Partido Obrero Marxista: Posición sobre el gobierno de Lula y los actuales acontecimientos


Es necesario poner en pie una estrategia proletaria independiente
¡HAY QUE DERROTAR AL GOBIERNO DE LULA, ALENCAR, MARINHO, LA PATRONAL ESCLAVISTA Y EL FMI!

Brasil, el país de América Latina con una de las clases obreras más concentradas, es clave en futuro de la revolución en el continente. Por esa razón, es fundamental el combate del trotskismo principista en ese país, porque es una lucha que enfrenta a la burguesía brasileña que es punta de lanza con la Petrobras -como actúa a su vez como cabeza de playa de las petroleras imperialistas- del cerco económico, político y militar contra la revolución boliviana. La lucha del trotskismo principista enfrenta en Brasil a la aristocracia y la burocracia obrera de la CUT y del PT que, junto a la burocracia castrista restauracionista cubana, han sido y son el pilar de la aplicación de la política contrarrevolucionaria de contención de la revolución en toda América Latina.
Los grupos brasileños integrantes del Comité de Enlace por una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias -que viene de realizar su 3ª Pre-Conferencia-, han iniciado un proceso de elaboración colectiva de un documento que defina una posición y un programa revolucionario internacionalista frente a Brasil, en momentos en que se desarrolla una crisis política en el gobierno de Lula-Alencar.
Con el presente artículo, intentamos hacer una colaboración y un aporte a la elaboración de nuestros camaradas de Brasil.

El gobierno de Lula-Alencar -un gobierno de frente popular, de colaboración de clases y agente del imperialismo en Brasil-, está hoy inmerso en la crisis política, asediado por las denuncias de corrupción. Desde hace ya más de un mes, se suceden las denuncias y las renuncias, que ya se han cobrado la cabeza del jefe de la casa civil José Dirceu, del antiguo presidente del PT José Genoino, del ex tesorero del PT, Delubio Soares, y del presidente de la bancada del PT en la cámara de diputados, entre otros.
Esta crisis política gubernamental es provocada por disputas interburguesas, pero no porque haya crisis económica, ni tampoco porque la burguesía esté ante un ascenso de luchas obreras y se divida sobre cómo enfrentarlo. Por el contrario, Brasil está en un ciclo de crecimiento (con un crecimiento del PBI del 4% en 2004 y del 3,5% previsto para 2005) y las tendencias tanto al desarrollo de una oleada de luchas obreras contra el gobierno de Lula -que fueran encabezadas esencialmente por los trabajadores públicos-, y a que sectores de la vanguardia y la clase obrera rompieran con el PT y la CUT, fueron contenidas y estranguladas por el Foro Social Mundial, y por los liquidadores del trotskismo que han jugado cabalmente el papel de poner en pie nuevos diques de contención.
Así, petistas disidentes como la mandelista Heloisia Helena , con Babá de la morenista CST (UIT) , y Luciana Genro (MES) , pusieron en pie el P-SOL para ocupar el espacio dejado por el giro a la derecha del PT que se fue al gobierno a administrar los intereses de la burguesía, y para contener toda ruptura del PT por izquierda, diciéndoles a los trabajadores que la salida es prepararse para las elecciones presidenciales de 2006. Por su parte, el PSTU (LIT) , después de llamar a los trabajadores a votar por Lula-Alencar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, fue el encargado de contener el progresivo proceso de giro a la izquierda de franjas de trabajadores y de agrupamiento de la vanguardia obrera en la CONLUTAS , subordinándola en enero de 2005 al Foro Social Mundial y negándose a volver a reunirla desde entonces. Sólo recientemente ha anunciado la convocatoria a un nuevo "Encuentro" de la misma para agosto, como veremos más adelante.
Fue sobre esa base que el gobierno de Lula y el régimen bonapartista del pacto social lograron asentarse, propinándoles duros golpes a la clase obrera mediante acuerdos de convenios laborales regidos por el pacto social en los que los dirigentes pelegos de la CUT entregaron las conquistas y los salarios de los trabajadores; con un brutal ataque al sistema de jubilaciones, provocándole una gran pérdida de conquistas y de salarios a la clase obrera. De la misma manera, el gobierno de frente popular de Lula-Alencar, fiel a la política del imperialismo y del FMI, redobló el ataque contra la educación y contra los servicios públicos. Con estos duros golpes y ataques contra las conquistas, el salario y el nivel de vida de las masas, la burguesía logró arrancarle una nueva masa de plusvalía al proletariado y conquistar así un nuevo ciclo de buenos negocios.
Ahora preparan el llamado plan "Déficit Cero", con el que reduciendo los gastos públicos -es decir, atacando aún más la salud y la educación públicas, reduciendo el personal mediante despidos en la administración pública, y congelando los salarios de los empleados públicos-, pretenden, en cinco años, terminar con el déficit nominal que para el año 2005, está previsto en 56.900 millones de reales, es decir, ¡la friolera de unos 23.700 millones de dólares!

Disputas burguesas motorizan la crisis gubernamental

Lo que está motorizando la crisis política del gobierno de Lula-Alencar, es una disputa de las distintas fracciones burguesas que discuten sus negocios en forma abierta, precisamente porque lograron impedir que las ondas expansivas de la revolución argentina golpearan en Brasil, y porque sacaron provisoriamente de las calles a la clase obrera y al movimiento de masas. Y así, una vez que sus sirvientes del PT en el gobierno le garantizaron controlar al proletariado, redoblar la explotación sobre el mismo, el FMI, la gran patronal brasileña y los monopolios imperialistas quieren todo: no están dispuestos a seguir permitiendo que sus lacayos del PT y compañía se queden con los vueltos de la torta que reparten administrando los negocios de la burguesía y el imperialismo.
Es que desde el año 2002, y para impedir que las ondas expansivas de la revolución en Argentina y luego en Bolivia, golpearan al interior de Brasil, el estado brasileño gastó 30.000 millones de dólares por año (es decir, 120.000 millones de dólares en cuatro años). Ese dinero fue utilizado para impulsar algunos "planes sociales" como los llamados plan "Hambre Cero", "beca-familia" y "beca-escuela", consistentes en otorgar miserables subsidios a una parte de los sectores más hundidos de los explotados. Pero sobre todo, la mayor parte de esos 30.000 millones de dólares por año fueron entregados a sectores de la burguesía para ser invertidos en infraestructura, en subsidios a las empresas de transporte y en subsidios a la educación universitaria privada. Así, mientras el gobierno de Lula-Alencar se apresta a imponer la ley de reforma universitaria, se ha dedicado a rebajar los impuestos a las universidades privadas a cambio de supuestas "becas" para su "Programa Universidad para todos", mientras impulsa una política de adecuar la enseñanza secundaria a las "necesidades del mercado". También, y como está saliendo a la luz ahora con las denuncias sobre "corrupción", inclusive parte de esos fondos fueron entregados a fundaciones y ONGs para financiar la realización del V Foro Social Mundial en Porto Alegre, en enero de 2005.
Esto y no otra cosa, reflejan los 83.000 millones de reales de déficit que tienen la unión, los estados y los municipios por año desde el 2002, que ha llevado al gobierno de Lula y a la burguesía, a fijar la meta a conquistar de un déficit cero del tesoro. Esto se hizo sobre la base de sacar una nueva y enorme masa de plusvalía a la fuerza de trabajo, que sirvió para garantizar los pagos al FMI, el retiro de utilidades, dividendos, patentes y royalties por parte de las empresas imperialistas que se los llevaron fuera del país; dejando una enorme deuda interna pública. Pero esa deuda pública fue, sin ninguna duda, una inversión fructífera para el imperialismo, sus monopolios y la burguesía que lograron frenar la revolución latinoamericana y dar una nueva vuelta de tuerca en la explotación del propio proletariado brasileño.
Hoy, una vez que los explotadores consideran que esto ha sido logrado, el imperialismo, el FMI y los sectores más concentrados de la burguesía, quieren que esos 30.000 millones de dólares anuales sean para ellos, y no que los sigan repartiendo los funcionarios del PT y de la coalición de gobierno que se quedan con parte de los mismos. Son estas condiciones entonces, lo que está motorizando la crisis del gobierno de frente popular, con sus sucesivas rondas de denuncias y de renuncias, en la que el imperialismo y las distintas fracciones burguesas, mientras ponen orden y les cortan las manos sucias a sus empleados del PT en el gobierno, se cuidan muy bien de preservar a un gobierno que mantenga la fortaleza necesaria como para seguir atacando a las masas.

