Volver al índice DO 16 ¡El Regimen del Pacto Social busca parir un Kirchnerato!

 

Con golpes videlistas a la vanguardia como en Las Heras,
Con las paritarias de hambre y miseria del 19%, firmadas por la burocracia a espaldas de los trabajadores
Con la dispersión de la vanguardia obrera garantizada por la izquierda del régimen del pacto social,

TRAS LOS PASOS DEL “MENEMATO” DE LOS ‘90
EL REGIMEN DEL PACTO SOCIAL BUSCA PARIR UN KIRCHNERATO
de la patronal esclavista del “frente exportador” y el gran capital imperialista

En los acontecimientos de Palestina y Medio Oriente se concentra hoy no sólo el punto clave de la lucha de clases internacional, sino que también sintetiza las principales lecciones que las masas trabajadoras y los revolucionarios necesitan comprender frente a la lucha contra la patronal y el imperialismo (ver editorial).
Allí el imperialismo yanqui, a través de su gendarme sionista, tiene una política de exterminio de las masas palestinas y quiere dar una verdadera “solución final” al estilo de lo que hiciera en los Balcanes contra el pueblo bosnio, terminando con todo vestigio que quede de la heroica revolución del 2000. Si triunfan, las consecuencias serán cerrar la crisis del gobierno de Bush, asentar su protectorado en Irak para poder avanzar sobre la nación iraní, y demostrarles a los proletariados del mundo y a las masas iraquíes que es inútil enfrentarlos.
Los carniceros yanquis han podido lanzar semejante ofensiva contrarrevolucionaria para imponer la “solución final”, o sea el exterminio del pueblo palestino, gracias a que las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial, con su política de colaboración de clases, lograron controlar, por el momento, los primeros pasos del despertar de la clase obrera norteamericana, poniendo su lucha contra la guerra y en defensa de los trabajadores inmigrantes a los pies del Partido Demócrata; y en Francia, impidieron que la lucha política de masas contra el CPE y las leyes de esclavitud se transformara en huelga general y abriera el camino al inicio de la revolución.
Con la misma política de colaboración de clases, de subordinar a la clase obrera a las burguesías cipayas del continente, las direcciones del Foro Social Mundial han logrado estrangular y contener la lucha revolucionaria y antiimperialista de las masas en América Latina, y han llevado a la heroica revolución boliviana a una encrucijada. Esta política de contención y el sostén de las burocracias sindicales y las direcciones del Foro Social Mundial, han fortalecido entonces a los regímenes y gobiernos burgueses del continente para seguir explotando y esclavizando a las masas latinoamericanas. Consecuencia de ello es la imposición del CAFTA en Centroamérica, de los TLC como en Perú, Chile, etc., y el fortalecimiento del MERCOSUR, otro de los tratados de libre comercio de los monopolios imperialistas y las burguesías cipayas del Cono Sur (ver artículo).

El régimen del pacto social se fortalece sobre la base de un nuevo salto en la estatización de los sindicatos

