Volver al índice DO 17 Los Abogados no reemplazamos a las organizaciones de lucha de la clase obrera

 

LOS ABOGADOS NO REEMPLAZAMOS A LAS ORGANIZACIONES DE LUCHA DE LA CLASE OBRERA

Escribe Viviana Noguerol, abogada

Me tomé la libertad de escribirles porque los empresarios y el gobierno están llevando a los trabajadores que luchan y resisten, a una verdadera trampa. Para que los obreros dejen de luchar, les sancionan conciliaciones obligatorias, y si no las acatan, los amenazan con aplicar las leyes y declararles "ilegales" sus luchas, con sancionarlos, etc.
Que el gobierno que es patronal, o los empresarios, o el Ministerio de Trabajo que también es de la patronal, quieran presionar y engañar a los obreros es normal, porque son la clase enemiga. Lo que es una verdadera catástrofe, es que abogados y profesionales que se dicen de la clase obrera colaboren en fortalecer este engaño, abriendo expectativas en las instituciones de la justicia burguesa.
Leí en un periódico que abogados del CEPRODH afirmaban que ellos "expresaban legalmente las luchas" de la clase obrera. Eso no sólo es una barbaridad: es una mentira.
Les están diciendo a los obreros que ellos pueden "expresar" sus luchas dentro de los juzgados, y esto no es cierto porque dentro de los juzgados, solamente se expresa el lenguaje de las leyes burguesas: allí la clase obrera no tiene ninguna fuerza. Si lo que dicen esos abogados fuera cierto, se está a un paso de decir que se pueden ganar las luchas en los juzgados. En realidad, en los juzgados y en los escritorios ministeriales es donde la patronal les saca a los obreros lo que no les pudo arrancar en el enfrentamiento directo. Porque es en el enfrentamiento directo, con sus métodos de clase, con la huelga, el piquete, etc., donde la clase obrera toma fuerza, porque se libera de toda atadura con la clase que la oprime y la explota: la burguesía. Luchando, el obrero se libera.
Lo primero que tenemos que decirles con claridad a los trabajadores es que en el capitalismo hay dos clases antagónicas. Esto quiere decir que lo que favorece a una, perjudica a la otra. Si el patrón gana, es porque el obrero pierde. Porque el patrón vive de explotar al obrero: no pueden ganar los dos. El estado es un estado burgués, sus instituciones están al servicio de los empresarios, de los patrones. Y si el estado quiere que los obreros piensen que es “imparcial”, es porque quiere hacerles creer que puede haber alguna conciliación, alguna negociación que permita que dos clases antagónicas puedan seguir viviendo juntas y “en paz”. Eso no es cierto. En el capitalismo no existe la "justicia social". Un abogado que no les explique con claridad eso a los trabajadores, pregona la colaboración de clases.
Si en algún momento los ministerios o los parlamentos votan alguna ley o sancionan alguna resolución que parece a favor de los obreros, es porque la lucha que los trabajadores están haciendo en las calles se volvió una amenaza muy grande y apunta a quitarles sus propiedades. Es decir, que se encamina a la revolución. Entonces aflojan alguna ley, o alguna resolución. En palabras simples, cuando se encuentran ante el peligro de perder su propiedad, o la ven muy amenazada, dan alguna concesión. Pero esas concesiones siempre tienen alguna trampa.
El capitalismo todo lo compra y lo vende, todo lo corrompe. Compra jueces, abogados, diputados, y también a los burócratas sindicales.
No hay ley que impida que la patronal despida un obrero, siempre que le pague la indemnización. Justamente de eso se agarra la burocracia sindical para decir que no puede hacer nada". Lo que impide que se despida a un obrero es la lucha de sus compañeros que, contra todas las leyes de la propiedad burguesa, se oponen a ser esclavos que se usan y se desechan al capricho del patrón y se niegan a los bajos salarios, a los despidos, etc.
Por eso, si no existen obreros organizados y peleando con sus organismos de lucha, lo que podemos hacer los abogados es buscar alguna vuelta legal para hacerles el aguante mientras se organizan para luchar. Pero los abogados no reemplazamos los organismos de lucha de la clase obrera.