Un nuevo salto en la estatización de los sindicatos y la bonapartización del gobierno de Lula-Alencar y del régimen del pacto social

En medio de su crisis política el gobierno de colaboración de clases, proimperialista, y el régimen del Pacto Social en Brasil, han dado un nuevo salto en su bonapartización. El gobierno y el régimen ya habían estatizado completamente a la CUT y a los sindicatos. Y hoy, en medio de la crisis política, han llevado a su presidente, Luiz Marinho, directamente al Ministerio de Trabajo, confirmando así que, tal como lo plantea el Programa de Transición de la Cuarta Internacional, en momentos en que "la burguesía se ve inmersa en dificultades excepcionales, los dirigentes sindicales se convierten normalmente en ministros burgueses". De la misma manera, el 11 de julio, se reunieron con Lula en un acto unos mil burócratas de la CUT y la CGT, para manifestarle su apoyo, levantando la consigna "en defensa del gobierno y contra la corrupción", y "contra la desestabilización" del gobierno de Lula. También la dirección del Movimiento Sin Tierra salió a dar su apoyo al gobierno de Lula, al que, junto a la burocracia pelega de la CUT, viene sosteniendo.
Estamos entonces ante un nuevo salto en la estatización de los sindicatos en Brasil, y por lo tanto, también en la bonapartización del gobierno de Lula-Alencar y del régimen del pacto social. Es que, tal como ya lo definiera la IV Internacional en los '30, "Los países coloniales y semicoloniales no están bajo el dominio de un capitalismo nativo sino del imperialismo extranjero. Pero este hecho fortalece, en vez de debilitarla, la necesidad de lazos directos, diarios, prácticos entre los magnates del capitalismo y los gobiernos que, en esencia, dominan, los gobiernos de los países coloniales y semicoloniales. Como el capitalismo imperialista crea en las colonias y semicolonias un estrato de aristócratas y burócratas obreros, éstos necesitan el apoyo de gobiernos coloniales y semicoloniales, que jueguen el rol de protectores, de patrocinantes y a veces de árbitros. Esta es la base social más importante del carácter bonapartista y semibonapartistas de los gobiernos de las colonias y de los países atrasados en general. Esta es también la base de la dependencia de los sindicatos reformistas respecto al estado" ("Los sindicatos en la era de la decadencia imperialista, León Trotsky).
Así, el régimen burgués semicolonial brasileño, totalmente bonapartista, se asienta en un gobierno de frente popular y a través de él, en el PT, que se sostiene en la CUT y los sindicatos estatizados apoyados en una ínfima minoría de la clase obrera que éstos logran organizar y en los que la aristocracia obrera y la burocracia imponen su impronta a los obreros sindicalizados. Este régimen infame del pacto social hace todo esto para superexplotar mucho más, como verdaderos esclavos, a unos 60 millones de trabajadores abandonados a su suerte y a la mendicidad por la aristocracia y la burocracia obrera. Verdaderos trabajadores esclavos, que cobran el salario mínimo de 300 reales (120 dólares), o que están en negro, o desocupados, o como trabajadores agrícolas peleando por un pedazo de tierra para sobrevivir, sin ningún derecho y por fuera de los sindicatos.
Brasil confirma así y demuestra la total vigencia de la posición de la IV Internacional que afirmaba: "El capitalismo monopolista cada vez tiene menos interés en transigir con la independencia de los sindicatos. Exige que la burocracia reformista y la aristocracia obrera, que picotean de las migajas que se caen de su mesa, se transformen en su policía política a los ojos de la clase obrera. Cuando no se puede lograr esto, se reemplaza a la burocracia por el fascismo. Dicho sea de paso, todos los esfuerzos que haga la aristocracia obrera al servicio del imperialismo, no podrán salvarla, a la larga, de su propia destrucción" ("Los sindicatos en la era de la decadencia imperialista", León Trotsky, negritas nuestras).
Este el régimen del pacto social, que se asienta sobre los hombros de los sindicatos estatizados dirigidos por la burocracia sindical pelega no sólo para arrebatarle las conquistas a los trabajadores sindicalizados, como viene sucediendo, sino para superexplotar bajo condiciones de esclavitud a la absoluta mayoría de la clase obrera de Brasil (a la que los trabajadores chinos no tendrían nada que envidiarle) y que ha sido abandonada a su suerte por la burocracia sindical; para saquear a la nación, y para que Brasil actúe como una pieza clave al servicio del imperialismo para estrangular la revolución latinoamericana.

P-SOL y PSTU: política de presión sobre el gobierno proimperialista de Lula, Alencar, Marinho y el FMI, y sobre el régimen del pacto social.
Al servicio de esa política convocan a la movilización del 17 de agosto en Brasilia