Como parte de ello, en los últimos meses, el régimen infame del pacto social en Argentina se ha fortalecido, sobre la base de que la patronal, el gobierno y la burocracia sindical –con la colaboración de la izquierda reformista- han logrado imponerles a los trabajadores las paritarias del hambre firmadas a sus espaldas, asentando así y consumando una nueva derrota contra los mismos, que tuviera su primer acto en el golpe “videlista” contra los trabajadores y el pueblo de Las Heras con el que se intentó dar un escarmiento a toda la clase obrera, y en el estrangulamiento de la oleada de luchas de los contratados y tercerizados como los del Subte y SIDERAR. Es que esas luchas expresaban la verdadera rebelión que se estaba gestando en las fábricas y empresas contra los techos salariales y la traición de la burocracia sindical. Allí se probó la enorme cobardía y sometimiento de la nueva “burocracia de izquierda” que mantuvo dispersas y ayudó a estrangular todas estas expresiones de rebelión obrera.
Es que si Las Heras o SIDERAR triunfaban –y antes Telefónicos y los trabajadores del Garrahan- se rompía el techo salarial, no se podían aplicar nuevas condiciones de trabajo y NO SE FIRMABAN LAS PARITARIAS DEL 19%. Porque son paritarias afirmadas en la represión y la cárcel, como escarmiento a las masas que enfrentan al régimen del pacto social, en la liquidación del movimiento piquetero combativo y en su asimilación vía la burocracia piquetera, como ejército industrial de reserva permanente utilizado por la patronal para hundir el salario de toda la clase obrera.
La máxima expresión de este fortalecimiento del régimen del pacto social, fue la verdadera conspiración con la que se impusieron las paritarias del 19%: se juntaron el presidente, su ministro de trabajo, un puñado de empresarios representantes de los monopolios y 500 burócratas sindicales, y a espaldas de la clase obrera y el pueblo, decidieron el salario, las condiciones de trabajo y la esclavitud de 14 millones de trabajadores. Una decisión que probó que el parlamento patronal, apoyado en la reaccionaria constitución de 1853/1994, juega el rol de levantamanos de las órdenes del Ejecutivo, apoyando todas las leyes y medidas contra los trabajadores. Las que deciden son las corporaciones empresarias y estatales y los sindicatos, totalmente estatizados y transformados casi en organismos paraestatales: eso es el bonapartismo que intenta asentarse y que, para hacerlo, necesita terminar de aplastar a las masas obreras, quebrando su voluntad de combate, preparando así un nuevo ataque generalizado contra los trabajadores y los explotados.
Es que en esta época imperialista de reacción en toda la línea, para mantener su dominio, los monopolios imperialistas buscan y necesitan imponer el régimen y el gobierno más totalitarios que puedan y que les permita la relación de fuerzas con las masas. Por ello, el régimen en Argentina es el de las corporaciones empresarias representantes de los sectores petroleros, las comodities y los agronegocios (Repsol-YPF, Techint y Cargill, por ejemplo), que son las que manejan los principales negocios del país y las que más facturan y exportan, sostenidas por el pacto social con las burocracias de las organizaciones obreras sindicales, y también las piqueteras que se integraron como funcionarios del estado a sus representantes, en secretarias y ministerios nacionales y provinciales.
Este fortalecimiento del régimen es el que le permite al gobierno de Kirchner firmar nuevos acuerdos de sometimiento de la nación al imperialismo, como son el precio del gas entre Bolivia y Argentina impuesto por la Repsol, el nuevo protocolo automotor que firmó con Brasil y que beneficia a las automotrices imperialistas, el negociado con Aerolíneas Argentinas, el compromiso del gasoducto del Sur y de que toda inversión privada será acompañada por “inversión pública” (al estilo de los joint ventures), el pago de 6000 millones de dólares al “Club de París” y 1000 millones de inmediato a los acreedores españoles. Es el que le permite al gobierno, a los monopolios y la patronal esclavista, pasar un ataque despiadado en las fábricas y empresas y la persecución del activismo obrero, con la burocracia actuando como una verdadera policía interna del movimiento obrero. Y a todos los que se rebelen y rompan la “paz social” establecida en las paritarias, les esperan los palos, la represión y la cárcel, como sucedió con los trabajadores de Cargo-Renault, apaleados y llevados presos por luchar contra los despidos.
Para asentarse, este régimen necesita atacar y aplastar mucho más a las masas trabajadoras y para eso se prepara. Lo que viene para la clase obrera es mucho peor que lo que ya estamos sufriendo. Por eso, es necesario reagrupar a la vanguardia bajo una nueva organización y nuevo programa que esté a la altura del ataque del estado mayor burgués, y plantee un camino para reorganizarse y vencer.

