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12 de mayo de 2015

UCRANIA

Una heroica resistencia y combate de los mineros del Donbass frena la ofensiva contrarrevolucionaria de las fuerzas fascistas de Kiev bajo el mando de la OTAN

El verdadero poder de los mineros del este de Ucrania radica en la sublevación de los obreros del oeste ucraniano y de la capital, que se negaron a combatir contra sus hermanos de clase y comenzaron a enfrentar los ataques del gobierno de Poroshenko

Ahora... en la conferencia de Minsk,Obama, Merkel, Hollande, Putin y Poroshenko, pactaron juntos desamar a las masas del Donbass e impedir que se unifique en un solo combate la aguerrida clase obrera ucraniana
¡Abajo el pacto de Minsk!

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¡Basta de dividir a los trabajadores de Ucrania! ¡De Oriente a Occidente enfrentamos al mismo enemigo y tenemos las mismas demandas: salario digno, trabajo y pan!

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La burguesía gran rusa intenta desarmar desde adentro a las heroicas masas del Donbass

La lucha contra el saqueo imperialista, contra los salarios miserables de 150 euros y contra la carestía de la vida une a la clase obrera ucraniana y la empuja al combate junto a sus hermanos de clase de toda Europa, comenzando por los obreros rusos, superexplotados y golpeados con devaluaciones permanentes por el gobierno antiobrero de Putin

El brutal ataque del FMI, la UE y el Bundesbank pone a la orden del día la unidad de la clase obrera ucraniana con los trabajadores de toda Europa. La demanda es una sola: ¡Abajo el Maastricht imperialista! ¡Fuera el FMI y la UE de los pueblos colonizados del este! ¡Que la crisis la pague el 1% de parásitos imperialistas de Wall Street y el Bundesbank!

¡Por un Congreso de delegados de obreros de Kiev y del Donbass, de los comités de soldados rasos y los campesinos pobres!

Para poder comer, para parar las privatizaciones, la reducción salarial, los despidos y la expoliación de la Ucrania oprimida…
Como ayer lo hicieron los trabajadores con el gobierno de Yanukovich, agente del FMI y Putin
Hoy... ¡Hay que derrotar al gobierno de Poroshenko, romper con el FMI y expropiar sin pago a los banqueros imperialistas y a los oligarcas socios de la UE y la burguesía gran rusa!

¡Por un plan obrero de emergencia de salida a la catástrofe que impusieron los capitalistas y el imperialismo!¡Ellos provocaron la crisis, que ellos la paguen!

En el '89, la demagogia imperialista le prometía a los obreros del este ganar como los obreros alemanes, y hoy les han impuesto salarios peores que los de los obreros del Congo, Bolivia, China, Medio Oriente, etc. ¡Los obreros de Ucrania y del este europeo deben ganar lo mismo y luchar junto a la clase obrera de la Europa imperialista! Sólo así podrán ellos también reagrupar sus fuerzas para parar el ataque de los banqueros y sus gobiernos que le arrebatan todas sus conquistas.
¡Inmediato aumento de salario de acuerdo a la canasta familiar! ¡Por 2500 euros de salario mínimo, vital y móvil para todos!

La restauración capitalista y la recolonización de Ucrania y los pueblos del este han transformado a la clase obrera de esos países en nuevos nómades del continente europeo, en inmigrantes sin futuro en la Europa imperialista
¡Basta de despidos! ¡Basta de desocupación!
¡Plan de obras públicas! ¡Reducción de la jornada laboral! ¡Todas las manos libres a producir!

¡Por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda mina y fábrica que cierre o despida!
¡Ni un solo dólar más para pagar la fraudulenta deuda externa con el FMI! A ella la contrajeron la vieja lacra stalinista, devenida hoy en una nueva burguesía y oligarquía de Ucrania y Rusia, monitoreada por el Citibank
El negocio del Gazprom de Putin y la Merkel está basado en el saqueo de Rusia y de todos los pueblos del Glacis europeo, en complicidad con sus gobiernos
¡Incautación inmediata de todos los bienes de los parásitos de la oligarquía ucraniana, que en el '89, como jefes de la camarilla stalinista del Partido Comunista, se robaron los bienes y las riquezas del pueblo y entregaron los estados obreros a Reagan, la Thatcher y el Citibank!

 

 ¡Por una Ucrania soviética unida, libre e independiente!
¡Fuera la OTAN, la ONU, el FMI y la Merkel de Ucrania y de todos los países del este europeo! ¡Hay que aplastar las tropas fascistas de Kiev, que están bajo su mando!