Los renegados del trotskismo son una pieza y una rueda clave en este mecanismo que sostiene al podrido régimen capitalista semicolonial brasilero. Hoy, frente a la crisis política, se han conjurado para sostener a Lula y a su gobierno, e impedir toda intervención independiente de la clase obrera cuando los de arriba se pelean y disputan.
Algunos de ellos se han pasado con armas y bagajes al servicio de la defensa del estado y el régimen burgués. Este es el caso del Secretariado Unificado y su corriente Democracia Socialista, que han entrado directamente al gobierno de frente popular de Lula-Alencar, dándole el ministro de la Reforma Agraria -Miguel Rosetto-, es decir, al responsable y al brazo ejecutor del estado burgués y de los terratenientes que asesinan a los campesinos sin tierra y a los proletarios agrícolas. La corriente lambertista y su grupo O Trabalho, lo ha hecho por la vía de formar parte de la ejecutiva nacional de la CUT que hoy entró directamente al gobierno con Marinho como ministro de trabajo.
Por su parte, las corrientes de los liquidadores del trotskismo que se han ubicado en la "oposición", como el P-SOL y el PST-U, vienen desarrollando desde la asunción de Lula, y también en medio de la crisis política actual, una política de presión sobre ese gobierno pro-imperialista de frente popular, al que se niega a llamar a las masas a derrotarlo.
Cada vez que la vanguardia obrera intentó buscar un camino para romper el corset del régimen y saldar cuentas con los pelegos, los que se autoproclaman la izquierda del PT, el P-SOL - que llamó a constituir un "nuevo partido", diciéndole a los trabajadores que la solución está en ser una alternativa electoral para las elecciones de 2007-, y el mismo PSTU, se encargaron de impedirlo, y desorganizaron los organismos de lucha que abrían un camino para reagrupar las filas obreras, como fue la CONLUTAS.
Así, desde enero de 2005, en estos ocho meses que han pasado, se negaron a volver a reunir a la CONLUTAS -a la que ya habían limitado a una política y un programa de presión sobre el parlamento en contra de la reforma sindical, laboral y universitaria. Impidieron que ésta se convirtiera en un organismo de reagrupamiento revolucionario de la vanguardia obrera y estudiantil. De esta manera, cuando se abre la crisis política y los de arriba se pelean, las filas de la vanguardia obrera están dispersas y desorganizadas, impotentes para intervenir en forma independiente y centralizada.
EL P-SOL puso todo su eje en apoyar la Comisión Investigadora Parlamentaria (CPI) para "investigar la corrupción". Es decir, ¡apoyó que el zorro fuera el que cuidara a las gallinas! ¡Cómo los mismos diputados del parlamento burgués, los mismos que defienden la propiedad privada, la dominación de la burguesía y las bases del estado burgués, van a "investigar" a quienes ellos representan, y a sí mismos!
El PST-U, desde el inicio apoyó a la CPI diciendo que para que ésta profundizara su investigación tenía que haber una "gran presión popular", pero que al mismo tiempo, era necesario "organizar una investigación independiente (…) que se apoye en los trabajadores de las estatales como el Correo, además de abogados, juristas y periodistas" . Es decir, poner en pie una "comisión independiente" policlasista -con trabajadores y parlamentarios- para "investigar" al estado de los patrones y a sus funcionarios a sueldo. Una clara política de colaboración de clases. Por eso, el PSTU terminó el 4 de agosto enviándoles a la Comisión Investigadora Parlamentaria y al Procurador General de la República un documento solicitando que sea investigado el presidente Lula. Como no podía ser de otra manera, terminó de rodillas ante el parlamento burgués y ante el "excelentísimo" procurador general. ¡Esas eran las "personalidades" de las que hablaba el PSTU! Pero además, en ese documento plantean abierta y descaradamente que "El Partido Socialista de los Trabajadores Unificado - PSTU defiende el régimen representativo y democrático, el pluralismo partidario y los derechos fundamentales de la persona humana…" (Carta enviada al "Excelentísimo señor representante del ministerio Público de la Unión - DD Procurador General de la República", reproducida en el sitio web del PSTU, www.pstu.org.br). A confesión de parte, relevo de pruebas: han roto toda amarra con el trotskismo, y se han pasado al reformismo abierto, a la defensa de régimen democrático burgués y de su gobierno.
Por el contrario, los trabajadores no tienen nada que "investigar", porque está claro que el de Lula-Alencar y el PT es un gobierno de los patrones y el FMI, y lo que ellos llaman "corrupción" no es más que el funcionamiento normal del sistema capitalista y de sus gobiernos que representan a una clase organizada en verdaderas pandillas de expropiadores del pueblo. Y no se los combate con "comisiones investigadoras", sino con la organización y la lucha de la clase obrera y de sus aliados del campo y la ciudad.
Hoy, el PSTU ha llamado, a través de la CONLUTAS, a una movilización nacional del 17 de agosto en Brasilia, y a un nuevo Encuentro de CONLUTAS para el día 18.
El PSTU levanta una política de presión, y se niega a llamar a luchar por derrotar al gobierno de Lula, Alencar, Marinho, la patronal esclavista y el FMI. El programa con el que el PSTU ha orientado a la CONLUTAS no plantea con claridad que, aún para lograr que no se voten las leyes de reforma laboral, sindical y universitaria, y ni qué hablar de conquistar cualquiera de las demandas de los trabajadores y los explotados -trabajo para todos y salarios dignos, la tierra para los campesinos, salud y educación públicas de calidad, romper con el FMI y el imperialismo-; es necesario derrotar al gobierno de Lula, Alencar, Marinho, la patronal esclavista y el FMI, y tirar abajo el régimen infame del pacto social, es decir, tirar abajo a la burocracia pelega de la CUT.
Nada de esto plantean el P-SOL ni el PST-U, que impulsan ambos la movilización llamada por la CONLUTAS para el 17 de agosto. Y consecuentemente, la han llamado con un programa de presión sobre el gobierno, el parlamento y el régimen, de reforma del estado burgués. No es una política para preparar desde hoy las condiciones de una lucha decisiva que pueda derrotar al gobierno, es decir, preparar su derrocamiento revolucionario para que su cabeza ruede como rodaron las de Gutiérrez en Ecuador y Mesa en Bolivia. Por el contrario, crea ilusiones en los trabajadores de que lo puede presionar y arrancarle concesiones. Veamos.
Llaman a "combatir la corrupción", con "investigación rigurosa de todas las denuncias" y "confiscación de los bienes y cárcel para todos los corruptos y corruptores". Pero, como ya dijimos, lo que llaman "corrupción" no es más que el pago de comisiones, que es un mecanismo normal del funcionamiento del capitalismo. Por eso, la clase obrera y los revolucionarios no combatimos "la corrupción", sino que combatimos a la burguesía, a su estado y sus instituciones, por derrocarla como clase, destruir su estado y conquistar una República obrera y campesina.
Por el contrario, la política del PSTU, significa llamar a los trabajadores a confiar en que la justicia o el parlamento burgués -es decir, las instituciones del "régimen representativo y democrático" de los que se proclaman orgullosos defensores- pueden "investigar" y castigar a los "corruptos". Les están diciendo a los obreros que hay burgueses "corruptos" a los que hay que confiscarles sus bienes; y burgueses buenos y honestos a los que hay que permitirles que mantengan su propiedad y que sigan, "honestamente", explotando a los obreros. Lo que están pidiendo es un capitalismo "honesto", de "manos limpias", al estilo de lo que pregona por ejemplo, la burguesa Lilita Carrió en la Argentina.
Lo que están proponiendo el P-SOL y el PSTU, no es otra cosa que un operativo al estilo "Mani pulite" ("Manos limpias") con el que a principios de los '90 se reformó el régimen burgués italiano, con una pandilla capitalista utilizando a la justicia y a fiscales "probos" para disputarle los negocios y el botín a las pandillas capitalistas competidoras que durante décadas habían administrado los negocios desde el régimen y el gobierno del estado imperialista.

El PSTU llama a una "auditoría ciudadana" para "investigar" la deuda externa. Su reloj atrasa dos siglos: los "ciudadanos" eran los de la revolución burguesa; ahora estamos en la época de la revolución proletaria

