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21 de abril de 2015

“Relaciones carnales” entre los hermanos Castro y Obama en la VII Cumbre de las Américas en Panamá

La unidad latinoamericana que proclama la burguesía bolivariana…

Cuba y “La Patria Grande” son para Obama y Wall Street

Se ha desarrollado del 10 al 12 de abril en Panamá, la VII Cumbre de las Américas, que reunió a todos los presidentes del continente americano. Los medios de prensa burgueses, la califican como un hecho histórico, y vaya si lo fue. Estuvo presente por primera vez en dicha Cumbre, Cuba, que de la mano de Raúl Castro y su comitiva de nuevos burgueses del PC de la Isla y ansiosos de cumplir los deberes de las trasnacionales yanquis para atraer sus inversiones, fueron los protagonistas del fin de semana.

Una vez cumplida la misión histórica del castrismo, es decir, la restauración capitalista en la Isla, lejos han quedado los fuegos de artificio de antimperialismo de las burguesías bolivarianas, que expropiando la revolución latinoamericana de comienzos de siglo, han secundado muy bien al castrismo en su objetivo.

La cacareada “unidad latinoamericana” de la revolución bolivariana resultó ser la entrega del subcontinente al amo Obama y al imperialismo yanqui de todas las riquezas de nuestras naciones y de la última conquista de la clase obrera latinoamericana como lo fuera el estado obrero cubano.
Se confirma la premisa de los trotskistas de que las burguesías bolivarianas no fueron más que un rodeo, sacando de escena la revolución en el continente, para poner orden en el patio trasero yanqui para que Obama y las trasnacionales hagan jugosos negocios sobre la base del más descarado ataque y represión a los trabajadores y el pueblo.
En La Cumbre de las Américas se vio al ALBA y al Mercosur con el TLC y el NAFTA, con negocios comunes todos juntos en un mercado común bajo el mando yanqui. Ni más ni menos que el viejo plan de Bush. Expropiaron la revolución que conmovió América Latina a principios del siglo XXI y se puso al subcontinente bajo las órdenes del partido de los republicratas, que tienen, como representantes de las transnacionales -como lo son Bush y Obama- los mismos intereses en su patio trasero.
Todos los presidentes fueron a Panamá a jurarle fidelidad a Obama, demostrando ser los garantes de sus propiedades y ganancias en la región.

Eso sí, queriendo hacer pasar al más carnicero de los últimos presidentes de Estados Unidos, más aún que el propio Bush, como lo es Obama, como un “buen vecino” y “amigo de los pueblos.“Obama no tiene ninguna responsabilidad en nada de esto, como los diez presidentes anteriores”; “El presidente Obama es un hombre honesto, al que admiro”; “Le he dicho al presidente Obama, que me emocionó cuando hablo de la Revolución”, ha declarado Raúl Castro.

 

La infamia de la nueva burguesía cubana:
“Todos tienen deudas con nosotros, menos el presidente Obama” (Raúl Castro)

Según Castro, quien se apresta a hacer negocios por doquier con las trasnacionales yanquis ligadas al turismo, a la construcción de lujo, al petróleo, etc. el más grande criminal de guerra y verdugo de las masas del mundo es un “hombre honesto” y no tiene ninguna responsabilidad de las penurias a las que es sometida las masas cubanas y de todo el mundo. Cuanto cinismo. Obama es el comandante en jefe de las tropas asesinas del ejército yanqui, el jefe del Pentágono y la CIA, desde donde se preparan y planean las más crueles de las ofensivas y masacres del imperialismo yanqui para cuidar y garantizar la propiedad y las ganancias de las trasnacionales norteamericanas que saquean las riquezas del mundo. Es el que contrata sicarios para que le hagan su "trabajo sucio", como los generales de Egipto para masacrar a los explotados en Plaza Tahrir, a los esclavistas de Arabia Saudita para aplastar la revolución yemení, o sostiene al estado sionista-fascista de Israel que ocupa y masacra la nación palestina, por tan sólo dar un par de ejemplos.