¡Crimea también es de Ucrania! Obama y la OTAN se la entregaron a Putin, como favor y recompensa por actuar como gendarme del levantamiento revolucionario de las masas de Ucrania y de todos los pueblos oprimidos del este
¡Fuera la base militar gran rusa de Crimea! ¡Fuera las tropas blancas contrarrevolucionarias de Putin, el sicario de la OTAN y socio del Citibank! Éste se prepara para desarmar y aplastar la revolución ucraniana ni bien cierren sus negocios con el imperialismo, como ayer lo hiciera en Georgia, Chechenia, en todo el Cáucaso y los Balcanes


¡Que vuelva la URSS de los consejos de obreros, campesinos y soldados sin los traidores del stalinismo, entregadores de la revolución de octubre de 1917 y de la revolución socialista internacional!

¡Ucrania será soviética, socialista y un bastión de la revolución europea… o será colonia!

 

 

Los obreros del Donbass, pese a enormes bajas y a la masacre contra la población civil, detuvieron el avance de la ofensiva contrarrevolucionaria de las fuerzas militares de Kiev bajo las órdenes de la OTAN
Su gran aliado es la clase obrera del oeste de Ucrania que se negó combatir contra sus hermanos de clase del este

Una verdadera revolución está en ciernes en Ucrania. El imperialismo ha concentrado sus fuerzas y hace jugar a todos sus agentes para derrotarla. Los explotados de las regiones del este no se rinden y defienden con sus comités de obreros y soldados sus puestos de trabajo, sus casas, su tierra y su familia, poniendo en cuestión los planes del FMI. Los explotados del oeste en Kiev, también enfrentan los planes fondomonetaristas del gobierno títere de Poroshenko. El látigo del capital tiende a cada paso a unir las filas del proletariado de toda Ucrania, que enfrentan al mismo enemigo: los planes de saqueo y miseria del FMI, el BM y la UE.
Miles de planes ha lanzado el imperialismo para doblegar a la heroica resistencia del Donbass en el este de Ucrania: bombardeos masivos y masacre, cerco por hambre y desabastecimiento. Pero nada de esto fue suficiente. Los obreros del Donbass, heroicamente, han frenado la ofensiva contrarrevolucionaria de las fuerzas militares de Kiev bajo las órdenes de la OTAN, sufriendo enormes bajas y masacre de la población civil. No fueron las tropas rusas, bajo el mando del carnicero Putin, las protagonistas de esta batalla. Han sido la heroica clase obrera del Donbass y sus mineros, y la clase obrera de Kiev.
En esta batalla, que impidió la ocupación del Donbass, el otro gran protagonista fue la heroica resistencia de los obreros del oeste que se negaron a combatir contra sus hermanos de clase del Donbass y han disgregado al ejército de Kiev. Miles se han pasado con sus armas a combatir junto a las milicias de mineros, explotados y soldados rasos del este.
En enero el gobierno de Poroshenko lanzó una leva para reclutar 50 mil soldados, pero fracasó estrepitosamente. Más de 7500 ucranianos enfrentan cargos criminales por evasión del servicio militar. Las madres, hijas, novias y mujeres de todos los hombres ucranianos corren a los centros de reclutamiento y los rodean al grito de “No iremos a una guerra fratricida”. Las mujeres obreras de Donetsk y Lugansk se encargan de escrachar a los coroneles y generales asesinos de Kiev, insultándolos y queriendo hacer justicia por sus hijos y maridos muertos, por la destrucción de su tierra. Las únicas fuerzas con las que cuenta el gobierno de Kiev en Ucrania, son las milicias fascistas como Aidar o las bandas de lúmpenes y mercenarios contra las que ya se han sublevado las masas en ciudades como Konstantinovka.
Esto demuestra que el combate de las masas del este y el oeste de Ucrania es uno solo, por las mismas demandas y contra el mismo enemigo. Por eso, a pesar de la dirección que tiene a su frente -que a cada paso intenta dividirla - la clase obrera de Ucrania pugna una y otra vez por unir sus filas.

En los acuerdos de Minsk, Putin entrega a la heroica resistencia de las masas del Donbass

Los explotados del Donbass pararon la ofensiva provisoriamente, pero la burguesía del este y Putin le entregaron ese triunfo a Poroshenko y el imperialismo en las negociaciones de Minsk.
El gran punto de este acuerdo fue dividir las filas de los explotados ucranianos para imponer el desarme del Donbass y aplicar los planes fondomonetaristas en Kiev. Así abrieron una “zona desmilitarizada”, partiendo y desgarrando Ucrania, para impedir esa inminente unidad de las masas del este y el oeste, que significaba el inicio de la revolución en toda la nación, única manera de conquistar el pan, el trabajo, el salario.
Las zonas "desmilitarizadas" del acuerdo de Minsk no son más que las nuevas fronteras trazadas por un plan contrarrevolucionario donde le dan a Putin y a la burguesía gran rusa la labor central de desorganizar, desde adentro, el proceso revolucionario del Donbass. A no dudarlo de que si logran imponerlo, el camino a la colonización de Ucrania y a la privatización de las minas y de todas las empresas del estado estará a la orden del día. Pero no podrán hacerlo sin arrebatarle las armas a las milicias de la clase obrera en el Donbass y sin derrotar a los trabajadores de Kiev y el resto de Ucrania que se han puesto en pie de lucha contra los planes del FMI.