El PSTU laman a la "ruptura con las políticas del FMI" y a la "Suspensión inmediata del pago de la deuda externa, con la realización de una auditoría ciudadana del endeudamiento del país" . ¿"Auditoría ciudadana"? Pero, ¡los marxistas sabemos que bajo el capitalismo, la sociedad no está compuesta por "ciudadanos", sino por clases sociales antagónicas: la burguesía como clase dominante, poseedora de la propiedad privada de los medios de producción; y el proletariado desposeído que se ve obligado a vender su fuerza de trabajo para subsistir! Hablar de "ciudadanos" -que es el lenguaje que utilizan todos los reformistas y sobre todo, el Foro Social Mundial- es ocultar esto y por lo mismo, plantear la colaboración de clases.
El reloj del PSTU atrasa dos siglos: porque los "ciudadanos" eran los de la revolución burguesa, como al revolución francesa de 1789. Pero además, el PSTU se ha vuelto tan reformista, que aún en la revolución francesa no estarían con los Jacobinos de Robespierre, sino con los Girondinos, puesto que ni siquiera levantan "guillotina" y "Comité de Salud pública".
Porque son confesos defensores del régimen democrático burgués, enemigos de la "guillotina", es decir, en esta época, del armamento del proletariado y de la insurrección para que la clase obrera se haga del poder. Porque apoyan a la Comisión Parlamentaria Investigadora, y son enemigos de poner en pie un "Comité de Salud Pública", es decir, de poner en pie tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los expropiadores, asesinos y saqueadores de los trabajadores y el pueblo.
El PSTU llama a "suspender" el pago de la deuda y a que los "ciudadanos" la investiguen, cuando cualquier trabajador sabe que no hay nada que "investigar" sobre la deuda externa que no es más que el saqueo imperialista sobre las naciones semicoloniales y coloniales. Estamos aquí ante una clara política de colaboración de clases y ante una traición al marxismo y al proletariado.
Porque si se llama a los trabajadores a movilizarse hacia la sede del parlamento y del gobierno con un programa que plantea "combatir la corrupción", confiscar los bienes únicamente de los patrones "corruptos", "auditorías ciudadanas" para investigar la deuda externa; exigirle al parlamento que anule la ley de reforma de las jubilaciones y que retire los proyectos de ley de reformas laboral, sindical, universitaria y tributaria; exigir que se atiendan las demandas de los trabajadores por empleo, aumento de salarios, trabajo, reforma agraria, salud, vivienda, educación, eso se llama presión sobre el gobierno y el régimen burgués, a los que no se llama a derrotar. Eso es un programa de reforma del estado burgués: significa renunciar a la lucha por la destrucción del estado burgués mediante una insurrección obrera y campesina triunfante, y a la imposición de la dictadura del proletariado.
Consecuentemente con ello, el PSTU -que junto a los demás renegados del trotskismo, convivió pacíficamente durante años en la CUT y en sus sindicatos con la burocracia-, sigue negándose hoy a llamar a la clase obrera a tirar abajo a la burocracia pelega de la CUT. Ha llamado a romper con ella y venir a la CONLUTAS, pero deja a millones de obreros que siguen en la CUT y en sus sindicatos, en manos de esa burocracia.
De la misma manera, lejos de luchar por que la CONLUTAS sea una verdadera alternativa de dirección a la burocracia de la CUT, -para lo cual es necesario que se transforme en un organismo de reagrupamiento de la vanguardia, que levante un programa y una estrategia revolucionaria para el conjunto del proletariado y los explotados de Brasil, que impulse una política para unir las filas obreras con comités de fábrica, de desocupados, de campesinos sin tierra, que luche por un gran congreso nacional de delegados de base todas las organizaciones obreras y campesinas con comités de autodefensa-, quiere transformarla en una nueva central sindical, como política de presión sobre el gobierno, el régimen del pacto social y el estado burgués brasileño al que, como ya vimos, no quieren destruir sino reformar.
El P-SOL y el PSTU demuestran así no ser más que el "ala izquierda" de los partidos de la aristocracia obrera. Por esa razón, levantan la misma política de reforma del estado burgués y de colaboración de clases que la socialdemocracia y el stalinismo. Son una expresión más que demuestra que los liquidadores de la IV Internacional rompieron toda amarra con el trotskismo y se pasaron con armas y bagajes al campo de la reforma.

¡Hay que derrotar al gobierno de Lula, Alencar, Marinho, la patronal esclavista y el FMI! ¡Abajo el régimen del pacto social!

Para que la movilización a Brasilia del día 17 de agosto sea efectivamente un paso adelante para que los trabajadores y los explotados de Brasil puedan intervenir de forma independiente en medio de la crisis política, enfrentando a la burocracia pelega, uniendo a las filas obreras y avanzando en soldar la alianza obrera y campesina, es necesario levantar un programa y una estrategia obrera independientes, que plantee con claridad que para conseguir aún la más elemental de las demandas de los obreros y los explotados, hay que derrotar al gobierno de Lula, Alencar, Marinho, la patronal esclavista y el FMI, y tirar abajo al régimen infame del pacto social que ayer encabezara Cardoso, y que hoy encabeza Lula-Alencar, sirviente del FMI, sostenidos la burocracia pelega de la CUT y de la CGT!
La clase obrera brasileña no asume ninguna responsabilidad por este gobierno de Lula-Alencar y el PT, porque no es nuestro gobierno. ¡Es un gobierno de los explotadores, de la patronal esclavista, de los banqueros y del FMI! ¡Es el gobierno de la aristocracia obrera y las burocracias pelegas que comen de las migajas que se caen de la esclavitud, la explotación y la represión de millones de obreros y de campesinos sin tierra de Brasil!
¡Ningún compromiso ni apoyo al gobierno y al parlamento de los expropiadores del pueblo, a sus "comisiones investigadoras", a la justicia patronal, ni a la burocracia pelega, su sirviente que los sostiene!
Lo único que está "desestabilizado" en Brasil es la clase obrera, son sus salarios, su trabajo, sus músculos y sus huesos. Son las organizaciones obreras a las que la burocracia pelega y la aristocracia obrera las han puesto a los pies de los explotadores, de su gobierno y de su régimen infame.
¡Hay que romper con el PT y su política de colaboración de clases al servicio de la burguesía y el imperialismo! ¡Abajo la burocracia pelega de Marinho y demás colaboracionistas de la CUT y la CGT!
Desde los sindicatos, desde las fábricas, desde las escuelas, desde el campo, hay que poner en pie los comités de fábrica, los comités de desocupados y los comités de los trabajadores agrícolas sin trabajo y sin tierra, e impulsar la realización inmediata de un Congreso Nacional Obrero y Campesino de delegados de base de todas las organizaciones de las masas, estén afiliadas a la CUT o no, con la más amplia democracia obrera, que represente a la mayoría de la clase obrera, y no a los que la han entregado como carne de explotación de los capitalistas.
La defensa de los intereses de la aristocracia y la burocracia obrera son los que destruyen las conquistas de los sindicatos y debilitan la fuerza y la unidad de la clase obrera. ¡Basta de salarios mínimos de miseria de 300 reales, para el 70 % de la clase obrera brasileña! ¡Salario mínimo vital y móvil de 2500 reales para todos!
La patronal se jacta de la buena marcha de la economía y de sus empresas. Pues entonces: ¡Basta de desocupación, de mendicidad y de planes asistenciales para la única clase productora de la sociedad! "Miseria cero" significa ¡todas las manos a producir, mediante el reparto de las horas de trabajo existentes entre todos los desocupados con un salario mínimo de 2500 reales!
En defensa de las jubilaciones y de los seguros sociales expropiados a los trabajadores: ¡Abajo la reforma previsional! ¡Aumento inmediato del presupuesto para la salud y la educación públicas, en base al no pago de la deuda externa, a aplicar impuestos progresivos a las grandes fortunas y al quite de todo subsidio a la educación privada!
¡Abajo la reforma universitaria! El camino y el programa para enfrentar y derrotar los ataques privatistas del imperialismo y de sus cipayos como Lula, es el programa y la lucha de los heroicos estudiantes de la UTO de Oruro: ¡por una universidad al servicio de los explotados y los estudiantes, entroncada en la producción social y enfilada hacia la revolución proletaria! ¡Destitución de todas las autoridades, por un gobierno tripartito (de estudiantes, docentes y obreros) con mayoría estudiantil; por la autonomía universitaria servicio de los explotados!
¡Abajo la reforma sindical que impulsa el gobierno de Lula-Alencar-Marinho, y abajo también todas las leyes que regimentan la organización de los obreros! ¡Los obreros se organizan como quieren! ¡Ninguna injerencia del estado patronal en las organizaciones obreras! ¡Abajo las conciliaciones obligatorias, fuera las manos del estado patronal de las organizaciones obreras!
¡Hay que romper con el FMI, y dejar de pagar la deuda externa! ¡Expropiación sin pago de los latifundios, y la tierra para el que la trabaja!
¡Expropiar sin pago a los banqueros y crear una banca estatal única bajo control de los trabajadores, para garantizar créditos baratos a los pequeños productores del campo y de la ciudad! ¡Libertad a los presos del MST, nuestros hermanos pobres y trabajadores agrícolas del campo sometidos a la persecución y a las masacres de las guardias blancas y de la policía! Por comités de vigilancia y autodefensa de los sindicatos y las organizaciones obreras, para protegernos de los guardias blancas y de los escuadrones de la muerte, y para sostener los piquetes y las huelgas que enfrentamos a diario los trabajadores.
¡Hay que reagrupar las filas obreras! Hay que impedir que el encuentro de la CONLUTAS llamado para el 18 de agosto sea transformado por la dirección del PST-U y compañía una vez más, como lo hicieron en enero, en una reunión de dirigentes sin mandato de sus bases, en el que todo está cocinado de antemano en la trastienda, y sin democracia obrera.
Es necesario luchar porque la CONLUTAS se ponga de pie ya como un verdadero organismo de reagrupamiento de la vanguardia, realizando el 18 de agosto un Encuentro de delegados de base con mandato de todas las organizaciones que la componen, con la más amplia democracia obrera, para que verdaderamente pueda tomar en sus manos la lucha por comenzar a poner en pie una estrategia independiente de la clase obrera, para levantar estas demandas y los verdaderos reclamos de la clase obrera y sus aliados, para luchar por ese Congreso nacional obrero y campesino de delegados de base, para enfrentar y derrotar a la burocracia pelega.
Es necesario explicar pacientemente que necesitamos en Brasil un Congreso nacional obrero y campesino, que sea capaz de preparar y organizar un combate decisivo para derrocar a Lula, de la misma manera que nuestros hermanos de clase ecuatorianos y bolivianos derrocaron a Gutiérrez y a Mesa. Esta lucha es inseparable de la lucha por el triunfo de la revolución boliviana, por la victoria de la resistencia iraquí y de todos los combates de los explotados del mundo.
El gobierno de frente popular de Lula-Alencar no es más que la sumisión de la clase obrera a los grandes capitalistas y al imperialismo. La lucha no puede ser otra que la de conquistar una República Obrera y Campesina. El único estado barato, "sin corrupción", será un estado obrero donde los funcionarios ganen lo mismo que el salario de un obrero medio, y donde los grandes capitalistas, los banqueros y el FMI -es decir, los explotadores, saqueadores de la nación y coimeros- sean expropiados y se imponga el control obrero de la industria, los bancos y el comercio.