NO HAY DEMOCRACIA EN LAS FABRICAS

Los trabajadores de la ex Jabón Federal tienen un cartel que dice "Basta de dictadura patronal". Tienen razón, en las fábricas no hay democracia, es una terrible dictadura, y se persigue y se aprieta a los trabajadores con los supervisores, los capataces y el personal de seguridad. La patronal altera constantemente los contratos de trabajo, modifica las condiciones acelerando los ritmos de producción y aumentando así los riesgos de accidentes. Y resulta que cuando un obrero se rebela contra eso , lo acusan de "romper la ley", y si lucha para defenderse, le mandan la policía, meten a sus dirigentes presos. Y si se resiste hasta lo meten preso, como hicieron con los trabajadores de Las Heras.
Justamente, Las Heras es el gran ejemplo de lo que sostengo. Allí, en nombre de la justicia y la ley, se aplicaron los métodos de la dictadura militar, la represión, el secuestro, la tortura. Cuando el engaño de los ministerios no funcionó, el estado usó sus "bandas de hombres armados", eso sí, en nombre de la “justicia”.
Otro ejemplo es el de las "listas negras". Está prohibida "legalmente" la persecución política y sindical. Sin embargo, todos sabemos -y los ministerios y jueces primero que nadie- que se hacen circular listas de activistas confeccionadas por la propia burocracia para que nadie les de trabajo. ¿Y la ley? Bien, gracias.
Para dar un ejemplo más. Yo estoy defendiendo al compañero Pablo de Sabó que fue despedido, estamos buscando su reincorporación. Fue una gran lucha donde de 19 despedidos se lograron reincorporar 17 compañeros. Pero ahora que se acercan las audiencias, la patronal y los matones de la burocracia, empezaron a amenazar a los posibles testigos con el despido y con la agresión física. Mientras tanto, la patronal prepara sus propios "testigos" y la ayuda a conseguirlos la burocracia sindical: los consiguen entre los capataces y los burócratas de la lista Marrón de la UOM. Ellos saben que si Pablo reingresa a la fábrica, será una gran derrota para la patronal, pero nosotros sabemos que si el aguante que estamos haciendo con el juicio sirve para poner en pie una organización de lucha de los trabajadores de la zona, podemos lograr que Pablo reingrese.
Por eso, el juicio está al servicio de ser una tribuna para los luchadores obreros que quieran organizarse para luchar. El 15 de septiembre está la primera audiencia. Llamamos a las organizaciones obreras, a los activistas, a los que están luchando, a los organismos de derechos humanos, a los partidos que se reivindican de la clase obrera, a que asistan y se pronuncien por la reincorporación de Pablo.

SER CONTINUIDAD DE LOS ABOGADOS DEL
"CORDOBAZO" DE LOS ‘70, Y DEL PUÑADO DE
ABOGADOS QUE SE JUGARON LA VIDA CONTRA LA DICTADURA MILITAR

Por último, quiero decirles que sería un honor para mí poder ser una continuadora de los profesionales que como Curuchet y Ortega Peña, siempre estuvieron al servicio de la clase obrera, del clasismo. Más allá de que tengo grandes diferencias con sus pensamientos militantes, ellos se mantuvieron firmes junto a la clase obrera en momentos en que las 3 A de Perón, López Rega y la burocracia sindical asesinaban a los activistas clasistas. El propio Ortega Peña cayó bajo las balas asesinas de las 3 A. Ellos siempre mantuvieron presente que solamente la clase obrera con sus organizaciones era la que podía cambiar los destinos de la humanidad y consecuentes con eso, tenían principios claros, entre ellos, el de no cobrarles ni un peso a los obreros en lucha por defenderlos contra la patronal y la persecución. También sería un orgullo ser continuidad del puñado de abogados que se jugaron la vida contra la dictadura militar, porque ahora es muy fácil recorrer los escritorios ministeriales y los pasillos de los juzgados, pero en esa época había que ser valiente y jugársela: ir a presentar un habeas corpus por un compañero, podía significar que te convertías en un desaparecido.
Desde mi puesto de abogada estoy a disposición de ayudar a todos los compañeros despedidos y perseguidos que lo necesiten, porque mi función como abogada revolucionaria es poner toda mi capacidad al servicio de que la clase obrera ponga en pie sus propios organismos de lucha contra este régimen de explotación. En ese sentido llamo a los abogados que quieran ponerse al servicio de la clase obrera desde estos principios, a que nos unamos, no para poner en pie uno más de esos gabinetes laboralistas que hacen del juicio de los obreros una industria, sino para poner toda nuestra capacidad al servicio de la organización de los obreros revolucionarios que puedan conmover al sistema desde sus cimientos.