La burguesía cuenta con un inestimable hándicap: todas las direcciones de la clase obrera mundial han conspirado, cercado a la resistencia, y han establecido un falso enfrentamiento entre las masas del Donbass y las masas de Kiev para que éstas no enfrenten como un solo puño los planes de recolonización y saqueo de Ucrania. Nada impide la unidad de los explotados de toda Ucrania salvo esta enorme conspiración de la burguesía y la traición de las direcciones del proletariado mundial. Éstas han dejado la dirección de lo más heroico de la resistencia ucraniana, los mineros del Donbass, a merced de la manipulación de Putin y la burguesía del este que intentan hacer pasar a sus verdaderos aliados, los trabajadores del oeste de Ucrania, como sus enemigos.
Putin es socio menor de la Merkel en el negocio del gas, tanto del Gazprom como de su comercio en Europa. Ayer sostuvo a Yanukovich y hoy manipula la resistencia de la clase obrera para seguir quedándose, de alguna forma, en los negocios.
El imperialismo le arrebató a su sicario Putin el control de Ucrania, pero en retribución de estos servicios prestados en la región, le dejó la península y el gasoducto de Crimea. ¡Fuera las manos ensangrentadas de las tropas blancas de la Gran Rusia de Crimea! ¡No le reconocemos al carnicero Putin ningún derecho de anexión!
La burguesía gran rusa y sus aliados del Donbass no combatieron a las fuerzas contrarrevolucionarias de Kiev que están bajo el mando de la OTAN y el "democrático" Obama. Los desechos del stalinismo europeo llaman a aplastar a las fuerzas fascistas de Kiev con un frente con Putin y la burguesía gran rusa, en contra de los obreros del resto de Ucrania, bajo la excusa de una "lucha antifascista".
La vida ha dado su veredicto. El "combativo" Putin sacó todas sus tropas de las fronteras para impedir que los soldados rasos rusos se pasen con sus armas -como algunos lo hicieron- a combatir junto a sus hermanos de clase del Donbass, ni bien se puso Crimea en el bolsillo y le congelaron sus cuentas en el Citibank y la banca chipriota. Así, demostró ser un simple lacayo y socio menor de los banqueros imperialistas.
La que desorganizó e impidió la formación de un ejército de 140.000 hombres, que hubiera aplastado en días o semanas al Donbass insurreccionado, como hemos dicho, fue la clase obrera de Kiev que se no se presentó en los cuarteles y se negó a tomar el fusil para empuñarlo contra sus hermanos del este.
La clase obrera ucraniana impuso un frente único en los hechos. La unieron los miserables 150 euros que cobran como salario promedio los obreros ucranianos que logran tener trabajo y no han tenido que huir como inmigrantes esclavos a la Europa imperialista.
Ahora hay que hablar claro.
Con el pacto de Minsk se cerca nuevamente al Donbass y se le da tiempo a la burguesía de Kiev para que rearme sus fuerzas contrarrevolucionarias, y a la burguesía gran rusa para que desarme al movimiento minero.
No hay camino a la victoria sin la unidad de toda la clase obrera ucraniana, que soporta el mismo ataque fondomonetarista en todo su territorio.

 

El acuerdo de Minsk: un pacto contrarrevolucionario del imperialismo y sus agentes para desarmar a las masas y recolonizar Ucrania