Una tarea internacionalista de primer orden para la clase obrera brasileña: enfrentar a la Petrobrás, a su propia burguesía y al gobierno de Lula-Alencar que son la pieza clave del cerco político, económico y militar contra la revolución boliviana

Del destino de la clase obrera brasileña, que lleva décadas enchalecada y controlada por direcciones traidoras y burocracias pelegas, de que ésta logre desembarazarse de las mismas, desatar sus manos y entrar al torrente de la lucha política de masas, depende en gran medida el futuro de la revolución boliviana y del proletariado del Cono Sur y de América Latina.
El proletariado brasileño tiene una enorme responsabilidad: porque la burguesía brasileña, y el gobierno proimperialista de frente popular de Lula-Alencar, con el apoyo de la burocracia de la CUT -y junto a Chávez, Castro y esa cueva de traidores del Foro Social Mundial- son una pieza clave de la política continental contrarrevolucionaria de contención de la lucha revolucionaria de las masas en América Latina.
Así, el frente popular de Lula-Alencar fue la punta de lanza para contener la revolución argentina e impedir que sus ondas expansivas impactaran en Brasil y en Uruguay. Brasil, con Lula, el PT y la CUT como anfitriones, albergó -y financió, junto a la Petrobrás, la fundación Ford, el estado imperialista francés, entre otros- los encuentros de esa cueva de traidores del Foro Social Mundial que discute y coordinada minuciosamente cómo contener y estrangular la lucha de las masas en cada país del continente. Fue a Lula a quien el amo Bush le dio el bastón de mariscal para comandar, junto a los no menos cipayos Kirchner y Lagos, el envío de tropas gurkas a Haití al servicio del imperialismo.
Hoy, de la misma manera, la burguesía brasileña y el gobierno de Lula-Alencar, junto con la burocracia pelega de la CUT, son el engranaje central de la política de cerco político, económico y militar que han montado las burguesías cipayas y los gobiernos de Lula, Kirchner, Lagos, Toledo y Duarte, con el apoyo y el sostén de las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial, para ahogar a la heroica revolución de los obreros y campesinos bolivianos.
Brasil es el principal inversor extranjero en Bolivia, con más de 1500 millones de dólares invertidos de un total de 3500 millones de inversiones extranjeras en los últimos años. Es que la Petrobras actúa como punta de lanza y testaferro de las petroleras imperialistas que quieren terminar de saquear el gas y el petróleo bolivianos. Así, de las 400 estaciones de servicio que hay en Bolivia, 90 (casi el 25 %) son de Petrobrás que además -teniendo a la Pérez Companc como socia menor-, se ha quedado con el control de las dos más grandes refinerías de Bolivia. Pero el gran negocio donde la Petrobrás es el testaferro directa de las grandes petroleras imperialistas, es en el gasoducto Bolivia-Brasil, de 3150 kilómetros, donde el porcentaje principal de participación lo tienen la British Gas, la Enron y la Shell (ver artículo en esta misma página), y a través del cual se roban millones de metros cúbicos de gas.
De esta manera, la burguesía brasileña es la punta de lanza para garantizar que los monopolios imperialistas se queden con la parte del león del saqueo de los hidrocarburos bolivianos, y que a ella, como socia menor, le permitan quedarse con una tajada para conseguir la energía que necesita para alimentar el ciclo de crecimiento que ha conquistado sobre la base de la superexplotación de su clase obrera.
La clase obrera brasileña tiene en sus manos una enorme tarea y responsabilidad internacionalista hacia sus hermanos de clase de Bolivia, en primer lugar, y de toda América Latina: la de denunciar y combatir sin cuartel a su propia burguesía, y a la política continental contrarrevolucionaria del gobierno de Lula, del PT y de la burocracia pelega de la CUT, que como ayer se centrara en estrangular la revolución argentina, hoy ha puesto su mira en los obreros y campesinos bolivianos, para que su revolución sea derrotada y para que los monopolios chupasangres succionen hasta la última gota de recursos de esa nación desangrada.
Por ello, es necesario que la clase obrera de Brasil tome como propia la lucha por el triunfo de la revolución boliviana. Y en primer lugar, ello significa la lucha por ¡Abajo la política continental contrarrevolucionaria de Lula-Alencar, del PT y de sus sirvientes de la CUT! ¡Regreso inmediato de todas las tropas brasileñas que masacran al pueblo haitiano al servicio del amo yanqui! ¡Viva la revolución boliviana y la lucha por la nacionalización sin pago y bajo control obrero del gas y el petróleo de Bolivia! ¡Abajo el "anillo energético" que no es más que un cerco económico, político y militar contra la revolución boliviana! ¡Fuera las manos de la Petrobras de los hidrocarburos bolivianos!
El proletariado brasileño tiene el poder de darle un duro golpe a la política de cerco contra la revolución boliviana, porque puede atacar directamente en Brasil esta política, golpeando a la Petrobrás, luchando por la renacionalización completa, sin pago y bajo control obrero de la Petrobras, para que deje ser punta de lanza de las petroleras imperialistas. Con este combate, la clase obrera brasileña podría garantizar que ni un centímetro cúbico de gas ni una gota de petróleo salgan de Bolivia a través de Brasil, si no es por resolución soberana de un congreso nacional de delegados de base con mandato de la Asamblea Popular Originaria, y llamar a hacer lo mismo a los trabajadores y los explotados de Argentina, Perú, Chile y Venezuela, contra los Lagos, Kirchner, Toledo y contra Chávez que forman parte del " anillo" para estrangular a la revolución boliviana y garantizar el saqueo de sus hidrocarburos en beneficio de los monopolios imperialistas.

