Volver al índice DO 24 La cuarta pata del régimen infame del pacto social

La izquierda reformista del Foro Social Mundial, bajo la batuta del PTP-PCR y la burocracia castrista ha disciplinado para su política de colaboración de clases, a los ex trotskistas. Juntos conforman la cuarta pata del régimen infame del pacto social

Este régimen infame del pacto social, contra el que embiste una y otra vez la rebelión obrera, tiene también una pata izquierda que lo sostiene: es la izquierda reformista en todas sus variantes, desde los stalinistas, pasando por los sindicalistas “sin partido” del MIC hasta los ex trotskistas en sus diferentes grupos y versiones, hoy agrupada en el Foro Social Mundial, y centralizada en Argentina bajo la batuta del PTP-PCR y la burocracia castrista restauracionista.
Son ellos los que se negaron a darle continuidad al paro del 9 de abril que la base obrera le impuso a la burocracia de la CTA y la CGT. Son los que se mantuvieron totalmente disciplinados al carnero de Yasky. Son los que sostuvieron a la burocracia de ATEN Son los que sostuvieron a la burocracia de ATEN que entregó en la mesa de negociación la sangre de Carlos Fuentealba y la heroica lucha de los docentes. Son los que, como el “nuevo” MAS, cuando los obreros de FATE tiraron abajo a la burocracia del SUTNA, los llamaron a respetar la “legalidad”… abriendo así la puerta para que vuelva la misma burocracia y entregue la lucha de los trabajadores. Son los que, como el Partido Obrero, en medio de la lucha en Santa Cruz fueron a reunirse con la UCR local para discutir hacer un “frente cívico” y llamar a una “Asamblea Constituyente”… es decir, con Roquel, el intendente de Río Gallegos, el patrón de los obreros municipales en lucha a los que mandó a apalear y a balear el 9 de mayo; con los patrones radicales, los masacradores de las heroicas huelgas de la Patagonia rebelde en 1919 y 1921; la UCR de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, la del asesino De la Rúa que asumió la presidencia en 1999 masacrando en el puente de Corrientes, y huyó el 20 de diciembre de 2001 dejando a más de 40 mártires obreros y populares muertos en las calles.
Son los que impidieron que se pusiera en pie un Comité de lucha nacional alrededor primero de Neuquén y luego de Santa Cruz, y se niegan sistemáticamente a coordinar y centralizar a los que luchan, a poner en pie los organismos de democracia obrera de las masas en lucha. Para ellos, “nunca hay condiciones” para hacerlo: para lo único que siempre “hay condiciones” es para aceptar conciliaciones obligatorias, mendigar en el ministerio de trabajo, presionar a la justicia y a las legislaturas. Para ellos siempre “hay condiciones” para presentar listas de “oposición” a su Majestad la burocracia sindical en las fraudulentas elecciones de los sindicatos estatizados; o bien, en las elecciones del régimen burgués.
Es una mezcla de renegados del trotskismo y stalinistas reciclados, armados con los retazos del programa reformista de la vieja socialdemocracia y de la burocracia stalinista que en 1989 entregó los estados obreros a la restauración capitalista y a la economía imperialista mundial. Están bajo las órdenes y la batuta del Foro Social Mundial, bajo la disciplina de los militares “patriotas” como Chávez y de los burgueses “progresistas” como el gobierno de frente popular de Evo Morales, entreguista, antiobrero y  estrangulador de la revolución obrera y campesina en Bolivia.  Están bajo las órdenes de esa agente del estado burgués brasileño que es Heloísa Helena del PSOL, y de esa nueva burocracia sindical “de izquierda”  que, bajo la disciplina de Celia Hart Santamaría y Petras, se encaramó en CONLUTAS con sus partidos satélites como el PSTU.
Para los representantes del Foro Social Mundial en Argentina “nunca hay condiciones” para una embestida obrera y de masas. ¡Como si esas condiciones cayeran del cielo, como si el factor subjetivo –es decir, la dirección de la clase obrera- no fuera una fuerza decisiva para preparar y conquistar esas condiciones.
Eso sí, para ellos siempre “hay condiciones” para poner en pie “tendencias clasistas” organizadas entre cuatro paredes por un puñado de dirigentes con “buena llegada” al Ministerio de salud y acción social, al ministerio de Trabajo de Tomada,  y a los parlamentos burgueses. Esas “tendencias clasistas” que no son más que una burda estafa contra los trabajadores para impedir que éstos conquisten sus organismos de democracia directa para la lucha.