El acuerdo de Minsk fue un verdadero pacto contrarrevolucionario comandado por Obama, que sentó en la mesa de negociaciones a Merkel, Hollande, Putin y Poroshenko. ¡No fue un “acuerdo de paz”, fue un pacto para impedir la unidad de los explotados de toda Ucrania que de Oriente a Occidente enfrentan los planes del FMI! El objetivo de este pacto contrarrevolucionario es impedir que los explotados unidos de Ucrania, barran con el gobierno títere de Poroshenko y derroten los planes de hambre del FMI con el triunfo de la revolución proletaria.
Así, buscan someter a las masas del Donbass a la burguesía prorrusa, desarmándolas, y aplicar los planes del FMI en el Oeste. Éste pacto busca “integrar las milicias al nuevo ejército regular”, y la avanzada de este plan es la burguesía prorrusa del este, lanzando un ultimátum y amenazando con declarar “ilegales” a las milicias que no quieran someterse. Así, con una Ucrania dividida, con una falsa “autonomía” para las regiones rebeldes, buscan estabilizar la región y garantizar la recolonización del país.
Digamos la verdad, Putin y la burguesía del este, que usaban la movilización de las masas como moneda de cambio para sus negocios, hoy comandan este plan de desarme acordado en Minsk y a no dudarlo que lo impondrán con sangre y fuego. El acuerdo de Minsk dejó al desnudo la farsa de una burguesía “democrática” en el este que “enfrentaba” a la burguesía fascista de Kiev: se han sentado a negociar cómo mejor someter a las masas y desarmar sus milicias para imponer los planes fondomonetaristas. Putin y la burguesía prorrusa del este no fueron más que un rodeo, engaños, conspiración contra las masas y demagogia de manos vacías, para que siga el odiado Poroshenko, el títere del imperialismo y la OTAN, aplicando los planes de Obama y la UE contra las masas, profundizando el saqueo y sometimiento de Ucrania al imperialismo convertida hoy en una verdadera colonia del FMI y la OTAN. Putin y la burguesía prorrusa han entregado el triunfo militar de las masas del Donbass en el pacto de Minsk.
Las fracciones burguesas de Kiev ligadas a la UE y la burguesía del Donbass que intenta a contrarreloj desarmar a las masas revolucionarias son los mismos magnates y oligarcas ucranianos que ayer sostuvieron al gobierno de Yanukovich-Putin. Hoy intentan entrar como socios de la colonización completa de Ucrania por parte de EEUU, la OTAN y la UE, o bien, como socios del carnicero Putin. De ello se tratan sus negocios. Ellos no son más que los viejos jerarcas del stalinismo, de los Gorbachov y los Yeltsin, que se robaron todas las riquezas y los sectores claves de la economía ucraniana en el '89.
Nada da más pavor a la burguesía ucraniana y gran rusa que los obreros armados, porque éstos ponen en cuestión los negocios y la propiedad del imperialismo y la burguesía no sólo en el oeste sino en toda Ucrania. Putin y sus aliados ven que sus cabezas pueden rodar, si los comités de obreros y soldados del Don confluyen con sus hermanos rusos, hambreados y despedidos, que están en condiciones iguales o peores que las que padecen sus hermanos en Ucrania ¡Las armas no se entregan! ¡Las milicias no se disuelven! ¡Sólo la clase obrera con sus comités y sus milicias armadas puede garantizar el pan para todos los explotados de Ucrania! ¡Sólo con la unidad de la clase obrera del Donbass con el conjunto de la clase obrera ucraniana -que sufren miseria, el flagelo de la emigración y la expoliación imperialista de su nación- y combatiendo con el método de la revolución proletaria se podrá aplastar al fascismo de Kiev, sacarse de encima a la burguesía gran rusa que le impide pelear por sus demandas, y ganar la guerra en toda Ucrania, cuestión que sólo se hará con una revolución victoriosa de obreros y campesinos pobres!

¡Sólo los trabajadores del este y el oeste uniendo sus filas podrán derrotar en Kiev
al imperialismo y su gobierno títere!

Las condiciones para forjar la unidad de las masas de Ucrania no sólo están a la orden del día sino que son una necesidad imperiosa. Sólo la clase obrera, y su vanguardia los mineros ucranianos, acaudillando a las grandes masas, puede darle una salida a la Ucrania estrangulada por la deuda externa con el FMI, y lograr la verdadera unidad e independencia nacional.
En la conciencia de los explotados del Donbass vive el grito “¡Queremos que vuelva la URSS!” porque ellos saben que el destino de su vida, su trabajo y su pan está ligado por miles de lazos a Rusia, por la imbricación de ambas economías.
Los trotskistas revolucionarios sabemos que para que esos lazos no se tornen cadenas, la URSS que debe volver no es la de la burocracia stalinista carcelera de naciones devenida en burguesía gran rusa, entregadora de los estados obreros al imperialismo y el Citibank. Putin se encarga a cada paso de dividir la lucha de los explotados del Donbass de la de los explotados de Kiev y utiliza la sangre de los mártires como moneda de cambio de los negocios de Gazprom y el Citibank en Rusia. La burguesía de la Gran Rusia fue la primera ayer en pactar con el imperialismo el pago de la fraudulenta deuda externa ucraniana con el FMI, y de la mano de Yanukovich, descargar todo el peso de ésta sobre las espaldas de las masas. Una Ucrania independiente de la UE, de Maastricht y de la OTAN como así también de la opresión gran rusa, sólo puede surgir como subproducto de una gran revolución obrera y socialista. Ésta despertaría a todas las naciones de Eurasia oprimidas por la bota de la gran Rusia y por las bases militares imperialistas norteamericanas, francesas e inglesas, que se han asentado en todas las ex repúblicas soviéticas para saquear sus riquezas y superexplotar a su clase obrera. Conmovería desde sus cimientos a Rusia, donde la absoluta mayoría de la clase obrera sobrevive en condiciones de absoluta inequidad y de pérdida de sus conquistas históricas, bajo la feroz dictadura de Putin y su régimen infame de la nueva oligarquía rusa socia menor del imperialismo. Putin y la oligarquía gran rusa temen más a la unidad de la clase obrera ucraniana del este y el oeste, y con los explotados de Rusia, que al imperialismo ubicándose con la OTAN en sus fronteras, cercándola.