Hacia el Encuentro Continental del 12, 13 y 14 de agosto en El Alto: impedir que el Foro Social Mundial, la burocracia pelega de la CUT y los renegados del trotskismo lo utilicen para fortalecer el cerco contra la revolución boliviana

Para los días 12, 13 y 14 de agosto ha sido convocado en El Alto, Bolivia, un Encuentro continental de organizaciones obreras y campesinas por la nacionalización de los hidrocarburos.
Los trotskistas internacionalistas que nos agrupamos en el Comité de Enlace, y en particular los compañeros del POM, la FT, Oposição Operaria -todas ellas organizaciones de Brasil-, estamos llamando a todas las organizaciones obreras y campesinas de Brasil y de América Latina a que voten delegados y los envíen a dicho Encuentro, proponiéndoles que su mandato sea luchar en defensa de las resoluciones del 8 de junio de la COR El Alto, los mineros y la vanguardia revolucionaria. Este es el camino para que este Encuentro continental de organizaciones obreras y campesinas esté al servicio de rodear efectivamente a la revolución boliviana luchando por su triunfo, esté al servicio de contribuir a que se ponga en pie el congreso nacional de delegados de base de la Asamblea Popular originaria y sus milicias obreras y campesinas, y de conquistar una verdadera unidad revolucionaria obrera y campesina de toda América Latina para enfrentar a los gobiernos y regímenes lacayos como el de Kirchner, Lula, Vázquez, Toledo, Lagos y demás sirvientes del imperialismo, y a las direcciones traidoras de todo pelaje que los sostienen.
La clase obrera brasileña tiene en sus manos una gran responsabilidad en esta pelea. Es que ha sido la burocracia pelega de la CUT -a través de su director ejecutivo Julio Turra, quien es a su vez dirigente de la corriente lambertista y de su "Asociación Internacional de los trabajadores y los pueblos" y de su grupo en Brasil, "O Trabalho"- la que ha tomado la dirección de la organización de dicho Encuentro. ¡Es indudable que en manos de la burocracia pelega de la CUT que sostiene al gobierno proimperialista y antiobrero de Lula-Alencar y le acaba de dar su ministro de trabajo; que en el último congreso de la Federación Unica de Petroleros votó explícitamente en contra de la nacionalización de los hidrocarburos bolivianos, y en manos de los renegados del trotskismo como los lambertistas que forman parte de esa burocracia, con los mandelistas que le han dado a Rossetto como ministro de la reforma agraria, etc., ese Encuentro será puesto al servicio de fortalecer los "anillos" para cercar y ahogar a la revolución boliviana, y a subordinar a la COR EL Alto, a los mineros y a la vanguardia revolucionaria, y liquidar sus resoluciones del 8 de junio. Es decir, será un Encuentro del Foro Social Mundial para contribuir a estrangular la revolución boliviana, al servicio de la Petrobras y de las petroleras imperialistas.
¡Hay que impedirlo! ¡Impulsemos que la CONLUTAS en primer lugar, y todas las organizaciones obreras y campesinas combativas de Brasil tomen este Encuentro en sus manos, envíen sus delegados, y se pronuncien explícitamente y con claridad alrededor de que ningún burócrata de la CUT que sostiene al gobierno de Lula y la Petrobrás, será el representante de la clase obrera brasileña ante sus hermanos de clase revolucionarios de Brasil!

Fracción Trotskista Internacionalista - Cuarta Internacional

Notas:

El puesto de Jefe de la Casa Civil corresponde al de un jefe del gabinete de ministros.
Heloisia Helena es miembro de Democracia Socialista, la sección brasileña del Secretariado Unificado que está al interior del PT, y a la que también pertenece Miguel Rossetto, ministro de la reforma agraria del gobierno de Lula-Alencar. Heolisia Helena se retiró del PT para fundar el P-SOL, pero no se retiró de Democracia Socialista (SU).
Corriente Socialista de los Trabajadores, sección brasileña de la UIT-CI, a la que pertenece el MST de Argentina.
Movimiento de Izquierda Socialista (MES en sus siglas en portugués): corriente proveniente de una ruptura del PSTU.
P-SOL: Partido Socialismo y Libertad.
PST-U: Partido Socialista de los Trabajadores Unificado, sección brasileña de la Liga Internacional de los Trabajadores (Cuarta Internacional)
CONLUTAS: Coordinación Nacional de Luchas.
El déficit nominal es la deuda pública externa e interna que no alcanza a ser cubierta con el superávit primario del Estado, y que viene siendo cubierta con Bonos, es decir, con emisión de nueva deuda.
Citado del periódico del PSTU, Opinião Socialista Nº 221, semana de 16 al 23 de junio de 2005.
Todas las citas tomadas de la "Nota de Convocatoria de la Marcha del día 17", de la página Web de CONLUTAS, www.conlutas.org.br

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Fracción Trotskista de Brasil
Marchar el 17 de agosto a Brasilia por los tribunales populares para juzgar y castigar la corrupción del gobierno Lula y todos los crímenes de la burguesía.

El siguiente es el texto-volante que frente a la movilización convocada por CON LUTAS para el 17 de agosto han publicado nuestros camaradas de la Fracción Trotskista de Brasil, integrantes del Comité de Enlace