Esas “tendencias clasistas” son un engaño, porque se niegan sistemáticamente a luchar por tirar abajo a la burocracia en el medio del combate, por poner en pie comités de huelga, comités de fábrica, piquetes, por constituir Coordinadoras como en los ’70, por llamar a  marchar a la CGT como en el Rodrigazo en el ’75. Para ellos, “nunca hay condiciones”  para resistir heroicamente como en el Villazo de 1974-75, ni menos que menos para organizar un Cordobazo como lo hiciera el SITRAC-SITRAM con sus comités de fábrica en 1969, y como estaban las condiciones para iniciarlo hace unas semanas en Santa Cruz y Neuquén adonde esas corrientes fueron a hacer de bomberos para apaciguar a las masas que se sublevaban contra los asesinos impunes de Fuentealba y contra las tropas de ocupación de la gendarmería.
¡Y estas corrientes tienen la desfachatez de autoproclamarse continuadoras del “clasismo de los ’70”! ¡Nada  tiene que ver el verdadero clasismo de los ’70, con esta izquierda reformista cobarde y servil del régimen infame, que tiene estrictamente prohibido decir “huelga general”, “abajo la burocracia sindical”, “Que se vayan todos”, que se detiene siempre, respetuosa, ante el umbral de los sacrosantos estatutos y cuerpos orgánicos de los sindicatos sometidos al estado, devenidos en instrumentos de opresión contra la clase obrera!
Repiten hasta el cansancio “no hay condiciones”, “no se puede”, “los obreros son atrasados, no tienen la misma conciencia que en los ‘70”… en el mismo momento que esos supuestos “obreros atrasados” tiran a la burocracia como en FATE, tiran gobernadores como en Santa Cruz, buscan poner en pie coordinadoras zonales como  hicieron en FATE, Terrabusi y Fargo, cuando ponen en pie “comités de convencimiento” para “convencer” con los métodos de la clase obrera a los carneros que dejen de carnerear. ¡El cinismo de estos reformistas, que son los únicos verdaderamente “atrasados”, no tiene límites!
“No hay condiciones”, repiten. Pero las “condiciones” favorables para la lucha de clase obrera, repetimos,  no caen del cielo, no son un fenómeno natural o climático inevitables: a las condiciones para que la clase obrera pueda desarrollar su combate y triunfar, hay que prepararlas. Y la primera condición para ello, es poner todas las fuerzas al servicio de que el proletariado derrote en las calles y se saque de encima a la burocracia sindical traidora en todas sus alas, que es la que aplasta y oprime sus fuerzas. Pero la izquierda reformista se niega, precisamente, a “preparar las condiciones”, es decir, a organizar y preparar todos los días el combate para derrotar a la burocracia sindica porque ellos han demostrado ser… una verdadera burocracia sindical de izquierda cuyo programa es el que impusieron en Neuquén: hacer respetar a rajatabla el techo salarial del 16,5%, al igual que Moyano y Yasky.
¡Basta de imposturas! ¡Basta de posar de “clasistas”! ¡No es esta izquierda reformista la depositaria de las mejores tradiciones del verdadero clasismo de los ’70, sino su enterradora! No se puede ser “clasista” cuando se es parte de esa cueva de traidores del Foro Social Mundial que llama a la clase obrera americana y mundial a someterse a la burguesía: en Estados Unidos, llama a someterse al Partido Demócrata de los carniceros imperialistas como los Clinton y demás opresores de los pueblos del mundo; en Francia, llamó  a apoyar ayer al burgués imperialista Chirac contra el “fascista” Le Pen,  y hoy a Royal contra Sarkozy; en Argentina,  llama a apoyar, en Neuquén, a los “demócratas” del Frente para la Victoria en contra el “fascista” Sobisch, y al mismo tiempo,  en Santa Cruz, a los supuestos “demócratas”, los patrones gorilas de la UCR contra el “dictador” Kirchner que invadió la provincia con la gendarmería.
Su programa y su estrategia son los del “socialismo de mercado”, el programa de Chávez y la burocracia castrista restauracionista, bajo el comando de la nueva burguesía de los mandarines del PC Chino. “Socialismo de mercado” que no es otra cosa que la postración de la clase obrera ante la propiedad y la explotación capitalista. Su programa y su estrategia son la continuidad del stalinismo, de sus “frentes democráticos” con los supuestos patrones “progresistas” contra los “fascistas”, poniendo como pretexto y la mentira de un supuesto “atraso” y “debilidad” intrínsecos de la clase obrera. ¡Siempre que fue convocada al combate, la clase obrera argentina dijo “presente, y hoy, a pesar y en contra de todas las direcciones traidoras que tiene a su frente,  está protagonizando una verdadera rebelión contra el pacto social infame!