 

¡Ucrania será soviética y socialista… o será colonia! 
¡Por una Ucrania soviética unida, libre e independiente! 
Sin Poroshenko y su ejército fascista de Kiev, sin la OTAN sin la ONU, sin Obama ni el FMI, sin la Merkel y su lacayo Putin…

¡POR LA RESTAURACIÓN DE LA DICTADURA DEL PROLETARIADO BAJO FORMAS REVOLUCIONARIAS EN UCRANIA, EL GLACIS, RUSIA Y TODAS LAS REPÚBLICAS DE LA EX URSS!

Para que Ucrania sea unida, libre e independiente, debe ser soviética. La revolución de los consejos de obreros y soldados del Donbass debe triunfar en Kiev, con la clase obrera tomando la dirección política de la guerra en primer lugar expropiando a los expropiadores y rompiendo con el imperialismo para tener el pan, el trabajo, el salario. La restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en Ucrania sería un gran paso adelante para que vuelva la URSS revolucionaria de Lenin y Trotsky. Esto es lo que toda la izquierda de Obama se ha perjurado ocultar y por ello han montado un cerco de silencio e infamia contra el heroico combate de los explotados del este ucraniano. En el este y el oeste de Ucrania, el enemigo es el mismo: ¡El imperialismo que hambrea, masacra y expolia los pueblos oprimidos! ¡Del Donbass a Kiev, una misma lucha contra los saqueadores y explotadores!

El parlamento de Kiev se apresta a sacar una ley por la cual se prohíbe utilizar los símbolos de la ex URSS en todo el territorio ucraniano. Está claro que muchos de estos símbolos fueron utilizados o dejados correr por Putin en Ucrania para poder manipular a los obreros del este que no aceptan ser sometidos por la banca imperialista europea. Y decimos sólo en Ucrania, puesto que el 1º de Mayo hubo una movilización de los sindicatos rusos -que no representan a más de un 5% de la clase obrera de ese país- tutelados por Putin, que se cuidaron muy bien de no llevar ninguna bandera roja ni reclamos de la clase obrera. Sólo llevaron banderas celestes para apoyar al partido de Putin. Pese a ello, las demandas de aumento de salario, contra la carestía de la vida y los despidos, se expresaron en esa movilización, aún cuando era de los sindicatos que sólo representan a las capas privilegiadas y aristocracia obrera de la gran Rusia.
La industria minera y pesada del este ucraniano está íntimamente ligada, en la división del trabajo, a las fábricas del aparato industrial militar ruso. La consciencia soviética de las masas ucranianas deviene en que el sometimiento a la UE y al FMI significaría un cierre masivo de minas y despidos en masa... no solamente del lado ucraniano sino también del lado ruso.
Para EEUU, pisar Ucrania con la OTAN, llegando hasta la frontera con Rusia, es clave para ser él, el dueño del planeta, el que haga los negocios de la alta tecnología para la industria militar rusa, y no como sucede hasta ahora, que los manejan Francia y Alemania a través de sus empresas. En Ucrania, al calor de los acontecimientos de revolución y contrarrevolución, se desarrolla la disputa por quién controla el proceso de semicolonización que necesita hacer el capital financiero internacional, inclusive a la gran Rusia.