El gobierno Lula - PT - PC del B - FMI está inmerso en una crisis política profunda; la avalancha de denuncias de corrupción que envuelve a figuras del núcleo central del gobierno de frente popular (José Dirceu, José Genoino, João Paulo, Gushiken , los hijos de Lula) reafirma solamente que el Estado y el gobierno burgueses son un comité para gerenciar de la forma más corrupta, violenta y cínica los intereses de las clases dominantes. No hay gobierno ni Estado burgués ético (justo, honesto, equilibrado, íntegro), al contrario, la corrupción, el cinismo y la violencia son inherentes a los gobiernos burgueses, sean de la forma clásica (tipo el ex-gobierno de Fernando Cardoso) o sean de forma disfrazada de frente popular (por ejemplo el actual gobierno Lula - PT - PC del B - FMI). Esta es la ética de la burguesía.
La crisis actual del gobierno Lula tiene raíces en la intensificación de las disputas Inter burguesas por el control del Estado y del gobierno, entre un sector de la burguesía industrial (aliada a las viejas oligarquías agrarias del nordeste) que está viendo sus intereses desplazados por los intereses del agro-negocio y el capital financiero. Por eso, fracciones de la burguesía industrial paulista y de las viejas oligarquías agrarias-terratenientes del Nordeste, representadas por el PSDB y el PFL en ese momento, están en lucha abierta contra el actual gobierno que favorece descaradamente al agro-negocio y al capital bancario.
La avalancha de denuncias contra el gobierno Lula viene anticipando la disputa electoral del 2006 (cómo última carta de la burguesía industrial contra el gobierno Lula para satisfacer sus intereses), en función de que el gobierno Lula-PT-PC del B se mantiene irreductible en la defensa de los intereses del agro-negocio y del capital financiero, pues otros casos semejantes afloraron desde el inicio del gobierno Lula como los casos de utilización privada del dinero público (Benedita da Silva ), tráfico de influencia (José de Alencar ) y el caso de Valdomiro Diniz (José Dirceu ), los cuales demuestran que si no fueron explotados contra el gobierno Lula en aquel momento, fue porque la burguesía industrial aún mantenía esperanzas en que sus intereses fueran satisfechos por este gobierno.
Aquí denunciamos también el plan criminal del PSTU para con los trabajadores en primer lugar al haber llamado a la vanguardia, a la juventud y a las masas a que votaran a Lula; ahora al defender la CPI y por último al llamar a la vanguardia luchadora y activista de la CONLUTAS a marchar a Brasilia para cambiar la política económica de Lula, lo que significa una más de las traiciones del PSTU a los intereses de los trabajadores y su independencia de clase, en la medida que tal llamado impone la ilusión de que es posible que ese gobierno gire a la izquierda a favor de los trabajadores a través de la presión popular.
Por lo tanto, diferente de la política burguesa y de la política reformista del PSTU reafirmamos la independencia de clase proletaria materializada en el programa trotskista: abajo el gobierno Lula, sus reformas y su política económica; ninguna confianza en el parlamento burgués y sus CPIs - por los tribunales populares, por el gobierno obrero y campesino (dictadura del proletariado).

Fracción Trotskista Cuartainternacionalista




La posición de los camaradas del Partido Obrero Marxista (POM) de Brasil, integrantes del Comité de Enlace
"Posición sobre el Gobierno Lula y los actuales acontecimientos"

Publicamos aquí la posición de los compañeros del POM de Brasil, integrantes del Comité de Enlace, frente a la situación actual en ese país y la crisis política que atraviesa el gobierno de Lula-Alencar. Este artículo ha sido traducido al español y reproducido del periódico del POM, "O Proletario Nº51", de Julio de 2005

 

En primer lugar, es necesaria una caracterización de este gobierno. A pesar de todo su carácter pro-imperialista, es un gobierno obrero burgués de frente popular con características propias.
De frente popular porque está asentado en las organizaciones de la clase obrera brasileña a través de la CUT y los movimientos populares, en la burguesía nacional y en el imperialismo. Un gobierno de frente popular definido por su composición social que se entrelaza internamente en el PT y se manifiesta en un gobierno pro- imperialista, totalmente comprometido con éste. Está presente en este gobierno, el mecanismo de relación con los trabajadores de una política de conciliación de clases. Será de mucha importancia esta caracterización para el análisis de los posibles desarrollos de este gobierno ante la crisis que se instala.
Antes de entrar en el análisis concretamente del fenómeno de la corrupción del gobierno Lula, que de manera general, podemos decir que forma parte (es intrínseco) del régimen capitalista, tenemos que resaltar tres manifestaciones posibles frente al desarrollo de la crisis actual que deviene de la caracterización del actual gobierno arriba expuesta. La primera: de mantenimiento de este gobierno por parte de la burguesía, con la manifestación de la crisis solamente por el aspecto de la corrupción, propiciando un acuerdo nacional (coalición y sustentación aún más sanguinaria). Manteniendo así la total confianza política de la burguesía mundial, visto que la política del momento está y continuará siendo implementada, aún con restricciones debido a la pérdida de base de apoyo, lo que llevará a acuerdos suprapartidarios, por encima de los aparatos, para mantener el gobierno, continuando así atendiendo el apetito y las necesidades de la gran burguesía. En este caso, la corrupción no será instrumento de deposición gubernamental, no importando el grado de ésta.
Una segunda manifestación específica de este gobierno es la de que aún con la corrupción en gran escala, los aparatos burocráticos como la CUT, "Movimientos populares", como las Centrales de los Movimientos populares y el propio MST, y por su parte la propia iglesia que es una institución imperialista pero que se asienta en el seno de los oprimidos y es parte de este gobierno, se moverán, con algunas pérdidas, en dirección a la defensa del gobierno, a pesar de la corrupción. Coincidiendo así momentáneamente con posiciones de la gran burguesía, burócratas y reformistas incrustados en las direcciones del movimiento obrero y popular. La tercera manifestación posible de este gobierno es la de que, acorralado y perdiendo apoyo de las masas y principalmente de la pequeña burguesía y de los sectores más esclarecidos de la sociedad, este gobierno pase, quizás, a adoptar medidas de cuño populista contra algunos sectores del capital (episodios: Daslu o aún la posible respuesta a los EUA, como quiebra de patentes, etc.), como apuntan los últimos discursos del presidente de de remitir la crisis actual a las elites, en contraposición al gobierno de "origen obrero", en contrapartida implementa una campaña oficial por el desarme total de la población. Los desarrollos serán imprevisibles y la historia ya bien demostró para dónde va un gobierno de frente popular.

La corrupción del gobierno Lula

Lo que el PT implementó en el gobierno Lula fue exactamente la reproducción de las experiencias municipales y provinciales. La política de caja 2 y la corrupción estuvieron presentes en el 99 % de las administraciones del PT. Como impulsor de esta política de caja 2, comparecen otras necesidades, del imperialismo y del PT, o sea: la privatización de los servicios públicos, las tercerizaciones, las famosas asociaciones pública/privadas, la estatización del propio partido (militancia estatal bien remunerada), los cargos de confianza, política de cooptación de líderes de los movimientos obrero y popular, y como coronación, el toma y daca en todos los niveles (público/privado). Acuerdos y negociados que no desprecian el lavado de dinero de los grandes monopolios del transporte colectivo y de los diversos sectores económicos, incluyendo el narcotráfico. De ahí los encargos de asesinatos y quema de archivos es sólo una consecuencia (episodios del alcalde de Santo André y Campinas). Todo esto forma parte de la burguesía y forma parte de la "democracia", siempre que atienda los intereses generales de la clase dominante.

La burguesía interrumpe el mandato de sus representantes legítimamente electos cuando se dan algunas variantes:

Cuando éste no reúne ninguna condición de controlar a las masas insurrectas ante la crisis económica, poniendo en juego el poderío de la clase dominante (Argentina, Bolivia, Ecuador y etc.); cuando el gobierno se hace totalmente impotente para adoptar cualquier medida de interés del capital en la conducción del Estado capitalista, no reuniendo ninguna base social y envuelto en escándalos de corrupción o políticos; cuando osa rozar el interés del capital, caso en el cual no interesa si es corrupto o no, si tiene base social o no.
En el caso de un gobierno de frente popular, de conciliación de clases, generalmente acaban siendo depuestos por el capital, violentamente, debido a los presupuestos Marxistas de la imposibilidad de la conciliación de los intereses del capital y del trabajo, al contrario de lo que predican la Socialdemocracia y los revisionistas del Marxismo de todos los matices.

¿Por que sucede esto y cuál es el desarrollo?

