”. Asimismo, saludan la intervención de nuestra delegación en dicho encuentro y “nuestro combate en común contra los stalinistas, los burócratas sindicales y los renegados del marxismo, hoy arrinconados por las acciones revolucionarias de masas”. Reafirmamos lo que plantean los camaradas: “los Zengakuren, la Juventud Antiguerra y la FLTI nos comprometimos a seguir luchando juntos desde el Pacífico al Atlántico”. Como dicen las banderas de los Zengakuren y la Juventud Antiguerra: “Luchamos junto a los camaradas de la FLTI. ¡Proletarios del mundo, uníos!”

 

Consejo Editorial de “El Organizador Obrero Internacional”

 

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