En sus combates, las milicias del Donbass desfilan con el puño en alto. Usan las banderas de la ex URSS. Esta identificación de las milicias obreras mineras es porque se reivindican patriotas de la Unión Soviética.
Ya hace rato los obreros del este del continente vienen haciendo una riquísima experiencia: que las góndolas llenas que le mostraba el imperialismo en el '89 para que consuman no fueron más que una mentira y un engaño, puesto que en los países imperialistas solo le ofrecen hoy un trabajo esclavo y a Ucrania ser sometida y arruinada. Y hoy han sido llevados a condiciones de vida peores aún que aquellas que vivían cuando se desbarrancaban todas las conquistas de la URSS a manos de la lacra stalinista, que restauraba el capitalismo a paso acelerado. Inclusive hoy la clase obrera de occidente ya no puede consumir, puesto que los banqueros de Maastricht le han expropiado el salario, el trabajo, las jubilaciones y todas sus conquistas.
La revolución ucraniana es una revolución bisagra en Europa. Por ello, las contradicciones que han llevado a esta enorme guerra civil de clases y a no menores choques interimperialistas por el control de Ucrania, en su camino hacia la "Rusia blanca". Es una revolución bisagra porque pone a la orden del día la unidad de la clase obrera europea contra el Maastricht imperialista y la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en la ex URSS y el este europeo.

Entonces, la sanción de esa ley que prohíbe el uso de símbolos de la ex URSS por parte del parlamento de Kiev ya es un indicio de que las masas se lo toman en serio, y que los mineros de Ucrania no aceptan los despidos del FMI, ni que se desarticule la producción y la división del trabajo que existe con el aparato industrial ruso. Allí, en sus fronteras, los obreros ucranianos también tienen a su más grande aliado: los obreros rusos explotados por Putin. Ellos también ven como propio el levantamiento de sus hermanos del Donbass.

En la demanda de "que vuelva la URSS", las masas del Donbass expresan lo opuesto a lo que hace Putin y la cínica burguesía gran rusa, que son los que en el '89 le entregaron al Citibank y al imperialismo la revolución de octubre, deviniendo en nuevas oligarquías nativas, como lo hizo el stalinismo tanto en la gran Rusia como en todos los pueblos que ésta oprime.
Nada tiene que ver con las conquistas de la revolución de octubre de la ex URSS el carnicero proimperialista Putin, que sólo intenta mantener los negocios con la Merkel y Obama de quedarse con Crimea y con los negocios del gas que abastece a Europa. Nada tiene que ver con la ex URSS y la conquista del '17 esa burguesía cobarde gran rusa, genocida de las masas del Cáucaso y Chechenia, que le entregó toda la tecnología del aparato industrial militar ruso al imperialismo alemán, francés y norteamericano, y los sectores claves de la economía al Citibank y al grupo Krupp y BASF de Alemania; y cuyos fondos están en las cuentas de los bancos imperialistas.

Por más esfuerzo que hagan los desechos del stalinismo de Europa, no podrán volver a engañar a la clase obrera mundial. Es que, ¿cómo defender y llamar a combatir junto a los mineros del Donbass que vuelven a levantar las banderas rojas de "que vuelva la URSS" cuando se sostiene a la camarilla proimperialista de los hermanos Castro, el último bastión stalinista, que ha entregado la revolución cubana a la Cargill y la Coca Cola? Los restos del stalinismo europeo son la "voz de izquierda" de Putin, que le dice al "democrático" Obama que "no se apoye en las bandas fascistas de Kiev", pues ellos, como ayer con Yanukovich, son los que están dispuestos a hacerle pagar a las masas ucranianas hasta el último dólar de la deuda externa con el FMI. Y que no les temblará el pulso en aplastar y masacrar desde adentro a las masas del Donbass para que se desarmen.

Ucrania amenaza con ser la chispa -como también Grecia para la Europa imperialista- que reinicie la revolución soviética del partido de Lenin y Trotsky y la III Internacional, a la cual le quedó inconclusa la tarea histórica de derrotar a las potencias imperialistas en toda Europa, cuestión que le permitió al stalinismo aislar la URSS y, luego de derrotada la revolución mundial, entregársela al imperialismo.
En los ex estados obreros hubo enormes conquistas que fueron entregadas por el stalinismo al sistema capitalista mundial, deviniendo éste al hacerlo en una nueva clase poseedora burguesa, hundiendo esas conquistas de la revolución socialista. No fue la clase obrera de la ex URSS la que se benefició en la entrega al imperialismo, sino esta cobarde nueva burguesía gran rusa, que estableció relaciones con la economía mundo deviniendo en socia menor del Citibank y de la BASF alemana en el saqueo del gas ruso. A esas relaciones comerciales ya hacía rato que la camarilla stalinista las venía sosteniendo con el imperialismo.