El gobierno de frente popular acaba alimentando las ilusiones de los trabajadores de ver a sus principales demandas resueltas, por ejemplo, la reforma agraria, la distribución de la renta, mejores salarios y empleos, etc. Ya los capitalistas toleran un gobierno de este tipo cuando no tienen otra alternativa, o cuando puedan valerse del mismo y descartarlo enseguida. O aún, como es el caso, de la política imperialista en el estadio actual del avanzado grado de crisis de superproducción. De utilizar la política socialdemócrata inclusive, dando un mayor relieve e importancia a las iglesias en la extensión del Estado capitalista entre los oprimidos sedientos y hambrientos. En la actualidad, forma parte de esta política el cambio de los derechos históricos conquistados por la sangre de la clase obrera internacional, por la "solidaridad y benevolencia" de la burguesía mundial entrelazándose con la socialdemocracia, el stalinismo, los revisionistas y la Santa Madre Iglesia. Conformando así la política social/fascista.
La burguesía Mundial apostó en el gobierno Lula como forma de aprobar las reformas imperialistas, visto que, se trataba de un gobierno con respaldo popular y ya había dado prueba de su fidelidad al capital en las administraciones municipales y provinciales.
Con las disputas interburguesas y la profundización de la crisis (lucha de clase) la política de conciliación de clases se transforma en un barril de pólvora. La concreción de la pérdida de base social de este gobierno, su acorralamiento, podrá llevarlo a adoptar medidas populistas contra sectores del capital. De esta forma funcionará como provocación al capital despreciando la dictadura de éste.
¿Cual deberá ser la posición del Movimiento obrero y popular? ¿Apoyar a este gobierno, después de todas las reformas imperialistas impuestas y aún con la publicidad y el grado de corrupción develado, con el alegato de que se tratan de denuncias de las elites? ¿Apoyar las medidas populistas que por casualidad este gobierno vaya a adoptar como en el caso de la Daslu, o exigirlas, como hacen las llamadas corrientes de izquierda "socialistas" en el interior del PT, o inclusive sectores del P-SOL, o aún el PSTU con su bandera de ruptura con el FMI y el no pago de la deuda sin el acompañamiento de una política de organización correspondiente?
Ante este fenómeno y ante la profundización de la lucha de clases, con el descenso del PT, está la posibilidad de la apertura del camino para la lucha de masas aunque sea capitaneada por el gobierno o sectores del PT. Para los revolucionarios y los luchadores está planteada la construcción del Movimiento obrero independiente que podría y debería cumplir, por ejemplo, la CONLUTAS, con el trabajo y la construcción, aún embrionaria, de los mecanismos de doble poder (los comandos de base regidos por la democracia obrera, los mandatos revocables y no remunerados, el carácter imperativo de las organizaciones de base), la lucha directa contra las reformas imperialistas, la defensa de los reajustes salariales y de los movimientos huelguistas, trabajo para todos con la consecuente escala móvil de horas de trabajo, repartición de las tierras a los sin tierra, condiciones de financiación y de trabajo la tierra, abajo la corrupción - abajo el capitalismo; asambleas generales unitarias; Encuentros regionales, Provinciales y Nacionales; Movimientos callejeros; apoyo a la huelga de los empleados públicos exigiendo la correspondiente atención de sus reivindicaciones; reposición de las pérdidas inflacionarias a todos los trabajadores, reposiciones automáticas de los índices inflacionarios; salario mínimo coincidente con las necesidades familiares, que en los países imperialistas varía de 800 a 1200 dólares; tierra y condiciones de trabajo a los campesinos pobres.
Pero para que pueda ser gestado, aún inicialmente, un plan correspondiente a los intereses históricos del proletariado, tendremos que derrotar la política de conciliación de clases del PT, P-SOL y de la dirección del PSTU, planteando al orden del día la consigna de organización independiente, el ejercicio de la democracia obrera y el armamento de Comités de defensa proletaria. De lo contrario, provocar a la burguesía con medidas populistas de cuño radical sin hablar de la organización independiente y el armamento del proletariado, es confiar en la democracia burguesa y en la dictadura del capital. Significa así abrir el camino para el derramamiento de sangre sin posibilidad de victoria, y el ascenso del militarismo o el fascismo. Tendencia presente en la situación política mundial (Bolivia) y principalmente en el desarrollo del gobierno Lula.
Que la militancia de la CUT, afiliados de base del PT, rompan con el gobierno Lula y con el PT; que los militantes sindicales, trabajadores sindicalizados o no, convoquen a asambleas de sus categorías y aprueben en las mismas la ruptura con la CUT y con este gobierno imperialista y corrupto. Que los pequeños campesinos pobres, los sin-tierra rompan con la dirección del MST, rompiendo así con el gobierno Lula y con el reformismo. Que la militancia del PSTU y del P-Sol rompan con la política pequeño-burguesa, burocrática y de conciliación de clases de sus direcciones. Que en respuesta al esfuerzo y las energías dedicados en la construcción del PT y de la CUT dediquemos nuestras vidas en la Organización de un verdadero instrumento de lucha independiente del proletariado y de los campesinos pobres brasileños.

Que trabajemos todos por la organización de un Congreso de base - Obrero/Campesino, con la participación de todos los luchadores socialistas y de todas Organizaciones del Movimiento popular.

Romper con el Gobierno Lula, con la CUT y su política;

Romper con la burocracia y la política de conciliación de clases;

Tracemos las directrices de una Organización Unificada nacionalmente, por el poder de las bases, por los mandatos revocables, por la democracia obrera;

Discutamos un programa de organización independiente de los oprimidos brasileños, de la ciudad y del campo estructurado en los Comités de fábricas, en los Consejos fabriles, en la unión de estos con las organizaciones de los barrios obreros, movimiento estudiantil y campesino;

Por una Organización a nivel nacional que apunte hacia la construcción de un Gobierno Obrero y campesino nacido de la insurrección y no de las elecciones, que apunte hacia el Socialismo, hacia la Dictadura del proletariado, en contraposición a la democracia que es la dictadura del capital;

Construcción con todas nuestras fuerzas de los Comandos de Base, de las oposiciones sindicales abiertas y con democracia obrera;

Estructuremos las milicias obreras y campesinas, para tomar la cuestión de la seguridad del Movimiento en nuestras manos;

Marchemos rumbo a la expropiación de los bancos y la creación de un banco único estatal y bajo el control obrero campesino, que abra financiación de la producción a los pequeños productores y las cooperativas de producción regidas por las Asambleas;

Expropiación de los grandes latifundios y repartición de la tierra a los campesinos sin tierra;

Que sea garantizado un intercambio obrero campesino para el fluir de la producción.

Ruptura con El FMI y no pago de las deudas externa e interna.

Nuestra lucha es Internacional;

Unámonos en la lucha del proletariado de todo el mundo;

Tomemos como nuestra la Revolución Boliviana; elijamos delegados para que participen del Encuentro Continental el mes de agosto en El Alto deliberado por la Asamblea Originaria de El Alto.

Todo el apoyo a la lucha de los obreros y campesinos bolivianos por la expropiación sin indemnización de l os hidrocarburos y de las empresas extranjeras que están saqueando las riquezas minerales y al pueblo boliviano. Sumisión de los intereses de la Petrobrás que hoy está al servicio de las multinacionales norteamericanas, francesas y españolas y del saqueo de las riquezas minerales bolivianas, a la Asamblea Popular Originaria de los Obreros y Campesinos Bolivianos.

Por el control financiero y de gestión de la Petrobrás por las organizaciones Obreras Brasileñas y Bolivianas.

Trabajemos sin descanso y sin medir esfuerzos en la construcción de un Partido Obrero Marxista, Internacionalista y por la Revolución Mundial. ¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡Abajo la barbarie capitalista! ¡Viva el Socialismo!

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