Quieren parir un kirchnerato

Este régimen del pacto social fortalecido, está pariendo así un gobierno “fuerte”, a su imagen y semejanza. Quieren un Kirchner que, como “el hombre” de la Repsol, Cargill, Techint –los pilares del llamado “frente exportador”-, actúe como árbitro entre los distintos sectores burgueses; que sea el encargado de decidir cómo se reparten entre los distintos sectores patronales las ganancias conseguidas gracias a la superexplotación obrera, de acuerdo a los dictados de los sectores monopólicos que agarraron la manija económica del país; inclusive “castigando” a los que patalean, como hizo con los ganaderos -imponiendo la veda a la exportación de carne, para que se sometan. Los “superpoderes” y la reglamentación de los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) que quiere Kirchner, no son más que el simple trámite de hacer ley lo que ya se está aplicando en los hechos. En los próximos meses, el gobierno redoblará el ataque a las masas, y además mandará al congreso leyes de política tributaria, promoción de hidrocarburos, incentivos a la exploración y sobre combustibles, seguridad y migraciones, subsidios al transporte, sistemas de aeronavegación, reforma sobre accidentes de trabajo, reformas al código penal y la Unidad de investigaciones financieras, nueva ley de educación, cuyo paso por el parlamento será una simple formalidad.
A este Kirchner que hace, deshace y decide como mandamás, se someten, aún rezongando –como lo mostraron los acuerdos de precios-, todas las fracciones de la burguesía. Es que sobre la base del saqueo de la nación y de la superexplotación y la esclavitud obrera, les garantiza buenos negocios a todos.
Es esta la razón por lo cual la “oposición“ burguesa se vuelve testimonial y tiende a diluirse: así queda Macri limitándose a dar consejos; el ARI disolviéndose, el radicalismo rompiéndose una vez más. Es que estos partidos patronales expresan a distintos sectores burgueses. Pero hoy, esos sectores patronales están todos en el “frente exportador” o alineados con él, y ese frente exportador de la gran patronal esclavista y los monopolios imperialistas, ya están representados por Kirchner y el régimen del pacto social que reparten negocios para todos y les garantizaron hasta aquí la derrota de las luchas obreras.
Estamos entonces frente al intento de imponer un “kirchnerato”, tras los pasos de lo que fuera –salvando todas las distancias- el menemato de los ’90, es decir, de un gobierno fuerte de un régimen bonapartista, que garantice aplicar los planes del imperialismo, y derrotar y someter a las masas.
El menemato en los ’90 fue el régimen de la Banca Morgan, el Citibank y las privatizadoras, asentado en el “jolgorio” del ingreso de 16.000 millones de dólares por año al país, con los monopolios imperialistas comprándose por chauchas y palitos las empresas estatales (YPF, ENTEL, Somisa, los ferrocarriles, Aerolíneas, agua, luz, gas, etc.), en la total apertura económica, el saqueo de la nación y aumento sideral del endeudamiento externo. Para imponerse, primero tuvo que derrotar a las masas y sus luchas (como las huelgas de telefónicos, de ferroviarios, Somisa, entre otras muchas), pasando las privatizaciones, y despidiendo a medio millón de trabajadores estatales.
Hoy, este intento de asentar un kirchnerato está basado en el estrangulamiento de la lucha revolucionaria de 2001 y en la reinserción de la Argentina en la división mundial del trabajo –sobre la base de la esclavitud y superexplotación obrera y una redoblada entrega del país al imperialismo- como exportador de petróleo, soja y sus derivados, e insumos como el acero para esa enorme aspiradora que son los monopolios imperialistas instalados en la China del capitalismo restaurado y de su clase obrera esclavizada.
Este intento de asentar un kirchnerato es una muestra de que, para salir del “horror” que significó el levantamiento revolucionario de 2001 que derrocó a De la Rúa e hizo estallar por los aires el viejo régimen de partidos patronales del “Pacto de Olivos”, la burguesía necesita hacer girar a la derecha todo el régimen político. Ya no puede volver a un régimen semi-parlamentario bipartidista, sino que sólo puede avanzar hacia un kirchnerato.
El objetivo que tiene es de imponer un régimen al estilo del régimen cívico-militar chileno, donde la “Concertación” –constituida por el Partido Socialista y la Democracia Crisitiana- imponen un gobierno de colaboración de clases, sostenidos desde afuera por el Partido Comunista; un régimen que ha impuesto el TLC con el imperialismo yanqui y reprime ferozmente toda lucha obrera y popular, pero que a la vez tiene fuerzas más a la derecha –los partidos pinochetistas UDI y Renovación Nacional- que blanden ante las masas el látigo de la contrarrevolución directa. Salvando las distancias de la analogía, el kirchnerato jugaría en Argentina el papel de la “Concertación”, y las alas burguesas al estilo Blumberg se postulan para ser esas fuerzas más a la derecha.
Esta es la salida que los monopolios y los patrones esclavistas necesitan imponer. Habrá que ver si lo logran: faltan aún combates por dar.