Ver a la clase obrera del Glacis y de Eurasia en condiciones de expoliación como el resto de los países semicoloniales, y a la clase obrera rusa martirizada y superexplotada por la bota contrarrevolucionaria del gobierno proimperialista de Putin es comprender definitivamente la enorme importancia histórica que tienen para la revolución europea y mundial los acontecimientos de Ucrania. La clase obrera de ese país y su aguerrida vanguardia, los mineros del Donbass, ansían que se ponga de pie nuevamente la URSS. El camino para esto es la unidad con la clase obrera de Kiev y europea, rusa en particular.
Han sido los padecimientos inauditos de una clase obrera desgarrada y martirizada como la ucraniana; ha sido el látigo del capital el que ha empujado a las masas a la revolución y defender su fuente de trabajo que la UE y el FMI les quieren arrancar. Eso las ha aproximado a los "símbolos de la URSS". La clase obrera se aferra a sus minas y sus acerías, pues fuera de ello está la esclavitud, la migración, y el precipicio. La tarea histórica propuesta por los trotskistas revolucionarios continuidad de la IV Internacional de combatir por la restauración de la dictadura del proletariado en los ex estados obreros se trata, nada más y nada menos, que de dar un objetivo inmediato a todo levantamiento inmediato de la clase obrera en los países donde ésta ya expropió al imperialismo históricamente.
La catástrofe del sistema capitalista mundial y el estallido del 2008 de Wall Street lo empuja a éste a enormes ofensivas contra toda la clase obrera mundial, e inclusive contra las potencias imperialistas menores -como lo son España, Grecia, Portugal y todas las del sur de Europa-, a las que les ha impuesto verdaderos "tratados de Versalles" y de rendición. Estas ofensivas de saqueo y esclavitud contra las masas del mundo empuja y empujará cada vez más a la clase obrera de los ex estados obreros a luchar por recuperar sus viejas conquistas. Para ello deberá saldar cuentas con la lacra stalinista que expropió las revoluciones socialistas, entregándoselas a la burguesía y al imperialismo mundial.

En los combates de Ucrania, como ayer en los del Cáucaso, vemos los primeros pasos de una contraofensiva de masas de los obreros que en el siglo XX conquistaron las primeras victorias de expropiación a la burguesía. No tienen ni tendrán nada que ver con ello ni Putin, ni la oligarquía ucraniana, ni los traidores del FSM, los estranguladores de la revolución socialista del siglo XXI. La revolución ucraniana no ha dicho aún su última palabra.

 

 

Como ayer con la heroica revolución siria, los enemigos de la revolución socialista, la izquierda de Obama y Putin... han cercado a los heroicos mineros del Donbass y a toda la clase obrera ucraniana para cerrarle el camino a la revolución

El carácter internacional de la revolución obrera que ha comenzado en Ucrania:

En Europa Oriental y Occidental, un mismo enemigo: la reaccionaria UE de Maastricht
¡Paso a la revolución socialista europea!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa, desde Portugal a las estepas rusas!

El FMI y la UE, Obama y la Merkel, se unen para saquear Ucrania. Putin y la burguesía gran rusa no quieren perder sus negocios.
A los obreros alemanes, franceses, españoles, griegos, ingleses y de todas las potencias imperialistas les han arrebatado enormes conquistas: con reducción de salario, planes de ajuste permanente y con la pérdida de millones de empleos.
¡En la Europa imperialista de Maastricht, toda la clase obrera es "inmigrante", unida por el látigo del capital!
Maastricht y Wall Street no van a parar hasta convertir a toda Europa, desde Portugal a las Estepas Rusas, en una gran maquiladora de obreros esclavos y naciones devenidas en colonias y protectorados, bajo el mando de la OTAN y las potencias imperialistas vencedoras de la guerra comercial.

En la Europa imperialista sólo se salva del ataque a la clase obrera una minoría de aristócratas y burócratas obreros, pagados y corrompidos con las monedas que se caen de la expoliación del mundo colonial y semicolonial.
Sus partidos socialimperialistas y las burocracias sindicales han traicionado todas las luchas decisivas que, de Portugal a Rusia, desde el año 2008, ha protagonizado la clase obrera europea. Han desorganizado desde adentro las ofensivas revolucionarias de las masas, como en Grecia, en Francia, en el Estado Español... Han llevado a pactos y acuerdos con los explotadores las enormes huelgas generales que sacudieron a Portugal y a Bélgica.
Están salvando a los banqueros y administrando abiertamente los malos negocios de su capital financiero, profundizando el ataque a los trabajadores, como lo hace Syriza en Grecia y como se prepara a hacerlo el PODEMOS bajo las órdenes de la corrupta monarquía española.
Desde el Foro Social Mundial en el año 2010, cuando la clase obrera europea se sublevaba, le cerraron el camino a ésta a la huelga general, porque ellos son los más grandes defensores del Maastricht imperialista y de la UE. El Foro Social Mundial encubrió las peores ofensivas contrarrevolucionarias de sus regímenes imperialistas, que junto a Obama, han masacrado y martirizado a todos los procesos revolucionarios del Magreb y Medio Oriente.
Quieren hacer pasar a Putin como un aliado de los trabajadores y los pueblos oprimidos del mundo, cuando es el más grande agente y socio de la Merkel, del Citibank y el FMI, y el más grande explotador de la clase obrera rusa y de los pueblos que la gran Rusia oprime. Ya lo vimos a Putin sostener ayer a Yanukovich, el más grande agente del imperialismo en Ucrania, como así también llenar de armas al perro Bashar para que haga un genocidio en Siria y sostener al estado sionista-fascista contrarrevolucionario de Israel que ocupa la nación palestina, entre otras tropelías.
¡Hay que derrotar a las aristocracias y burocracias obreras que impiden la unidad en el combate revolucionario de los trabajadores de toda Europa!