Porque son los pregoneros del “socialismo de mercado” en Argentina los centraliza y disciplina a todos el PCR-PTP, los hijos predilectos de la ex burocracia stalinista de Pekín que restauró el capitalismo en China, los mismos que en los ‘70 apoyaron a Isabel y las Tres A y que hoy, cuando se les dice la verdad, apalean a corrientes obreras del movimiento estudiantil como hicieron con los militantes de la COR en La Plata, golpiza que constituye una verdadera confesión de partes de lo que son.
Es un rejunte de desechos de aparatos conservadores heredados del pasado, que aún sobreviven a la cabeza de las organizaciones obreras. En Argentina, este embate de masas los aterroriza, porque los obliga a salir de sus cómodos puestos de delegados, de los cargos sindicales que ocupan, de las oficinas de los ministerios que frecuentan. Pero sobre todo, los aterroriza porque saben -como sabemos los trotskistas- que la rebelión que empezó en Argentina es hermana del heroico levantamiento de la clase obrera y la juventud chilenas que para poder enfrentar a Bachelet y al régimen pinochetista, deben enfrentar a la guardia pretoriana del Partido Comunista  (PC) que los sostiene y que,  a palazos limpios, reprime cada lucha obrera y estudiantil.
En Chile, la vanguardia obrera y estudiantil ha impuesto con justicia, contra los traidores del PC,  el grito de “los pacos de rojo son los peligrosos”. Es que son la expresión en Chile de la burocracia castrista que se apresta a restaurar el capitalismo en Cuba; de los que sostienen a los gobiernos de frente popular en Bolivia, Brasil y Uruguay y en Venezuela apoyan la fantochada de “revolución bolivariana” y “socialismo del siglo XXI” de Chávez, que lo único que hace es llenarse los bolsillos de petrodólares vendiéndoles petróleo a los yanquis y a su maquinaria de guerra que masacra en Irak y Afganistán.
Los acontecimientos internacionales y nacionales,la vida misma, y la lucha de los trabajadores ya va en un ángulo opuesto en 180 grados contra estas direcciones conservadoras, traidoras y reformistas, heredadas del pasado. Nuevas sacudidas históricas no dejarán ni rastros de ellas.
La necesidad de poner en pie una nueva dirección revolucionaria de la clase obrera en Argentina, se vuelve imperiosa. Pero esa dirección no podrá ser “autóctona” ni “nacional”, porque deberá enfrentar a estas direcciones traidoras y reformistas que, centralizadas en FSM, subordinan en todo el continente los intereses de la clase obrera a las respectivas burguesías nacionales.  
La puesta en pie de una corriente internacionalista y revolucionaria del proletariado argentino, es la condición decisiva hoy, para devolverles a los heroicos obreros combativos de la clase obrera argentina, la dirección que se merecen. Una nueva dirección revolucionaria que, para merecer el honor de ser tal y de reivindicarse “continuadora del clasismo”, deberá romper todo sometimiento la  burguesía y enfrentar a las direcciones centralizadas a nivel internacional,  que han sostenido al sistema capitalista, a sus regímenes y gobiernos burgueses, ante los embates de la clase obrera latinoamericana a principios del siglo XXI.
Por eso, el clasismo de ayer sólo puede tomar vida hoy en una nueva dirección revolucionaria e internacionalista del proletariado argentino. Las fuerzas para ponerla en pie ya están y se han destacado en el combate, en el curso de la rebelión obrera contra el pacto social, enfrentando a la burocracia sindical y piquetera, sublevándose contra las paritarias del hambre, encabezando la toma de colegios y los combates espontáneos como el Plaza Constitución.
Se aproxima el momento, y nada podrá impedirlo, en que los reformistas quedarán boqueando como peces fuera del agua, y en que el camino de los revolucionarios a las masas se abrirá plenamente, como ya lo están anticipando el heroísmo de los combates actuales de la clase obrera y los miles de obreros perspicaces que este embate está decantando. Ellos serán los dirigentes y el estado mayor del nuevo partido revolucionario e internacionalista que necesita la clase obrera argentina para triunfar.
En esta tarea ponemos todas las fuerzas los trotskistas de Democracia Obrera que, como integrantes de la Fracción Leninista Trotskista, luchamos por poner en pie,  contra los traidores del FSM y su política reformista, una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias. La LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina ha dado, en estos años de duro combate,  un decisivo paso adelante: ya está quedando claro ante el movimiento obrero revolucionario real quién habla en nombre del trotskismo y sostiene sus limpias banderas y su programa, y quién se ha pasado definitvamente, con armas y bagajes al campo del oportunismo y del reformismo.

Carlos Munzer