La izquierda del régimen del pacto social

Como ya dijimos, no habría sido suficiente para imponer este fortalecimiento del régimen del pacto social que está pariendo un kirchnerato, sólo con el accionar de la burocracia sindical traidora de la CGT y la CTA, odiada por las masas. Sin la colaboración de la izquierda reformista que fue la encargada de garantizar la dispersión de la vanguardia obrera y el estrangulamiento de la oleada de luchas de los trabajadores contratados y tercerizados, cuyo primer hito fue el levantamiento de los petroleros y obreros de la UOCRA en Las Heras, este fortalecimiento no hubiera sido posible.
Fue la izquierda reformista –incluidos los renegados del trotskismo- y las “nuevas direcciones” sindicales, los que paseaban a Navarro para que dijera que el represor Sayago era un “compañero” policía y que debía “intervenir la justicia”, abriéndole así la puerta a la jueza Ruata de Leone y a la feroz represión de la gendarmería y la policía en Las Heras. Fueron ellos los que garantizaron aislar la lucha, y dejaron solas a las mujeres resistiendo, mientras siguen todavía 6 compañeros presos. Fueron también los que entregaron la lucha por el castigo a los genocidas el 24 de marzo, marchando con los kirchneristas y los golpistas; los que les dijeron a los trabajadores contratados que estaba mal tirarse a las vías del subte; los que se negaron a unir la lucha de los estatales que ganaban las calles en Córdoba, con la de los despedidos de Renault-Cargo o la Lockheed; y un largo etcétera. Son los que garantizan la dispersión de la resistencia obrera, y llevan todas las luchas a la trampa de las negociaciones en el ministerio de trabajo. Son la “izquierda” de Tomada y las paritarias del 19%: son la izquierda de este régimen infame del pacto social.
Usted los conoce compañero, los ve todos los días: son los que hoy le hablan de “parar la masacre” en Palestina pero se niegan a luchar por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel y se subordinan a las resoluciones de la ONU y la política de los “dos estados”; son los que lo llamaron a apoyar a los burgueses “progresistas” como Evo Morales y a su “nacionalización” tramposa, y a “militares patriotas” como Chávez; son los que lo llamaron a apoyar a Lula, y que no enfrentan a la burocracia castrista restauracionista, porque son orgullosos integrantes de esa verdadera internacional contrarrevolucionaria que es el Foro Social Mundial.
Son los abanderados del “no se puede”. Son los que con 300 organizaciones reunidas “no pudieron” organizar la lucha junto a Las Heras. Para defender a los trabajadores de ATENTO, no “pudieron” parar FOETRA enfrentando a la burocracia, a pesar de tener el 40% del cuerpo de delegados a favor del paro; no “pudieron” unir a los contratados y los efectivos en metalmecánicos y luchar por el salario, las condiciones de trabajo y la efectivización y esto se pagó con mil despidos. Ahora se niegan a impulsar una lucha nacional estatal y docente por el salario y contra la ley de educación, y siempre terminan subordinándonos a lo que quieren la patronal, el gobierno y la burocracia. Y después somos los trabajadores los que sufrimos en los huesos y la carne sus agachadas: las sufrimos en despidos, bajos salarios, ritmos de trabajo infernales y precarización. Son los que todos los días ayudan a la burocracia a atarnos las manos y a subordinarnos a la patronal. Despotrican contra el gobierno, pero se someten al régimen infame del pacto social. Son los que ahora chillan contra Kirchner, pero llaman a “derrotarlo”... en las elecciones el año que viene, y mientras tanto sigue avanzando el ataque patronal.
Pero a pesar de ellos y contra ellos, la resistencia obrera persiste. La bronca corre como un rumor, de boca en boca y de máquina en máquina. Aquí y allá, amaga con expresarse, pero aparecen estos mariscales del “no se puede” y destruyen todo.
Está fuera de los objetivos de la izquierda reformista reagrupar, organizar y sincronizar a los que resisten para enfrentar y parar el ataque que seguirán descargando el imperialismo, la patronal y el gobierno. Esta es la tarea del momento y será contra todos ellos, porque para poner en pie la dirección que los trabajadores necesitan, debe comenzarse por romper con esos partidos, porque esos partidos se niegan a romper con la burguesía y la burocracia sindical y con la política continental contrarrevolucionaria del Foro Social Mundial cuyos jefes son Chávez y Fidel Castro. Todo compañero que honestamente quiera enfrentar al régimen, a la burocracia, al gobierno, a la patronal, y organizar y centralizar la resistencia actual y prepararse para la pelea que viene, no puede seguir un minuto más en esas organizaciones. Todo obrero o joven avanzado que quiera poner a la clase obrera argentina a la altura del ataque que está sufriendo y de la heroica lucha que están dando la clase obrera y el pueblo palestino y la heroica resistencia iraquí, no puede permanecer un minuto más en sus filas.