Digamos la verdad, Obama fue el continuador de Bush, un verdadero “Bush tiznado”. Fue el presidente norteamericano que ha salvado a los parásitos y banqueros de Wall Street en su bancarrota tras el crack del 2008, nacionalizando las pérdidas de los súper bancos para que sean las masas y la clase obrera norteamericana y del mundo la crisis del capital financiero.
El gobierno de Obama llevó el ataque a la clase obrera norteamericana a niveles que ni siquiera Bush soñó con llegar. Le tiró toda la crisis de Wall Street a los trabajadores de EEUU. En ese país, 43 millones viven con 3 dólares al día. Como nunca, se ha vuelto a atacar y masacrar a la juventud del movimiento afroamericano y se persiguió sin piedad a millones de inmigrantes latinos.
A los hermanos Castro esto le parece "sano" y "digno de un aliado", puesto que es lo mismo que hacen ellos con la clase obrera cubana, que la mantienen con salarios de 18 dólares y tienen 500.000 despedidos en las calles.
Ahora está claro: el modelo de los hermanos Castro es el "modelo americano", no el "modelo cubano" de las conquistas de la revolución..
Las cosas han quedado claras. Obama bloqueó a Cuba durante 8 años, como los 17 presidentes anteriores, cuestión que fue más que suficiente para terminar de hacer rendir a la nueva burguesía castrista, que hoy corre presurosa a hacer negocios con los yanquis. A Obama le tocó en su mandato llegar a la meta de plantar la bandera yanqui en La Habana.

Tanta admiración y adoración por Obama, es porque, después de haber liquidado las conquistas de la revolución, después de haber traicionado la revolución en el continente como en los ´70 en Chile, en los ´80 en Centroamérica y a principios del S XXI en Argentina, Bolivia y Ecuador; y después de haber entregado a la resistencia colombiana, la nueva burguesía castrista del PCC, está ansiosa en cumplir los deberes de las trasnacionales como Cargill y Coca Cola, para que lleguen sus inversiones a la Isla y hacer jugosos negocios superexplotando la mano de obra de los trabajadores cubanos que ganan un mísero salario de 18 dólares al mes.

Asi lo expresó el representante de la Cámara de Comercio Norteamericana, que reúne a los parásito imperialistas que saquean a las naciones del mundo colonial y semicolonial, Thomas Donohaue, “… sigan con las reformas que garanticen la seguridad de nuestras inversiones y todo irá bien”. Es decir, sigan manteniendo una mano de obra esclava, y control policíaco sobre los trabajadores cubanos, que todo ira bien. Ahora queda claro que los 500 mil despidos de los trabajadores estatales a quien los hermanos Castro y los parásitos del PCC llamaban “vagos”, fueron para garantizar las inversiones de las trasnacionales yanquis.

Obama y Wall Street, se frotan las manos. “No estoy interesado en pelear batallas iniciadas antes de mi nacimiento”, dice Obama, quien da las batallas de los negocios que le garantizan en su patio trasero sus agentes de las burguesías nativas. La “responsabilidad” de Obama es culminar la tarea de los diez presidentes que le precedieron: la de ser el encargado de que vuelva a flamear la bandera yanqui en La Habana y la de garantizar el desembarco de la Cargill, la Coca Cola y las trasnacionales yanquis en la Isla.

Que dirán ahora, aquellos adoradores del castrismo, que meses atrás, tras los anuncios de levante del bloqueo yanqui a la Isla, festejaban la medida como un triunfo de la revolución. ¿Estarán festejando que la bandera yanqui vuelva a flamear en la Isla? Contra ellos y contra la nueva burguesía del Partido Comunista Cubano, que vive en los lujosos barrios privados del “Laguito” de La Habana, una y mil veces levantamos el grito de los obreros venezolanos de Sidor de “no creemos en los socialistas de Hummer, ni en los comunistas de Rolex y… creemos en la revolución de los trabajadores”.