Desde los combates de Ucrania, desde el Donbass sublevado y en armas, desde la clase obrera griega y su vanguardia la juventud rebelde, ¡los trabajadores de Europa deben unificar sus fuerzas para enfrentar a los gobiernos imperialistas y de las nuevas semicolonias del este!

En Ucrania se juega un combate decisivo de toda la clase obrera europea. Ucrania es un eslabón que se ha dislocado del dominio imperialista de Maastricht de EEUU, al entrar las masas en una ofensiva revolucionaria. Una "santa alianza" se ha agrupado en la conferencia de Minsk para impedir la unidad de la clase obrera ucraniana y que se ponga de pie la revolución de los consejos de obreros y soldados.
¡La heroica resistencia de los explotados del Donbass debe triunfar con la sublevación de la clase obrera de toda Europa, derrotando a la maldita UE de Maastricht y la OTAN que hoy dirigen el ataque militar contra los mineros del Donbass y someten y explotan a la clase obrera de toda Europa, oriental y occidental!
La batalla de Ucrania es una batalla decisiva para la clase obrera mundial y de Grecia y toda Europa en particular. Allí combate la avanzada de la resistencia contra los planes de hambre y miseria del FMI y la Europa de Maastricht. La división impuesta por las direcciones traidoras que impidió por ahora que la revolución ucraniana fuera un ariete para la revolución europea, le ha costado caro a la clase obrera. En Grecia, España, Italia, e incluso en Alemania y toda Europa occidental, los piratas imperialistas profundizan feroces ataques contra los explotados. La clase obrera alemana ya ha perdido su jornada laboral de 36 horas semanales y ha recibido como "premio" una reducción de más de un 25% de su salario.
A la unión reaccionaria de Maastricht de los piratas imperialistas -con la que castigan a los explotados europeos y saquean el mundo semicolonial- , es necesario oponerle la unidad revolucionaria de la clase trabajadora, el único camino para conquistar la independencia de los países oprimidos de Europa del este, para recuperar todas las conquistas que nos están arrebatando en la Europa Occidental, como el pan, el trabajo, el salario, la salud y la educación que son las demandas de todos los explotados desde Portugal hasta las estepas rusas.
Para que la clase obrera viva y coma dignamente; para terminar con la opresión nacional del este europeo, de Eurasia, el Cáucaso a manos del carnicero Putin, como así también la del pueblo irlandés, catalán y el pueblo vasco... ¡Hay que expropiar al 1% de parásitos de la UE y Wall Street! ¡Hay que poner en pie la revolución de los consejos de obreros y soldados de toda Europa! ¡Hay que recuperar el internacionalismo militante de la clase obrera! En las potencias imperialistas, ¡el enemigo está en casa! En los pueblos oprimidos, ¡sólo la clase obrera con el método de la revolución logrará su liberación!
¡Paso a la revolución socialista europea! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa, desde Portugal a las estepas rusas!
Una Ucrania saqueada bajo la bota de la OTAN, la UE y el FMI sería una nueva base para la contrarrevolución en la región. Por el contrario, una Ucrania revolucionaria victoriosa sería un enorme apoyo para la Europa del este hoy doblemente colonizada. También para los explotados de los países imperialistas en bancarrota como Grecia, que se levantan enfrentado al mismo enemigo: la reaccionaria UE y el FMI que descarga sobre ellos todo el peso de la crisis. ¡Las masas del Don marcan el camino para enfrentar los planes de hambre de  Maastricht y el FMI! ¡Ellos no pueden seguir peleando aislados ni un minuto más!
Desde todas las organizaciones obreras es preciso votar: ¡Brigadas obreras para ir a combatir al Donbass y unir las filas de la clase obrera de toda Ucrania, para derrotar en Kiev los planes del FMI y al gobierno Poroshenko, títere de Maastricht y Wall Street! ¡Alimentos, medicamentos y pertrechos para la resistencia!

 

 

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