Formemos un Bloque Obrero Revolucionario que luche por reagrupar la resistencia
y darle una voz nacional, poniendo en pie un Movimiento Socialista Revolucionario
por la Democracia Obrera

Frente a semejante traición de las direcciones, es una necesidad para la clase obrera dotarse de una dirección revolucionaria internacionalista que esté a la altura de las circunstancias. En esta lucha por lograrlo estamos embarcados los trotskistas de Democracia Obrera que, junto con los compañeros que formamos la Fracción Leninista Trotskista (FLT) luchamos por refundar el partido mundial de la revolución socialista.
En Argentina, esa lucha pasa por poner todas las fuerzas en reorganizar, coordinar y centralizar la resistencia obrera. Y esa reorganización y reagrupamiento empieza hoy por que la vanguardia obrera se ponga en la trinchera de las masas palestinas atacadas por el ejército sionista-fascista de Israel y que levante la necesidad de la destrucción de ese enclave imperialista.
Llamamos a las los obreros avanzados, a los jóvenes revolucionarios que hierven por entrar al combate, a las organizaciones obreras con las que hemos luchado en común contra la “Cumbre” y la “Contracumbre” en noviembre de 2005, contra las políticas del Foro Social Mundial, contra las burocracias sindicales y piqueteras y también en defensa de la revolución boliviana contra el régimen de la Rosca y su gobierno de colaboración de clases de Evo Morales, y que hoy nos encontramos en el mismo lado de la trinchera en Palestina y Medio Oriente, a que pongamos de inmediato en pie un Bloque Obrero Revolucionario que llame a unificar y centralizar la resistencia que lucha, para que golpee coordinadamente, planteando una solución a las demandas, aún las más elementales, de nuestra clase.
A todas las organizaciones obreras que enfrentan a las direcciones traidoras y buscan un camino revolucionario para nuestra clase, y a ustedes compañeros, compañeras, los llamamos a que juntos luchemos por poner en pie un Movimiento Socialista Revolucionario por la Democracia Obrera, para que esa resistencia y ese reagrupamiento tengan una voz nacional, que llame y agrupe a los que quieren tomar en sus manos esta tarea, a los que no quieren subordinarse a la colaboración de clases y quieren romper con la patronal haciendo que el movimiento obrero pese en la vida nacional e internacional, y por lo tanto, a los que están con las masas palestinas y por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel; a los que quieren volver a poner en pie nuevamente el cuartel general de la revolución boliviana en El Alto insurrecto; a los que luchan por unir a sus hermanos de clase inmigrantes que pelean en los Estados Unidos, con los inmigrantes bolivianos que trabajan como esclavos en los talleres clandestinos y con los precarizados de Argentina. Un Movimiento que agrupe a los que luchamos por la revolución política en Cuba para derrotar a la burocracia castrista que quiere restaurar el capitalismo en la isla; a los que nos sentimos carne y sangre con la heroica juventud obrera y los trabajadores inmigrantes que en Francia se levantaron ayer y hoy resisten los nuevos ataques de la burguesía imperialista, pugnando por romper el corset que le imponen la aristocracia y la burocracia obreras, sus sindicatos y partidos socialimperialistas. Un movimiento que agrupe a los que también nos sentimos carne y sangre de la juventud estudiantil combativa de Chile y de la vanguardia minera y portuaria que se niega a someterse a Bachelet como pretende el stalinismo. Un Movimiento que reagrupe a los que en Argentina llamamos a centralizar la resistencia y coordinar a los que luchan, a pelear por conquistar una Tercera Asamblea nacional piquetera de trabajadores ocupados y desocupados; de los que no acatamos la disciplina de la nueva burocracia sindical “de izquierda” que le salva la vida a la burocracia de la CTA y la CGT; de los que queremos recuperar las comisiones internas y los cuerpos de delegados, pero no para que sean un engranaje más de los “cuerpos orgánicos” de la burocracia, sino para convertirlos en verdaderos comités de fábrica donde están organizados para luchar juntos y por un mismo programa, trabajadores efectivos, contratados y en negro.
Los llamamos entonces, compañeras, compañeros, a poner en pie este Movimiento Socialista Revolucionario por la Democracia Obrera, a llenarlo de delegados y activistas, para que lo hagan suyo los que saben que su lugar no está en los partidos de la “izquierda del pacto social”. Pero a la vez, dando pelea a la patronal y al régimen en todos los terrenos, inclusive conquistando la legalidad electoral – de la que las organizaciones revolucionarias podemos disponer gracias a las luchas obreras que la conquistaron-, demostrando cómo se puede utilizar la legalidad burguesa e incluso las elecciones al servicio del reagrupamiento de la clase obrera y de la revolución.
Los llamamos a organizarse con Democracia Obrara para concretar este Bloque y luchar por poner en pie y hacer grande este Movimiento. Este periódico está al servicio de esta pelea. Queremos que usted compañero, compañera, obreros y jóvenes combativos y conscientes, nos ayuden, enviando sus opiniones para que sean publicadas, pasando este periódico a sus compañeros, organizando grupos de activistas alrededor del DO, sosteniéndolo mediante la suscripción y dando su aporte para construirlo.

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