Los verdugos de la clase obrera y los explotados del continente, estuvieron sentados en la misma mesa, discutiendo como avanzar en el saqueo y explotación de nuestras naciones. Todos tienen la misma receta: represión, persecución y masacre a los trabajadores y a todos aquellos que osemos en levantarnos para reclamar lo que es nuestro. Estuvo presente Peña Nieto, el responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de los más de 30 mil desaparecidos a manos de las bandas fascistas del narcotráfico y su ejército comandado por el Pentágono. Asistió también Cristina Kirchner, quien dio catedra de como condenar obreros a cadena perpetua y mantener a raya a los trabajadores con la espada de la justicia en la cabeza con más de siete mil procesados por luchar y con varios presos políticos en su haber. No faltó a la cita Santos, que como discípulo de Uribe expuso su plan de “paz” de masacre a la resistencia campesina. Así podríamos continuar con la lista de cada uno de los 35 presidentes que se reunieron a discutir como mejor explotar a las masas.

El grito de guerra de las burguesías bolivarianas y que el imperialismo mundial aplaude es: “Ya ni siquiera puede haber una Cuba en Cuba”. Presenciamos un fenomenal golpe contrarrevolucionario del stalinismo, similar al 89, con la restauración capitalista en el único estado obrero que existió en el Continente Americano.

Un año atrás, en la reunión del CELAC en La Habana, los mandatarios de los países latinoamericanos, tanto los representantes de las burguesías bolivarianas, como los del TLC, habían declarado de forma conjunta a América Latina como “zona de paz”. Por si aún hacía falta, quedó demostrado en esta última cumbre de las américas, que dicha “paz”, es la “paz” para las trasnacionales yanquis y sus fabulosos negocios, y una guerra descarada a las masas del continente.

Se acabó la demagogia antimperialista por parte de las burguesías bolivarianas. Ya se han declarado “pagadores seriales” como lo ha hecho Cristina Kirchner y fueron a Panamá a mostrarle a Obama que ellos son fieles a sus designios. Allí estuvo Maduro, que mientras encabeza el más brutal ataque a la clase obrera venezolana, levantando el fantasma del “golpe” para profundizar la represión y penurias para las masas, le a “tendido la mano al dialogo” a Obama. Es que éste insiste en que su hombre en Caracas vaya hasta el final y aplique el gasolinazo, que contará con todo el apoyo de López desde la cárcel y de Capriles.

En momentos en que la verdadera aliada de las masas del continente, clase obrera norteamericana, se pone de pie y comienza a romper con Obama, como lo hace la clase obrera negra que enfrenta la masacre diaria de la policía blanca de Obama y los trabajadores petroleros y de comidas rápidas enfrentan los planes de miseria del régimen de los republicratas, de la mano de los hermanos Castro, las burguesías nativas de América Latina se arrodillan ante su amo Obama.

La verdadera unidad latinoamericana, vendrá de la mano de la revolución socialista y será garantizada por la única clase que la puede llevar adelante, que es la clase obrera. Para hacerlo, deberá romper con aquellas direcciones que ataron su suerte a la suerte de las burguesías “progresistas” y de algún  “general patriota” y unirse a sus hermanos de clase de Estados Unidos, que al interior de la bestia imperialista, enfrentan a Obama y Wall Street. Ellos tienen la llave de la liberación de los trabajadores y los pueblos de América Latina.

¡Hay que romper con la izquierda de Obama y todas las direcciones reformistas que sometieron a la clase obrera a las distintas burguesías nativas, socias menores del imperialismo! ¡Abajo la estafa de la revolución bolivariana! ¡Latinoamérica será socialista o será colonia! ¡Cuba volverá a ser socialista de la mano de la lucha revolucionaria de la clase obrera y las masas latinoamericanas y del mundo! ¡El régimen de los republicratas y el 1% de parásitos de Wall Street, será barrido de la mano de la revolución socialista de los obreros norteamericanos!

Comité Redactor del periódico Democracia Obrera

 

 

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